"Vive por él también. Vive, sigue viviendo.

Y muere algún día... Esta es mi última orden."

Dietfried Bougainvillea a Violet.


II.- La Doncella Guerrera de Leindenschaftlich

"Ella era letal y tenía la habilidad suficiente para matarlo. La vió liquidar a sus hombres y amigos, a mano limpia. Soldados con entrenamiento y años de experiencia, los mejores de su armada marítima y sus camaradas, asesinados a sangre fría por una niña desarmada."

Las imágenes de la masacre que ella provocó aún le causaban pesadillas.

"Él la derrotó eventualmente, dejándola inconsciente, pero logró herirlo de gravedad y la dominó sólo porque ella estaba cansada y llena de la sangre de sus subordinados.

Era una fiera salvaje, un arma letal. Su destino habría sido la muerte. Pero los altos mandos del gobierno decidieron que sería de utilidad en la guerra. Debió matarla cuando tuvo la oportunidad.

Al principio tuvo que mantenerla enjaulada. No hablaba y no se podía razonar con ella, varios guardias la vigilaban. Algunos cometieron el error de atacarla. Los hizo pedazos como una fiera enjaulada. Después de eso, todos le tenían miedo. Incluso atacaba a los guardias que le daban de comer.

Su origen era un misterio.

Así que como se sabía que sólo el Capitán de la armada marítima Dietfried Bougainvillea había logrado someterla. La dejaron a su cargo para "domar a la fiera" bajo las órdenes de que si no lograba darle una utilidad para el ejército entonces debía ejecutarla.

Fue una tarea difícil, pero al final sólo logró hacer que obedeciera a la orden de "matar".

Solo logró medianamente someterla por pura presión psicológica.

Pero con él, ella se comportó diferente lo reconoció como figura de autoridad. Como el cazador que domestica a un lobo salvaje. Y eso fue desde entonces "un perro faldero".

Después perfeccionó sus habilidades, sabía pelear. Pero él le enseñó las Artes de la guerra y a usar armas blancas, rifles de asalto y la disciplina militar como tal.

Cuando hizo demostraciones con ella en los campos de entrenamiento, observaba con satisfacción el miedo que infundía en los soldados y como los altos mandos estaban satisfechos de su proeza al dominarla.

La respetaba como se respeta un revolver, que es eficaz para matar. Pero al final de cuentas era un arma metálica, fría, inerte e indiferente ante quien la acciona y a quien la apuntan.

Perder los brazos no la limitó. Al contrario, darle las prótesis de adamantio solo la volvía más letal.

La utilizó en diversas ocasiones en batalla y ganó por eso prestigio

Por lo que él supo varios soldados trataron de compartir su cama y todos terminaron con el cuello roto. Para Dietfried la niña era solo un arma y no servía para el placer.

Inclusive con él no tuvo objeciones. Se portaba obediente. Era su amo. Pero después del acto ella se bajaba de la cama y dormía en el piso.

Lo hizo con ella en el penthouse del hotel, la noche que se la entregó a Gilbert. Fue una despedida. Pero estaba seguro que ella no entendía ese acto. Quizás su hermano si logró ayudarla a entenderlo y seguramente utilizó el mismo método para dominarla.

Solo que Gilbert cometió la estupidez de encariñarse de ella. Le puso un nombre y le enseñó a leer. Y fue lo suficientemente torpe de morir tratando de salvarla.

Por lo cual, ahora era él, Dietfried Bougainvillea quién debía tomar el liderazgo familiar. Cosa que nunca quiso. Siempre renegó de ello.

Odiaba a Violet porque no pudo proteger a su hermano y porque destrozó todo su mundo al arrebatarle el amor de Gilbert.

Ahora estaba de nuevo en ese mismo penthouse del hotel más prestigioso de Laiden, esperando a la doll.


Esa joven extraña llamaba siempre la atención y despertaba la curiosidad de las personas debido a su aspecto de muñeca. Aparentemente era requisito parecerlo para ser una Auto Memory Doll del servicio postal CH.

