Pareja: Sasuke x Sakura (mención).
Título general: El peso de la corona.
Summary: Un grupo disfuncional viajando por el País del Fuego tratando de conocerse mejor.
Palabras: 2755.
Tipo: One-Shot
Disclaimer: los personajes de Naruto no me pertenecen, si no a Masashi Kishimoto. Yo solo creo historias paralelas sin fines de lucro.
Advertencia: AU mundo medieval (? por así decirlo. Principalmente ésto iba a ser un fic completo, pero no sabía cómo darle el contexto adecuado así que decidí descartarlo por completo. Empero, forme un pequeño fragmento. En sí es una situación casual en medio del bosque a la hora de la comida.
El rico olor a estofado de conejo llegó a su fosas nasales provocando que sus tripas rugieran. Su sonrisa bobalicona no se hizo esperar y dejó de afilar su lanza para ir corriendo a dónde estaba la gran olla. Pareciera que volaba mientras caminaba, y la saliva no tardó en aparecer en la comisura de sus labios.
Naruto se acercó siligiosamente y asomó su cabeza en la orilla observando al chico joven de cabellos cafés y ojos negros. Él meneaba la cuchara y servía la comida en un cueco. Mantenía una expresión de fastidio ante las insistencia de un albino que alardeaba sobre sus habilidades en combate.
—Tks. Cállate maldita serpiente, todos sabemos que eres vanidoso —se quejó Konohamaru con fastidio—. Piérdete por ahí —le entregó el cueco y lo corrió con la mano.
—¡Pero madre...! —el albino, Suigetsu, compuso una especie de puchero.
—¡Que no soy tu madre! —gritó el chico propinadole un golpe en la cabeza con el cucharón. Arg. Lo sacaba de quicio.
Suigetsu se frotó su cabecita y refunfuño unas cuantas palabras mientras caminaba de vuelta a sus amigos que estaban sentados sobre los troncos disfrutando de su almuerzo.
Entonces, Konohamaru desvío su mirada resignada a la olla y notó los cabellos rubios sobresalientes de la orilla. El gillipollas de Naruto intentaba robar el doble de porción.
—¡Naruto! —gritó el chico calando los oídos de todos.
—¡Waaa! ¡Mi comida! —gritó enloquecida la mujer pelirroja cuyos lentes se cayeron de su tabique y las manos soltaron el cueco, y así la comida se derramó en el suelo.
Las cinco personas sentadas a su alrededor la miraron entre una especie de lastima y burla.
El aludido cayó de sentón al suelo ante el potente grito y gimoteo como un niño malcriado al ser descubierto de su travesura. Incluso pataleo en el suelo y terminó por levantarse de sopetón para salir corriendo hacia sus amigos.
—¡Madre es muy mala Sakura-chan! —lloriqueo Naruto sentándose a lado de la muchacha de exóticos cabellos rodados y unos grandes y hermosos ojos verdes.
Sakura le consoló con una sonrisa sutil y le dio unas paladitas en la espalda, en un intento que dejara de lloriquear.
—¡Que no soy tu madre! —repitió de nuevo Konohamaru colérico. Esos idiotas no lo respetaban.
Naruto le ignoró ya que Sakura le ofreció amablemente su cuenco de comida. Y el chico lo degusto rápidamente sin siquiera respirar. Parecía un animal hambriento.
Por su lado, Konohamaru respiro profundo mientras servía dos cuencos para las dos mujeres, y una vez que se sentó a su lado, Sakura le dio las gracias con una angelical sonrisa que le hizo sonrojar un poco. Pero Karin era otro cuento, al igual que los demás idiotas —excepto Neji, Sakura y Shikamaru— gozaba en molestarlo.
—¡Gracias madre! —Karin le arrebato el cuenco y sonrió burlona al ver al chico estallar nuevamente en grito.
—¡Que no soy su madre mujer histérica!
—Acéptalo Konohamaru, cuidas de nosotros como una madre —intervino Suigetsu al terminar su porción de comida. Sonrió brutesco—. Además, eres muy lindo y pareces una chica.
—¡No soy lindo, si no un chico realmente apuesto! —exclamó el pelicafe. Todos sabían que el se autoproclamo un chico apuesto. Era un experto en las artes culinarias y sabía mucho de plantas medicinales, también le gustaba leer y cocinar —pero no a ellos, claro está—.
—Ya déjenlo de molestar —Shikamaru intervino en la conversación. Y los demás lo miraron atentos, él siempre decía algo interesante—, ¿o acaso quieren que nos deje de nuevo sin comer?
