Cap. 7 Disturbio de sentimientos

Suzu miraba de reojo a Kouko desviando su mirada cada vez que los ojos azules de la chica se dirigían hacia ella, siempre se había sentido cómoda alrededor de la pelinegra, pero, desde lo que había ocurrido entre ellas, no sabía cómo debía actuar

¿Prácticamente se habían declarado no es así?

¿Eso significaba que ahora eran pareja?

Su rostro se acaloró ante ese pensamiento, desde que comenzó a sentir atracción por Kouko anhelaba el día en que por fin fuesen pareja, sin embargo ahora no tenía idea de qué hacer

-Suzu-sama-

Aquella voz sacó de sus pensamientos a Suzu, quien con un ligero sonrojo miró a su compañera

-¿S-sí?-

-¿Está todo bien?-

-Claro, claro ¿Por qué no debería estarlo?-

-¿Está segura? Luce distraída, como si algo la estuviera molestando-

-¿Estás preocupada por mí?- preguntó Suzu de forma burlona, Kouko se acercó a ella, haciéndola sentir más nerviosa con su acercamiento

-Lo estoy- la peli azul sonrió nerviosa, eran ese tipo de cosas las que le estaban causando conflicto. A pesar de que no habían hablado sobre el beso o las palabras que compartieron Kouko había cambiado ligeramente ciertas actitudes, si bien la seguía tratando con el mismo respeto y educación que antes, ahora se mostraba más abierta y sincera con sus emociones. No era que a Suzu le molestaran ese tipo de cosas, de hecho el cambio era muy agradable para ella, sin embargo ella no sabía cómo comportarse al respecto

-¿Suzu?-

Escuchar a Kouko llamándola sin honoríficos no la ayudaba, se sentía nerviosa casi todo el tiempo y eso era nuevo en ella "¿Qué me pasa?"

-Estoy bien, estoy bien. Solo recordé que tengo que hablar con Tokaku sobre algo ¿Puedes terminar tu sola el trabajo?-

-Lo terminé hace un rato-

-Oh… Entonces… Te veo más tarde- Suzu caminó un poco apresurada. Necesitaba hablar con alguien respecto a eso, Tokaku era su hermana mayor y llevaba una relación desde hace algún tiempo. Seguro ella podría ayudarla ¿Cierto?

"A esta hora no tiene entrenamiento así que tal vez tenga tiempo para hablar al respecto"

Suzu caminó hacia el pequeño despacho que Tokaku tenía en el castillo, aunque su hermana mayor no fuera una persona a la que le gustara trabajar encerrada en un despacho con montones de papeles debía hacerlo, sabía que un militar no solo podía dedicarse a la guerra y la batalla, también debía conocer las formas de hacer pactos, contratos, en pocas palabras, diplomacia. Así que cuando Tokaku no estaba afuera con su ejército, estaba dentro con el papeleo. Antes de llegar con su hermana, Suzu pasó a la cocina por un almuerzo ligero, por la hora seguro Tokaku tendría hambre, después de todo, ya era tiempo para comer

Tocó la puerta tres veces pues esa era la clave que las hermanas Datura tenían para anunciarse, la potente voz de Tokaku se escuchó al otro lado de la puerta

-PASA-

Tarareando una suave melodía, Suzu entró al despacho de su hermana mirando a su alrededor el extremo orden en que se encontraba, la peli azul tenía la impresión de que su presencia era un caos en ese lugar

-Toma asiento, Suzu. Déjame terminar de redactar estos mensajes y te atiendo-

Ver a su hermana así de dedicada le recordaba a su padre, la misma forma en que fruncía el ceño, la forma en que ligeramente sonreía cuando le gustaba el resultado y el suave suspiro al terminar el trabajo le hacían recordar a la joven sacerdotisa a su padre

-Por favor, lleva estos mensajes a los capitanes de caballería de nuestro ejército-

-Enseguida su alteza-

Una vez que el mensajero se fue, Tokaku se levantó de su silla, estirándose un poco fue hasta donde estaba su hermana, sacudiendo su cabello la saludó

-Y ¿Qué pasa?-

-¿Necesito una razón especial para poder visitar a mi querida hermana? ¿Por qué crees que pasa algo?-

-Bueno, traes una canasta con comida, entraste tarareando una canción y tienes tus manos entrelazadas sobre tu regazo mientras juegas con tus pulgares. O te pasa algo y no sabes como decírmelo, o rompiste de nuevo algo dentro del castillo y quieres que te cubra-

-Odio que seas militar. Sabes muy bien cómo leer a las personas-

-Soy tu hermana mayor. Te conozco bien así que- Tokaku se sentó frente a Suzu -¿Qué pasa?-

Suzu suspiró pesadamente, rascó su nuca en claro nerviosismo, la mirada de su hermana sobre ella no ayudaba, esa mirada seria y fría la ponían aún más nerviosa

-Suzu-

-¿Sí?-

-Rompiste el jarrón del pasillo que da a la sala del trono ¿verdad?-

-¿QUÉ? ¡NO! ESO NO ES LO QUE VENGO A DECIRTE, ADEMÁS NO SABÍA QUE ESO ESTABA ROTO-

-No lo está, es para que por fin te decidas a decirme que te pasa-

La sacerdotisa respiró profundamente y se puso de pie, caminó un poco y dijo

-¿Cómo se siente tener novia?-

-¿huh? ¿A qué viene todo eso?-

-Bueno… Hay una chica que me gusta y bueno… creo que me confesé y… No sé, esto es nuevo para mi-

-¿Por qué?-

-Porque no creí que me correspondería-

-Deberías sentirte dichosa y no confundida. Además, era obvio que Kaminaga siente algo por ti-

Suzu se sonrojó y habló nerviosa

-¿Es muy obvio que es Kouko?-

-Bueno, si hasta yo pude darme cuenta de que es ella quien te gusta, creo que debería decirte algo… Entonces ella te corresponde ¿Cuál es el problema? ¿Qué pasó?-

-Estoy enamorada de Kouko y el día que hablamos con el abuelo ella estuvo ahí para mí. Me corresponde y bueno, nos besamos y ahora no sé qué hacer. Me gusta, la quiero, incluso creo que puedo decir que la amo pero no sé qué hacer, simplemente es como si de pronto no supiera actuar frente a ella… Es que la besé y bueno ¿Solo basta con un beso? ¿O debo decirle algo más? ¿Soy la opción correcta para ella?-

-Suzu, no te alteres. Por lo que veo no hay nada de malo ¿Qué es lo que te preocupa?-

-Que nunca he tenido pareja y bueno, nunca me había enamorado. Los herederos del templo muy raramente tienen una relación y bueno ¿Esto está bien?-

-Deja de pensar en si está bien o no. Pasó lo que tenía que pasar entre Kaminaga y tú-

-Tú tienes una relación estable con Haru-chan ¿Cómo es?-

-Pues como todos los noviazgos supongo- Tokaku suspiró pesadamente -Suzu… Honestamente no sé qué decirte ¿Qué quieres que te diga?-

-Si…Creo que hablar de sentimientos contigo no es la mejor idea-Tokaku frunció el ceño- Es broma, es broma-

-No es por los sentimientos, simplemente no entiendo cuál es tu problema ¿Te gusta Kaminaga no?-

-Si-

-Y por lo que me contaste, tú le gustas a ella, aunque eso ya lo sabíamos. La diferencia es que ahora lo acepta-

-Si, creo que si-

-Entonces ¿Cuál es el problema?-

-Es simplemente que… no estoy segura de que el abuelo lo tome de buena manera

-Con quien tengas o no una relación es cosa que no le incumbe al abuelo en lo más mínimo- Tokaku sonaba decidida y al mismo tiempo ligeramente molesta -Solo déjalo en claro, como yo lo hice sobre mi relación con Haru en el pasado-

-Supongo que tienes razón-

-Tú nunca dejas que la opinión del abuelo te impida hacer algo ¿Qué es lo que realmente te está molestando?-

-Kouko-chan se ha comportado de manera un poco… Diferente, no de mala manera, pero yo no sé si debo actuar diferente o no, no sé qué hacer-

-Es natural, yo cambie mucho con Haru-

Suzu sonrió enternecida, era cierto para el resto del mundo Tokaku podía ser considerada como un témpano de hielo, pero Haru podría decir todo lo contrario, el amor había cambiado a su hermana mayor y para bien, quizá le estaba pidiendo consejos a la persona incorrecta, quizá necesitaba alguien que estuvo en su misma situación anteriormente, alguien como Haru

-Tienes razón, gracias por la charla-

-De nada, supongo… No creo haber hecho mucho pero espero que pasar tiempo conmigo te ayude en algo. Ahora comamos antes de que deba volver al trabajo-

Tokaku suspiró suavemente, la conversación con Suzu había despertado recuerdos agradables, los más agradables que tenía. Ella, como la hija mayor, tenía un papel fundamental que cumplir, su destino estaba marcado incluso antes de nacer, aunque sus padres insistían en que debía ser una niña como los demás, el abuelo fue determinante y decidió que su entrenamiento comenzaría lo más pronto posible. Forzada a ser una persona seria, fría y calculadora, Tokaku no demostraba sus sentimientos por considerarlos innecesarios, las únicas personas que podían decir que conocían a la verdadera Tokaku eran sus hermanas menores y sus padres, la mayor peli azul no se abrió a ninguna otra persona y cuando sus padres murieron decidió congelar cualquier dolor o sentimiento que pudiera tener encerrándose en ella misma… Con la muerte de los reyes, el abuelo volvió al poder haciéndose cargo de sus nietas, sin embargo, Hitsugi era aún pequeña para que él pudiera encargarse de ella y su educación, decidió que una institutriz que la acompañara en ese duelo sería la mejor opción, fue así como una chica muy joven con un llamativo color rojo en su cabello llegó. El rey Akiyama la entrevistó personalmente y al ver que esa joven estaba totalmente calificada para hacerse cargo de la educación de la heredera al trono decidió contratarla… Tokaku jamás olvidaría la primera vez que vio a esa chica, lo primero que llamó su atención fue esa sonrisa que al verla parecía que había curado todo en ella, era como si esa sonrisa la hiciera feliz solo por el simple hecho de verla, sus rosados ojos irradiaban felicidad y Tokaku sintió un escalofrío recorrer su espalda

-Su majestad, mucho gusto, Ichinose Haru. Soy la institutriz de su majestad Datura Hitsugi-