Ahora era una doll bastante más popular.

La gente la reconocía en la calle, el gobierno ocultó su pasado y su nombre era muy reconocido.

La gente sólo sabía que fue una huérfana herida que rescataron los Evergarden.

Pero sus dotes de interacción social aún dejaban mucho que desear.

Pero comprendía mejor que nadie los sentimientos de las personas, para escribir las cartas más hermosas y transformar vidas. Pero a la hora de ponerlos en práctica era otro asunto.

En su trabajo era autómata y diligente como si fuera una máquina perfectamente aceitada.

Esa mañana su jefe Claudia Hodggins le dió un encargo especial de un cliente impensable.

Tenemos un pedido especial. Es del ejército. Te solicitaron explícitamente a ti.

Le dijo él, pero Violet no podía interpretar su cara de preocupación.

No hay problema. Sea cual sea el encargo, estoy segura de que podré llevarlo a cabo. —respondió ella con su usual voz robótica.

Trabajarás directamente con el Capitán Dietfried Bougainvillea. ¿Qué opinas de él? Se que han tenido diferencias en el pasado.

Hodggins pudo notar cierta turbación en Violet al escuchar que el trabajo implicaba a Dietfried pero no expresó una emoción particularmente especial. Seguía con su semblante inexpresiva.

Violet respondió que valoraba al capitán Dietfried porque él la había entrenado y porque había sido él quien la entregó al Mayor.

Hodggins dió un suspiro. Y sólo le dijo que no aceptaría el trabajo, hasta que hablara con Diethfried.

Dicho esto fue que ella partió a verlo.

Fue confuso para ella el porqué debían verse fuera de los cuarteles de la armada.

Llegó al hotel justo cuando empezó una ligera llovizna.

Un guardia elegante le abrió la puerta de la entrada. No la trataban así cuando era una sucia huérfana. La ropa hace la diferencia en cómo te tratan las personas.

Atravesó el elegante vestíbulo atrapando las miradas de las personas elegantes del lujoso restaurante y bar del fondo.

Una sola noche aquí le costaría un mes de su salario.

Fue directamente al ascensor. Un joven con uniforme le preguntó a qué piso se dirigía.

Penthouse—. Le dijo con voz monótona y agregó un amable gracias.

Al llegar un soldado le abrió la puerta del penthouse.

Recordaba el lugar diferente. No le pasó por alto que fue aquí donde conoció al Mayor, cuando Dietfried finalmente se hartó de ella y la dió a su hermano menor como obsequio por un ascenso.

Se quedó en la entrada del Gran salón apreciando los cambios de la remodelación.

El piso era de mármol blanco y las paredes igualmente blancas chocaban con la gran chimenea de mármol negro ébano. El fuego de esta se veía sumamente acogedor.

Las alfombras eran igualmente blancas pero de material tipo peluche. Se veían cómodas y espojosas.

Mesas de cristal y sillones grandes blancos arc deco de terciopelo, con cojines blancos y negros.

Y un candelabro de cristales colgando del techo justo en el medio.

Las pequeñas ventanas habían sido cambiadas por un amplio ventanal que dejaba ver el atardecer en el puerto y gran parte de Laiden.

Junto a las grandes cortinas de terciopelo negro estaba de pie Dietfried que vestía un traje gris con la camisa desabotonada.

Tenía un trago en la mano.

A Violet siempre le causaba conflicto verlo. Era sumamente parecido a Gilbert, salvo por el semblante malhumorado y el ceño fruncido. Sus ojos igualmente eran verdes pero los de él eran más oscuros y su cabello largo trenzado le daba un aire despreocupado. Apariencia descuidada que jamás habrías visto en Gilbert.

Sus compañeros de trabajo mostraron preocupación cuando supieron que vendría a ver a Dietfried. Sabían que él era siempre hostil con Violet, la insultaba cada vez que podía. Pero para Violet sus insultos eran insustanciales.

No te quedes ahí. Entra— le ordenó Dietfried.

Ella lo hizo y se sentó en uno de los grandes sillones.

