Recorrimos el ya destruido edificio. Habían zonas muy oscuras, Ángela y yo íbamos caminando y en medio de nosotras nos acompañaba Leon.

En otro sector el hedor a muerte era insoportable, no había vida alguna en nuestro camino, solo estructuras consumidas por las llamas.

No demoramos mucho para salir del lugar y vimos a Claire y al senador Davis discutiendo. A lo lejos pude avistar un helicóptero y varios militares armados. resguardando el sitio.

- Frederick lo dijo, usted no pudo convencer a los países de invertir en el desarrollo del desconocido virus G. - Dijo la pelirroja.

- Pe-pero Claire, ¿de qué estás hablando? - Cuestionó el senador.

- Al principio no sospeché que estuvieras conectados con los terroristas. Simplemente porque usted estaba en la terminal del aeropuerto cuando ocurrió el incidente...

Claire continuó con su explicación y ponía al senador Davis en una posición difícil.

- Pero tenía un motivo para provocar todo esto. Acciones. Las acciones de Wilpharma se devaluaron por nuestras acusaciones. Usted temía que sucediera exactamente lo mismo que sucedió con la Corporación Umbrella, necesitaba una excusa para usar la vacuna. - Lo acusó ella.

- Un momento. - La interrumpió el de traje. - Sí, soy accionista. Y Wilpharma recuperará la fe del público después de este incidente. Pero de ninguna forma apoyaría al terrorismo para garantizarlo. En primer lugar, ¿qué es el virus G? Jamás había escuchado de el. - Se defendió.

- Sé que usted le ordenó a Frederick que se deshiciera del virus G cuando lo llamó. - Lo discutió.

- Solo le dije que no te mostrara más de lo que necesitaras ver. Eso es todo. - Aclaró el político.

Leon, Ángela y yo nos acercamos a ellos.

- Dudo que él sepa algo. - Intervino Kennedy.

- Leon. - Se sorprendió Claire. - ¿Laura?

Cuando ella dijo mi nombre solo sonreí.

- El asistente del general Grande habló. Parece que todos nosotros, incluyendo al senador, fuimos engañados. - Continuó el agente.

- ¿Pero de qué estás hablando? - Preguntó Claire confundida.

De pronto sonó la campana, en el enorme reloj marcaba las doce de la medianoche. La pelirroja estaba confusa, pareciera que algunos recuerdos revoloteaban en su mente. Dirigió su mirada a una cabina telefónica, los cables de ésta estaban rotos.

- Imposible. - Musitó desconcertada.

- Y bueno, ¿qué se supone que haremos ahora? - Pregunté.

Fue cuando sonó el teléfono de Leon. Él echó un vistazo.

- Nos necesitan en la central. - Habló Kennedy. - Senador, por su seguridad, regrese a casa. Vendrán algunos agentes de la D.S.O. a resguardar el perímetro.

Leon nos hizo un gesto y lo seguimos, junto a Claire y Ángela subimos a la camioneta del equipo especial de respuesta.

En menos de de veinte minutos llegamos a un amplio campo de concentración protegido por varios militares fuertemente armados.

Habíamos ingresado a un edificio, en la entrada principal estaba inscripta las siglas D.S.O. (División de Operaciones de Seguridad).

El sitio era un complejo muy amplio y tecnológico, ya que había pantallas holográmicas por diversas partes.

Caminamos hacia unas escaleras mecánicas y fuimos a una oficina, allí estaba Ingrid Hunnigan.

- Leon, has llegado justo a tiempo. - Habló la morena y dirigió su mirada hacia mi.

Yo simplemente le dediqué una media sonrisa.

- El detenido nos dió un número telefónico, estamos esperando que realice alguna llamada para poder ubicarlo. - Explicó la asistente del agente.

- Gracias. - Asintió Kennedy.

Me dirigí a una esquina de la oficina y la mujer se acercó a mi.

- Al parecer no acataste las órdenes del agente Kennedy. - Me habló.

