Desde que conocí al amable, considerado y tierno Hinata Hyuga, mi corazón hizo bom y, efectivamente, no se equivoco, termine por sentirme atraído hacia él.

Si se lo preguntan, no fue sorpresa para mí que fuera hombre, ya sabía aceptado mi sexualidad desde que cumplí la mayoría de edad.

¿Donde y cuando sucedió sucedió mi flechazo? En mi trabajo, hace un año, en otoño.

Trabajo como mesero en un lujoso restaurante cinco estrellas. Él llegó como ayudante de cocina.

Al principió ni hablábamos, pero yo apreciaba desde lejos su buena forma de congeniar en el trabajar. Pasaron casi dos meses, y aun seguíamos sin hablar.

Si quieren saber si lo logre, fue en navidad que logramos hacernos poco más cercanos.

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— ¿Irás a la fiesta esta noche?

Alzo la mirada de mis zapatos, mi mejor amigo me miraba paciente mientras se fumaba un cigarrillo. Estábamos en nuestra hora de descansó. Los meseros teníamos un lugar propio donde comer y dormir.

Me siento en la colchoneta donde estaba antes tirado con los pies en alto apoyados de una barra.

— Rayos Shikamaru, lo olvidé de momento — rasco mi nuca, y es que desde hace un tiempo solo pienso en una cosa, bueno, bueno, miento, en alguien—. Pero por supuesto iré, hace tiempo que no voy a una, y es navidad por dios.

Era una costumbre del chef organizar cada cierto tiempo fiestas para sus empleados, muchos de estos llevaban a sus cercanos, así que el lugar se atestaba de gente.

Shikamaru solo asiente y dice que pasará por mí, para luego seguir con su vicio.

— ¡Ey, chicos! — Alzo la cabeza de inmediato, mis mejillas se sonrosaron al verlo acercarse sin perder aquella luminosa sonrisa—. El lugar se llenó, necesitamos meseros ¿Ya almorzaron? — yo solo asiento como robot, mi amigo Shikamaru solo se encojé de hombros—. Bien, a trabajar. Les advierto que Kabuto está muy irritable, casi se pone a discutir con Kiba antes de venir a buscarlos.

— El gerente siempre está irritable — hacer ver Shikamaru, aplastando con su zapato el cigarrillo.

Nos adentramos al lugar en silencio, mientras que yo, de nuevo, no dejó de mirar hacia él dulce Hinata. Solo claro hasta que se pierde por las puertas de la cocina.

Rasco mi nuca y sonrío con impotencia, creó que nunca podré decirle lo que siento. No éramos ni cercanos, quizás hasta tenía novia. Era seguro que recibiría un colosal rechazó de su parte si me animaba alguna vez de hacerlo.

— ¡Naruto, las mesas no se atienden solas! — y ese fue el gerente rompiendo mi burbuja.

—Ya voy, ya voy.

Y el día pasa sin más que decir, hasta que llega la noche.

Shikamaru pasa por mí como me había prometido, y llegamos en veinte minutos a un mini club en el centro de la ciudad. Al entrar, vi a muchos rostros conocidos del trabajo divirtiéndose de un lado a otro.

— N-Naruto, Shik-kamaru, e-es bueno-o v-verlos c-chicos — alzamos una ceja al ver al gerente todo borracho extendernos una latas de cerveza de improvisto —. D-Diviértanse chicos, el, el lunes vuelve la c-carga del trabajo.

Ambos nos miramos y negamos con pena ajena.

Yo al menos era la primera vez que veía al gerente de esa manera.

— ¡Shikamaru!

Una atractiva rubia se acerca muy emocionada, y de momento a otro, mi amigo se marcha con ella, solo dándome la seña silenciosa de que nos veríamos al rato. Si mal no estoy, creo que era la hermana mayor de Kankuro. Otro compañero de trabajo.

Al verme solin, solito, solo suspiró y sigo mi camino para hallar un buen lugar en donde disfrutar de la música y buena cerveza.

Llegó a la parte de arriba, donde había unos sofás y mesas de centro con pequeñas heleras; con bebidas y refrescos.

La música no llegaba tanto ahí.

— Oh, Hola Naruto.

