*** La historia NO ES MÍA es una ADAPTACIÓN al final, daré el nombre del autor y el nombre original de la historia **** Los personajes son propiedad de Stephanie Meyer ****

ANTES DE LEER lo que esta cursiva es el pasado


Epilogo

10 años después

Rosalie

La oficina está cerrada cuando me detengo en el estacionamiento. Las horas eran diferentes hace años, cuando venía aquí casi una vez a la semana a entrevistar a Edward y Bella. Fui a su casa primero, pero no hubo respuesta cuando toque. Con una hora para matar, juego en mi teléfono mientras me siento en mi auto de alquiler y espero.

Son veinte minutos antes del mediodía cuando una camioneta Ford se detiene y estaciona junto a mí. Él es ajeno a mi presencia. Había retrocedido hasta el lugar de estacionamiento. Cuando Edward sale, sonrío para mí. La última vez que lo vi tenía el cabello oscuro con toques de gris, pero ahora al parecer es lo contrario. Cabello gris o no, todavía se ve muy guapo.

Mientras abre la puerta de la oficina, salgo de mi coche y me acerco, aBellando mi garganta para alertarlo de mi presencia. Se vuelve y le toma unos segundos reconocerme, pero cuando lo hace, su rostro se ilumina con una sonrisa gigantesca.

―Vaya que creciste. ―Se ríe mientras abre sus brazos para un abrazo.

Resoplo una risa y lo abrazo. Es más suave ahora.

―Soy toda una adulta, pero sigo siendo un dolor en el culo.

―No lo dudo ni por un segundo.

Nos separamos y ladea la cabeza hacia un lado, una expresión pensativa en su rostro.

―¿Cómo has estado?

Le doy una sonrisa nerviosa.

―Bien ―respondo con poco entusiasmo. Los ojos de Edward se estrechan y puedo decir que no está tragándose mi respuesta―. Tenía la esperanza de atraparlos a ti y a Bella juntos.

Edward se dirige de nuevo a la puerta y procede a desbloquearla mientras dice:

―Vamos a llamarla. Fue a la ciudad esta mañana para hacer algunas compras, pero debe estar de vuelta en casa ahora.

Mantiene la puerta abierta para mí y una vez que entro anuncia:

―Ya regreso. Nadie ha llegado todavía. Sam y Paul no estarán aquí en una hora o dos. Ponte cómoda.

Dejándome en el área de recepción, se lanza a la parte posterior. Estoy asumiendo que para llamar a Bella. Dejo mi mirada buscar perezosamente por las paredes, deteniéndose en cada foto. La mayoría son de Edward y de los otros saltadores, saltando juntos o un tandem con los clientes. Entonces hay algunas de Edward y Bella. Sonrío y mi corazón se hincha cuando encuentro una de ellos en el día de su boda, empujando pastel en la cara del otro. Se siente bien verlos felices. Siempre me he preguntado si lo habían logrado después que Nessi falleció.

Edward regresa, me entrega una botella de agua y juntos miraros fijamente la foto de la boda.

―¿Cómo la convenciste para decir que sí? ―bromeo, girando la tapa en la botella.

Edward se encoge de hombros.

―No tengo idea. ―Se ríe.

Hacemos una pequeña charla durante unos minutos antes de que llegue Bella, entrando como si nada, con una amplia sonrisa en su rostro. Estoy sorprendida por lo bien que se ve. Pensé que ambos se verían mucho más viejos, pero el tiempo ha sido bueno con ellos.

―Rosalie. ―Sonríe al abrazarme, estrechándome fuerte―. ¿Cómo estás?

―Estoy bien ―admito. Bella se aleja, su mirada sospechosa corriendo por mi cuerpo.

¿Lo sabe?

―¿Tienes hambre?

―No, estoy bien.

Todos tomamos asiento y charlamos sobre el pasado. Preguntan por Emmett y Jacob, ambos están casados y con hijos. Emmett trabaja para la compañía de concreto de su padre, y Jacob es diseñador gráfico para una empresa pequeña en Manhattan. Hace años que no nos vemos, pero Facebook nos permite estar en contacto.

―¿Y dónde guió la vida a ese testarudo dolor en el trasero que conocimos hace años? ―bromea Edward.

No es ningún secreto que pensaba eso de mí. Y tenía razón. Estaba hambrienta y era implacable. Era una adolescente tratando de contar una historia que estaba más allá de mi capacidad para comprender en verdad. Sabía que era una historia de amor. También sabía que era una historia triste. Pero no tenía idea de la magnitud y profundidad que Buscando desesperadamente a Eddi realmente implicaba. Estaba orgullosa de lo que logramos. La historia fue un éxito y me catapultó a la fama. Después de todo, tenía solo diecisiete años y de alguna manera me las había arreglado para conseguir que esta familia me diera los derechos exclusivos de su historia. Siempre ha sido su historia. Pero mi juventud me impedía verlo como tal. En aquel entonces, era mi historia. Era mi plataforma. Y a medida que iba a los programas y me convertí en la que estaba siendo entrevistada, nunca pensé de manera diferente.