Haru hizo una reverencia la cual fue correspondida por Tokaku aunque no debía hacerlo, tomó su mano y dio un beso en ella

-El gusto es mío, Datura Tokaku… Permítame escoltarla al salón-

-Oh no, no, no es necesario su majestad-

-Insisto-

Tokaku caminó con Haru, una caminata incómoda llena de silencio, Tokaku la miraba de reojo no sabía por qué sentía la necesidad de ver esa sonrisa, de escuchar de nuevo su voz. Cuando llegaron al salón donde Hitsugi estaba torpemente abrió la puerta y dejó pasar a la pelirroja

-Hitsugi. Ichinose-san será tu nueva institutriz-

-Mucho gusto su majestad, Ichinose Haru a su servicio-

-Un placer, Datura Hitsugi- Hitsugi miró a Tokaku quien seguía en el marco de la puerta -Tokaku ¿vas a quedarte? ¿vas a irte? ¿o por qué rayos sigues ahí parada?-

La peli azul mayor se cuadró y salió sin decir nada, incluso azotó la puerta

-Su majestad es muy seria-

-Yo diría que es idiota pero bueno…-

Los días pasaban y Tokaku hacía lo posible por estar cerca de Haru, incluso llegar a tomar clases con Hitsugi

-Tokaku ¿Qué haces aquí? ¿Qué no deberías estar con el ejército?-

-Papá siempre nos dijo que un militar debe ser culto e inteligente y no solo una máquina para matar-

-¿Y eso que tiene que ver con que estés aquí?-

-Ichinose te da clases. Sería muy tonto desaprovechar sus conocimientos-

-¿PERO POR QUÉ DEBES ESTAR CONMIGO?-

-Tranquila Hitsugi, digo, su alteza, no es para mi ningún inconveniente que Tokaku-sama esté con nosotras-

Definitivamente a Tokaku le encantaba estar con Haru, aunque ella no era la única, rápidamente la joven maestra se ganó la simpatía y el cariño de todos en el castillo quienes veían algo de la reina en ella, tal vez era su sonrisa, tal vez era su optimismo pero algo en Haru hacía que todos se sintieran bien cuando estaban a su lado… Eso le ganó también la admiración de varios jóvenes sirvientes del castillo e incluso de soldados, aquello no le hacía mucha gracia a Tokaku quien no sabía por qué eso le molestaba

-¿Otro ramo de flores, Ichinose?-

-Si su majestad. Este es de parte de los jinetes de caballería. Son muy amables ¿no le parece?-

Tokaku solo fruncía el ceño y se iba, observaba a todos los que mostraban su admiración por Haru, los miraba por debajo de ella pero sabía que ellos podían darle algo a Haru que ella jamás podría: una vida normal…

Un día, como si se tratara de una señal, vio a Haru caminar por el jardín, la luz alrededor de ella la hacía lucir más hermosa y ese fue el momento en que Tokaku se dio cuenta de que le gustaba Haru y que, además, estaba perdidamente enamorada de ella. Tembló ante ese pensamiento y decidió alejarse "Después de todo, ella jamás me correspondería"

La ceremonia de rango llegó, era el día en que Tokaku sería nombrada como el capitán general del ejército real de la casa Datura, estaba sumamente nerviosa aunque eso, claro, nadie lo notaba

-Su alteza ¿está lista?-

-Claro-

El uniforme militar la hacía lucir bellísima y poderosa, ella estaba lista para tomar su responsabilidad con el reino pero tenía miedo de fallar, aún era muy joven pero debido a que ningún miembro de la casa real ocupaba ese puesto, su ascenso tuvo que ser adelantado. Al concluir la ceremonia un pequeño banquete fue servido, Tokaku buscaba con la mirada de Haru, necesitaba verla pero ¿Cómo podría hacerlo si llevaba semanas alejándose de ella?

-Hitsugi ¿Dónde está Ichinose?-

-Después de la ceremonia oficial se fue a caminar por el jardín, seguramente estará por ahí aún ¿Por qué preguntas?-

-Simple curiosidad-

-¿Sabes Tokaku? Haru es una persona sumamente linda, por dentro y por fuera. Si yo fuera tú dejaría que mi mente deje de pensar lo que sea que le está torturando y simplemente le diría que me gusta-

-¿Qué te hace pensar que tengo ese tipo de sentimientos por Ichinose?-

-Tokaku por favor, si alguien te conoce bien somos Suzu y yo, las dos lo notamos hace mucho. Si no se lo dices ahora va a ser muy tarde después-

La mayor de los Datura se sorprendió ante esas palabras, pero Hitsugi tenía razón. No podía seguir ignorando lo que sentía y no podía seguir evitando a la pelirroja, cada vez le era más difícil, más doloroso. Sin más Tokaku se levantó y fue a buscarla, encontrándola en uno de los jardines secretos

-Haru-

La pelirroja dio un brinco por la sorpresa

-Su majestad ¿Qué hace aquí?-

-Quería verte-

-¿huh? ¿A mí? ¿Por qué?-

-Porque te necesito- y entonces Tokaku se acercó a Haru y tomó sus manos -No sé qué es lo que me pasa pero desde que llegaste todo ha cambiado para mí. Incluso la vida me parece que por fin tiene un sentido, es solo que tengo miedo-

-¿Miedo? ¿De qué?-

-De sentir todo esto por ti y sentir eso que llaman amor y no ser correspondida y-

Haru interrumpió a Tokaku dándole un beso tierno

-Yo también te quiero y estoy enamorada de ti… Tokaku-

Hitsugi miraba por la ventana mientras escuchaba las lecciones de Haru, desde la discusión ocurrida con su abuelo, no había tenido oportunidad para salir del castillo sin que éste intentase seguirla o la interrogara, y, además, ya eran varios días en los que no veía a Chitaru y comenzaba a desesperarse por eso

Suspiró y recargó su cabeza sobre la mesa, cosa que no pasó desapercibida para la pelirroja

-¿Quieres que tomemos un descanso?-

-Lo siento Haru es solo que… No me siento de buen humor justo ahora-

-Eso puedo notarlo ¿Es por la discusión que tuvieron con el Rey?- Hitsugi asintió, era cierto que aún estaba un poco molesta por eso, sin embargo su molestia era principalmente por no ver a Chitaru, pero eso era algo que no podía contarle a Haru. No por el momento

-Me siento un poco tonta porque eso me siga molestando, Tokaku ya está más relajada sobre el tema, incluso Suzu ha estado de un humor extrañamente bueno, en realidad se ha estado comportando extraña… Y no me ha llevado al templo con ella-

-No sabía que te gustaba ir al templo del pueblo- Hitsugi se sonrojó mientras una sonrisa boba se dibujaba en su rostro -¿Hitsugi?-

La princesa sacudió su cabeza y carraspeó su garganta

-No me gusta específicamente el templo pero me gusta pasar el tiempo con Suzu-

-Aww, hermanita sabía que me querías- Hitsugi volteó al escuchar esa voz, encontrándose con su hermana mayor en el marco de la puerta -Por suerte para ti, parece que el abuelo ya se cansó de vigilarte así que ¿Quieres acompañarme al templo hoy?-

Una enorme sonrisa se dibujó en el rostro de Hitsugi quien entusiasta gritó

-¡SI!- al ver como Haru la miraba extrañada guardó la compostura -Ejem… Quiero decir, sí con gusto-

-¿Puedo acompañarlas?- Suzu y Hitsugi intercambiaron miradas de forma nerviosa, confiaban en Haru pero revelarle la relación de Hitsugi con Chitaru era algo un poco arriesgado aún, debían ser cuidadosas. Pero si se negaban a su compañía sería demasiado sospechoso, Suzu guiño su ojo para calmar a su hermanita

-Será un gusto que nos acompañes, Haru-chan-

Las tres caminaron por el pasaje de la familia real que conectaba el castillo con el templo, un enorme pasillo lleno de árboles y flores era, por sí solo, un hermoso lugar. Hitsugi caminaba con gran nerviosismo, por un lado era la emoción de ver a Chitaru y por el otro el miedo de que Haru las descubriera ¿Qué pasaría si las descubría? ¿Cómo lo tomaría? y lo más importante ¿Se lo diría a Tokaku?

-Si muestras miedo todo mundo sabrá que has hecho algo malo-

Suzu le susurró poniendo su mano sobre su hombro

-Pero no he hecho nada malo-

-Exacto. Tranquilízate-

Hitsugi respiró profundamente y caminó más tranquila, Suzu tenía razón, no estaba haciendo nada malo, enamorarse nunca era malo, pero mentiría si dijera que no le preocupaba el hecho de estar enamorada de quien no debía… Sin embargo confiaba en que su amor sería lo suficientemente fuerte para que juntas cambiaran eso

Al llegar al templo, Kouko estaba ahí atendiendo a unos campesinos que habían llegado a dejar una ofrenda para la Diosa, Suzu no pudo evitar sentirse torpe y se escondió tras de un pilar

-¿Qué te pasa, Suzu? ¿Por qué te escondes?-

-Shh yo no sé qué-

-Sus majestades-

La voz de Kouko llamándolas obligó a Suzu a salir de su escondite, lucía sonrojada y no podía dejar de tartamudear

-Kou, di-digo Kami-Kaminaga-sama, digo san-

Hitsugi intentó no reírse a carcajadas, ver a Tokaku enamorada y torpe le resultaba divertido, pero ver así a la siempre tranquila Suzu era muchísimo mejor

-La familia Kawanabe vino a dejar una ofrenda, piden una oración para que su cosecha sea buena-

La peli negra se acercó a la joven sacerdotisa ofreciéndole la mano para que fuera con los campesinos, Suzu se congeló sin saber que hacer

-Suzu-

Kouko le susurró logrando que saliera de ese trance, no tomó su mano y bajó a ver los campesinos. Kouko miró extrañada eso y frunció el ceño. Haru, Hitsugi y Kouko miraron a la peli azul cumplir con sus funciones, los pobladores del reino realmente amaban y respetaban a su princesa, los campesinos se fueron sumamente felices al poder tener la dicha de ver a las princesas

-Que la Diosa las bendiga y guarde, sus majestades. Que les de sabiduría para conducir a este reino-

-Muchas gracias por sus buenos deseos. Créanme que las tres trabajaremos para hacer de este un reino prospero-

Suzu regresó con las demás chicas y la tranquilidad que había mostrado con aquella familia se derrumbó al ver a la peli negra

