Aclaración:

Los personajes de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto, yo solo los tomo prestados para la adaptación.

La historia es una adaptación, al final estará el nombre original y autor


.Epílogo.


El grito insistente de un bebé hambriento sonaba por la mansión, mientras la niñera sostenía al niño y trataba de calmar su llanto. Consciente del clamor creciente, Naruto subió a saltos varias escaleras hasta el cuarto de niños. La niñera se sobresaltó por su repentina aparición, quizás temiendo que la culpara por la inquietud del bebé. Su cara oscura era ilegible.

- Está bien.- le aseguró, extendiendo la mano hacia su hijo.

Con cautela la criada se retiró a un lado de la habitación, ocupándose con un pequeño montón de ropa de bebé desdoblada.

- Boruto tiene hambre, señor. La Sra. Uzumaki debe llegar tarde de su conferencia. Naruto abrazó a su hijo contra su hombro y habló en una mezcla de palabras de bebé y Cockney, una lengua que sólo él parecía entender.

Poco a poco el niño se calmó, atento a la voz grave de su padre. Una mano diminuta y arrugada alcanzó la mandíbula de Naruto, explorando la superficie que rascaba. Él besó los dedos en miniatura y sonrió a los ojos solemnes de Boruto.

- Qué niño tan ruidoso eres.- murmuró.

La criada lo miró con temor y curiosidad. Era inaudito que un padre con recursos pusiera el pie en el cuarto de los niños, mucho menos que se ocupara el mismo de niños llorones.

- Eso no lo hace por ningún otro.- comentó ella.- Usted realmente sabe manejarlo, sr. Uzumaki.

De pronto la voz risueña de Hinata llegó desde la puerta.

- Él sabe cómo hacer para que los demás hagan lo que quiere - Ella entró en la habitación y levantó la cara para el beso de Naruto antes de coger a Boruto. Despidiendo a la criada, ella se adaptó a una silla cómoda y se desabotonó el corpiño de su vestido. Su pelo largo tapaba parcialmente al bebé en su pecho. Naruto holgazaneó cerca, mirándolos atentamente. La maternidad había traído un nuevo resplandor a los rasgos de Hinata, mientras sus logros con su trabajo le habían dado madurez y confianza. Durante el año pasado había terminado otra novela, "El Sinvergüenza", que prometía lograr el éxito de "Hime". La historia sobre un joven ambicioso que deseaba prosperar por medios honestos, pero se veía forzado por una sociedad cruel a recurrir al crimen, había golpeado un nervio en la sensibilidad pública. Hinata era invitada con frecuencia a hablar en reuniones de salón acerca de la reforma política y las cuestiones sociales. Ella sentía que no era culta ni lo bastante carismática para dar una conferencia a tales grupos de intelectuales, pero ellos prácticamente insistían en su presencia en sus reuniones.

- ¿Cómo fue tu discurso? - preguntó Naruto, pasando un dedo apacible sobre la pelusa rubia en la cabeza de su hijo.

- Solamente hice unos comentarios de sentido común. Dije que en vez de esperar que el pobre simplemente 'aceptará su rango' en la vida, nosotros deberíamos darles una oportunidad para hacer algo de si mismos... o se volverán a medios deshonestos, y tendremos más crimen.

- ¿Estuvieron de acuerdo?

- Hinata río y se encogió de hombros. - Piensan que soy radical.

Naruto río.

- Política, - dijo, en un tono que expresaba frivolidad y desprecio a la vez. Su mirada se arrastró sobre la visión del bebé amamantándose y se demoró sobre la curva expuesta del pecho de Hinata.

- ¿Qué pasa con el hospital?- preguntó Hinata.- ¿Ha comenzado finalmente la construcción?

Él trató de parecer normal, pero ella podía ver que estaba contento.

- Se ha levantado la tierra.

