Hola a todos, esta es la primera vez que me animo a publicar una de mis historias.

Si bien ningún personaje me pertenece, solo mi gran imaginación, espero que les guste!


Cuando queda poco tiempo, la percepción de todo cambia...

Hermione no consiguió dormir bien en toda la semana, no dejaba de pensar en todo lo que estaba ocurriendo con ella, simplemente no se explicaba lo que estaba ocurriendo, por primera vez no encontraba las respuestas en sus libros que tanto amaba, había pasado un par de semanas desde que le habían dado una devastadora noticia. Se había pasado estas últimas semanas encerrada en la biblioteca leyendo cientos de libros, pero ninguno tenía la respuesta que ella buscaba, nada ni nadie podía ayudarla, ni siquiera la magia.

Era una noche fría de noviembre en Hogwarts, colegio de Magia y Hechicería. Hermione ya iba en quinto año, aunque ya nada de eso importaba, había sido una de las tantas noches en que Hermione no consiguió dormir. Sin que nadie se diese cuenta, salió de la sala común de Gryffindor y se dirigió hasta la biblioteca nuevamente, tomó todas las precauciones que estaban a su alcance, aunque siendo cerca de las tres de la mañana y estar tan frío no fue difícil conseguir llegar a su objetivo, aunque salir de su dormitorio no era tan buena idea, necesitaba respuestas urgentes, cada día que pasaba, cada hora e incluso cada segundo le acortaban su tiempo. Una vez más se decepcionó al no encontrar absolutamente nada, ni un conjuro, ni un hechizo, ni una esperanza que le diera alguna oportunidad. Esta vez Hermione se sintió devastada, fue tan grande su frustración que hizo algo que jamás pensó que haría, lanzó el libro lejos para luego salir corriendo a toda velocidad sin importarle si la veían rondando en plena noche por el castillo, sin importarle absolutamente nada, ya no tenía nada que perder. Se dirigió hasta la torre de Astronomía, subió las escaleras y llegó hasta el borde de una de las ventanas y se detuvo abruptamente, no se había dado cuenta de las lágrimas silenciosas corrían por sus mejillas hasta que el aire frío tocó su rostro.

"No es justo, realmente no es justo..." gritó al vacío, sabía que nadie podría oírla.

Cerró los ojos y sintió la brisa fría, sus lágrimas seguían cayendo por su rostro, luego de dar un par de respiraciones profundas, abrió los ojos y miró hacia el horizonte, todo blanco, todo en completa calma, todo seguiría igual, nada cambiaría su destino, nadie podía ayudarla, nadie... sin pensarlo subió hasta la cornisa de la torre, aun sosteniéndose del borde de la ventana, dio un largo suspiro y sintió la brisa fría una última vez, cerró sus ojos y en susurro dijo "Adiós" y lentamente se soltó la baranda y se lanzó al vacío.


Aquella misma noche fría de noviembre en Hogwarts, otro chico de quinto año no lograba dormir, pasaban tantas cosas por su mente, por qué no podía ser un chico normal, por qué tenía que vivir una vida que no escogió, simplemente por nacer con un legado ¿tenía que seguirlo? ... cada día su tiempo se agotaba más, cada día estaba más cerca de convertirse en quien no quería, había tanta gente a su alrededor que contaba con él, el peso de sus hombros era abrazador, un camino oscuro sin luz, sin esperanza, sin salida, no era una buena vida, no era la vida que él quería, porque todo era tan injusto, por qué...

Solo quería caminar para aclarar su mente y solo había un lugar en el que podía hacerlo, un lugar que era su favorito de todo el castillo, un lugar que sabía que nadie iba de noche, por lo que era el lugar perfecto para estar sin ser atrapado fuera de su dormitorio. Pensó que sería una noche tranquila, una noche como tantas otras en las que vería el amanecer, como el sol salía para todos por igual menos para él. Estaba sentado en la cornisa de la ventana que daba al Este, mirando a la nada sumergido en sus pensamientos, cuando escucho que alguien subía las escaleras a toda velocidad, fue todo tan rápido que no le dio tiempo de hacer nada, solo se quedó ahí en las penumbras de la torre, con suerte nadie lo vería o estaría en un grave problema por estar fuera de su cama a estas horas de la noche.

Solo vio una sombra dirigirse a toda velocidad hasta la ventana que estaba frente a las escaleras, para su gran alivio no era ningún prefecto, solo era una chica, no cualquier chica, se trataba de Granger. Esto no podía ser más extraño, ¿qué podría estar haciendo Granger a esta hora en la torre de Astronomía? pensó. Pero luego sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la escucho gritar "No es justo, realmente no es justo..." se dio cuenta que lloraba, ¿pero por qué lloraba?

