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Interludio: El pequeñito azul y el hombre en la luna.

Disclaimer:

Nada de lo siguiente me pertenece. Hannibal es propiedad de Thomas Harris y Bryan Fuller, así como este Fanfiction lo es de Della19, yo solamente me atribuyo la traducción al español con permiso de la autora.

Advertencias:

Uh… canibalismo? Sinceramente, si tengo que advertirte acerca de eso es muy probable que estés perdido. Nivel de violencia igual o menor al del show, nivel mucho más alto que el show de actividad sexual.

Disclaimer:

Nope. No me pertenece. No le echen más sal a la herida.

Nota de la autora:

Éste interludio toma lugar cerca de nueve meses después de los eventos en el capítulo 5 (y del próximo capítulo 6), si me entiendes (guiño guiño).

Nota de la traductora:

Sigo viva, las vacaciones se retrasaron por la pandemia, pero ya estamos aquí, como dije en el capítulo anterior se que odiaran el interludio, no porque sea malo, spoilers!, si no por el cliffhanger en el que nos dejaron ;)

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My child arrived just the other day/He came to the world in the usual way. But there were planes to catch and bills to pay/He learned to walk while I was away – Harry Chapin, Cat's in the Cradle

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Ella lo nota cuando está leyendo el periódico en la mañana. Leé cuatro de ellos, cada mañana, como de rutina. Aún los lee en papel, aún y cuando comprar una suscripción en línea sería mucho más barato, una de sus pocas frivolidades. Nada se compara al sonido de papel verdadero al cambiar de las páginas, y de las manchas de tinta que descansan en sus dedos.

Bill siempre solía traerle el periódico en la mañana, con un vaso de jugo de naranja y una sonrisa solamente para ella. Su esposa siempre la está molestando para que cambie a un iPad.

Ocasionalmente, se pregunta si esa es la razón por la que no lo hará.

Pero regresando al tema.

De todas formas, ella leé cuatro periódicos cada mañana; El New York Times, El Washington Post, El New Orleans Times-Picayune y El Sol de Baltimore. Los negocios familiares dictan su selección, porque ahí es donde están la mayoría de sus acciones, y la sección de negocios siempre es leída primero, para asegurarse de llegar a la oficina preparada. Sí, y solamente si, tiene tiempo, leerá la sección de sociedades y las páginas de estilo de vida, no por el gozo que le traigan, sino porque algunas veces esa información también le es útil.

El precio de ser una Le Fontaine de Nueva Orleans.

Solía guardar los cómics para sus hijos cada mañana, mientras que llegaban a la cocina y ellos los leían, cansados y somnolientos mientras que se sentaban a lado de ella antes de irse a la escuela.

Ahora todos han crecido, y difícilmente los ve a excepción del trabajo. Sus dos mayores, ambos alfas que trabajan para ella y la compañía, mientras de que el más joven, un omega, está haciendo su camino a través de la escuela de leyes en Stanford, tal vez porque no podría haberse alejado mucho más de casa sin dejar el país. Su segunda hija mayor maneja sus intereses internacionales, mientras que su esposo, un doctor omega viaja con Médicos Sin Fronteras. Ellos tienen un hijo, un pequeño niño de dos años que solamente ha visto en fotos.

El mayor, y vicepresidente actual de la compañía para su propio CEO trabaja unos pocos pisos por debajo de su oficina. Ella y su esposa omega tienen tres hijas que no ha visto en dos meses, desde que las llevó de paseo por un día al zoológico del Bronx. Su hija nunca llama, a menos de que se trate de trabajo.

No son, por ningún estrecho de la imaginación, cercanos.

Y aún así, Shannon no puede culpar a sus hijos por ello. Sabe que nunca estaba alrededor cuando eran pequeños -demasiado ocupada trabajando para atender juegos de softbol y funciones y fiestas de cumpleaños. Le dejó el trabajo de criarlos a su esposa, y por todo lo que Anna es capaz de ser una anfitriona perfecta de una cena de cinco cursos para socios de negocios con una sonrisa perfecta nunca dejando su rostro, nunca tuvo mucha actitud para niños, aún si fueran los suyos. Ellos habían sido relegados a niñeras, quienes les habían dado el amor y la afección que habían anhelado de sus padres, quienes en cambio los habían vestido y arreglado para las fotos de las cartas de navidad de la compañía y los habían enviado a las mejores escuelas que el dinero podía comprar en Nueva York, sin nunca haberles preguntado lo que querían.

Shannon, con la claridad que conlleva el estar acercándose a 60 y con un nido vacío, se arrepiente mucho de ello.

Hoy es el cumpleaños de Will. Tendría 39 años. No ha visto ni escuchado de él en 36 de esos años, no desde que se rindió a las demandas de su familia -ella había sido su única hija alfa, a la única a la que le hubieran dejado el negocio también- y lo dejo a él y a su padre por la vida y la esposa que su familia había elegido para ella.

Hay muchas cosas de las que Shannon se arrepiente.

Y entonces, como la señal de un dios misericordioso, mientras que hojea las páginas de sociedades en El Sol de Baltimore, lo ve.

Es una pequeña cosa inocua, no un anuncio ruidoso y sin gusto, como algunos de ellos lo son. Tipo de letra estándar, solamente notable por la pequeña foto que está presente, de dos hombres sonrientes, cada uno cargando a un bebé de tal vez unas pocas semanas de nacido. No sería algo que normalmente captura su atención, más allá del tal vez pequeño e instintivo aww a la vista de dos bebés, pero esta vez, hay algo que le hace imposible ignorarlo.

Uno de esos hombres es Will.

Lee el texto mientras que sostiene el periódico con ambas manos temblando.