-Gra-Gracias Kami-Kaminaga-san por-por tu ayuda-

-Aaam ¿de nada?-

Y un silencio incómodo y tenso se hizo presente, Kouko sabía que si Hitsugi estaba ahí era para ver a Chitaru, suspiró pesadamente

-Ichinose-san, es un gusto verte-

-Lo mismo digo Kaminaga-san-

-¿Serías tan amable de acompañarme? Las princesas deben hacer algo-

-Claro-

La peli negra volteó a ver a Hitsugi y asintió, ella le asintió de vuelta con una sonrisa. Una vez que las dos Datura estuvieron solas Hitsugi volteó a ver a su hermana con sorpresa

-Suzu ¿Qué diablos fue eso?-

-¿Qué fue qué?-

-Tú comportamiento extraño de hace unos momentos-

La sacerdotisa suspiró pesadamente y haciendo una seña con su cabeza le indicó a su hermana que entraran al templo. Sentándose en los escalones para cubrirse del sol, dijo

-Kouko me gusta-

-Te tengo otra novedad, el cielo es azul-

-No te burles Hitsugi que esto es serio-

-De acuerdo, lo siento pero no es algo nuevo lo que me dices. Muchas veces me has confesado que Kaminaga-san te gusta-

-Lo sé-

-Entonces ¿Qué te ocurre?-

-Bueno… Nos besamos-

-¿¡USTEDES QUÉ!?-

-¡Shh! Hitsugi por favor, no hagas alboroto de esto-

-Claro que voy a hacer alboroto de esto. Mi hermana mayor por fin se confesó a la chica que le gusta, ahora las tres princesas Datura tenemos pareja-

-Si, bueno, sobre eso, no sé si pareja es la palabra que yo utilizaría…-

-Suzu… ¿No estás segura de que ahora Kouko y tú tienen una relación?-

-Pues no lo sé… Es complicado-

-¿Por qué debería serlo? Te confesaste y le pediste que fuera tu novia o ¿Ella te lo pidió? ¿Quién se lo pidió a quién? ¡Cuéntame!- la emoción de Hitsugi hizo que Suzu se confundiera ante esa pregunta y analizó lo sucedido por un par de segundos. Ninguna de las dos había hecho una propuesta formal... Pero todo había quedado implícito ¿no? Se sintió torpe por no darse cuenta de ese detalle tan importante antes. Al ver la cara de duda de su hermana, Hitsugi suspiró y se cruzó de brazos -¿Es en serio Suzu?-

-Estaba emocionada y distraída ¿de acuerdo? He estado así en estos días, incluso…-

-¿Qué?-

-Olvidé darte esto- Suzu le entregó una nota a Hitsugi, ésta la miró confundida y comenzó a leerla, dándose cuenta de que la nota era por parte de Chitaru -No te molestes por favor, hermanita-

-¿Hace cuánto tienes esto?-

-Un par de días…-

-¡Suzu!-

-Ya no te enojes, ya tienes la nota de tu amada coronel-

-Pero puede decir algo importante y yo sin saber que-

-No hagas drama, Hitsugi. Las malas noticias no llegan en un sobre. Además, ya comenzaste a leerla y no dice nada malo. Mejor termina de leer-

Hitsugi volvió sus ojos a esa nota y volvió a leerla desde el principio

Mi querida princesa

Una semana sin verte se vuelve un siglo, deseo con ansias volver a abrazarte y ver tus hermosos ojos que son toda mi alegría

Anhelo escuchar tu dulce voz y llenarme el corazón de vida al besarte

Seré paciente y espero que tú también lo seas

Hasta nuestro próximo encuentro

Te quiere

Chitaru

Hitsugi abrazó aquel pedazo de papel llevándolo hacia su pecho, sonreía como jamás lo había hecho en su vida. Suzu la miró y sonrió también, cada vez se convencía más de que el amor de su hermana por el coronel cambiaría la historia, tenía un buen presentimiento de esa relación

-Entonces ¿son buenas noticias?-

-Mi Chitaru-san tiene alma de poeta-

-Es una militar única en su clase-

-Ella es única de la forma que sea… Pero no me cambies de tema que seguimos hablando de ti y Kaminaga-san-

… … … …

-Ichinose -san quiero hablar contigo sobre algo-

La pelirroja miró extrañada a la joven sacerdotisa, a pesar de no ser muy cercanas la conocía lo suficiente para saber que había algo que la inquietaba así que debía ayudarla

-¿Sobre qué?-

-¿Qué se siente ser la novia de una princesa?-

Haru se detuvo en seco ante esa pregunta que no esperaba para nada, era obvio que existía una atracción entre Suzu y Kouko pero no creía que eso había escalado lo suficiente como para que ahora fueran pareja. Hasta donde ella estaba enterada Suzu llevaba bastante tiempo intentando algo con Kouko pero la pelinegra siempre evadía esos acercamientos.

"Eso explicaría el comportamiento nervioso de Suzu hace unos momentos"

-¿Pasó algo entre tú y Suzu?

-Yo en ningún momento la mencioné a ella-

-No pero es algo bastante obvio-

-¿Lo es?-

-Lo ha sido desde hace mucho tiempo Kaminaga-san- Kouko se veía nerviosa incluso asustada ante esas palabras. Haru sabía que no era fácil encontrarse en esa situación así que coloco una mano sobre el hombro de la pelinegra intentando demostrarle apoyo - No voy a mentirte existe cierta presión por salir con una princesa-

-¿Cómo lo hiciste?-

-¿Qué exactamente?

-¿Cómo dejaste de sentirte… Inferior? Quiero decir, son princesas, son las herederas de todo el reino destinadas a grandes cosas y… Yo soy una simple sacerdotisa, por muchas razones esto no se siente correcto-

-Kaminaga-san el amor nunca es incorrecto. Si existe cierta presión por salir con una princesa pero yo honestamente no pienso en Tokaku como la princesa… Al principio si fue así pero ahora solo veo a Tokaku como lo que es: una chica leal y fuerte. Creo que no deberías pensar en Suzu como una princesa…Sino por lo que realmente es… - el rostro de Kouko enrojeció, Haru no pudo evitar reír al ver eso -Dime Kaminaga-san ¿Quién es Suzu para ti? Hablando fuera de su posición como princesa-

Kouko pensó por unos segundos la respuesta ¿Quién era Suzu para ella? Después de unos momentos una ligera sonrisa apareció en su rostro

-Es la primera persona que no se ha alejado por mi actitud o mi personalidad, alguien que a me hace sentir cómoda con su compañía … Incluso feliz-

-Sabes Kaminaga-san eres un poco parecida a Tokaku-San-

-¿A qué te refieres?

-¿Hace cuánto te gusta Suzu?- Kouko desvío su mirada de forma nerviosa, no estaba segura de la respuesta. No sabía en qué momento sus sentimientos empezaron a convertirse en cariño o incluso amor

-No lo sé…-

-Pero intentaste poner distancia entre ustedes a pesar de que te gustaba-

-Lo hice, porque no me parecía algo correcto-

-Tokaku hizo lo mismo- Haru sonrió con nostalgia, recordando cómo las cosas entre ella y Tokaku se tornaron difíciles en cierto momento

Haru llevaba un tiempo siendo institutriz de Hitsugi y se había hecho amiga de las herederas de los Datura bastante rápido, al igual que de la mayoría de los súbditos en el castillo, los cuales contrario a lo que muchas personas en el pueblo pensaban eran bastante amables se notaban felices de estar al servicio de la familia real y Haru podía entender por qué.

Las princesas de los Datura eran bastante amables y agradables, aunque cada una de manera diferente incluso la mayor de ellas, desde su primer día en el castillo Tokaku la había tratado de forma agradable. Incluso cada que se encontraban por casualidad terminaban dando un paseo por los pasillos o los jardines del castillo mientras conversaban, Haru había formado una relación especial con Tokaku.

Hasta hace un tiempo.

Haru comenzó a recibir notas y flores por parte de varios sirvientes en el castillo y ella los recibía con gusto no porque tuviera interés romántico en alguno de ellos si no por amabilidad. No podía corresponder a los sentimientos de ninguna de esas personas su corazón ya había elegido a alguien. Pero dicha persona llevaba semanas evitándola.

-Haru-san-

-Lo siento, su majestad-

-Te he dicho muchas veces que puedes decirme Hitsugi ¿Está todo bien?-

-Si…solo estaba pensando en algunas cosas-

-¿Esas cosas involucran a mi hermana mayor? - Haru se sonrojo fuertemente con esa pregunta, no esperaba que sus sentimientos fuesen tan notorios -Tranquila, no tengo problema con que te guste-

-¿Cómo supiste?-

-Es casi tan obvio como el hecho de que tú le gustas a ella-

-Eso no es verdad-

-Oh lo es, comencé a sospechar cuando insistió en venir a las clases, luego fue más notorio cuando se enojaba por tus admiradores y es muy obvio ahora que intenta evitarte

Haru no pudo evitar sonreír al escuchar eso, sin embargo su sonrisa no duró mucho ¿Como era posible que Tokaku sintiera algo por ella? Era una simple empleada más en ese castillo.

Haru no dijo nada más, retomo su lección intentando no pensar en Tokaku y en los sentimientos que tenía por ella.

-Hoy es la ceremonia de rango de Tokaku, deberías ir, seguro que le dará gusto verte ahí-

-Haré lo posible-

Una vez que se quedó sola intentó ordenar sus libros y organizar las siguientes lecciones para Hitsugi, pero simplemente no podía concentrarse, lo que le había dicho la princesa estaba muy presente en su mente. Luego de un rato meditando al respecto decidió ir a presenciar la ceremonia, se sintió feliz al verla con su uniforme y recibiendo por fin el rango al que tanto aspiraba llegar, sabía lo mucho que eso significaba para Tokaku.

Decidió retirarse cuando la ceremonia terminó y se sintió sumamente feliz cuando la peli azul fue y se le declaró y ambas dejaron en claro sus sentimientos pero había algo que aún la inquietaba.

-Yo también te quiero y estoy enamorada de ti… Tokaku pero ¿Estás segura de esto?-

-¿Por qué no lo estaría?-

-No lo sé, yo soy solamente una empleada más de tu castillo y yo no creo que el Rey esté de acuerdo con esto-

-No me importa si está de acuerdo o no. ¿Tú estás segura de esto? Soy una princesa, soy una militar y conmigo nunca vas a tener una vida normal-

-Creo que puedo lidiar con eso si estás conmigo-

-Entonces no me importa nada más, Haru no estoy dispuesta a renunciar a esto. No estoy dispuesta a perder a nadie más, de ninguna forma posible

-¿Qué pasó después de eso?