A los demás les recorrió un escalofrío por todo su cuerpo al recordar ese acontecimiento.
Hace un tiempo, Suigetsu y Naruto le hicieron una broma pesada a Konohamaru, este se sintió ofendido y salió corriendo al bosque mientras gritaba: «¡Olvídense de mi sazón, idiotas!», arrastrando sin cena a Shikamaru, Neji, Sakura, Karin y Sasuke que no tuvieron nada que ver en el problema. Ellos se quedaron pasmados ante la idea de que no habría cena esa noche.
Así que no les quedó de otra más que merodear en el bosque en busca de alguna "comida decente", esperanzados de que Konohamaru apareciera para el desayuno.
—Bien. Nada de meterse con el niño bonito —dijo alegremente Suigetsu como si no hubiese ofendido a Konohamaru—. Haces mucho drama...
—Una tormenta en un vaso de agua —aclaró en susurró Neji. Se encontraba mientras comía tranquilamente su porción alado de Sakura. Muy pocas veces hablaba.
—¡Eh, Neji siempre sabe que decir! —festejó el albino soltando una estrepitosa risa.
Konohamaru maldijo por debajo a Suigetsu y soltó un quejido mientras comía, tratando de ignorar a todos.
—Siempre he tenido una duda —dijo de repente Naruto. No podía estar mucho tiempo sin mantener la boca cerrada—. Si Konohamaru se casará... ¿Quién sería la chica en la relación? —sonrió socarrón.
Sakura, Karin y Shikamaru emitieron una especie de risa ahogada, Suigetsu no se contuvo y soltó una carcajada irritante para oídos de Konohamaru. Y el chico los miró a todos con mala cara. ¿Es que no se cansaban de molestarlo?
—Konohamaru es lindo y sabe cocinar rico, no me extrañaría que él fuese "la mujer" —cuchicheo Karin sin compasión.
A Konohamaru le entraron instintos asesinos. Todos, a excepción de Sakura y Neji, les encantaba molestarlo con el tema de su "lindura". ¡El era apuesto, no lindo! Y claro que no parecía una chica.
—Imagínense como será la novia... —murmuró Neji interesado en la conversación.
Ésta vez, Konohamaru cayó al suelo ante el comentario del hombre más callado del grupo. ¿Es en serio? ¡Hasta Neji se mofaba de él!
—¡Ya estuvo bueno! —gritó colérico el chico incorporándose de un salto tratando de imponer su autoridad. Apuntó con un dedo acusador a Suigetsu y Naruto. Esos idiotas siempre empezaban toda la burla—. ¡Dejen de joder y métanse en sus propios asuntos, par idiotas!
—Pero si estábamos diciendo que si tuvieras pareja, seria imposible que fueses la mujer —alegó Suigetsu, pero ocultado una sonrisa perversa que no paso desapercibido ante los demás.
—Es porque otra cosa te hace hombre —contribuyó Naruto soltando una risilla.
El pobre chico se sonrojo hasta las orejas.
—¡Son unos pervertidos! —balbuceo sentándose alado de Sakura cubriéndose la cara con las manos.
Sakura miró al chico con extrañeza, tal parece que se avergonzó por el comentario. Ella no entendió lo que quisieron decir con eso.
—¿Qué cosa es? —preguntó ingenuamente la pelirrosa con ansías de saber.
Suigetsu siguió mofandose de Konohamaru, así que Naruto la miró con nerviosismo, y Karin le acaricio su cabello rosado mirándola como una inocente criatura que ni sabía nada. Por su lado, Shikamaru se rasco la nuca pensando que si esos dos le explicaban detalladamente a Sakura, era seguro que perturbarian su mente, y como consecuencia, Sasuke podría poner serpientes en los zapatos de todos mientras estuvieran durmiendo.
—Cuando seas mayor te lo explicaremos —aseguró Karin con una sonrisa. Y Sakura hizo un puchero al sentirse excluida de la conversación.
—Pero le puedes decir a Sasuke que te enseñe con detalles —incitó Suigetsu riendo por debajo, y Naruto lo miro con los ojos abiertos.
—¿Podría? —preguntó un poco confundida Sakura. Siempre que Sasuke le enseñaba algo nuevo lo hacía con calma y paciencia, aunque claro, era serio y le incitaba inconscientemente a ir más allá de su límite. Cómo cuando aprendió a manejar el arco, noche tras noche lanzando las flechas obteniendo innumerables ampollas.