Pero lo hago ahora.

Ahora, todo eso simplemente no parece tan importante como lo parecía una vez.

Sonrío a Edward, sabiendo que acaba de bromear conmigo. Pero golpea un punto sensible. Ahora me pregunto si creen que le hice justicia a su historia. ¿Sienten que le hice justicia a Nessi?

―Me dieron una beca para Northwestern donde me especialicé en periodismo. He estado trabajando para el New York Times durante los últimos años.

―Eso es increíble. ―Se entusiasma Bella―. Sabía que ibas a hacer algo grande.

―Acabo de dar mi aviso de renuncia, en realidad ―digo. Ambas sonrisas se desvanecen y me miran, esperando que me explique.

Tragando saliva, me río.

―Me estoy mudando de nuevo aquí. De hecho, me acabo de comprar una casa no lejos de aquí.

―Bueno, bien por ti ―me anima Edward mientras frota la espalda de Bella. Puedo ver bajo la superficie de cristal de la mesa que la mano se encuentra en su muslo. Todavía están locos el uno por el otro.

―Algunas cosas han surgido recientemente ―Me detengo, en busca de mis siguientes palabras―. He estado pensando mucho en Nessi. ―Los ojos de Edward parpadean hacia abajo, su boca se curva en una sonrisa triste―. Espero que sientan que su historia fue bien presentada y que les hizo justicia.

Bella mira a Edward, su mirada triste, antes de regresar a mí.

―Rosalie, cariño, le diste a Nessi exactamente lo que quería. Estamos orgullosos de ti.

Edward asiente justo cuando mi garganta empieza a cosquillear. Van a hacerme llorar.

―Creo que a Nessi le encantaría escuchar sobre todo el éxito que has encontrado.

Asiento en agradecimiento.

―¿Valió la pena? ―me atrevo a preguntar. Edward entrecierra los ojos, confundido por mi pregunta. Pero la boca de Bella sonríe con suavidad y sus ojos brillan. Ella sabe exactamente lo que estoy preguntando. Desliza sus manos sobre la mesa y toma la mía, apretándola suavemente.

―Lo haría un millón de veces si eso significaba que era la única manera de tenerla. Su vida, su amor fueron mis regalos más grandes. ―Chasquea los ojos a Edward y sonríe.

Asiente.

―Nuestra aventura más épica.

Las lágrimas caen por mi cara, luego Bella empieza a llorar también. Sin soltar mi mano, dice:

―Vas a ser una madre maravillosa, Rosalie. ―Sacudo la cabeza, incapaz de hablar mientras las lágrimas siguen cayendo. Bella se levanta y rodea la mesa, inclinándose para abrazarme―. Me gusta pensar que si Nessi estuviera viva, sería mucho como tú. Audaz. Ambiciosa.

Edward desliza una caja de pañuelos hacia mí y tomo unos pocos, limpiándome, luego tomo una respiración profunda. Cuando me levanto, Bella pone su mano sobre mi vientre.

―¿Niño? ―pregunta.

―No lo sabremos hasta la próxima semana ―resoplo―. Mi prometido, Brian, él quiere saber, pero creo que me gustaría que fuera una sorpresa.

―¿Estás embarazada? ―pregunta Edward, finalmente, poniéndose al día, haciéndonos reír a ambas―. Pensé que tal vez habías ganado algo de peso.

Bella rueda sus ojos.

―Hombres. ―Resopla.

Charlamos un poco más sobre mi embarazo y también recordamos a Nessi. Entonces me cuentan que James y Angela se casaron y tienen dos hijos. Un niño llamado Harry, en honor a su ex piloto y amigo, Harry, y una niña llamada Nessi. Edward y Bella no pueden dejar de sonreír de oreja a oreja. Es obvio que están disfrutando de sus papeles de tíos. Me hubiera gustado haber visto a James en acción con sus hijos. Es un tipo bastante genial. Y cómico. A menos que estés en el extremo receptor de sus bromas. Él y Angela están en China en este momento, visitando a la familia de Angela. Bella saca rápidamente su teléfono y me muestra una selfie de la familia. Se ven increíblemente felices.

Cuando es el momento de irme, ambos me abrazan fuertemente y me dicen que tan pronto como el bebé nazca y esté lista, regrese por un salto.

Mientras conduzco lejos, con mi corazón contento, froto mi vientre y susurro:

―Tengo la sensación de que tú vas a ser mi aventura más épica, también, pequeño.

Fin

Libro Desperately Seeking Epic

Autor B.n. Toler


bueno llegamos al final de otra adaptacion subire otra en especial de navidad.

muchas garcias por sus comentarios y por estar pedientes de la adaptacion MUCHAS GRACIAS