-Después de eso… Tuvimos una incómoda conversación con el Rey pero Tokaku-san dejó muy en claro que no iba a cambiar de opinión y no lo ha hecho. Estoy segura de que Suzu hará lo mismo-

Haru puso una mano sobre el hombro de Kouko y le sonrió, Kouko, sin embargo, suspiró angustiada

-Suzu ya tiene suficientes problemas con el Rey, no quiero ser la causa de uno más-

-Justo porque tiene problemas con él ¿No sería mejor que te mantengas a su lado?-

Kouko recordó lo que pasó la noche que las princesas discutieron con su abuelo, lo molesta y triste que Suzu estaba y lo mucho que le dolió verla en ese estado. Definitivamente quería estar ahí para ella si eso se repetía

-Tienes razón, gracias Ichinose-

-Cuando quieras Kaminaga-san-

Hitsugi y Suzu siguieron conversando, la mayor relató con detalles todo lo que había pasado entre ella y Kouko

-¿Sabes Suzu? Eso explica porque últimamente estabas de buen humor-

-A diferencia de ti que claramente estás de mal humor últimamente-

-Quizá yo pueda hacer algo para ayudar con eso- Hitsugi volteó emocionada al escuchar esa voz, Chitaru estaba parada a unos metros de ella sonriendo y sosteniendo un ramo de flores -Perdón por tardar-

-¡Chitaru-san!- Hitsugi se levantó y abrazó fuertemente a la pelirroja, quien devolvió el gesto -Te extrañe mucho-

-Y yo a ti-

-Un placer verle Namatame-san-

-El placer es mío y una vez más gracias por la ayuda-

-Estaré vigilando las puertas, disfruten su tiempo juntas pero-

-Pero es un lugar sagrado, lo sabemos Suzu, lo sabemos- Suzu no dijo nada y se retiró dándole espacio a la pareja, una vez que se encontraron solas Chitaru le entregó el ramo de flores a Hitsugi

-No es necesario que me traigas flores cada que nos encontramos-

-Lo sé, pero me gusta como sonríes cuando las ves- Hitsugi se sonrojó y abrazó nuevamente a Chitaru, los brazos de la pelirroja lograron que por fin después de tantos días se sintiera tranquila

-Perdón por no venir antes-

-Está bien, supongo que ser una princesa es complicado. Debes tener muchas cosas que hacer. Además, yo también tuve cosas que hacer, así que no he podido venir todos los días-

-Se supone que debería tener muchas cosas que hacer pero mi abuelo no me deja encargarme de muchas cosas por el momento- Hitsugi frunció el ceño, Chitaru notó su molestia y dio un beso en la frente de la peli azul

-¿Por eso estás molesta?-

-Algo así…-

-¿Quieres hablar sobre ello?-

Hitsugi asintió y tomando la mano de Chitaru salieron del templo, hacia el jardín trasero

-¿Estás segura de estar aquí?-

-Aquí no viene nadie, es un área restringida, estaremos bien, además- Hitsugi tomó las manos de Chitaru y las puso alrededor de su cintura en un abrazo -Quiero que me abraces y me beses-

La joven coronel abrazó más fuerte a su novia y dándole un beso tierno en la mejilla asintió. Caminaron hacia un árbol y se sentaron ahí bajo su sombra, Chitaru se recargó sobre el tronco, Hitsugi se recargó sobre Chitaru y comenzó a jugar con sus manos

-¿Qué ocurre?-

-Tuvimos una conversación nada agradable con el abuelo… Él nunca ha confiado en nosotras, siempre ha creído que somos demasiado jóvenes para subir al poder. A papá y a los tíos los ascendió porque se sintió presionado y estuvo a punto de morir por una enfermedad, pero siempre dijo que ese fue el gran error de su vida-

-¡Qué tontería! El reino fue más próspero con el rey Dai y sus hermanos, que en paz descansen-

-Es lo que intentamos decirle… Nosotras tenemos muchos planes para este reino, muchos inspirados en nuestro padre… Pero el rey simplemente se niega a escucharnos- Chitaru vio el rostro triste de su princesa y apretó sus puños en clara frustración, ahora más que nunca el derrocar al rey era necesario

Tomó su rostro acariciándolo suavemente, le sonrió

-No estés triste, te prometo que estaré contigo ayudándote a que regreses al reino a su gloria-

Hitsugi abrazó a su novia, acurrucándose en el hueco entre su pecho y su cabeza, aspiró su aroma y sonrió

-Muchas gracias, Chitaru-san. Escuchar eso me reanima porque incluso el abuelo nos amenazó-

-¿Amenazarlas? ¿Con qué?-

-Con retrasar mi coronación. Eso significaría que ninguna de las tres podría ascender al poder que nos corresponde-

-¿Qué? ¿Retrasar? Pero él no puede hacer eso-

-¿huh? ¿De qué hablas?-

-Las leyes del reino Datura impiden que el rey retrase la coronación de su sucesor. No puede hacer eso, no tiene la facultad-

-¿Estás segura?-

-No del todo, pero recuerdo que el general tiene una copia de las leyes del reino Datura, es cuestión de buscarlas, las buscaré y traeré el libro para que juntas veamos eso-

-¿No te meterás en problemas con eso?-

-No, tranquila, nada malo me pasará-

-Pero hablas del general del ejército rebelde. Dicen que es un hombre muy severo, incluso cruel. No quiero que te lastime-

Chitaru frunció el ceño ¿Su padre un hombre cruel? No había nada más lejos de la realidad, pero no estaba molesta con Hitsugi ella obviamente tenía la imagen que los demás habían inculcado en ella

-¿Quién te dijo eso?-

-El abuelo-

Chitaru suspiró y revolvió su cabello

-Me lo suponía…- tomó el rostro de Hitsugi para que la mirara, con una sonrisa le dijo -Pero no es así, el general es un gran hombre, bueno, respetable, honorable-

-Parece que lo admiras mucho-

-Como no tienes idea-

-¿Estás segura de que ese hombre es tan bueno como dices?-

-Tan segura como que es mi padre-

Hitsugi abrió sus ojos completamente sorprendida

-¡¿Eres hija del general del ejército rebelde?!-

-Si y te puedo decir que cualquier cosa que te hayan dicho de él, es errónea. El general es el hombre más bueno que he conocido en mi vida-

-Eso explicaría porque tú eres así - Chitaru se sonrojo ante el cumplido - ¿Sabes? Te ves muy linda cuando te sonrojas, Chitaru-san-

El sonrojo de Chitaru aumentó, Hitsugi soltó una ligera risa al ver a su novia en ese estado dio un beso en la mejilla de la pelirroja y le sonrió

-Si estás segura de que no te va a causar problemas, te agradecería mucho que me ayudaras a revisar esas leyes, también le preguntaré a Haru al respecto-

-¿Haru?-

-Oh es mi institutriz…- Hitsugi dijo en un hilo de voz -Y la novia de Tokaku…-

Chitaru parpadeó un par de veces, llevó uno de sus dedos a su barbilla recordando el incidente del baile

-¿No es esa chica que terminó tomada como rehén en tu baile de presentación?-

-Esa misma-

-Eso explica porque se molestó tanto…¿Tú no tuviste problemas por ello?-

-No con Tokaku, ella solo estaba muy muy preocupada por Haru, por Suzu y por mí, tenía miedo y tardó varios días en calmarse- Chitaru la miró confundida, Datura Tokaku la general más joven y fría que había tenido el reino Datura ¿Con miedo? -Así como yo tengo una imagen errónea de tu padre, tú tienes una de mi hermana-

Hitsugi miró a su novia con una sonrisa

-Entonces ¿Cómo es Tokaku?-

-Ella es una persona seria y fría, pero en el interior es una persona muy dulce, es dedicada, disciplinada y siempre busca proteger a las personas que ama. Leal y servicial, es una gran persona, solo ha tenido una vida difícil-

-Cuando logremos liberar al reino, te prometo que saldremos a celebrar con tus hermanas y yo personalmente me encargaré de darles un gran día. Serán felices, lo prometo-

La princesa sonrió enternecida, a cada momento descubría lo dulce que Chitaru podía ser, no podía entender como se habían dedicado a llenarle la cabeza de cosas en contra del ejército rebelde, si ellos eran como Chitaru definitivamente valdría la pena trabajar con ellos

-Estamos llenas de prejuicios- interrumpió Chitaru -Tú tienes una idea de cómo es mi gente, y yo tengo una idea de que como es tu gente… Solo hemos logrado dividirnos, debemos terminar con eso. Si trabajamos juntos, lograremos sacar el reino adelante-

Chitaru terminó aquel discurso entrelazando su mano con la de Hitsugi, su mirada tierna derritió el corazón de su princesa quien simplemente la besó

-Estaremos juntas en esto-

-Hasta el final-

Haruki se sentía ansiosa miraba ocasionalmente alrededor buscando con la mirada a Isuke, aún no era la hora acordada, la puntualidad no era una de las virtudes de Haruki, de hecho, según su padre y su hermana, era uno de sus mayores defectos pero esta vez quiso asegurarse de llegar a tiempo, no quería hacer enojar a la peli rosa

"Solo espero que no me deje plantada" las campanadas del reloj central hicieron que su impaciencia aumentara, ya era la hora pero Isuke no llegaba aún. Haruki tamborileaba con sus dedos sobre su pierna

"Cálmate Haruki ¿Desde cuándo eres tan impaciente sobre una chica?"

Las palabras que le había dicho Chitaru ese mismo día volvieron a hacer eco en su mente, frunció el ceño de manera involuntaria, su hermana mayor últimamente se comportaba de manera extraña ¿Y ahora la acusaba a ella de actuar diferente?