Hannibal Lecter VIII y su pareja William Shannon Graham están orgullosos de anunciar el nacimiento de sus dos hijos alfas, Helen Mischa Lecter y Alexander Wilhelm Lecter, nacidos el 9 de mayo en el Hospital John Hopkins a las 3:02 y 3:10 de la mañana respectivamente. Helen "Ella" pesó 2 kilos 550 gramos y su hermano Alexander "Alex" 2 kilos 430 gramos. Los gemelos son bienvenidos con mucho amor por sus orgullosos padres, hermano canino Winston, tía honoraria y madrina Abigail y todos sus tíos y tías de cortesía en el FBI. A los contentos padres les gustaría ofrecer un muy especial gracias al asombroso equipo del Hospital John Hopkins, especialmente a la dedicada Dra. Watson y a todos quienes hayan celebrado el nacimiento de sus pequeños.

Su hijo, su bebé que vio crecer en el útero de Bill por todos esos meses, quien ella vio tomar sus primeros titubeantes pasos hacia ella, tiene sus propios bebés. Tiene una pareja propia, algún hombre alfa que nunca conocerá, nunca será capaz de mirarlo a los ojos y decirle que sí lástima su hijo, lo destruirá. No tiene ese derecho.

Nunca sabrá si su hijo ama, a ese Hannibal Lecter, o si hizo lo que ella hizo -tomar el camino de menos resistencia y endurecer su corazón contra todas las cosas que dejó atrás. Nunca podrá decirle a su hijo que tan hermoso él y sus hijos son, verlos crecer y transformarse en sus propias personitas, sostenerlos en sus brazos.

Solamente más nietos que nunca verá.

Hay un río en Irlanda por el que ella fue nombrada. Bill le prometió que la llevaría ahí, Shannon en el Shannon, para que a Irlanda no le hiciera falta su más fina joya. Bill siempre estaba diciendo cosas como esas, solamente para hacerla sonreír.

Leyó el obituario de Bill en el Times-Picayune, más de una década atrás. Canceló todas sus citas y se pasó el día encerrada en su habitación. Le mintió a sus hijos y a su esposa cuando llegaron a casa y le preguntaron acerca de sus ojos rojos.

Alergias, dijo.

Fue a Irlanda en un viaje de negocios hace 10 años. Nunca se ofreció a llevar a su esposa, y no visitó el río. No podría soportar el recuerdo de todas las cosas que dejó atrás.

Ni siquiera sabe el color favorito de su hijo.

Por qué ella lo abandonó.

"¿Algo de interés?" preguntó Ana distraídamente mientras entraba a la cocina, solamente por cortesía, vestida completamente de resplandeciente blanco, Chanel y Prada, si Shannon tuviera que adivinar -mientras de que se rocía las muñecas con Diamantes Blancos, y ambas amablemente pretenden no saber que son regalo de su amante actual. Shannon no soporta Diamantes Blancos. Shannon siempre compra L'Air du Temps, pero el amante actual de Anna, un hombre beta y un artista de algún tipo jura que el look de Liz Taylor favorece a Anna con una insistencia que casi llega a pretensión.

Anna, quién es demasiado vieja como para clamar tener 45 años, aprecia los halagos.

Aunque, Shannon misma ciertamente no puede juzgarla; su propio amante, un joven omega y aspirante a modelo, con los rizos de Bill y caderas de Ganimedes, es más de una década menor que Will.

Shannon excavó su tumba y ahora no hay nada más que hacer más que yacer en ella.

"No," dice tranquilamente, mordiéndose la lengua lo suficientemente fuerte como para sacarse sangre, la cual se mezcla con el amargo sabor a arrepentimiento en su boca, ofreciéndole a su esposa una mirada blanda, "No hay nada."

Baja el periódico, guarda la foto del hijo sonriente que abandonó y su familia feliz, extraños todos ellos, y se alista para el día.

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Nota de la autora:

No les voy a mentir, nunca estuvo planeado que la madre de Will fuera parte de esta historia. Escribí esa primera línea acerca de ella dejándolo por una debutante como informacion extra, y despues la hice rica para justificarlo. Nunca iba a regresar a ella, pero todos parecían estar interesados en su personaje y en la posibilidad de Will conociendola. Trate de escribir esa escena, pero simplemente no la podía visualizar. Mi Will realmente no se siente abandonado por su madre -empatiza con ella demasiado así que conocerla no le traería ninguna reacción, y él no siente como si Hannibal lo fuera a dejar, mayormente porque sabe que Hannibal no lo haría con un fervor que sería no sano si fuera el caso de otra persona que no fuera Hannibal. Y aun así, esa escena todavía existía en mi cabeza, así que, aunque sea un flashforward de cierta manera lo estoy compartiendo ahora, porque tengo un epílogo bien claro en mi cabeza y este no lo es. Este snippet realmente no encaja en ninguna parte de la línea temporal, así que lo estoy poniendo aquí- los eventos en este capítulo suceden alrededor de 9 meses y 2 semanas después del siguiente capitulo 6 (guiño). Y, esto es todo lo que tengo para la mamá de Will; una mujer sola en un matrimonio miserable con sus arrepentimientos para que le hagan compañía. No habrá nada más de ella gente.

Así que, dicho eso, esos son los nombres de los bebés, y para aquellos que los sugirieron, un millon de gracias! El siguiente capitulo del fic en sí (capítulo 6) puede que sea un poco (smut chicos, siempre me ha tomado una eternidad) pero vendrá, aparte es el trabajo de esos chicos hacer a esos dos bebés de los cuales la madre de Will leerá acerca (lo embarazara en el primer intento también- Hannibal eres un semental!). Dicho eso, como siempre, disfruten, y reviews y críticas constructivas son bienvenidas.

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