—Ni se lo menciones —aconsejo Konohamaru a Sakura—. Se molestara contigo en cuanto se entere de lo que te enseñará —mintió perfectamente.
Y así terminó la curiosidad de Sakura. La ira de Sasuke no era agradable.
—¿Ustedes ya se estrenaron? —pregunto Suigetsu a los demás alzando ambas cejas y con una mirada pícara.
Karin se hizo de oídos sordos mientras terminaba su platillo, Shikamaru alzó la mirada al cielo observando el cielo azul y las nubes pasar, Neji terminó por observar fijamente el árbol a su lado como si fuese lo más interesante del mundo, y Konohamaru se sonrojo violentamente.
Y Sakura no entendió.
—¿Estrenar que cosa? –preguntó ella.
—¡Ya déjese de sus babosadas! —exclamó el chico.
—¿Qué? Es para conocernos mejor, llevamos mucho tiempo juntos y es una necesidad saber ese detalle —se justificó seriamente Suigetsu—. Por ejemplo, yo si me he estando. No sé ustedes pero yo pienso que solamente Sakura, Konohamaru y Neji no lo han hecho.
—¿Qué te hace pensar que yo me "estrene"? —preguntó Karin con una voz sutil pero con una sonrisa macabra. Todos adivinaban los pensamientos homicidas que tenía hacia el albino.
—Lo mismo que me hace pensar que Sasuke también se ha estrenado —aceptó Suigetsu apuntándola con un dedo y una mueca de resignación.
Entonces, Karin compuso una sonrisa retorcida al saber que el chico la veía atractiva, ¿era obvio no? Sasuke es un joven guapo, pero no de su tipo.
—¿Por qué te hace pensar eso? —está vez intervino Konohamaru, curioso, hasta Neji se acercó más para escuchar la conversación.
—Oh vamos, no vamos a negar que Sasuke es atractivo, las chicas van detrás de él como abejas en busca de miel —dijo Karin dándole la razón a Suigetsu.
Sakura formó un puchero por debajo y desvío la mirada. Muy cierto. En las ocasiones que bajaban a los pueblos en busca de proviciones, las mujeres se le acercaban con cualquier pretexto para atraer su atención.
Y claro, ella no era de palo y sentía ciertos retorcijones en el estómago que no le tenía puesto nombre, ¿cómo definirlo? Esta sensación la había experimentado antes con Sasori pero... se sentía muy diferente. Le entraban ganas de colgarse del brazo de Sasuke para alejar a todas las mujeres y así evitar el atosigamiento, puesto que, cuando ocurría, no sólo a él lo molestan, si no que a ella la empujan y le miran con envidia, ¿de qué? No lo sabía.
—Hum —murmuró sin darse cuenta que todos la miraban con cierta gracia por la faceta digna de una chica de dieciséis años.
Sabían que Sakura sentía cierta atracción sobre Sasuke, y de éste ni se diga, las atenciones que tenía sobre ella estaban de más pero al parecer la pelirrosa no se daba cuenta de sus sentimientos o no quería hacerlo.
—Esas mujeres se le acercan mucho —musitó rencorosa.
—Por cierto, aún no ha llegado.
—De seguro una lo engatuso y lo llevó a la zona roja para divertirse —divago Naruto pensativo.
—¿Qué es la zona roja? —preguntó Sakura.
—Es un lugar muy peligroso donde hay otro tipo de entretenimiento indebido, ¿entiendes? —explicó Suigetsu haciendo un gesto con la mano.
Sakura resopló, la trataban como una niña.
—Sí, claro. Lo que no entiendo es porque él acepta sus invitaciones para beber —inquirio curiosa, una virtud y a veces un defecto de su personalidad.
—Oh, ¿Quieres conocer la verdad razón? —preguntó Suigetsu con misterio inclinándose hacia adelante. Sakura abrió los ojos atenta y asintió con la cabeza.
—Suigetsu —advirtió Karin.
—Tranquila, no le diré nada que no deba saber —aseguró el albino sonriendo socarrón. Se giró a Sakura quedando sus caras muy cercas, cerró los ojos y alzó un dedo—. Lo primero que debes saber es...
—Que no debes escuchar a esta serpiente, princesa.
La aparición de Sasuke sobresaltó a más de uno, no se imaginaron que llegara en ese momento oportuno, y vaya que los más cuerdos los agradecían, si no fuera por él, quien sabe que cosas le haya dicho Suigetsu a Sakura.