"Solo son imaginaciones de Chitaru, mi interés por Isuke es igual al que he tenido por cualquier otra chica"

Sintió un golpe tras su cabeza y se giró para encontrarse con los ojos naranjas de Isuke mirándola, era una de las pocas veces en que Isuke no la miraba con desdén, podía ver algo de ¿gusto?, sintió otro golpe esta vez en su frente

-¿Te vas a quedar ahí parada como idiota? Deja de mirarme y vamos a comprar mi pañuelo. No tengo todo el día-

-Buenas tardes Isuke-sama me da gusto que vinieras- un nuevo golpe del abanico de Isuke iba camino a su rostro, pero esta vez Haruki pudo moverse para evitarlo, acción que le permitió a Haruki tomar la mano de Isuke y acercarla a ella -Ese abanico debería desaparecer, tienes un extraño gusto por golpearme con el-

-Agradece que no te golpeo con algo más letal- Haruki soltó una risa divertida e Isuke se soltó bruscamente de su agarre -Me prometiste un pañuelo nuevo-

-Y lo tendrás pero no de aquí, como bien sabes no me aprecian mucho en el reino, haremos un pequeño viaje ¿Está bien?- Isuke suspiró y levantó los hombros -Tomaré eso como un si-

Haruki le ofreció su brazo a Isuke pero esta la rechazó y caminó delante de ella, caminaron hasta un pequeño establo y Haruki desató un caballo, subió ofreciéndole su mano a Isuke para que la acompañará

-No voy a subir contigo-

-Tranquila no muerdo… Al menos que me lo pidas- Isuke la miró molesta -Tranquila te prometo que es un trayecto muy corto y yo siempre cumplo mis promesas-

De mala gana Isuke tomó la mano de Haruki y se colocó detrás de ella

-Sujétate- Haruki comenzó a cabalgar, Isuke se sujetó de la ropa de la pelirroja evitando tocar su piel o hacer cualquier cosa que esa idiota pudiese mal interpretar, contrario a lo que pensaba el trayecto no le resultó molesto fue incluso agradable. El cuerpo de Haruki le transmitía sensación de calor, no sofocante, sino agradable y el viento hacía que el olor de su cabello llegara hasta la nariz de Isuke era un aroma relajante

"EN QUE DEMONIOS ESTOY PENSANDO"

Isuke intentó distraerse pero le resultaba imposible, no sabía cuánto tiempo podría soportar estar así con Haruki, para su buena suerte, después de unos treinta minutos habían llegado a una pintoresca villa a los límites del reino, una parte que Isuke no conocía, le pareció lindo. Haruki condujo al caballo hasta el centro de la villa donde había una fuente, bajó del caballo y ayudó a Isuke

-La tienda de telas está junto a esa casa roja, podrías ir para allá y comenzar a elegir o esperarme aquí, guardaré a Tornado en el establo y regresaré por ti-

-¿Te doy una oportunidad y quieres que vaya sola? Eres demasiado engreída-

-¿huh? ¿Por qué lo dices?-

-¿Por qué piensas que me quedaré y te esperaré? Podría irme-

-Vas a quedarte-

-¿Cómo estás tan segura?-

-Si quisieras irte no hubieras llegado en primer lugar. Quieres estar conmigo-

Isuke se sonrojó por la cercanía que Haruki había tenido, dio un paso atrás

-Si no vuelves en un minuto me largo-

La pelirroja sonrió y apresuró a Tornado para ir al establo. Cuando regresó ofreció su brazo a Isuke quien lo rechazó

-Solo vengo por mi pañuelo ¿de acuerdo?-

-De acuerdo, de acuerdo, pero te advierto que cambiarás de opinión-

Al llegar a la tienda, Isuke se sorprendió de ver la cantidad de pañuelos tan lindos que habían, ella no daría ni una moneda por ese lugar pero era realmente encantador

-Buenas tardes, señoritas ¿En qué podemos servirles?-

Una señora muy amable salió de atrás del mostrador y se dirigió a ambas chicas, Haruki tomó la palabra

-Estamos buscando un pañuelo para la señorita-

Haruki señaló a Isuke, la señora la analizó y sacó un par de cajas, abrió una de ellas mostrando un pañuelo rosa pálido, con el dibujo de un lirio en él, un bordado fino y la suavidad de la seda

-Seda pura, bordado a mano, colores naturales, perfecto para la señorita- extendiéndoselo a Isuke quien al tocarlo pudo percibir la suavidad de la seda, le gustó y sonrió, la vendedora abrió la otra caja -Tiene un compañero. Seda pura, encaje a mano, solo que este es color cereza, sin bordado. Perfecto para dárselo a alguien especial-

Isuke se sonrojó al ver como la señora le guiñaba el ojo y luego miraba a Haruki, frunció el ceño

-Solo quiero este. Gracias-

-Lo siento, no los vendo por separado-

-Está bien, señora. Compraré ambos-

-¿Por qué?-

-Así tendrás otro de repuesto, Isuke-sama-

-Perfecto, entonces llevaré otros-

-¿QUÉ?-

Haruki sintió un sudor frío, no llevaba demasiado dinero y con lo que podía ver, Isuke no tenía un gusto barato. Su sudor aumentaba conforme Isuke iba eligiendo pañuelos y demás telas

-Creo que será suficiente-

-¿Estás segura de necesitar todo eso?-

-Obviamente. De hecho necesito más cosas pero no creo que puedas pagarlas-

Un golpe en el orgullo de Haruki quien frunció el ceño, Isuke rio socarronamente y se acercó a la pelirroja

-¿O acaso puedes pagarlas? - Haruki negó con el ceño fruncido, aunque le doliera reconocerlo Isuke tenía razón- Eso creí. Es todo, por ahora-

-Envolveré sus compras, señorita-

Haruki tomó su bolsa de monedas y comenzó a contarlas, esperaba no meterse en problemas con la vendedora

-Serían 80 monedas de oro, por favor-

Los ojos bronce de Haruki se abrieron en sorpresa, el dinero que recibía era poco y siempre lo ahorraba, aquellos eran prácticamente sus ahorros de meses, si pagaba eso le sobraba lo justo para invitarle un trago a Isuke… Pagó con algo de dolor por ver su dinero desperdiciado, pero debía pensar en que lo hacía por Isuke a quien volteó a ver y miró que Isuke sonreía genuinamente al ver el pañuelo y el dolor por pagar se volvió satisfacción, no había visto sonreír así a Isuke, hasta el momento todas sus sonrisas eran arrogantes

"Te ves aún más hermosa si sonríes así"

Una vez que salieron de la tienda Isuke camino en dirección a los establos.

-¿A dónde vas Isuke-sama?

-Por tu caballo para poder largarnos de este lugar- Haruki apresuró el paso llegando a lado de Isuke-

-¿Cuál es la prisa?-

-Pensé qué había dejado muy claro que sólo venía por mí pañuelo-

-Lo sé, pero ¿No quieres tomar algo? ¿O recorrer la villa?-

-¿Por qué querría eso?-

-Para pasar más tiempo conmigo- Haruki le guiño el ojo haciendo que Isuke se sonrojara nuevamente.

-¿QUÉ TE HACE PENSAR QUE QUIERO PASAR TIEMPO CONTIGO?-

-El hecho de que yo si quiero pasar tiempo contigo- Haruki sintió su propio rostro encenderse al decir eso ¿Porque se sonrojaba? Ella nunca antes se había sonrojado al coquetear con alguien, tosió y desvío la mirada- A-Además quisiera compensarte por dejarte en el estúpido baile de los Datura-

Haruki mordió su propia lengua ¿Acaso tartamudeo?

-Estas muy lejos de compensarme por eso- Isuke quería negarse pero la sonrisa nerviosa de Haruki le dificultaban negarse y esa sensación extraña que la invadía al estar cerca de la pelirroja se incrementaba, no estaría mal aceptar la propuesta. Después de todo aún necesitaba conseguir información - Puedes empezar por comprarme algo de beber.

-Perfecto- Haruki ofreció su brazo a Isuke nuevamente, está ocasión la peli rosa aceptó y comenzaron a caminar. Una vez que estaban fuera de la taberna Isuke se detuvo.

-Un trago y nos vamos-

-Está bien- ambas entraron y se dirigieron a la barra, Haruki se dio cuenta que varias miradas se posaron sobre Isuke, se sintió molesta. No le gustaba la forma en la que la observaban.

Se sentaron frente a la barra y un joven se acercó para tomar su orden.

-¿Qué les gustaría tomar?

-Vino, pero no quiero lo que sea que le sirvas a los demás, tráeme algo de buen gusto- Haruki sintió sus manos sudar nuevamente, solo esperaba no fuera algo tan costoso.

-Por supuesto- el cantinero sacó una botella y sirvió un poco en una copa ofreciéndosela a Isuke -Es de las mejores cosechas que hemos tenido la suerte de conseguir

Isuke le dio un sorbo a la copa antes de asentir, aprobando el sabor, el joven dirigió su mirada a Haruki.

-¿Le sirvo lo mismo?

-Eh...no gracias yo estoy bien así- no estaba segura de cuanto costaba y no preguntaría enfrente de Isuke, con suerte podría pagarlo sin pasar vergüenza por ello. Isuke la miró confundida

-¿No vas a tomar nada?-

-No, estoy bien así, Isuke-sama, yo… Yo tengo que estar en las mejores condiciones para llevarte de regreso al reino así que prefiero no beber nada-

Isuke levanto los hombros restándole importancia a la explicación, Haruki suspiró aliviada de que creyera en esa excusa, pero su alivio no duró mucho cuando escucho que Isuke pedía una segunda porción de vino.

-Entonces… no te pareces mucho a Eisuke-san- Haruki comenzó una conversación con la esperanza de distraer a Isuke y que está no bebiera más por el bien de su economía

-Ese no es asunto tuyo-

-Lo sé, lo sé no me malinterpretes. En realidad nos sorprendimos mucho de que Eisuke-san tuviera un heredero, nunca habíamos escuchado nada al respecto. Y me resulta un poco curioso lo diferentes que son pero supongo es porque Chitaru, mi padre y yo compartimos algunos rasgos físicos y ustedes no- Isuke frunció el ceño molesto

-En lo único que te pareces a ellos es en su cabello rojo

-Si bueno… Yo soy más parecida a mi madre supongo es el mismo caso contigo-

-No- la voz de Isuke sonaba molesta pero Haruki no entendía el por qué

-Entonces…¿Te pareces a tus abuelos? He escuchado que suele pasar-

-No es asunto tuyo y deberías aprender cuando cerrar la boca- Isuke terminó el contenido de su copa de un trago y se levantó dirigiéndole una mirada furiosa a Haruki mientras se alejaba -Vámonos-

Haruki se sorprendió ante esa actitud, se apresuró a pagar quedándose con solamente una moneda y se apresuró para alcanzar a Isuke.