- Crucé por Wilpharma y vi a un sujeto asesinando a dos guardias del lugar. No pude evitar curiosear por ahí. - Me defendí.

- Eres igual que él. - Opinó.

Solo hice una mueca.

Pronto sonó la computadora de Hunnigan y nos acercamos a ver.

- Ya tenemos la ubicación del sujeto. - Dijo ella.

Kennedy abrió un armario con su huella digital, en aquel estante habían armas de diversas clases. El tomó una 9 mm. con sus cargas correspondientes.

Me quedé boquiabierta al ver todo el arsenal.

El rubio recargó la pistola y quitó unas llaves. Cerró el placar.

- Vámonos. - Dijo.

Yo miré a Hunnigan y asintió con su cabeza para que yo fuera con ellos.

Regresamos afuera y rápidamente subimos a un auto que nos mostró Leon. Él y Claire iban adelante y yo en el asiento trasero.

- Iré en mi furgoneta. - Avisó Ángela y se alejó.

El agente colocó el GPS y la ubicación fue recibida al aparato.

De pronto en la pantalla apareció Hunnigan.

- Enviaré refuerzos para poder asegurar la zona. Vayan con precaución. - Habló y pronto su figura desapareció.

Kennedy envió la ubicación a Ángela, puso en marcha el vehículo y aceleró.

De un minuto a otro, nos adentramos a un lugar montañoso y solitario. Mi corazón palpitaba de nerviosismo.

Ángela había realizado una llamada.

- Leon, iré por el lado opuesto, así lo tomaré por sorpresa. - Avisó.

- Recibido. - Dijo él.

No tardamos en llegar al lugar indicado. Y vimos allí un auto estacionado, el mismo que yo había visto cuando curiosa llegué a Wilpharma.

Leon detuvo el auto y dejó la luz alta encendida.

- Laura, quédate aquí. - Ordenó el agente.

Claire recargó su pistola y ambos salieron del vehículo.

Allí estaba, Frederick Downing disfrutando de su cigarrillo muy confiado, con un maletín en el capó de su automóvil.

Hasta que de pronto, notó nuestra presencia, se alarmó y quitó su pistola para apuntar a ambos.

- ¡No se muevan! - Gritó. - Tengo la última muestra de la vacuna y las especificaciones. Esto es lo único que queda en todo el mundo, lo demás se esfumó. - Amenazó.

Tanto Leon como Claire bajaron sus armas para calmar la tensión en el ambiente.

- Sí, muy bien. - Habló Frederick. - Ustedes mejor que nadie conocen la gravedad de la situación, después de sus terribles experiencias cercanas con las víctimas del virus. ¡La humanidad necesita esto! - Exclamó eufórico.

Yo estaba muy tensa dentro del auto, cerrando mis puños al ver a Ángela dirigiéndose detrás del enemigo.

Pronto ella lo apuntó con su arma y él dejó de hablar y se quedó congelado.

La agente del equipo especial de respuesta le arrebató su pistola y lo derribó.

Frederick quedó arrodillado con las manos en alto. Ángela lo apuntaba con su pistola directo a la cabeza.

- Espera, por favor, no dispares, hablemos. - Suplicaba por su vida. - Eres una mujer lista y a las mujeres listas les gusta el dinero. Puedo hacerte rica. Dividiremos todo en partes iguales...

Me quedé prepleja mirando la escena. ¿Lo va a disparar?

Leon y Claire lo dejaron en manos de la agente Ángela Miller.

Al final ella gatilló el arma pero no estaba cargado. Decidió arrestar a Frederick Downing.

Yo simplemente suspiré riendo levemente.

Pronto llegaron los refuerzos, afortunadamente no había nadie en los alrededores y atraparlo no fue muy complicado.

Kennedy tomó el maletín y tanto él como la pelirroja subieron de regreso al auto.

Leon me entregó el maletín y yo curiosa lo abrí.

Allí estaba, el famoso virus G en un tubo de cristal. Se veía muy frágil.

¿Quién diría que algo tan vulnerable a simple vista podría acabar con la humanidad entera?