El joven azabache se encontraba detrás de Sakura cargando una bolsa de piel que se estimaba pesada. La miraba desde su posición con una ceja alzada intrigado por el contexto de la plática que detuvo con su llegada. La chica había elevado el rostro para enfocarlo mejor y formado un puchero con sus labios.
—Sabes que no me gusta que me digas así —renegó de inmediato la chica.
—Entonces, ¿te parece bien "alteza"? No me importaría acostumbrarme al cambio —comentó Sasuke fingiendo seriedad, secretamente se divirtió por la molestia que mostró Sakura en su rostro.
—¡Eso es mucho peor! —alegó ella bajando la mirada.
Desde que se conocieron y él supo que ella era la primera princesa del Reino de Fuego, constantemente le llamaba por su título cual ahora detestaba, representa un pasado el cual quisiera enfrentar pero aún no poseía la fuerza necesaria para lograrlo. Además, no se consideraba una noble desde la muerte de su padre a manos de su primo y quien una vez amo, Sasori.
Pensar en él entristecia su corazón, así que decidió seguir hablando para despejar esos recuerdos.
—Además, tardaste demasiado —acusó apuntándole con un dedo.
Sasuke identificó la evasiva al tema muy sensible para ella. Prefirió no hacerle pasar un mal momento y siguió con su trabajo inicial que era advertirle al ojimalva sobre sus restricciones.
—Unos guardias sospecharon de mí, tuve que eludirlos —Sasuke le dedicó a Suigetsu una mirada de advertencia que claramente decía que no volviera a insinuar ese tipo de temas a la chica. El albino sonrió de lado encogiendose de hombros restándole importancia al asunto.
—Cómo no, si llamas mucho la atención de cualquiera —dijo Naruto entecerrando sus ojos al observarlo detalladamente.
Sakura también lo miró. No le hacía llamativo a su metro ochenta, de espalda ancha, piel blanquecina, cabello azabache corto con destellos azulados y ojos ónix cuya mirada intimidaba a cualquiera —lo recordaba por cuando lo conoció—. Vestía un kimono azul oscuro, el pantalón negro y encima la chaqueta larga de color azul oscuro. Las mangas del traje ajustadas con tiras elásticas y unos zapatos oscuros.
—A mí me parece normal —le comentó a Naruto.
—Sakura, cualquier persona que no tenga tu extraño cabello rosado, se te hace relativamente normal —dijo Konohamaru negando resignado con la cabeza por la visión de la chica.
—Por eso mismo deje mi lanza —Sasuke dedicó una mirada a su arma apoyada en el árbol donde la dejo cuando se fue, al no ver anomalía, se pasó del otro lado del tronco sentándose alado de Sakura y poniendo la bolsa a sus pies.
Todos esperaron ansiosos a que lo abriera.
Al sentir sus miradas, el azabache alzó su cabeza dejando su acción a medio terminar y bufó por debajo.
—¿Qué? ¿Se les perdió algo?
—Los dulces que te encargamos —objetó Konohamaru. Al no escuchar respuesta, entrecerró los ojos sospechosamente—. ¿Acaso nos los compraste?
Sasuke se hizo el desentendido al abrir la bolsa y rebuscar en su interior. De ahí sacó una cajita envuelta en tela roja y se le entregó.
Emocionado, el chico lo tomó entre sus manos y empezó a desamarrarlo con prisas, Naruto y Karin se le unieron a su euforia esperando encontrar los anhelados dulces que ansiaban comer desde días atrás.
En cuando le quitó la tapa, su rostro cambió a uno incrédulo, miró a Sasuke y luego el contenido de la caja. Incluso Karin trataba de buscarle una explicación y Naruto siguió observando el contenido.
—¿Qué se supone que es esto? —cuestionó muy despacio el chico.
—Una daga —respondió Sasuke con simpleza ante lo obvio.
—¡Maravilloso, conseguiste un dulce en forma de daga! —exclamó emocionado Naruto dispuesto a llevarse a la boca el arma.
—Dah, es una daga de verdad —hasta Suigetsu se mofó por la idiotez de Naruto.
—¿Estás insinuando mi falta de capacidad perceptiva? —Naruto se giró al ojimalva mirándolo sospechoso.
—Aquí vamos de nuevo —murmuró Neji encogiendose de hombros.
El albino sonrió socarrón.
