Disclaimer. Naruto es propiedad de Masashi K.

_... _

Color de la noche, Color del amanecer.

Sasuke tenía una hermosa y pequeña gatita; de color de la noche y ojos como la luna, su figura era bastante delgada y sus patas eran suaves y esponjosas. Su nombre era Hinata.

Ésta pequeña felina quería mucho a su amo, y cuando se sentía en peligro o había algo sospechoso cerca; se abalanzaba al azabache, se metía bajo de su camisa, temblorosa, buscando su protección, como la de una hermana menor con su hermano mayor. Y Sasuke, ante esto, sólo le acariciaba el lomo por arriba de su prenda, divertido por las reacciones de su querida mascota.

Pero ¿Cómo llegaron a este punto? Todo está en el cómo se conocieron.

Sasuke tenía diecisiete años, iba del instituto para su casa, se apreciaba un bello atardecer en el horizonte, estaba todo muy tranquilo.

Pasó a lado de un callejón sucio y vacío aparentemente, sólo con un enorme contenedor de basura oxidado. No le dió mucha importancia hasta que oyó un sollozo en maullido, se volteó y pudo observar a una gatita negra azulada atrapada entre la pared y el contenedor, siendo aplastada. Inmediatamente después, escuchó el ladrido de un perro, y lo vió en segundos posteriores, caminando en dirección a la indefensa gatita. Éste empezó a olisquearla y para luego intentar que sus afilados dientes agarraran la cabeza de la pobre felina. No parando de ladrar.

El Uchiha gruñó entre dientes, para después ir corriendo hacia el contenedor, cayendo su maletín en el proceso, e iniciar una feroz batalla con el perro callejero. Le causó varias heridas sangrantes pero al final le hizo huir despavorido con la cola entre las patas. El moreno se quedó solo con el contenedor y con la pequeña de los ojos perlados que aún yacía aplastada por la estrechez del espacio.

Dió un gran suspiro de abatimiento, para después empujar el contenedor a dirección opuesta a la pared y dejar que la gata saliera. Ésta se incorporó débil, pero aun de pie, se dirigió a su salvador, trepó torpemente por su ropa, con sus diminutas garritas, hasta llegar a su hombro para comenzarle a dar cortos y constantes lamidos en su rostro ensangrentado y rasguñado.

Sasuke suspiró, se levantó, tomó su maletín y se dirigió a su casa calmado y solemne… Con la gatita en brazos.

Poco después, en ese mismo día, la nombró Hinata.

_... _

Sakura tenía un enérgico y travieso gato; de color del amanecer y ojos como el cielo despejado, era delgado y tenía patas audaces capaces de atravezar cualquier aventura o peligro. Su nombre era Naruto.

A éste felino le encantaba llamar la atención, sobre todo la de su querida ama, que lo regañaba constantemente por hacer inmensidad de travesuras; como comerse a los peces de la pelirosa - Ted y John -, rasgar las cortinas, orinarse en la sala, jalarle el cabello con sus garras a la Haruno, entre otras cosas.

La relación de ellos dos era odio-amor por los constantes enojos y alegrías que causaba el gato, o eso es lo que pensaba Sakura. Mientras tanto, Naruto creía que era pura muestra de cariño y diversión.

¿Cómo llegaron a este punto?

A los diecisiete, Sakura caminaba por las calles de regreso a casa, era una tarde lluviosa, y estaba un poco empapada pues a pesar de tener el paraguas en mano, éste tenía varios agujeros en los que entraba el agua, empapando sus prendas.

A cada minuto suspiraba por su desgracia, hasta que vió una caja de cartón debajo de un pequeño árbol, la caja estaba empapada por la lluvia, y por dentro había cobertores y un tazón de croquetas. Eso la hizo dudar, entonces se acercó para lograr ver algún pequeño animal abandonado por su dueño. Y efectivamente pudo observar a un pequeño y sucio felino que salía de los cobertores y se recargaba a la orilla de la caja, maullando, y viéndola fijamente esperando algún índice de aceptación o de cariño .

Sakura no lo pensó dos veces y lo agarro para cubrirlo de la lluvia y abrigarlo del frío viento. Lo llevó a su casa, lo bañó con agua caliente, lo alimentó y lo nombró Naruto - se le había ocurrido mientras lo secaba se pues del baño , y veía en la televisión un comercial de ramen. -.

Desde ese entonces, Naruto no se ha despegado de ella.

Ahora, Sasuke tenía una esposa, y Sakura tenía un esposo; ambos eran marido y mujer.