-Espera Isuke-sama- no obtuvo respuesta, ni siquiera una mirada molesta o un comentario hiriente. Isuke la estaba ignorando completamente -¿Dije algo malo?-

-Aprende a no meterte en la vida de otras personas, mi familia no es asunto tuyo-

Haruki no entendía que es lo que había hecho mal, observó con atención a Isuke eran notorias las lágrimas que comenzaban a acumularse en sus ojos. Haruki sentía como si su corazón se quebrara al ver esa expresión de tristeza en Isuke.

-Tienes razón, lo siento. Solo quería saber un poco más de ti- Isuke no dijo nada, desvío la mirada y respiro haciendo su mayor esfuerzo por no demostrar algún signo de debilidad frente a Haruki, no iba a quebrarse ante esa idiota, pero siempre que alguien cuestionaba su parentesco con Eisuke la hacía sentir insegura -Espera aquí-

Haruki corrió hacia uno de los puestos cercanos y regresó unos segundos después con algo entre sus manos

-¿Qué es esto?-

-Chocolate- Isuke la miró confundida -Cuando Chitaru y yo éramos niñas y nos sentíamos mal por algo papá nos daba chocolate para animarnos-

-Yo no me siento mal, idiota-

-Tómalo como una disculpa por preguntar cosas incómodas para ti, sé que no nos conocemos bien y no vas a contarle tu vida privada a alguien en quien no confías así que cuando quieras contarme tu historia familiar yo estaré dispuesta a escucharte y te contaré la mía-

-¿Yo qué gano en conocer tu historia?-

-Quizá no mucho pero suena como un intercambio justo ¿No crees?-

-No tiene nada de justo, pero supongo que está bien-

-Iré por Tornado para que podamos volver a casa- Haruki comenzó a caminar, después de solo un par de pasos se detuvo y volteo a ver a Isuke -Prometo ser más cuidadosa con mis palabras-

Haruki le dirigió una sonrisa diferente a las que le había dado antes, sin signos de coqueteo sólo una sonrisa pura, honesta incluso tranquilizadora. Isuke se sintió extrañamente tranquila, miró el chocolate y se lo llevó a los labios dando un pequeño mordisco, mientras observaba el camino por el que la pelirroja se alejaba, preguntándose como es que un simple y barato trozo de dulce le había hecho más feliz que todas las cosas materiales que Haruki le compró ese día.

El viaje de regreso fue más tranquilo, Haruki no dijo nada pues aún se sentía algo culpable por lo que había sucedido hace un rato, una vez que llegaron a los territorios del reino Datura rompió el silencio.

-¿Quieres que te lleve a tu casa?

-¿Y qué me vean paseando con una idiota desaliñada como tú? Por supuesto que no, desde aquí puedo caminar

Haruki soltó una ligera risa y bajo de su caballo

-Como gustes Isuke-sama, entonces aquí nos despedimos - dijo ayudándola a bajar del caballo, una vez abajo Isuke le extendió una caja, Haruki se dio cuenta que era una de las que habían comprado en la tienda de pañuelos.

-No me gusta ese color, puedes quedártelo- la pelirroja sentía su corazón latir emocionado ¡Isuke le estaba regalando algo!

-Gracias Isuke-sama-

-Como sea, adiós-

-Espera - Haruki tomó la mano de Isuke antes de que esta comenzará a caminar lejos de ella -¿Y mi beso de despedida?-

-¿QUÉ TE HACE PENSAR QUE VOY A BESARTE?-

-Ya lo hiciste una vez… En el baile, así que pensé que no te molestaría hacerlo de nuevo-

Isuke mentiría si dijera que no quería besar de nuevo a Haruki, todo su cuerpo reclamaba por ese beso, se lo exigía a gritos pero no iba a hacerlo "Solo debo sacarle información", sin embargo… Haruki había sido linda con ella, inoportuna e idiota pero enmendó su error "Tal vez no estaría mal un beso", Isuke sacudió su cabeza, reprimiéndose mentalmente por pensar aquello. La peli rosa simplemente dio un paso para irse pero Haruki detuvo sus pasos atrayéndola hacia si, un agarre suave de la cintura y acaricio su rostro

-Muchas gracias por este rato juntas y perdóname si fui una tonta-

-La palabra correcta es idiota- sus rostros estaban demasiado cerca, Isuke ya no pudo resistirse más y se acercó a besar los labios de Haruki

Aquel beso era dulce, no solo por el sabor a chocolate que los labios de Isuke tenían, sino por la suavidad que tenía ese beso. No fue uno pasional como el primero que se dieron, no fue uno desesperado ni cargado de deseo, fue simplemente un beso tierno. Eso era nuevo para ambas, para Haruki, que no estaba acostumbrada a besar a alguien así, fue una experiencia mucho más placentera que cualquier acto carnal; para Isuke, era el primer beso que daba con cariño, con ternura, sentimientos completamente nuevos en ella

Al separarse se miraron a los ojos, ambas sonrojadas, se separaron rápidamente, mirándose de forma incomoda. Ninguna de las dos dijo nada, no sabía que decir, se sentían tontas, incómodas

Isuke dio media vuelta y se fue, Haruki se subió a Tornado y observó a Isuke irse hasta que la perdió de vista, instintivamente llevaron sus manos a sus labios

-¿QUÉ FUE ESO?-

Hitsugi por fin se sentía tranquila, después de tantos días molesta y estresada, el estar en los brazos de Chitaru y conversar con ella logró relajarse. Pasar tiempo con la pelirroja siempre lograba cambiar drásticamente su estado de ánimo.

-¿Hitsugi?- llamó Chitaru mientras pasaba sus dedos por el cabello azul de su novia- ¿En qué piensas?-

-En que me gustaría estar todo el tiempo así- Hitsugi recargo su espalda sobre el torso de Chitaru, apoyando su cabeza en el hombro y dirigiéndole una sonrisa, vio como la mayor se sonrojaba

-A mi también me gustaría poder estar más tiempo contigo- Chitaru besó tiernamente la mejilla de la princesa y la abrazó -Quisiera encontrar una forma para que pudiéramos terminar con todo esto de la guerra, así no tendríamos que escondernos más-

Hitsugi suspiro desanimándose un poco, ella también quería terminar de una vez por todas con eso, pero ni siquiera sabía por qué los Namatame formaron un ejército rebelde y que era lo que ocasiono todo ese problema en primer lugar ¿Cómo iba a detener algo que no sabía como había comenzado?

-Eso será algo casi imposible-
-Pensaremos en algo, no te preocupes-

Hitsugi mordió su labio, se sentía nerviosa pero debía preguntar, respiró profundamente

-Chitaru-san… ¿Tú sabes por qué comenzó todo esto?-

Chitaru frunció el ceño de manera involuntaria, por supuesto que lo sabía

-¿Tú no lo sabes?-

-No, Tokaku y Suzu nunca me han contado nada al respecto y el abuelo se molesta cada que pregunto- Chitaru se sorprendió ante eso ¿Cómo es que la heredera directa del trono de los Datura no sabía que ocasiono el origen del ejército rebelde?

-Hitsugi yo no sé si soy la persona correcta para hablar contigo sobre esos temas-

-¿Por qué no?-

-En todos los conflictos siempre hay dos puntos de vista…creo que sería mejor si primero consigues que alguien en tu familia te cuente su versión para yo poder darte la versión que conozco- la voz de Chitaru sonaba distinta, molesta… triste. A Hitsugi no le gustaba ver a la pelirroja así, noto como la coronel apretaba los puños molesta.

-¿Chitaru-san?-

-Lo siento…no me gusta mucho hablar sobre eso-

-No, yo lo siento no sabía que era un tema complicado para ti- Hitsugi se dio la vuelta y acerco su rostro al de la pelirroja -Podemos hablar de otra cosa si quieres-

Chitaru sonrió tranquilizándose con la mirada y la sonrisa de su princesa, suspiró y recargó su frente contra la de la princesa. Le encantaba el efecto tranquilizador que tenía Hitsugi sobre ella, le hacía sentirse feliz y emocionada de estar con ella, de verla, sentía como si todo pudiese mejorar siempre y cuando permanecieran juntas. Se acercó más y besó tiernamente a Hitsugi, siendo correspondida de la misma manera, estuvieron unos minutos así hasta que el ruido de la puerta las alertó. Voltearon hacia la puerta y vieron entrar a Suzu apresurada haciéndoles señas para que se escondieran.

Por suerte estaban suficientemente lejos de la puerta y eso les dio tiempo para esconderse detrás de una columna antes de que Kouko seguida de Haru entraran. Chitaru abrazó con fuerza a Hitsugi y susurró

-Supongo que tengo que irme-

-¡HITSUGI!- la voz de Haru se escuchaba más cercana, Hitsugi se asomó solo un poco y respiró aliviada al ver que Haru buscaba en otro lado -Supongo…¿Cuándo te veré de nuevo?-

-En un par de días ¿Está bien?- la peli azul asintió y besó por última vez a Chitaru

-¡HERMANITA! NO ES UNA BUENA IDEA JUGAR A LAS ESCONDIDAS CUÁNDO HARU TE ESTÁ BUSCANDO. SAL DE AHÍ-

-¡ENCUÉNTRENME!- Hitsugi miró que Kouko estaba cerca y sonrió, se dirigió a Chitaru -Dame un segundo y haré que Kaminaga-san te ayude a salir-

Con mucho cuidado Chitaru se agachó para esconderse mejor y fue a un arbusto cercano, Hitsugi corrió y abrazó a su hermana por la espalda, eso provocó que ambas cayeran al césped

-¡HITSUGI!- Suzu se asustó por ver ahí a su hermana, pero también se alivió porque significaba que Chitaru se había ido, sin embargo, esa tranquilidad se terminó cuando vio una melena roja salir de un arbusto -CREÍ QUE YA TE HABÍAS IDO- dijo visiblemente nerviosa

Haru miró hacia donde Suzu lo hacía y vio algo rojo, no le prestó atención porque Kouko llegaba a toda prisa para ver qué había pasado

-¡SUZU! ¡HITSUGI! ¿ESTÁN BIEN?-

De nuevo el sonrojo en el rostro de la sacerdotisa mayor, quien se levantó rápidamente sin ayuda, sintió como su costado izquierdo dolía pero no le tomó importancia, Kouko resopló y ayudó a Hitsugi a ponerse de pie notando que tenía un raspón en su mano

