Nota del autor: ¡Hola! Este es mi primer intento de escribir un fanfic. Sin embargo, soy una gran obsesiva cuando se trata de leerlos, así que espero que esto sea un buen precedente. Este es un AU con Yuuri como el entrenador de Viktor. Estoy muy feliz de escribir sobre estos geniales personajes que amo. ¡Espero y sea de su agrado!

Soy mi propio beta, así que se aceptan y agradecen correcciones de cualquier tipo.

Disclaimer: Los personajes de Yuri! On Ice no me pertenecen.


Prólogo

En ese momento, Viktor Nikiforov se sentía, en pocas palabras, frustrado.

Uno pensaría que alcanzar el cuarto lugar en el primer Grand Prix Final en el que había clasificado a sus 21 años era suficiente para lograr que cualquier patinador se sintiera realizado por el momento, porque, al fin y al cabo, se trataba de una competencia a nivel internacional llena de personas talentosas y con años de experiencia.

Evidentemente, ese no era el caso del ruso.

A pesar de que su desempeño en las prácticas había sido intachable, por alguna razón, al final, lo había arruinado. Aún podía recordar perfectamente la sensación de estar volando en el aire, su pecho agobiado con la sensación de que su salto era incorrecto; no estaba seguro de si era la velocidad de sus movimientos antes de lanzarse, la fuerza ejercida por sus piernas o el momento en que las cuchillas de sus patines abandonaron el hielo, pero en la mente de Viktor sólo danzaba una sola palabra: mal. Su salto estaba mal.

Aun cuando había logrado ponerse de pie luego de que su cuerpo se estrellara contra el suelo con un ruido sordo para continuar su programa libre sin más fallos aparentes, era obvio incluso para él mismo que su error eliminaría cualquiera de sus posibilidades de pararse en el podio; ese sentimiento acompañándolo hasta las últimas notas de su rutina.

Viktor no estuvo sorprendido cuando su puntaje no fue precisamente alto; tampoco lo estuvo cuando el último patinador se encontraba en el Kiss & Cry y las pantallas de toda la pista mostraron las puntuaciones finales, colocándolo a sí mismo en el cuarto lugar. El joven no podía dejar de pensar que, de haber cometido alguna falla en su programa corto, muy probablemente habría quedado en el último puesto, ya que la diferencia de puntos entre el sexto, quinto y su propio lugar era mínima.

Esa realización no hacía nada para mejorar su humor.

No había que malinterpretarlo. Viktor Nikiforov solía ser un chico radiante. Su largo cabello platinado que destellaba con la luz y su sonrisa en forma de corazón combinaban perfectamente con su personalidad alegre y coqueta, convirtiendo al patinador en el individuo perfecto para atraer a cientos de fans encantados con él. Además de eso, era evidente que el muchacho también poseía talento.

Viktor patinaba desde que tenía memoria. Sus recuerdos de la infancia estaban plagados de momentos en la pista de San Petersburgo, su pequeño cuerpo envuelto en varias capas de cálidas ropas para combatir el ambiente frío del lugar. Sus memorias de la adolescencia giraban en torno a las competiciones junior, con Yakov gritándole que prestara atención a los demás patinadores y que dejara de tirar de su cola de caballo.

Sin embargo, a pesar de que su existencia gravitaba alrededor del patinaje artístico desde hacía ya mucho tiempo, había un momento en específico que marcó un antes y un después en la vida del platino.

Vio patinar a Yuuri Katsuki.

La primera vez que Viktor lo vio fue en la televisión cuando éste tenía 11 años. A sus 15 años, Yuuri concursaba por primera vez en la liga senior, luego de haber arrasado con el oro en las finales de junior las últimas dos temporadas, según decían los comentaristas.

Si el ruso cerraba los ojos, casi podía recrear la escena en su mente a la perfección: él mismo sentado en el rígido sofá de la casa de Yakov, la televisión siempre encendida en el canal deportivo que transmitía las competiciones de patinaje artístico, sus pensamientos divagando en fantasías de él mismo apareciendo en televisión en el futuro, cuando, de repente, lo ve.

Su oscuro cabello estaba peinado hacia atrás, algunos rebeldes mechones cayendo sobre sus gafas cuadradas, las cuales entrega a su entrenador antes de comenzar a quitarse sus prendas deportivas, revelando un impresionante traje negro que se cierne a él como una segunda piel. A la luz de la pista, los cristales de su vestuario destellaban como diamantes y el pequeño trozo de tela en su cadera que emulaba a una falda lo hacía ver de alguna forma femenino y masculino a la vez, cosa que iba más allá del entendimiento de un Viktor de 11 años.

El chico intercambia algunas palabras con su mentor para luego eliminar las guardas de sus patines, la voz del comentarista retumbando desde la televisión.

"Por último, representando a Japón, patina Yuuri Katsuki, prodigio medallista de oro en la liga junior, con su programa corto titulado..."

Yuuri patina hasta el centro del hielo y toma su posición inicial, las luces brillantes apuntándolo sólo a él.

Entonces la música comienza.

Viktor no tenía palabras para describir lo que vio. Sólo recuerda a aquél hermoso chico moviéndose al ritmo de la música, sus brazos agitándose alrededor de su delgado cuerpo mientras sus pies rasgaban el hielo a través de los complicados giros y series de pasos. El aliento del ruso estaba atorado en su garganta y sus puños apretaban la tela del sillón cuando el hombre abandonó la pista para dirigirse al Kiss & Cry y recibir un puntaje que lo disparaba al primer lugar automáticamente.

"Quiero patinar con él", fue lo único que Viktor logró susurrar.

Desde entonces, decir que Viktor estaba un poco obsesionado con Yuuri Katsuki era un eufemismo.


Nota del autor: No quise darle un nombre a la rutina de Yuuri, ya que no se me ocurrió nada específico, por lo que lo que lo dejé al aire. Como mencione con anterioridad, este es mi primer fic. ¡Las críticas constructivas son bien recibidas! Muchas gracias por leer.