Disclaimer: Los personajes de Naruto no son de mi propiedad sino de su creador, el mangaka Masashi Kishimoto. Solo los utilizo para adaptarlos a la historia de Amaya Evans, Demasiado Tarde, siendo este el tercer libro de la saga amores Imposibles. La pareja principal es Sasuhina, sus personalidades pueden estar alteradas ya que es una adaptación, sino te gusta no lo leas, todo lo hago sin fines de lucro y por amor al Sasuhina así que si no te gusta esta pareja ¿Qué haces aquí? Solo quiero mostrar los libros que me gustaron a través de esta maravillosa pareja que se robó mi corazón desde que la descubrí.
EPÍLOGO
La primavera por fin había llegado y ahora el clima era muy agradable; calmado, fresco y seco. La temperatura helada se había disipado y la atmosfera era bastante cálida. Los arboles estaban en su primer verdor, había mucha vida en el bosque y la mayoría de los lagos y arroyos estaban casi descongelados. Ese día en especial estaban haciendo un ritual de cada año donde todo lo viejo se iba y se hacía una exhaustiva limpieza de primavera en toda la casa.
A Hinata le gustaba ir al huerto por esos días y ver como estaba creciendo la mayoría de las verduras que había plantado junto a unos hermosos fresales que estaba seguro de que serían su orgullo. Las jóvenes se habían ido a un paseo que extrañamente habían planeado de un momento a otro.
Sintió un pequeño aleteo en su vientre, pero se dijo que era demasiado pronto, aunque ya empezaba a crecer. Esa única noche con Sasuke había tenido
consecuencias, pero aun sabiendo el problema tan grande que tendría en Konoha Manor por su comportamiento indebido, no dejaba de sonreír al pensar en su hijo.
Era el único recuerdo que tendría de Sasuke y eso le dolía pero tenía que vivir con sus malas decisiones y ella se había equivocado terriblemente alejándolo
de su vida aquella vez en casa de su tía. Después de eso nada había sido igual y al pasar los días se enteró de que se iría de viaje a Europa y no pensaba volver según le dijo en una carta su tía. Ese día que la leyó, lloró amargamente porque sintió que lo había perdido y que si tenía alguna esperanza se había desvanecido con esa carta. Pero luego se enteró de su embarazo y a felicidad resurgió en su corazón.
—Señorita, señorita—escuchó que gritaban Moegi y el ama de llaves.
Ella se asustó pensando que algo malo le había pasado a alguna de las chicas.
—¿Sucedió algo? ¿Están bien las chicas?
—Están bien—respondió Moegi casi jadeando por el esfuerzo de respirar—pero debe venir con nosotras al estudio.
—¿Por qué?
—La están esperando.
—¿Quién? —gritó a Moegi, que no terminaba de hablar bien.
La chica tartamudeaba y ella no sabía cómo sacarle las palabras así que se apresuró a subir al estudio, pero al entrar no vio a nadie.
—¿Qué significa esto, Moegi?
—Señora Chiyo, ¿usted también va aquedarse allí, sin decir nada? ¿Tienen algo que decir al respecto?
Ambas; Moegi y el ama de llaves se miraron sonrientes—Sí, señorita Hyuga. Por favor mire por la ventana.
Ella respiró profundamente tratando de calmarse y llenarse de paciencia.
Caminó a la ventana y se quedó de piedra. Allí frente a ella en el jardín estaba Sasuke con un ramo de flores en la mano y rodeado de un buen número de jovencitas que sostenían cada una, una hoja y sonreían de forma traviesa. De repente ellas formaron dos líneas y Sasuke se hincó de rodillas. Ella no entendió lo que estaba pasando hasta que cada una de las chicas le dio la vuelta al papel que tenían en su mano y vio que cada uno tenía una letra grande pintada en ellos.
Al ponerse una al lado de la otra se podía leer una frase que formaban los papeles. Le costó trabajo leerlo porque se sentía muy nerviosa y sus ojos estaban llenos de lágrimas, pero cuando por fin lo hizo, vio con claridad que decía ¿Quieres casarte conmigo? En ese momento solo pudo llorar de emoción y correr escaleras abajo para encontrarse con él.
Sasuke la esperaba ansioso y al tenerla enfrente, con los ojos húmedos y llenos de emoción, se puso de pie y la abrazó.
—Señorita...—escuchó a varias chicas llamarla.
Hinata se dio la vuelta para ver que todas la miraban expectantes. Una de ellas no aguantó más y preguntó—Entonces ¿Que va a responder?
Ella empezó a reír—¡sí! —dijo en voz alta y Sasuke volvió a abrazarla y allí delante de todo el mundo, la besó. Todos aplaudieron ante aquella escena incluso los sirvientes que en ese momento estaban allí presenciando todo.
—Pensé que te habías ido.
—Jamás te dejaría mi amor. No quise insistir más hasta que tú misma te dieras cuenta de tus sentimientos y estuvieras segura de ellos como yo lo estoy.
—Te amo—dijo ella sintiendo que jamás había estado tan segura de eso.
—Te prometo amor mío, que te haré la mujer más feliz del mundo y te compensaré por cada uno de esos años que sufriste por mi causa.
—Ahora puedo decirte que no sufrí por tu culpa. Desafortunadamente hubo terceras personas que no querían vernos juntos, pero cuando estamos destinados a alguien, nada ni nadie puede impedirlo—se acercó a su oído para susurrarle
—A partir de este momento solo habrá felicidad en nuestra vida, con nuestro hijo o hija—le dijo con ojos brillantes por la emoción.
Sasuke la miró atónito—¿Es cierto eso, mi amor? —dijo en voz baja para que nadie escuchara.
Ella asintió—en siete meses nuestro hijo estará con nosotros.
Él cerró los ojos también emocionado al punto de las lágrimas—te amo, mi cielo. Soy el hombre con más suerte en el mundo—la volvió a besar y mientras ella sentía sus cálidos labios sobre los de ella, pensó que podía decir lo mismo, porque en ese momento se sentía la mujer más afortunada del mundo.