Sírvete un trago—. La ánimo señalando el Bourbon que estaba en la mesa.

No, gracias. Estoy de servicio—. Afirmó ella.

Deberías. Lo necesitarás pero … como gustes.

Violet notó a Dietfried un poco inquieto.

Le sorprendió lo poco que Violet había cambiado desde la última vez que la vio hace cinco años. Se preguntó si no la habían sustituido por un robot. Sí acaso se veía ligeramente más alta. Seguía usando ese aburrido peinado de trenzas recogidas con la cinta roja. Usaba una variante del vestido blanco y abrigo azul. Y sus típicas botas. Toda una muñeca. Y ese odioso broche verde esmeralda.

Su semblante de muñeca francesa de porcelana. Sí la sentarás en una banda del parque y le ordenaras permanecer inmóvil, la gente la confundiría con la más preciosa muñeca.

Sino fuera porque él mismo comprobó que era de carne y hueso, también dudaría de su humanidad.

Durante estos años cuando pensaba en ella solo podía sentir repulsión y odio. Pero ahora que la tenía delante sólo veía una chica con un terrible pasado a la que él maltrato y utilizó y quien a final de cuentas le salvó la vida en el tren.

Reconocía para sí mismo que era su propia culpa lo que lo orillaba a odiarla.

Finalmente, fueron sus hombres los que la atacaron en la isla, ella solo se defendió. Fue él quién no la mató cuando pudo hacerlo y quién la entregó a Gilbert. Sino lo hubiera hecho, él se habría preocupado sólo de sí mismo y habría salvado su vida.

Capitán, dígame qué clase de servicio necesita. No importa lo que sea soy perfectamente capaz de realizar cualquier cosa que pida —. Lo sacó de sus pensamientos.

Ya veremos —murmuró Dietfried con una misteriosa sonrisa.

Terminó su trago y se sirvió otro.

Se rumora que el nuevo emperador de Gardarik quiere iniciar una guerra.—empezó a explicar sentándose en el sillón cerca de Violet—. Mi familia tiene diversas empresas en Gardarik. El ejército me pidió ser espía y verificar los rumores. Sólo que hay un problema. Los altos mandos creen que la infiltración sería más exitosa si estoy casado.

Necesitará una carta de declaración matrimonial. Puede indicarme el nombre del destinatario y dirección, por favor.

Puedes ponerla a nombre de Violet Evergarden. Dirección? No lo sé. Aún vives en ese ático polvoriento del servicio postal CH?—. Dietfried trató de hacer una broma, pero no sonó divertida más bien uso un tono de tragedia.

Observó la reacción de Violet, pero era imposible descifrar a esa mujer.

Sólo se quedó inmóvil. Finalmente preguntó si había sido recomendada por los altos mandos. A lo que Dietfried respondió que ellos ya no la recordaban.

Fue mi idea que fueras tú. Después de todo, tienes experiencia militar, por tu trabajo como doll podrás fácilmente memorizar, descifrar y codificar mensajes. Y también eres el tipo de chica con la que me casaría.

Eso último lo dijo para obtener una reacción. Pero no obtuvo nada. Ella seguía estoica, indescifrable.

Su elección es muy lógica. Soy la más adecuada para la misión—. Confirmó ella indiferente. —¿Cuando empezamos?

Después de todo, solo te gusta seguir órdenes. Por eso eres perfecta para esta misión. Pero primero, quiero que entiendas las implicaciones. —el semblante de Dietfried se tornó más severo—Ya hay espías de Gardarik en Laiden, el compromiso y la boda deben parecer genuinos. También haré oficial mi retiro de la armada. Empezaré a cortejarte en público. No podrás comentarlo con tus compañeras. Sólo Hodggins lo sabe, pero él entiende perfectamente la misión. Dijo que no aceptaría el trabajo si no comprendes lo que implica.

Entiendo perfectamente, Capitán. —afirmó ella indiferente.

Dietfried dudó.

¿Sabes lo que es el matrimonio? —quiso saber.