Se casaron y se mudaron a un apartamento junto con sus fieles compañeros: Hinata y Naruto.

La primera vez que ambos gatitos se habían conocido, fue cuando Sasuke y Sakura empezaron a salir, más específicamente a los tres meses de relación…

-Ya casi será navidad, ¿Tienes que hacer algo para ese día, Sasuke-kun? - Preguntó curiosa la pelirosa.

-No realmente.-

-Oh, en ese caso, ¿Quisieras que la pasemos ju-...?- La chica detuvo su caminar al divisar el lugar que andaba buscando hace una semana.

El azabache sólo se le quedó viendo extrañado, luego dirigió su vista hacia lo que miraba con tanta intensidad su novia. Inmediatamente después, Sakura salió corriendo hacia la tienda de mascotas para luego comenzar a ver los juguetes para felinos.

Sasuke, después de unos momentos, reaccionó y se encaminó a la la ojiverde.

-¿Qué buscas? -

-Ah, bueno, verás, tengo un gato y desde hace tiempo planeaba darle algo para navidad, un juguete que lo distraiga de no rascar el sofá o las cortinas. - Rió secamente, tornándose su frente sombría.

-Yo también tengo un gato. - Dijo Sasuke un poco sorprendido, pues no sabía que tenían eso en común.

-¡¿En serio?! - El oji negro asintió. - Podríamos presentarlos, en navidad, seguro serán buenos amigos . -

Se reunieron ese día en el departamento del moreno, cuando Sakura llegó con el pequeño Naruto en brazos, que se encontraba inquieto, Sasuke la ayudó a cargar sus cosas, la pelirosa soltó al blondo de su gato, buscando con la mirada a Hinata, pero no lograba verla por ninguna parte de la casa. Hasta que escuchó un chillido en la parte trasera del sofá, donde se encontraba merodeando Naruto, luego vió algo negro salir corriendo hacia la cocina, donde se encontraba Sasuke, una bolita negra subía rápidamente por las ropas del peli negro, escondiéndose entre su espalda y su cuello, temblando. El Uchiha la tomó en brazos, regresó a la sala de estar y se sentó en el sillón junto con Sakura. Ella, al ver a Hinata en el regazo del chico, se le hizo una ternura y belleza de gatita. La comenzó a acariciar, y ante esto Hinata le tomó más confianza, caminó hacia ella calmada, se sentó en sus piernas y se inclinó a su rostro para darle unas pequeñas y tiernas lamidas; Sakura estaba embelesada con aquella muestra de afecto. Sin embargo, el momento se rompió cuando Naruto saltó sobre la gatita, juguetón, pues desde que la había visto detrás del sillón quiso que fuera su amiga de juegos - nunca había tenido una además de su ama-. Las consecuencias de las acciones del oji azul fue aterrar a la ojiperla y que a la vez ésta se escondiera debajo de la camisa de Sasuke, sollozando y temblando como gelatina; también que se ganara una regañiza por parte de su ama; además de tener un nuevo apodo de parte del Uchiha… "Dobe".

Así fue la primera vez que se conocieron, ellos tenían un año de edad… Mientras que sus amos tenían dieciocho años.

Aunque Naruto y Hinata se veían cada vez que sus amos iban de visita a la casa del otro, que era como un par de veces al mes, no fue hasta que Sakura y Sasuke se casaron cuando pudieron verse a menudo, ya que vivían en el mismo apartamento.

Ahora, Hinata ya no se asustaba con la presencia del blondo, más bien le encantaba estar con él. Ella lo seguía frecuentemente y Naruto comenzó a tomar eso como un juego de escondidas y atrapadas.

Él era muy brusco cuando jugaba con Hinata, y es que al ojiazul siempre le había emocionado tener una amiga como ella, con la que hiciera travesuras. Pero Hinata no era así, ella era tranquila y mansa.

Cabe mencionar que la pequeña felina había hecho dos amigos en su estadía en el departamento del feliz matrimonio; un perro y una oruga. El primero se llamaba Kiba y vivía en el departamento de a lado, se veían constantemente por el balcón de los respectivos departamentos de sus amos; el segundo se llamaba Shino, aunque sólo lo supieran los felinos de aquel hogar, éste vivía en una planta dentro de una maceta que se encontraba en una esquina de la cocina del departamento, Hinata se quedaba recostada a lado del hogar de su diminuto amigo y movía suavemente con su patita la hoja en la que se encontraba la oruga, como si estuviere a arrullandola. Además de que Sakura y Sasuke veían aquellas amistades bastante curiosas, pues la escuchaban ronronear alegremente con éstos.

