"Recorría los pasillos de la mansión, con mi pelo en su estado natural, vibrando por el aire. Recuerdo bajar las escaleras de 1 en 1, intentando no llevarme por la ilusión. Y llegar al salón, el centro de la casa, donde un gran abeto cubierto de nieve, y de esferas rojas y verdes, me daba la bienvenida. Ese abeto que yo había elegido con mis padres, como todos los años.
Sin embargo, este año, la ilusión ha sido sustituida por la soledad. Un nuevo año, donde la tradición ha caído en la esfera del pasado, de mi infancia. Me levanté, bajé las escaleras para llegar a la sala común de Slytherin, donde otra serpiente había tomado la misma decisión que yo, y me acerqué a ese gran abeto, que escondía entre sus ramas mis dos regalos.
Los cogí rápidamente, y volví a subir a mi habitación. Draco Malfoy se había convertido en una persona extraña que no sabría describir, ni ponerle nombre.
Ya sentada en mi cama, abrí el regalo de mi abuela, que no eres más que tú ... mi diario. Con el cual hoy empiezo a hablar, sin saber si te llegaré a utilizar mucho más ... Debo decirte que a pesar de has sido una sorpresa, el regalo de mis padres te ha sobrepasado. Nunca llegué a pensar que pudiese ser posible, pero a veces entre los más terribles tormentos, aparece una pequeña luz, que te devuelve la esperanza. Yo no la he perdido, pero esta noticia me la ha reforzado. Pequeño Nicolás, te cuidaré y te amaré como nadie más lo pueda hacer."
Hermione cerró su nuevo diario con una sonrisa. La noticia de sus padres la había dejado en un halo de felicidad imposible de romper. Recogió sus cosas, y se arregló, en busca de su desayuno.
Hacía 1 semana que sus amigos ya se habían ido del colegio por las vacaciones de navidad. Contra todo pronóstico, la soledad del castillo la había relajado al punto, que le daba igual compartir la torre con Draco. No se había dado cuenta de cuanto había añorado esa soledad, hasta que sus amigos se fueron. Disfrutaba dedicándose tiempo, leyendo los amplios libros, que había dejado para más tarde, debido a los estudios. Aplicándose las pociones que su madre le había dado para el cuerpo y el pelo. Visitando a Hagrid algunas tardes. Y como no ... conseguir información para Draco Lucius Malfoy Black.
Así es ... había aceptado el trato con ese tonto rubio, que se dedicaba a espiar como forma de vida. Pero había aceptado con condiciones ... necesitaba saber el destino de esa información. Y resultó ser más obvio de lo que pensaba. Harry Potter y su gran amigo Ron Weasley estaban metidos en un gran lío. Y no es como si pensase ayudarlos, pero tampoco iba a dejar que Draco se saliese con la suya.
En fin ... estaban en busca de la piedra filosofal. Según los libros de la Sección Prohibida del castillo, esta piedra roja, podía ser utilizada para crear el Elixir de la Vida. Y ello implicaba que era un objeto peligroso, que podía caer en las manos equivocadas, o en manos inútiles como las de Potter.
Por eso Theo, Blaise y Hermione tenían un plan.
- Flashback -
- No podemos dejar que los inútiles de Griffindor la encuentren. - dijo Hermione entre susurros. La señora Pince mandaba ojeadas malditas, dignas de matar a los pobre inocentes que hiciesen ruido.
- Yo no veo el problema. -dijo Blaise - ¿qué pretendes hacer con esa piedra?
- Resguardarla, protegerla de alguna manera en la que Voldemort no pueda tener acceso a ella. - dijo Hermione frunciendo el ceño.
- Sospecho el escondite en el que estás pensando ... - la mente de Theo empezó a observar los pros y contras.
- Maldita sea Theo. Nos meteríamos en un jodido problema. Estaríamos robando a Hogwarts. - susurraba Blaise con desesperación.
- Realmente no es un robo, más bien estaríamos evitando un robo - dijo Hermione con una sonrisa.
- Además, ¿hasta que punto lo que te dijo Draco es cierto? De ese cretino no me fío un pelo. - dijo Blaise negando con la cabeza, aún sin verlo.