—¿Yo? ¡Como crees! —ironizó—. Solamente me burlo de tu capacidad intelectual.
—¡Lo sabía! Sabía que te burlabas de mi percepción —lo acusó acercándose a él a pasos agigantados.
—No, amigo. Yo me burlo de tu intelectualidad.
—Por eso, es lo mismo.
—¿Alguien quiere explicarle al niño la diferencia de percepción e intelectual? —pidió aburrido el albino agitando su mano despejando la idiotez del rubio, no vaya a ser contagiosa.
—¡No me trates cómo un niño!
Y mientras se enfrascaban en una nueva discusión sin sentido, los demás le restaron importancia y se centraron en el arma.
—¿Por qué me trajiste una daga? —preguntó Konohamaru esperando una explicación lógica.
—No posees ningún tipo de arma y no quieres aprender a luchar —dictó mientras sacaba los suministros que compró— y me pareció razonable comprarlo con el dinero que me diste.
—¡Pero ya te dije que no sé empuñar cuchillos o una daga! —se negó de inmediato.
—Si la princesa aprendió a controlar un arco y flechas, ¿quién dice que tú no podrás lograrlo?
—Punto para Sasuke —dijo Suigetsu divirtiéndose a costa de Naruto que seguía reclamándole, y simplemente lo ignoraba.
—No sé si sentirme halagada u ofendida —opinió Sakura cruzándose de brazos. Un mohín sobre sus labios contribuyó a su gesto infantil.
Sasuke la miró con interés.
—Cuidado princesa, pensar demasiado podría hacerte daño —dijo con brula y una sonrisa de lado.
—¡Sasuke! Eres un grosero —se quejó la chica dándole un golpe a puño cerrado en su hombro. Claramente le dolió más a ella que a él, pero no lo demostró. Se aguanto las ganas de frotarse los nudillos, ¿que tenía Sasuke por músculos? ¿Piedras?
Por supuesto que el joven se percató de ello y le sonrió burlón mientras se inclinaba un poco hacia adelante, muy cerca de su rostro.
—¿Te dolió, princesa? —inquirió divertido.
Antes que Sakura le contestará a su manera, Naruto interrumpió refutando.
—Eres un desalmado Sasuke, ¡queríamos dulces!
Karin suspiró resignada sentándose de nuevo en su lugar murmurando lo malvado que podía ser Sasuke.
—De seguro se está vengando por esa vez que tiramos accidentalmente su lanza al río —se lamentó en voz alta.
—¡Yo no tuve nada que ver en su travesura! —se defendió Konohamaru parándose de su lugar y caminando a Sasuke agitando la caja.
—Hmp. No es por eso, pero gracias por recordarlo —agradeció falsamente el azabache.
Sakura se rio junto a Shikamaru a sabiendas que Sasuke lo hacia por maldad, aunque sus intenciones fuera buenas.
—Viajaremos al país del Rayo, es muy peligroso la frontera, todos debemos estar preparados —informó con suma seriedad.
—Jamás voy a empuñar contra un hombre —renegó Konohamaru entregándole la cajita al joven.
Sasuke no lo tomó, siguió enfocando al chico.
—Si no la vas a utilizar, por lo menos tenlo cerca. No sabes cuando te seguirá.
—Te aseguro que nunca la utilizaré —sentenció cruzándose de brazos.
El azabache no apartó la mirada de encima poniéndolo nervioso, pero le devolvió el gesto con firmeza a su creencia. Él sanaba heridas, no las provocaba. Y Sasuke debía entenderlo. Aunque bueno, ¿que podía esperar de un hombre cuya vida se ha dedicado a matar a quienes intentan hacerle daño?
—¡Ya sé! —Naruto le arrebato la caja y saco de ahí la daga. Bajo la mirada de todos, corrió al lago a unos metros y se metió sin remangarse el pantalón. Acercándose al centro, se quedó quieto con la mano que sostenía la daga en alto. Tuvo que ponerse de cuclillas, el agua le llegó a la altura de su cintura y permaneció sumamente quieto.
—¿Qué demonios hace? —se preguntó en voz alta Karin sin comprender.
—Cazará peces —murmuró Neji. Y en cuanto vio que Naruto saltaba entusiasmado haciendo gestos extraños al intentar linchar a un pescado, volteó la mirada evitando ver tal espectáculo—. Me da vergüenza ajena.
Y todos estuvieron de acuerdo.
Este OS ya lo había publicado en Wattpad c:
Tal vez haya una segunda parte (?