Sé que es una institución social, que establece un vínculo conyugal entre personas naturales, reconocido y consolidado por la sociedad. Sé que se firma un contrato y que los matrimonios arreglados son la regla en la alta sociedad a la cual usted pertenece. Pero necesitaré investigar el tema en extenso.

Dietfried dio un respingo. "Al menos se sabía de memoria la definición."

Me preocupa que no entiendas lo que implica. —objetó él

Eso no impedirá que realice mi trabajo— replicó ella.

Hay una cosa más. Cómo será una boda pública, técnicamente será auténtica y legal. No te daré el divorcio. Esto dañaría el buen nombre de mi familia. Y espero que eventualmente podamos tener hijos.

Los vientos alisios habían dispersado las nubes del horizonte y la luz dorada del atardecer entraba a borbotones por los ventanales, bañando en ámbar la figura virginal de la joven. Sus ojos azul profundo eran vibrantes.

Está vez Violet si que reaccionó. Se veía confundida.

No entiendo. Pensé que solo debíamos fingir el matrimonio.

Oh, créeme. Lo fingiremos. Tú no me agradas y no me interesa lo que tú pienses o sientas. Estás en toda la libertad de rechazarlo. Pero primero debes saber que mientras te recuperabás en el hospital recibí una carta testamento de Gilbert. En ella me pedía que me hiciera cargo de ti. No especificó el cómo, pero esta me parece una buena forma de hacerlo.

Una luz especial iluminó los ojos de la joven al escuchar cómo el Mayor se preocupó por ella.

Esto hizo arder el corazón de Dietfried. Se acercó violentamente hasta ella y la sujetó contra el sofá, quedó totalmente sobre ella.

Puedes rehusarte pero... harías bien en recordar que me debes la vida de mi hermano. —le hizo saber con un tono hostil.

Ella lo observó sin miedo alguno.

Puedes tomarte unos días para pensarlo—finalizó Dietfried.

Violet permaneció en silencio unos segundos

No es necesario. Acepto.—

No, deberías pensarlo mejor—. Objetó él.

No es necesario. Sus argumentos son bastante lógicos. Acepto la misión. —afirmó tajante y poniéndose de pie con su postura militar.

Dietfried la examinó y vio la determinación de la joven.

"Un arma siempre será un arma", pensó Dietfried para sí.

Desvístete. Debo corroborar que eres adecuada para la misión. —ordenó Dietfried, tomando totalmente por sorpresa a Violet.

Su orden sonó como una invitación del demonio.

Violet pudo leer sus intenciones en la mirada.

No. Le aseguro que soy totalmente capaz—. Refutó ella.

No juegues conmigo niña. ¡Desvístete! es una orden.

NO—siguió firme Violet.

Dietfried se abalanzó sobre ella. Gran error, Violet usó su ataque en su contra y él cayó pesadamente en el suelo. Había tomado de más, y era torpe.

Estaba furioso.

Mientras trataba de levantarse, Violet tomó sus cosas y se marchó, haciendo resonar sus botas en el frío mármol.

Era una una lástima. Hacía tiempo que no estaba con ninguna mujer. Las formas de Violet ya no eran tan claras en sus recuerdos. Al menos pudo comprobar que la doll seguía siendo letal.


Hola. Tengo una racha de inspiración de escritor, lo bueno que tengo unos días libres y estoy sola en casa. Bien saben que hay que aprovechar esos lapsus de inspiración.

Estoy empeñada en acabar esos fics que he abandonado. Y escribir cosas nuevas.

Mi intención con el fic es que sean espías y a la vez haya mucha química entre ellos.

Diethfried no se define si la odia o no. Me cuestan mucho esos personajes ambos son muy complejos disculpen si están muy poco.

Y otra cosa, me cuesta pronunciar el nombre de Diethfried y peor, como rayos se escribe, lo he encontrado como Dietfried, Diethfried, Dietfried. Ya no sé. Es confuso.

Agradezco a los que están leyendo el fic. Y a Yubima-chan por ser la primera en comentar. Espero que estés bien linda.

Nos vemos pronto. : )