"Al parecer no soy el único rompiendo las reglas, esto si no me lo esperaba" pensó con cierta satisfacción al ver que no era el único que podía estar en problemas.

Luego sintió rabia de que aquella sangre sucia interrumpiera lo que se suponía que sería una noche tranquila, con todo su lloriqueo. "¿Por qué las niñas tenían que ser tan sensibles?. De seguro está así donde le fue mal en su examen de Pociones y por tener puntos quitados por el profesor Snape por no prestar atención, después de todo ella misma se lo había buscado" pensó con prepotencia, de cierta manera hasta se alegraba que alguien la pusiera en su lugar por creerse una sabelotodo y quien mejor que su padrino quien no dejaba de mostrar su desprecio por los Gryffindor, en especial por el trío de oro de Dumbledore, para que la bajara de su nube.

De pronto salió de sus pensamientos al verla que subía hasta la cornisa de la ventana.

"¡Estúpida Gryffindor! ¿Qué crees que estás haciendo?" dijo con rabia al ver lo que estaba haciendo Granger y con horror vio que no se detenía, fue cuando entró en pánico, no podía ser testigo de una locura tal, como lo explicaría, hasta podrían pensar que fue él si descubrían que los últimos segundos de vida de Granger estaba con él en la misma habitación, como podía meterse en estos problemas.

Sin más corrió hasta ella e intentó sujetarla, justo a tiempo para tomarla de su capa y evitar que cayera desde el precipicio.

Hermione pensó que caía, pero algo la detuvo bruscamente, al mirar hacia arriba vio con horror que era Draco Malfoy, de todas las personas ¿tenía que ser él?, Ella trató de forcejear, pero Draco alcanzó a tomarla del brazo mientras Hermione trataba de zafarse.

"¡Acaso te volviste loca Granger!" dijo Draco con rabia y miedo a la vez causada por la adrenalina del momento mientras intentaba con todas sus fuerzas subirla.

Hermione miró de nuevo hacia Malfoy y vio en su mirada algo que jamás había visto en él, "compasión". Dejó de luchar y se aferró a la mano de Draco con su vida, de pronto miró hacia abajo y un miedo aterrador se apoderó de ella.

"No me dejes caer, por lo que más quieras no me dejes caer" Hermione estaba entrando en pánico.

Draco al ver que la situación se salía de sus manos y al ver el miedo en los ojos de Granger y que estaba entrando en pánico trato de calmarse, pero vio que ella no lo estaba consiguiendo haciendo que todo esto sea aún más difícil.

"Granger deja de moverte o no podré subirte" dijo tratando de luchar contra sus propios miedos, mientras ella estaba aterrada.

"No quiero morir, por favor no me dejes morir" dijo Hermione en medio de su desesperación.

"¡Granger cálmate!" esta vez Draco estaba entrando en pánico porque no lograba mantenerla firme. "No me sueltes..." Hermione pidió con ojos suplicantes.

"No, no lo haré... ahora necesito que me mires, no mires abajo, vamos, Granger... Her... Hermione... mírame, solo mírame, por favor"

Al escuchar su nombre, Hermione lo miró e hizo otra cosa que jamás pensó que haría, confió en él con su vida.

"Eso es... vamos sé que puedes" le dijo mirándola a los ojos.

Ese era todo el incentivo que Hermione necesitaba, dejó de luchar y se concentró en mirar aquellos ojos grises que tenía frente a ella, Draco comenzó a subirla de a poco, cuando había avanzado más hacia la ventana Hermione pudo sostenerse con su mano libre de la baranda haciendo más fácil poder poner los pies dentro de la torre, el último esfuerzo de Draco la trajo al interior de la torre, ambos cayeron al suelo agotados, estuvieron así unos largos segundos, tratando de tranquilizarse y recuperar el aliento. Después de unos minutos de silencio, Draco se incorporó y la quedó observando.

"¿Me quieres decir que fue todo eso?" preguntó Draco aun recuperándose del shock.

"Yo... yo... no es nada" dijo con un fuerte suspiro mirando hacia otro lado.

"En realidad no me importa, pero noticia de último minuto, salve tu vida. ¡Al menos merezco alguna explicación!" Draco comenzaba a perder el control.

"Ya te dije que no fue nada" respondió Hermione de manera obstinada.

"¡Te trataste de tirar por la ventana más alta del castillo en medio de la noche, sin nadie a tu alrededor, no puedes decirme que no fue nada, te das cuenta que si yo no hubiese estado, estarías muerta!"

"De verdad agradezco lo que hiciste por mí, y estaré siempre en deuda contigo, pero este no es asunto tuyo, mientras menos gente sepa de esto mucho mejor"

Sin más Hermione se puso de pie y se fue, dejando a un Draco desconcertado, de todas las noches e incluso días raros que había vivido en Hogwarts, seguramente este estaría en número uno.