Las aventuras de Tintin: El amuleto del Sol
Ya han pasado dos años después de mi gran aventura por todo el mar, la primera vez que salí de mi zona de confort y me convertí en otra persona y agente. Gracias a esta experiencia tuve la oportunidad de conocer a dos personas maravillosas: Tintin y el capitán Haddock, quienes serán imposible que los olvide, y este es el momento de reencontrarnos, espero noten un cambio ligero en mí, sería muy poco evidente de lo que es. Daré una pequeña pista de eso: cabello.
Debo mencionar que estoy un poco nerviosa, dos años no son mucho tiempo, para unas personas, pero en mi cabeza han sido siglos vividos, los años se quedan cortos. Siglos sin verle, ¿Se acordará de mí?, ¿Sólo habré sido una persona más?, tranquila, sólo exageras un poco, estoy bastante segura que él me recuerda.
Aún recordaba el día en que llamó su jefe, en su voz había una mezcla de enojo y preocupación, era algo comprensible, pues había desaparecido del mapa por mucho tiempo,
Elizabeth confundida e infantil preparaban sus cosas para la siguiente misión, su jefe Benson la había contactado el mismo día que regresó de Bruselas, cansada y sin opción tomó el teléfono que el agente le prestaba.
- ¿Aloo? -
- ¡¿En dónde diantres te encontrabas?!, mis agentes perdieron de vista tu pista-
- ¡Benson!, es una historia completamente larga, no sabría por dónde empezar… sólo que salió todo bien, conocí a unas personas muy agradables que me ayudaron en todo mi viaje y…
-Ya sé lo que pasó con el agente Barnaby, lo siento Elizabeth. Entre ambas líneas un silencio se asomaba. -Pero debes regresar de inmediato, sino quieres ser despedida-
-Gracias jefe, lo entiendo, ya estoy en camino en comprar los boletos…
-El agente te entregará los boletos de regreso, te indicará los trenes a tomar y todo lo que necesites-
-Gracias Benson- sonreía de forma natural, olvidaba que Benson no era sólo su jefe, sino un amigo de la familia, por lo que sus cuidados paternales no le resultaban extraños, ante estas actitudes los demás empleados y agentes no les resultaba del todo agradable.
-Cuídate Eli-
-Lo haré, llamaré cuando llegue y te entregaré mi informe completo-
Benson afirmó y colgó su llamada.
En unos minutos la agente Elizabeth ya estaba a bordo del tren, sentada dejó a un lado su maletín, durante el viaje su vista no dejaba de posarse en la ventana, observando diversos paisajes que le mostraba el lugar, la joven se dedicó a pensar en sus amigos y lo agradable que convivieron juntos.
Antes de estar en ese belle y ruidoso tren, Elizabeth gozaba la compañía de dos intrépidos caballeros, sus recuerdos eran frescos, no podía olvidar la sorpresa que se llevaron al verla en la entrada de la estación, inmediatamente Haddock fue con ella, le recriminó que su tren se iría en segundos, ella apurada contestó:
- ¡No tomaré el tren!, decidí quedarme con ustedes sólo un tiempo-
- ¡¿Pero tu trabajo, tu vida?!- la tensión del capitán era muy clara.
- ¿Enserio te vas a quedar? -
-Sí Tintin-
Ambos se dedicaban una tierna sonrisa, dejando notar la emoción que sentían uno con el otro. Haddock tomó a ambos por el brazo formando un abrazo en grupo, Milú ladraban alegremente al ver el equipo unido nuevamente.
No tardaron mucho en tomar rumbo a la mansión, Haddock mandó al mayordomo a preparar un gran festín de bienvenida, usó como pretexto la estancia de la chica para poder beber un poco más de alcohol. Ambos jóvenes se miraban sin sorpresa alguna, ya no se inmutaban ante el consumo excesivo y desmedido del capitán, simplemente lo ignoraron y dejaron escapar un suspiro sin esfuerzo.
