Hermione — de 17 años — le sonreía a Severus Snape mientras este le hacía entrega de su diploma. Su vida cambió en los últimos 9 años, Había pasado de ser rechazada a Ser adorada y tratada como una princesa.

En el colegio Hogwarts conoció lo que realmente era "Neverland" un lugar lleno de magia, hechizos, diversión y travesuras. Las travesuras fueron cortesía de los gemelos Waesley, estuvieron molestando a la profesora más odiosa que había pisado el colegio. Harry y Draco eran el dúo dinámico... eran tan amigos y luego se odiaban a muerte y podrían hacer una revuelta. Ellos competían por su "amor" o bueno su atención.

Fue tan feliz que incluso creía olvidar a sus primeros padres, pero ellos volvían cada noche en sus pesadillas. Severus le ayudó a bloquear esos recuerdos... para ella eran personas sin rostro.

Lucius sostenía en brazos a su hijo mientras ingresaban por la ventana, dejaron un lado la escoba, mientras veía a Narcissa descender de la suya con Hermione en brazos.

La luz se encendió dejando a la vista los padres de la niña.

—¿es Usted? — preguntó Lucius con sorpresa en el rostro l ver al hombre.

— Usted es el muggle que Severus nos pidió que ayudásemos aquella noche. — Narcissa afirmó.

— No sé de qué habla. — Negó la mujer castaña con la cabeza.

— ustedes son los que han estado secuestrando a mi hija durante estas noches. — Se quejó el hombre de nombre Frank — De alguna manera usted se la lleva.

Lucius parecía estar a punto de lanzar un par de maldiciones asesinas, contenía su enojo. — ¿No lo recuerda Muggle estúpido? Hace siete años alguien arregló su camioneta de manera mágica... Luego usted produjo un accidente automovilístico contra nosotros.

—¡son una aberración! — gritó la mujer castaña. — ¡son todo lo que va contra Dios! Brujería es lo que practican malditos.

— ¡Jamás entendí por qué se llevaron a Hermione! — Narcissa no soltaba la mano de la pequeña.

— La niña no merecía aprender sus trucos de rebeldía y llena de pecados. — Frank rugió. — era la niña perfecta pero...

— ¿Pero?...— Hermione preguntó con un hilo de voz. — ¿quién soy?

— Una bruja, eso eres, lo supimos en cuanto las cosas flotaban hacia ti. — Frank se veía furioso. — Eres el pecado en persona, debes irte con tu gente. No te queremos.

Los ojos de Hermione se llenaron de lágrimas — ¿mamá? por favor.

Los ojos de la que creía se madre se mostraron fríos — Vete con ellos, no podemos tenerte. Vas contra nuestra fe.

Claro que se fue y esa misma noche conoció a Severus Snape en persona... Un hombre alto y de cabello graso que había estado visitando a Harry Potter un niño de la edad de Hermione y Draco.

Los Señores Potter, Los Malfoy y Severus hablaron largo y tendido en el salón mientras los pequeños se conocían. Fue amistad a primera vista o ilusión amorosa en caso de Harry. Algo que al pequeño rubio no le gustó por ello empezó a molestarlo y bromear para manterlo alejado de su amiga.

— ¿en que piensas? — Draco se acercó con dos copas de ponche.

Hermione sostuvo la copa que él le ofreció — Recordaba el día que Peter Pan empezó a tener celos.

— Mis celos dieron frutos, Harry se dio cuenta que no tiene oportunidad contigo. — el rubio tomo un sorbo del ponche mientras miraba en dirección donde el cuatro-ojos estaba coqueteando con su ahora novia Pansy. — Cuido a mi prometida.

Las mejillas de la ahora ex-Slytherin se tornaron rojas — No recuerdo haberme prometido a ti, Drácula.

— No me digas Drácula... No soy un — "Vampiro" pensó Draco en decir, pero sonrió maliciosamente — Espera... y voy a morder tu cuello.

Hermione rio de buena gana, habían madurado tanto... ya no eran más unos niños inocentes. — Bueno, señor vampiro... va a tener que ir a morder a otra porque hoy soy toda inocencia y mi tío Severus está vigilándonos.

— No creo que le moleste, sabe que eres mi prometida...

— A la que no has besado nunca— ella empezó a molestarlo con un sonrisa ladina. — No tengo compromiso más que por papeles... pero no de palabra.

Draco entrecerró los ojos — Tengo la leve sospecha de que estas tratando de que pregunte: "¿quieres ser mi novia?"

— Acepto — Hermione se paró de puntillas para ofrecerle los labios mientras cerraba los ojos.

El rubio por supuesto que se sorprendió, lo que n duró mucho y la besó rápidamente, algo que los hizo sonreír a ambos como si fueran niños que acababan de hacer una travesura.

Empezaron a bailar al ritmo de la melodía, ambos se querían tanto...

Hermione un ángel en los ojos de Draco, ambos se amaban. las palabras no eran necesarias, sus sonrisas y sus acciones hacían que el mundo a su alrededor fuera de arcoíris. Su amistad empezó hace muchos años y su amor ya estaba presente apenas cruzaron miradas.

"Voy a ser la única, lo sabes, voy a ser el pimiento para tu sal, llévame alto. Me veo como un ángel a tus ojos" Era lo que rondaba por la mente de Hermione.

"Voy a ser el único, cariño, voy a ser el único al que dejes entrar, te llevaré a los alto, déjame vivir en tus ojos, eres un ángel". Desde luego Draco no podía dejar de apreciar a su ahora novia, era preciosa. Daba gracias a su abuelo por haberla hecho su prometida. Era la indicada...


FIN

MIL GRACIAS POR LEERLA.