La cara de Hinata se iluminó con una sonrisa de placer. En los pocos meses pasados se había despejado los restos del club. Naruto no había tomado ninguna decisión sobre que hacer con la propiedad. Por supuesto, le pedían que reconstruyera Bijû's, el lugar era llorado por figuras tan influyentes como el duque de Wellington, Lord Hatake, e incluso el rey. Pero Naruto se resistía a los impulsos públicos de reestablecer el club de juego y se dedicaba a otros proyectos. Estaba construyendo un hospital grande y moderno al norte de la ciudad, consiguiendo contribuciones voluntarias e igualando cada donación con su propio dinero.

También estaba construyendo una hilera de casas elegantemente amuebladas de ciudad en terreno del West End, para ser arrendado a viajeros extranjeros, hombres solteros, y familias que se mudaban a Londres para la temporada.

Hinata le había tomado el pelo amorosamente mientras revisaban los dibujos del arquitecto para el edificio del hospital, un cuadrilátero simple pero hermoso. Durante años Naruto había sido conocido como el mayor sinvergüenza de Inglaterra, y ahora era mundialmente elogiado por su "reforma".

- Te has hecho conocido como benefactor público.- le dijo con satisfacción.

- Tanto si te gusta como si no.

- No me gusta.- contestó de manera amenazante.- Sólo hago esto porque de otra manera estaría aburrido.

Hinata se había reído y le había besado, sabiendo que él siempre negaría tener cualquier sentimiento altruista. Cuando Boruto había terminado con el pecho de Hinata, la criada volvió para llevárselo. Hinata usó un paño suave para secarse la parte delantera. Ella abrochó el vestido y se ruborizó ligeramente ante la mirada íntima de Naruto. Sus ojos azules se encontraron con los suyos.

- Es adorable.- dijo él.- Cada día se parece más a ti.

De todas las sorpresas de Naruto, y parecía que había existencias infinitas, la mayor era su entrega por su hijo. Hinata había esperado que fuera un padre amable pero indiferente. Él nunca conoció la relación entre padre e hijo con anterioridad. Había pensado que él podría conservar una prudente distancia entre él y el bebé.

En cambio él amaba a su hijo con abierta adoración. A menudo él lo metía en el pliegue de su brazo y alardeaba de él delante de los invitados como si un bebé fuera un milagro encantador que ninguno de ellos hubieran visto antes jamás. Él lo creía prodigiosamente inteligente por agarrarle el dedo, por dar patadas con las piernas, por hacer ruiditos adorables, por hacer todas las cosas que por lo general hacían los bebés... pero en su opinión su hijo las hacía mucho mejor.

- Tengan varios niños más, - le había aconsejado Temari a Hinata con humor cargado de ironía.- así su atención estará dividida entre ellos. De otra forma arruinará a éste.

Hinata no entendía completamente la razón de su comportamiento hasta que una tarde reciente, cuando ella había estado de pie sobre la cuna para ver a su hijo dormir. Naruto había tomado la mano de Hinata en la suya y se la había llevado a sus labios.

- Eres mi corazón.- le había murmurado.- Me has dado más felicidad de la que tengo derecho. Pero él... - Él bajó la mirada hacia Boruto maravillado.- Él es mi propia carne y mi propia sangre.- Conmovida por las palabras, Hinata había comprendido lo solo que había estado: sin padres, sin hermanas ni hermanos, sin lazos sanguíneos de ningún tipo. Sus dedos se apretaron, y se acurrucó contra él.

- Ahora tienes una familia.- le había dicho suavemente.

Devolviendo su mente al presente Hinata contestó el comentario anterior de Naruto.

- Boruto tiene el pelo rubio, ojos azules, y tu boca y tu barbilla, ¿y dices que se parece a mí?

- Él tiene tu nariz,- señaló Naruto.- y tu temperamento.

Hinata se río, levantándose y doblando una manta ligera en un pulcro cuadrado.

