Disclaimer: Todo pertenece a George R. R. Martin.

Esta historia participa en el reto 98 del foro Alas negras, palabras negras.

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Fuimos grandes en Harrenhal

Fuimos valientes

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Esa es la historia del mayor torneo de la historia de Poniente, del principio del fin. Rhaegar Targaryen coronó como reina del amor y la belleza a Lyanna Stark y a partir de entonces todos los juegos, todas las risas y todas las bromas se acabaron. Murió toda la magia del momento, el estado de felicidad en el que habíamos vivido, los sueños con los que habíamos soñado.

A todos los caballeros nos gustan los torneos. Son la ocasión perfecta para demostrar nuestras habilidades. Los torneos nos hacen sentir fuertes, listos, admirados y valientes, sobre todo valientes. En eso el torneo de Harrenahl sí que fue como cualquier otro. Montados en nuestros corceles y con la espada en la mano todos nos sentimos igual de poderosos y de valerosos que siempre, aunque no fue hasta después que tuvimos que demostrar lo valientes que éramos.

Elia demostró lo valiente que siempre ha sido al no dejarse humillar y lady Lyanna al no dejarse vencer por el pánico. Rhaegar fue valiente al luchar por lo que creía igual que lo es Jon, aunque uno esté muerto y el otro haya tenido que exiliarse. También lo son los del otro bando, los hermanos de Lyanna y su padre, lord Arryn y Robert Baratehon. No negaré su valentía solo porque hayan luchado en el lado opuesto al mío. Tal vez incluso el joven Jaime haya sido valiente a su manera, quizá incluso más valiente que otros.

Así nos recordará la historia, como valientes guerreros que lucharon y murieron por su causa. Yo personalmente prefiero recordarnos en el torneo, aunque la valentía de la guerra sea más verdadera que la valentía de las justas. Prefiero recordarnos más felices que valientes en el torneo que cambió nuestras vidas, justo antes de que supiéramos que iban a cambiar.