Mientras que Naruto tenía como amigos a todos los animales del vecindario, desde ratas hasta canarios. No es que saliera mucho de casa y que se la pasara vagando por las calles, de hecho muy pocas veces salía, pero cuando lo hacía conseguía como veinte amigos por salida. Sakura y Sasuke también estaban acostumbrados a ello, y sabían que siempre, antes del anochecer, volvía para cenar.

Pero algo muy importante falta mencionar de estos dos gatitos, y es que ambos se quieren bastante pues han sido amigos desde hace un poco más de dos años, ahora eran prácticamente adultos.

Sin embargo, a Hinata le encanta jugar con él aunque sea tosco con ella, le hacía muy feliz tener su tazón de croquetas a lado suyo y que pudieran comer juntos en el proceso, le aliviaba que sus camas estuvieran a la par y frente al gran ventanal corredizo que daba al balcón pues los rayos de la luna iluminaban la oscuridad de la sala de estar, podían dormir juntos y protegerse mutuamente de la negrura y de los monstruos que la hacían desvelarse en la noche de miedo… Naruto la hacía temblar de nerviosismo y vergüenza cuando la miraba fijamente a sus rasgados ojos lavanda o cuando accidentalmente se tocaban sus largas y sedosa colas una contra la otra, enrollándose o rozándose al momento… También la hacía ronronear, cuando él le daba un masaje en su lomo con sus pequeñas y anaranjadas patitas, o cuando él se escapaba de la casa por varias horas y ella preocupada gemía en ronroneos dando vueltas por todo el apartamento esperando su regreso… Pero también hacía que su corazón se lastimara, cuando él celaba a su ama, Sakura, mayormente cuando ella y su amo, Sasuke, estaban sentados en el sofá y se acercaban bastante el uno al otro y Naruto se ponía en el regazo de la pelirosa, con aire territorial, se lanzaba hacia el Uchiha y le rasguñaba para que se alejara de su querida ama; sin embargo aquello era inefectivo ya que Sakura le daba una reprimenda y Sasuke lo terminaba bajando del sillón apodandole un "usuratonkachi" al momento y a la vez, por ello, dejó de ser más frecuente los ataques de Naruto hacia su amo pero no dejaba de ser doloroso ver cómo su amado quería llamar la atención de su dueña, celarla. Quererla de forma idolátrica, poniéndola en un pedestal.

Y eso le dolía, a Hinata le dolía… Pues Hinata lo amaba.

-¡Naruto, Hinata, la cena!-

Ambos mininos se dirigieron hacia el llamado de Sakura, el primero corriendo como loco hasta resbalarse con el piso de madera, mientras que la segunda trotando graciosamente hasta topar con su tazón. Eran totalmente diferentes al comer mientras Naruto se metía todas las croquetas en sus mejillas para después tragarlas de manera pesada, Hinata apenas y rozaba su hocico con su alimento, comiendo paciente su cena. En el mismo instante, el matrimonio cenaba y hablaban de cosas inentendibles para los dos virginales gatos; sólo se escuchaba frecuentemente la palabra "cuarto", "ropitas" y "bebé".

Hinata se mostraba bastante curiosa por aquello, mientras que su Naruto-kun ni en cuenta.

"Tal vez es algo especial" , pensó la gatita, "por eso sonríen tanto" . Naruto la miró curioso pues ella se estaba dirigiendo hacia el comedor en donde estaban sentados la pareja, brincó al regazo de Sasuke y restregó su rostro contra el abdomen de su amo con cariño. Y el ojiazul, ante la acción de la pelinegra, también quiso mostrar afecto a su dueña, sin embargo no lo supo expresar muy bien; en lugar de lamerla, restregarse a ella o algo por el estilo, le empezó a rasguñar las delgadas y blancas piernas de Sakura con sus garras sin cortar durante meses, .

No hace falta decir que pasó después.

Como a las once de la noche, ya estaban apagadas las luces, el matrimonio ya se encontraba descansando en su habitación al mismo tiempo que los gatos, en la sala de estar, frente al gran ventanal que daba al balcón, estaban recostados en sus respectivas camas: La camita de color morado, pulcra y ordenada, pertenecía a la de ojos perlados: La camita de color azul claro, rasgada y mugrosa, era del de pelo anaranjado.

Ambos iluminados por la luna, intentaban dormir, Hinata observando atentamente a su amor y Naruto removiendose en su lecho buscando una posición cómoda.

_... _

Tengo una obsesión con los gatos.

04/07/19