- ¿Por qué me mentiría? Estamos hablando de que lo oyó de Snape, me creo sus sospechas. - argumentó Hermione.
- Estás loca, eso estás. - suspiró Blaise - Tendrás que sonsacarle más información a Hagrid sobre esa piedra, ahora que sabemos que sabe donde está.
- Lo haré mientras vosotros disfrutáis de vuestras navidades. - sonrió Hermione mientras se estiraba, viéndose la inminente victoria.
- Deberás tener mucho cuidado. - aconsejó Theo mientras se rascaba el pelo en un gesto nervioso - Nos estamos metiendo en terreno pantanoso. Si algo de esto sale a luz ...
- Sabrán que habéis elegido bando ... lo sé.
- Fin del flashback -
Hermione suspiró mientras se dirigía al Gran Comedor, hoy le esperaba una tarde con Hagrid en busca de información. Mientras caminaba, hizo una lista mental de lo que tenía que preguntarle al semi-gigante. Una vez dentro de la bella sala, se sentó en su mesa al lado de Draco, el único que también se había quedado de toda la casa de serpientes.
- ¿Has encontrado más información al respecto?
- Buenas días a ti también. Muchas gracias por preguntarme que tal he dormido, que muy bien por cierto. - contestó Hermione mientras se servía algo de desayunar.
- Que bien Granger ... - suspiró Draco, mientras la maldecía en voz baja.
- Si Malfoy he encontrado información.- dijo la castaña poniendo los ojos en blanco.
- Por una vez, me encuentro deseoso de escucharte. - dijo Draco poniendo plena atención en Hermione.
- Muchos de los libros en los que encontré información, rechazaban la existencia de esta piedra.
- Eso no es posible, Snape ...
- Lo sé, por eso me adentré en la Sección Prohibida.- Señaló la castaña.
- ¿Dónde?
- Baños de Mythe de la Llorona.
- ¿en serio?
- Eso dicen los libros. Le debes preguntar a ella, te sabrá decir por dónde entrar.
- Espero que lo que me estás diciendo sea verdad, Granger.
- Malfoy me da bastante igual, la piedra esa. Como también me das igual tú y Potter. El único que me importa es Hagrid. - dijo Hermione contactando visualmente con el rubio. - Mi parte del trato ya está hecha, espero que cumplas con tu palabra.
- Yo siempre Granger.- dijo Draco dándole la mano a Hermione para cerrar el pacto. - Cambiando de tema ... el viejo comunicó que podríamos ir a Hogmeade esta tarde.
- ¿esta tarde?
- Sí. Los profesores se retiran, por lo que a falta de vigilantes, nos echan.
- Joder ...
- Nunca pensé que te escucharía soltar un taco, princesa. - Malfoy levantó ambas cejas sorprendido.
- No me llames princesa. - dijo Hermione - ¿Entonces cuál es el plan?
- ¿Qué plan?
- Digo yo, que si me has contado lo de Hogsmeade, es porque quieres que vaya contigo. Si no, no me dirías nada, y me dejarías aquí aburrida.
- ¿Una cerveza de mantequilla? - ofreció Draco, viéndose pillado.
- Bien, pero antes quiero pasar por la librería.
- ¿Podrías dejar de ser tan sabiondilla alguna vez?
- ¿podrías dejar de ser tan estúpido Malfoy?
- Granger ... ¿acaso no tienes repertorio nuevo?
- Malfoy ¿me lo dices tú? - sin darse cuenta iban subiendo el tono.
- Quiero que quede claro que esto no es una cita.
- Pues claro que no lo es Malfoy, pero qué te piensas estúpido.- chilló Hermione roja.
- Eres tan obvia, Granger. Si lo estás deseando ...- el rubio se empezó a reír a carcajada limpia mientras intentaba terminar de hablar, pero una colleja de Hermione lo dejó mudo y sin aliento.
Holisssss ¿Qué tal?
Muchas gracias a los nuevos seguidores, sois unos amores.
Siento haberme retraso al subir el capi, espero que lo hayáis disfrutado.
Un beso.
Andrea