- ¿Supongo que es mi temperamento cuando despierta la casa en medio de la noche con su grito? - Naruto avanzó Hacia ella de improviso y la arrinconó contra la pared.

- Bien, entonces, - murmuró.- en el pasado fuiste conocida por armar alboroto una vez o dos, ¿no?

Sus miradas se engarzaron en un momento eléctrico. Totalmente desconcertada, Hinata se ruborizó profundamente. Ella no se atrevió a mirar a la criada en el caso de que se hubiera enterado. Lanzándole a Naruto un ceño reprobatorio, ella agachó la cabeza por debajo de su brazo y escapó, apresurándose a la seguridad de su dormitorio. Él la siguió de cerca detrás de ella.

No habían hecho el amor desde mucho antes del nacimiento del bebé, y en favor de Naruto él había sido paciente. Demasiado extraordinario, considerando sus fuertes apetitos físicos.

Aunque el doctor hubiera indicado que ella estaba totalmente curada del nacimiento y lista para reanudar las relaciones matrimoniales, Hinata había logrado dar largas a Naruto con suaves rechazos.

Últimamente, sin embargo, ella había sido destinataria de intensas miradas advirtiéndola que no dormiría sola mucho más tiempo. Ella se detuvo en la entrada de su dormitorio.

- Naruto, - dijo con una sonrisa suplicante.- quizás más tarde...

- ¿Cuándo?

- No estoy segura.- contestó, comenzando a cerrar la puerta contra él.

Tercamente Naruto se abrió camino con los hombros por delante de ella y cerró la puerta. Él comenzó a alargar la mano hacia ella, luego vaciló cuando la vio ponerse rígida. Su cara se tensó.

- ¿Qué ocurre? - preguntó.-¿Es un problema físico? Es algo que he hecho, o...

- No - dijo rápidamente.- Ninguna de esas cosas.

- ¿Entonces qué?

Con ferocidad Hinata se concentró en la tela de su manga. No podría encontrar ningún modo de explicarle su renuencia. Ella había sufrido tantos cambios... Ahora era una madre... No estaba segura de que hacer el amor con él sería exactamente lo mismo, y no quería averiguarlo. Tenía miedo de decepcionarle a él, y a si misma, y era más fácil seguir dando largas al acontecimiento que afrontarlo.

Ella se encogió de hombros sin convicción.

- Tengo miedo de que no sea igual que antes.

Naruto estaba muy callado, absorbiendo la declaración. Su mano se colocó sobre la nuca en un gesto que Hinata creyó que era para consolarla.

En cambio la agarró por la nuca y la arrastró contra él, su boca bajó firmemente sobre la suya. Ella se revolvió sorprendida cuando él la obligó a bajar la mano entre sus muslos. Él estaba tan duro como el hierro, palpitando por su contacto.

- ¿Lo ves?.- Él apretó más su mano.- ¿Sientes eso? Eres mi esposa, y han sido meses, y me muero por ti. No me importa si no es igual que antes. Si no vienes a la cama conmigo ahora voy a reventar.

Y eso, al parecer, era todo lo que tenía la intención de decir sobre el asunto. No hizo caso de su suave protesta y los desvistió a ambos. Atrayendo su pequeño cuerpo contra el suyo, él gimió enamorado y de placer y de impaciencia.

- Hinata, te he echado de menos... abrazarte así... - Reverentemente sus manos la rastrearon, sensibles a la nueva redondez de sus pechos, la curva más llena de sus caderas.

Vacilante al principio, Hinata se quedó inmóvil bajo él, sus manos descansando sobre su espalda flexionada. Él la besó con suave ansia, saboreando su boca con incursiones largas y profundas de su lengua. Ella se revolvió con el despertar del deseo, acercándole más. Para su mortificación repentina, unas gotitas de leche rezumaron de sus pechos. Apartándose bruscamente con un jadeo de disculpa, trató de darse la vuelta. Naruto empujó sus hombros hacia abajo y se inclinó sobre sus pechos. Su aliento fluía en ráfagas profundas mientras la miraba fijamente. Los pezones húmedos eran de un rosa más oscuro que antes, rodeados por un trazado delicado de venas. La exuberante vista maternal envió una ola de dolorosa excitación que le atravesó. Rozó la punta de su pecho con la lengua, excitandolo y rodeándolo, luego sujetó sus labios sobre la firmeza. Con cuidado chupó con su boca.