-Hitsugi-san, se lastimó-

-No es gran cosa, Kaminaga,san-

-Debemos curar esa herida, usted sabe que si el rey ve eso tendrá problemas-

La pequeña peli azul suspiró cansada, Kouko tenía razón, su abuelo se alteraba con cualquier cosa que demostrara que Hitsugi había estado afuera

-Bien, vayamos adentro-

Haru ayudó a Hitsugi a ponerse de pie, miró como Chitaru estaba a punto de salir de su escondite, así que lo primero que hizo fue fingir que se torcía de nuevo el pie

-¡AAAAAAH DUELE!-

Ese grito había alterado a Chitaru quien iba a correr para verla pero Hitsugi le hizo una seña de que no fuera y mejor caminara para la salida

-¡EL REY VA A MATARNOS!-

-Estaré BIEN si voy adentro del templo. Así no tendré que RODEAR el jardín para SALIR-

Chitaru entendió el mensaje en clave, cuando Kouko se acercó a levantarla rápidamente le susurró

-Chitaru debe salir- la pelinegra suspiró pesadamente

-Esto es un truco ¿cierto?-

-Perdón-

-Descuida, le ayudaré-

Haru y Kouko cargaron a Hitsugi poniéndosela en los hombros, la sentaron en una banca que estaba en el templo y la pelirroja se acercó para ver su pie

-A simple vista no se ve nada, no está inflamado ni nada por el estilo… Aunque eso no significa que no esté dañado. Iré por una venda-

-Haru-san, será mejor que te quedes aquí con Hitsugi y comiences a sobar su pie. Yo iré por las cosas que necesitas-

Kouko guiñó su ojo y salió del templo, Suzu estaba caminando con dificultad pero al ver a Kouko de nuevo retomó su postura tranquila

-¿Todo en orden, Kouko-chan?-

-Su hermana fingió que se torció el pie para poder ayudar a Namatame-san, la sacaré pronto y regresaré para seguir con esto. Con su permiso, majestad-

Suzu, dio un golpe ligero con su puño al muro donde se estaba recargando, el tono frío con el que Kouko se dirigió a ella le dolió pero sabía por qué lo había hecho "Cometí un error" se regañó mentalmente y prometió que lo resolvería, por ahora debía ver que no se hubiera lastimado muy fuerte. Fue con Hitsugi

-¿Por qué te aventaste?-

-Creí que eras fuerte como Tokaku, siempre que intento asustarla hago eso… Nunca lo logro pero ella me carga en su espalda-

-¿Te lastimaste?-

-Descuida, solo es un poco de dolor por la caída ¿Por qué tardaste en salir?-

Hitsugi entendió la indirecta y se sonrojo al responder

-El paisaje que admiraba estaba sumamente hermoso-

-Pero si es el mismo-

-Las cosas se ven diferentes a veces, Haru-chan-

Kouko salió y vio a Chitaru que se escondía en un muro cercano

-Coronel-

-Kaminaga-sama ¿Hitsugi está...?-

-Ella está bien, solo tuvo que fingir para que pudiera ayudarte a salir. Así que por aquí-

Kouko llevó a Chitaru por un pasillo escondido que terminaba justo en la salida hacia el bosque, el lugar donde Chitaru solía llegar

-No es tan difícil, solo camina y al final encontrarás una puerta, solo ciérrala con cuidado y escóndela con la maleza-

-Muchísimas gracias, Kaminaga-sama, de corazón-

Haruki estaba guardando a Tornado cuando Chitaru llegó a los establos

-¿De dónde vienes?-

-Furia estaba demasiado ansioso. Lo saqué a correr para calmarlo-

Ambas Namatame se miraban con cierta molestia, Chitaru sabía perfectamente que Haruki había salido con Isuke a pesar de su advertencia

-Furia es realmente ansioso-

-Yo diría más bien caprichoso... -

Haruki frunció el ceño, encaró a Chitaru, se acercó y pudo ver algunos pétalos sobre su camisa, los tomó y comenzó a jugar con ellos

-Son pétalos de flor imperial… Si no estoy mal, esos solo se dan en la ciudadela Datura-

-No son exclusivos de ese lugar. Se encuentran en los límites de la ciudadela y el bosque-

-Curioso… ¿Qué hacía la coronel Namatame en los límites de la ciudadela?-

-No soy yo quien tiene que dar explicaciones- Chitaru se acercó y tomó el pañuelo que Isuke le había dado a Haruki

-¡DEVUELVELO!-

-No pensé que a la capitán Namatame le gustaran los pañuelos demasiado… Costosos-

Haruki iba a arrebatarle el pañuelo a Chitaru quien se lo impidió, forcejearon un rato

-Me causa curiosidad que tengas una prenda así de elegante amarrada a tu muñeca-

-¡NO ES TU ASUNTO, CHITARU!-

-TE ADVERTÍ QUE NO SALIERAS CON ESA MUJER-

-TÚ NO ERES QUIEN PARA PROHIBIRME SALIR CON ISUKE- Chitaru dejó de forcejear y devolvió el pañuelo a Haruki

-Soy tu hermana y tu superior-

-Y nunca dejas de recordármelo- Haruki volvió a amarrar el pañuelo a su muñeca izquierda

-Creo que si fueras menos cabeza dura y maduraras de una vez entonces podría dejar de recordártelo. Haruki- se acercó a su hermana y puso una mano sobre su hombro -Solo quiero lo mejor para ti, no quiero que salgas lastimada-

-Chitaru, por favor seamos honestas- Haruki le dirigió una sonrisa arrogante- ¿Cuándo he resultado YO lastimada por otra chica?

Chitaru dejo salir un suspiro cansado, era cierto que en todos los enredos amorosos que su hermana menor tuvo en el pasado ella nunca había resultado dañada, pero tenía un mal presentimiento.

-Haruki nunca has defendido un regalo de la forma en la que lo estás haciendo justo ahora- la menor de los Namatame se sorprendió ante esas palabras. Chitaru tenía razón nunca antes le tomo importancia a algún objeto que proviniera de alguna de las chicas con las que salía ¿Por qué le importaba tanto algo que provenía de Isuke?

-Eso no demuestra nada

Haruki apartó la mano de su hermana, pero Chitaru la sujeto nuevamente esta vez por ambos hombros.

-Mira Haruki, creo que lo mejor es que reconsideres bien todo esto y si al fin has decidido establecerte con alguien…- Chitaru sintió como era empujada lejos del cuerpo de Haruki

-Isuke solo será una aventura más, no creo que tengas de que preocuparte… Será mejor que te ocupes de otra cosa… O mejor dicho, que te preocupes por la persona a quien visitas en la ciudadela- comenzó a caminar, sin voltear a verla dijo-Deja de meterte en mi vida, Chitaru-

Chitaru apretó los puños, terminó de meter en el establo a Furia y fue al campo de tiro a distraerse, las palabras de Haruki hacían eco en su mente, si antes no soportaba a Isuke ahora realmente la detestaba. No le agradaba para nada, tenía un mal presentimiento sobre ella, sin embargo… Había visto como miraba a su hermana, había en Isuke algo que no terminaba de descifrar, temía que Isuke fuera la persona destinada a Haruki. Disparó una última flecha y se tiró al césped

"Pero yo no soy quién para decirle con quien debe o no salir. Después de todo, mi novia se supone que debe ser mi enemiga"

Odiaba llamarla así, incluso si solo era en sus pensamientos. La palabra enemiga era la última con la que quería relacionar a su amada princesa. Un gruñido de frustración resonó en su garganta, Haruki ya sabía que estaba viendo a alguien, ahora debía ser mucho más cuidadosa y sus encuentros probablemente se complicarían aún más.

¿Por qué? Se veían obligadas a esconderse como si estuviesen haciendo algo malo, pero no era así ¿O si lo era? Se suponía que el amor no debía ser incorrecto jamás ¿Entonces porque parecía serlo? ¿Por qué todo tenía que ser tan difícil?

Sus ojos rojizos se enfocaron en las nubes sobre ella, estar cerca de Hitsugi la llenaba de calma y felicidad, pero cuando no estaban juntas sus pensamientos eran traicioneros y dolorosos. Durante toda su vida creció con un sentimiento de ira hacia toda la casa Datura después de lo que había pasado y de lo que su familia perdió por causa de la familia real. Ella y su padre sabían lo que había ocurrido realmente y a pesar de que ambos estaban conscientes de que las princesas no eran culpables de ello con el tiempo parecía que su juicio sobre ellas se había nublado.

Ahora que tenía la oportunidad de tratar de cerca no solo a Hitsugi si no a Suzu se cuestionaba cada vez con más frecuencia el porqué de esa guerra sin avance, sin sentido. Quería hacer todo lo posible para detenerla y aunque estaba segura de que ella y su princesa encontrarían la forma de hacerlo, por el momento no tenía una idea clara de que era lo que debían hacer

¿Cómo detener tantos años de odio? De rencor y dolor, si ni siquiera podía contarle a su familia sobre su relación, cerró los ojos intentando tranquilizarse pero el remolino de pensamientos negativos seguía presente en su cabeza. "No voy a llegar a ningún lado con esos pensamientos en este momento"

Dejo salir un suspiro y se levantó, encaminándose hasta su tienda, necesitaba descansar, relajar su mente. Con suerte por la mañana todo sería mucho más claro.