-Parece que el capitán nunca va a aprender, ¿no? -
-Bueno, conociéndolo… Diría que no-
Soltaron una carcajada al unísono.
Haddock al poco de unas copas y horas, estaba borracho, bailaba tambaleándose y mofándose de las calumnias de la vida, como si no hubiera un fin. Elizabeth disfrutaba el espectáculo que montaba, era divertido observar el verdadero yo de su amigo, sin filtros. Por lo que seguía las conversaciones con él. Tintin pocas veces intervenía, al contrario de Elizabeth, no disfrutaba mucho verlo en ese estado. No lo juzgaba, pero tampoco le era grato ver a su amigo en esa actitud.
Pasaron las horas y los aventureros habían terminado sus diferentes tópicos en común. Al final del día Haddock sucumbió ante los efectos del alcohol dejándose caer en el suelo, con un profundo sueño, dormitaba plácidamente con una botella de ron entre sus brazos, Milú se encontraba a su lado. Parecen niños, Pensaba Elizabeth, sostenía un vaso con agua contemplando a los dormilones, a pesar del escándalo anteriormente, ambos estaban muy tranquilos, y ella no pudo evitar reír para sí. No recordó en qué momento, el chico la sacó de sus pensamientos. Pero no podía negarlo, cada que escuchaba su voz, toda su atención se iba con él.
-Eli-
-Tintin, ¿qué-qué pasa? - Dijo desconcertada.
- ¿Por qué no salimos un rato? -
-Suena bien-. Enseguida dio un último trago y dejó el vaso en una mesa de café, no dudó en seguir al muchacho. Al ver la noche, Elizabeth se quedó maravillada con la enorme luna postrada en el cielo. Un pequeño "Wow" salió de su boca, era enorme y brillante, muy hermosa. Elizabeth se quedó meditando por el deslumbrante satélite, pronto una brisa helada tocó su rostro. Se encogió tocando sus brazos, cruzándolos encontrando un poco de calor, qué torpe soy, dejé mi abrigo adentro.
Casi al segundo de levantarse, una manta acogedora rodeó sus brazos, Elizabeth perpleja volteó al segundo. Tintin habría llevado consigo, dos mantas. Sonriente se sentaba su lado, la chica no pudo evitarse sonrojarse.
-La Luna está estupenda esta noche-
-Ah, sí. Estaba observándola, hace mucho que no tenía un tiempo calmado. Normalmente llegaba del trabajo cansada, olvidando tomar un descanso real para mí-. Suspiró. -Es extraño, ahorita mismo lo estoy cumpliendo-. Se dirigió hacia Tintin.
-Deberías sentirte tranquila, sobre todo relajada, disfruta el momento- decía estirando sus brazos al aire.
- ¿Cómo lo haces? -
- ¿Hacer qué? – Tintin se sorprendió ante su pregunta.
-Equilibrar tu trabajo con tu tiempo libre, por lo que he visto has tenido una serie de aventuras, ¿no? -
-Bueno. Estás en lo correcto-
- ¿Cómo haces para meterte en tantos problemas? -
- ¿¡Meterme en problemas?!- exaltado giraba en dirección de la chica.
-Ya lo dije- decía entre risas. Tintin sonrojado argumentaba ante tal "acusación", o por lo menos, era lo que exclama ante la chica. Juguetona intentaba bromear con el chico, a lo que el en la misma sintonía respondía igual.
El tiempo volando acabó con la energía de ambos, dejándolos dormidos en el sofá de la mansión. El capitán, Milú y el mayordomo los observaban plácidamente a los chicos, sabiendo lo que ambos se tenían en mente.
Helloo, ya sé, tardé demasiado en publicarlo, pero créanme que he pasado por varios cambios en mi vida de estudiante, desde trabajos con niños hasta mi tesis, sooo, espero tener en mente ya otros capítulos.
Gracias y perdonen por la espera (también perdonen por terminar el episodio tan meh, ya no sabía cómo cortarlo u.u y eso que lo leí varias veces)
Yo al habla