- Oh, no debes.- jadeó cuando sintió un hormigueante dolor en su pecho.- No es decente...

- Nunca dije que yo fuera decente.

Ella soltó un gemido sin aliento, atrapada bajo él mientras él sacaba una oleada de leche de su cuerpo. Un exigente pálpito comenzó profundamente en su interior. Él permanecía en su pecho, ahuecando la mano debajo de la redondez rechoncha, y luego se movió al otro.

Finalmente ella enredó sus dedos en su pelo rubio y tiró de él hacia arriba buscando con su boca la suya. Se enredaron juntos, rodando una vez, dos veces, por la cama, las manos buscando con urgencia creciente, las piernas enrollándose y retorciéndose alrededor de ambos.

Por fin, cuando él se deslizó profundamente dentro de ella, ambos jadearon y se quedaron inmóviles, tratando de conservar el momento de unidad. Hinata arrastró despacio las palmas desde sus hombros bajando a la parte alta de sus muslos, saboreando la poderosa longitud de su cuerpo. Naruto tembló extasiado y se movió contra ella. Ella se arqueó lánguidamente, y ambos comenzaron un ritmo lento, dejándose llevar en una corriente de calor.

- Tenías razón. - susurró Naruto, moldeando sus manos sobre su cuerpo, imprimiendo dulces besos calientes contra su piel. - No es igual que antes... Es aún mejor. Dios, ojalá... pudiera hacer que durara para siempre.- Él empujó con más fuerza, incapaz de refrenar sus movimientos. Hinata cerró las manos y apretó los puños contra su espalda, su cuerpo se tensó exquisitamente. La miró fijamente a los ojos, apretando los dientes en el esfuerzo por contener su placer. Ella le rodeó las caderas con sus piernas y le impulsó a introducirse aún más. Temiendo hacerle daño, trató de contenerse, pero ella le impulsaba con su propia pasión exigente, hasta que él permitió que la tumultuosa tormenta le alcanzara. Su grito sofocado siguió al suyo, y juntos se sumergieron en la marea arremolinada de satisfacción, unidos por la carne y el alma, en total paz.

Después yacieron juntos relajadamente, dejando que fluyeran las horas y fingiendo que el tiempo se había detenido. Hinata descansó sin fuerzas sobre su pecho, dibujando sus rasgos con la yema de su dedo. Un pensamiento se le pasó por la mente, y levantó la cabeza para mirarle con expectación.

Naruto devolvió su mirada, acariciando distraídamente su pelo y su espalda.

- ¿Qué ocurre, ángel?

- Una vez me dijiste que no sabías lo que era sentirse 'feliz'.

- Lo recuerdo.

- ¿Y ahora?

Naruto la miró durante un largo momento, luego la arrastró contra él, encerrándola en sus brazos.

- Es esto.- dijo con la voz ligeramente ronca.- Justo aquí y ahora.

Y ella descansó contra su corazón, feliz.

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Llegamos al final de nuevo de una linda historia, espero que les haya gustado, les cuento esta adaptación a los personajes de Naruto, pertenece a la serie "Jugadores" este libro es el segundo, se llama "Sueño Contigo" la serie completa es así:

- Cuando tu Llegaste( seria la historia Shikatema)
- Soñando Contigo(nombres originales Sara y Derek)
- Escucha a tu Corazón(la historia de la hija de Sara y Derek, es una novela corta)

Autora: Lisa Kleypas

nos leemos ;3