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Yuudai miró a Chitaru y a Haruki y suspiró pesadamente, sabía que una pelea entre sus hijas no era muy frecuente, pero cuando sucedía tardaban días en solucionarlo, principalmente por lo orgullosas que podían ser. El desayuno de los Namatame transcurría en silencio, ya sin poder soportarlo, Yuudai habló

-Entre hoy y mañana podría llegar una comitiva de los Hanabusa, vienen con el contrato para la ayuda que nos brindarán- Chitaru y Haruki asintieron y siguieron comiendo -Quiero que estén presentes en la reunión para que los firmemos-

-Si- dijeron al unísono, Haruki terminó primero

-Iré a entrenar un rato. Provecho- salió rápidamente, Chitaru solo suspiró

-¿Puedo saber por qué se pelearon?-

-Haruki ya es grande para tomar sus decisiones y yo sigo metiéndome en su vida. Ayer me dejó eso en claro-

-¿Ella te dijo eso?- Chitaru asintió -¿Por qué?-

-No me gusta que quiera entablar una amistad con Isuke-san-

-No le veo nada de malo, Chitaru-

-Ambos sabemos que Haruki no puede entablar una amistad con una mujer atractiva-

-¿Y qué te hace pensar que esta vez no pueda ser diferente?-

-Isuke-san no es del tipo que quiera tener una relación estable. No quiero que lastime a Haruki-

-Se que tu intención es cuidar a tu hermana pero debes dejar que tenga sus propias experiencias y estar ahí para ella incondicionalmente-

-Papá-

-Déjame, terminar. Haruki era muy pequeña cuando ocurrió el accidente, ella tiene miedo de crear un vínculo fuerte con otra persona porque no quiere perder a nadie más… Pero eso no puede ser para siempre, tal vez ella lo que necesita es encontrar el amor-

-¿PERO POR QUÉ CON INUKAI ISUKE?-

-El destino es caprichoso, nos une a una persona que jamás esperamos… Tal vez Isuke-san es el destino de tu hermana o tal vez no, pero no lo sabrá si no lo intenta-

Yuudai miró tiernamente a los ojos de su primogénita y le sonrió

-¿Estás diciéndome que debo dejar que le rompan el corazón?-

-Estoy diciéndote que te apresuras a los eventos, si Isuke-san se parece a Eisuke entonces créeme, es un gran partido para tu hermana, pero no lo sabremos si no la dejas vivir- Chitaru asintió, Yuudai acarició su mejilla y dio un beso en ella -Todo estará bien, y, si no, estarás para tu hermana ¿o no?-

-Por supuesto-

Los dos pelirrojos siguieron comiendo, las palabras de su padre habían hecho reflexionar mucho a Chitaru, parecía que su papá no tenía problemas con que se enamoraran de alguien no importando quien fuera, decidió aventurarse

-Papá… ¿Qué opinas sobre… enamorarte de alguien que se supone no deberías enamorarte?-

Yuudai miró extrañado a su hija, carraspeó su garganta

-Bueno, yo nunca he creído que el amor, bueno, que amar a alguien esté mal, aunque no significa que debas enamorarte de cualquiera-

Chitaru iba a hacer otra pregunta pero un soldado interrumpió

-General, coronel- se cuadró ante los dos pelirrojos -La comitiva Hanabusa llegará pronto-

-Gracias- el soldado se despidió, Yuudai miró a su hija -El deber nos llama, ve por tu hermana por favor-

Chitaru obedeció y camino al campo de tiro, se encontró con su hermana menor disparando flechas de forma brusca y agresiva. No pudo evitar sonreír a veces eran muy diferentes pero tenían muchas cosas en común, como desahogar sus frustraciones del mismo modo. Se acerco de forma silenciosa hasta estar a unos metros de distancia de Haruki.

-¿Viniste a decirme que disparo mal?- pregunto la menor molesta pero también dolida. Chitaru suspiro, no quería discutir nuevamente con su hermana así que negó suavemente intentando sonreír.

-No, de hecho últimamente estas mejorando

-Gracias por notarlo- Haruki disparo nuevamente fallando por un par de centímetros a diferencia de las flechas anteriores que fácilmente acertaron en el blanco

-Aunque sabes que si necesitas ayuda, consejos o simplemente apoyo puedes decírmelo. Siempre me vas a tener para ayudarte cundo lo necesites-

-Ya no estamos hablando de arquería ¿Cierto?- Haruki arqueo una ceja mirando confundid a su hermana mayor

-Si…y no, cuando digo que siempre me vas a tener, me refiero a en todas las situaciones- Chitaru tomo aire y revolvió su propio cabello- Lo siento por lo de ayer…solo estoy preocupada por ti.

-No tienes porque

-Lo se…pero no puedo evitarlo, eres mi hermana menor y sé que ya eres mayor

-Chitaru, basta no quiero un discurso emocional. Te agradezco que te preocupes por mi pero no va a pasar nada malo ¿De acuerdo? Isuke no va a romper mi corazón, nadie va a romperlo así que puedes estar tranquila

-Eso espero, pero en el remoto caso de que suceda ¿Sabes que puedes contar conmigo no?-

-Lo sé, gracias. Pero enserio te preocupas demasiado, Haruki se acercó con una sonrisa y abrazo por los hombros a su hermana mayor, quien se sintió tranquila de que las cosas ya no estuvieran tensas entre ellas- En lugar de eso podrías contarme ¿A quién vas a ver a la ciudadela?-

-No voy a ver a nadie Haruki, solo a cabalgar, es todo-

-Aja...Por favor Chitaru eres pésima para ocultar cosas
-No oculto nada, los visitantes del Reino Hanabusa están por llegar así que vamos

-Bien, pero esta conversación no ha terminado, aun no estoy convencida

… … … … … …

Otoya bajó del caballo entregándoselo a uno de los lacayos que las acompañaban, se dirigió a los soldados que las acompañaban

-Ustedes vigilen y quédense a hacer guardia-

Caminó hasta el elegante carruaje y abrió la puerta, sonriéndole a Shiena

-¿Me extrañaste?-

-Demasiado ¿Por qué tienes que ir en caballo?-

-Porque soy quien está a cargo de la seguridad de esta comitiva. Le recuerdo, princesa, que soy su coronel-

Shiena tomó la mano de Otoya y bajó del carruaje, una vez abajo la peli purpura dio un beso tierno en la mejilla de su esposa

-Lo sé, pero me gusta viajar contigo-

-Tendremos muchas más ocasiones para hacerlo. Lo prometo-

Caminaron del brazo hasta llegar a la tienda del general quien ya estaba con sus hijas y otros oficiales

-Majestad- una reverencia del general que fue imitada por el consejo del ejército rebelde y correspondida por la joven princesa y la coronel

-General-

-Bienvenidas. Por favor, entremos para discutir los términos y condiciones de la ayuda del reino Hanabusa-

Después de una larga sesión donde Shiena y Otoya explicaron a detalle cada uno de los puntos de ese contrato, el consejo del ejército rebelde firmó aceptando la ayuda con la máxima condición de no dañar a ninguna de las princesas herederas, aunque no todos estaban conforme con ese acuerdo el trato ya estaba cerrado por lo que cualquier posible objeción quedo en el olvido.

-Tenemos un trato entonces- concluyó Shiena mientras el consejo del ejército se dispersaba.

-¿Les gustaría quedarse a comer algo?

-Sería un honor General- los tres Namatame se retiraron de la tienda y la princesa de los Hanabusa ordeno a sus soldados hacer lo mismo.

-Fue una larga sesión- Otoya salió estirándose para relajar su cuerpo

-Lo sé cariño pero ya terminó… Aunque aún tengo algo que hacer… ¿Podrías por favor ir por Chitaru-san?-

Otoya asintió y fue por su amiga pelirroja, Shiena le pidió a uno de los sirvientes que la acompañaban que fueran por el regalo que Sumireko había mandado, unos momentos después Otoya regreso junto con Chitaru, la cual hizo una reverencia a la castaña.

-Shiena-sama-

-Shiena está bien, coronel-

-Entonces, Chitaru está bien-

Otoya dio un ligero golpe a Chitaru al ver que su esposa se sonrojaba con la sonrisa de la pelirroja

-¡OTOYA! ¡COMPORTATE!-

-Solo estoy jugando con Chitaru ¿verdad?- Chitaru asintió sobando el brazo en el que Otoya le había golpeado

-Eso dolió-

-No seas llorona-

-Y tú no seas infantil.

-No estoy siendo infantil

-¿No?
-No Shiena, hay una enorme diferencia entre ser celosa y ser infantil.

-Por la Diosa, me casé contigo- Shiena dio un golpe realmente fuerte al brazo de su esposa quien lloró como un cachorrito. Chitaru miraba la escena enternecida, imaginando a Hitsugi y a ella

-Chitaru, cómo sabes, mi hermana es la mejor amiga de la princesa Datura-

-Lo sé-

-Sumireko ha visto con buenos ojos su relación así que, le manda esto- los sirvientes llegaron con un hermoso caballo negro, lucía fuerte pero dócil -Su nombre es Noir, es el caballo más veloz que tenemos. Podrá llegar al reino Datura en una hora, poco más, poco menos-

-¿QUÉ?-Chitaru estaba asombrada eso era muy poco tiempo comparado con las casi cuatro horas que hacía actualmente aunque no entendía porque le estaban contando eso, volteo a los ojos turquesa de su amiga buscando una explicación.

-Es para ti, tonta-

Otoya dio una palmada en la espalda de su amiga que miraba emocionada a ese nuevo caballo
-¿Por qué?

-Así podrás ir más rápido a ver a tu princesa-

Los ojos de Chitaru brillaron con emoción ¿Llegar con Hitsugi en menos tiempo? Eso significaba que podrían pasar más tiempo juntas y verse con mucha más frecuencia, sintió como su corazón latía emocionado.

-Creo que alguien se quedó sin palabras, si vas a abrazar a alguien que sea a mí y no a Shiena por favor- Chitaru abrazo a Otoya, la cual se sorprendió ante el gesto- Era broma

-Gracias, por favor agradézcanle a la reina por esto.

Otoya le devolvió el abrazo mientras intercambiaba una mirada enternecida con Shiena.

-Sabes que cuentan con nuestro apoyo para que su relación funcione

Chitaru asintió emocionada mientras murmuraba palabras de agradecimiento nuevamente, aun cuando las cosas se volvían complicadas de un momento a otro, aun si llegaba a pensar que sus sentimientos eran incorrectos, cada vez más personas apoyaban su relación con Hitsugi y eso la llenaba de alegría, con suerte su propia familia lo tomaría de buena manera cuando el momento de decirles llegara.

Inucchi: Holiiii *pasa una plantita rodadora

Honestamente nos deprimimos un poco por no recibir comentarios en el capítulo pasado, pero no importa su indiferencia, nosotros seguiremos dándole a este fic hasta el final :3

Legan: *pasa otra plantita rodadora

¿Qué tal? Bueno, aprovechando estos días de cuarentena hemos escrito algo nuevo para esta historia, a la cual le seguiremos dando hasta el final

I: Este es el capítulo más cursi de la historia hasta el momento, esperamos les gustara

Cuídense mucho y tomen sus precauciones ante esta pandemia

L: Hasta el momento jajajaja asi es, podemos ser más cursis

Por favor cuidense mucho, atiendan las indicaciones de las autoridades y cuiden a los demás

Ahora sí, di la frase Inucchi

I: ¡Legan es pasivo!

Digo QUE EL FANDOM DE ANR NO MUERA NUNCA