Reconocería esa voz donde fuera, abro mis ojos y me encuentro con él amable Hinata de pie junto al sofá. No espera que diga algo y se sienta a mi lado, sin dejar de lado esa luminosa sonrisa que tanto me gusta.

—Estaba buscando rostros conocidos, pero entre tanta gente nada, hasta que decidí venir a estar parte.

Siento mis mejillas calientes.

Nunca lo había visto tan bien vestido, con aquellos jeans ajustados, chamarra negra y camiseta blanca. Se veía aun más guapo que de costumbre con ese aspecto casual.

Le doy igual un trago a mi cerveza ¡Vamos Naruto, habla estúpido, tú no eres tímido!

— Linda fiesta — sí, que original.

Él me mira fijamente y yo apretó mis labios nervioso. Pero en eso detallo más sus preciosos ojos, eran de tono gris con toques perlados, ahora que lo pienso; son algo parecido a los del chef, pero no, que digo, aun así eran diferente, estos eran...

... Cálidos.

Carraspeó al ver que me había quedado viéndole más de la cuenta.

— ¿Siempre has sido de Tokyo? — trivial, pero mucho mejor a comparación de lo que dije hace unos segundos. Que va, que malo soy en esto.

Él asiente antes de tomar de su refresco ¿Será que no bebe alcohol?

—Sí, nací en Tokyo, pero estuve viviendo un tiempo en Canadá. Por estudios.

Me recuestó más del sofá —. ¿Y qué tal los estudios?

—Bien, regresaré para verano a continuar con ellos. Estudio administración de empresas.

—Yo estudió lo mismo — lo miró sorprendido. Él sonríe, seguro por la coincidencia.

Pero que sonrisa tan preciosa tiene. Si, estoy babeando internamente.

— Sabes Naruto — le miró de nuevo, y notó que él nunca dejó de hacerlo —. Desde que llegué, me has parecido un chico muy amigable— rasca su nuca, y lo notó apenado. O quizás yo estoy alucinando cosas —. Pero no me animaba a iniciar una conversación apropiada contigo — mira su refresco, la agita y bebé—. Creo que el ambiente ayudó a que hoy pasará ¿no crees?

Yo abro mis ojos a más no poder de la impresión. Él, Hinata, el chico del cual yo posiblemente sentía algo más que un simple crush ¡Quería hablarme! Siento que estoy flotando en el cielo.

— Oh — oculto mi emoción, lo más que puedo. No quería verme raro frente a él, más de lo que quizás ya quedé —. Pensé lo mismo Hinata — él ahora era el sorprendido —. Creo eres muy dedicado en lo que haces.

— Solo soy un ayudante de cocina — ríe incomodo.

Pero yo aun así creía era genial ¿Eso es estar enamorado?

Y la noche transcurrió entre conversación y conversación. Luego de tantas semanas de obsérvalo en el trabajo, me repito de nuevo lo feliz de que estaba de estar hablando con Hinata.

Algo que nunca imaginé que sucedería.

A las tres de la madrugada, él decido marcharse y yo también, y quise avisar a Shikamaru pero nunca lo encontré. Incluso su auto ya no estaba en el estacionamiento.

Rasqué mi nuca.

Al menos hubiera avisado él muy bastardo.

—Vamos, yo te llevó — Hinata agitaba las llave de su auto.

Mi corazón revoloteo y asentí mega emocionado. Si eso ya era posible.

Hubiera deseado mi casa quedará aun más lejos, porque esos quinces minutos pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Al bajarme del auto, volví asomarme por la ventana del carro para despedirme.

— Gracias — Él asiente.

— Nos vemos el lunes.

Iba enderezarme cuando escucho un murmullo y vuelvo a verlo, él sonreía abiertamente.

— Por cierto, feliz Navidad.

Parpadeo y sé que mis mejillas se ruborizaron, así que agradecí a la noche por segunda vez al no delatarme frente a él. Mi corazón estaba bombardeando como un loco.

Sonrío feliz, quizás enamorado.

— Feliz Navidad, Hinata.

...

Mi primera historia NH yaoi, no es la mejor, es algo sencillo, así que haber como queda XD está historia la tengo un 70% escrita, así que no creo tarde taaanto en actualizar. Pero nunca digas nunca jeje