Siglos, milenios, décadas!

Ok, si me tarde... Y ni siquiera es como que Charm este en su punto xD.


~Turbulencia II~

Lán WàngJī usualmente no faltaba a la empresa, pese a seguir en sus estudios, aprovechaba las vacaciones para atender la empresa, después de todo él y su hermano tomarían las riendas de esta algún día y entre más preparados y acostumbrados a ella estuvieran, mejores resultados tendrían.

Pero después de ese corto encuentro con Wèi WúXiàn su estabilidad mental había decaído, ni hablar del beso que Emperatriz le había dado, sí le había provocado algo, pero ya había decidido no hacer nada imprudente, ahora con aquel "Lo siento" de Wèi WúXiàn, todo había salido de control.

Emitió un profundo suspiro, pero eso no aclaraba su mente. —Wèi Yīng…

Había ido a la pequeña biblioteca que tenían en casa, su hábito era tomar un libro, poesía principalmente, perderse en bellos poemas y aliviar su alma, pero ahora no estaba surgiendo efecto alguno, sino por el contrario, cada palabra, cada párrafo, todos terminaban en…

—¡Lán Zhàn!

Abrió los ojos de golpe y miró a todos lados, en casa no había nadie, eso lo sabía, pero aún así se levantó e inspeccionó cada rincón de su vivienda, en efecto, no había nadie más que él y sus conejos.

Wèi Yīng…

•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´Años Atrás`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•

—¿WàngJī? — Lán XīChén se asomó a la habitación.

—¿Mmn?

—¿Estás listo? — Lán WàngJī hizo una leve mueca. Lán XīChén notó aquello. —¿Te preocupa algo?

—Mamá…

Lán XīChén entendió el sentir de su hermano, después de todo, su madre había estado muy delicada de salud a últimas fechas y temía que la mujer empeorará durante la estadía de los chicos en aquel colegio de nombre inusual.

—Mis niños… —La voz de la mujer llamó la atención de ambos.

—¡Mamá! — Dijeron al unísono.

La mujer de ojos dorados, similares a los de su hijo menor. —Ya les he dicho que no tienen nada de qué preocuparse. — Entró a la habitación de su hijo menor y se sentó en la cama de este, viendo así la organizada maleta del menor. —A-Zhàn, eres tan pulcro y ordenado. — Dijo acariciando el cabello del menor. —Recuerden llevar lo esencial, y no cosas innecesarias. — Miró con cariño a sus dos hijos.

Los pequeños asintieron y Lán XīChén tomó la palabra. —No te preocupes por eso Mamá, WàngJī y yo hicimos una lista de eso.

—¿Una lista? — Preguntó sonriendo. —¿Puedo verla?

Lán WàngJī le dio la lista que habían hecho los pequeños, en la blanca hija había dibujos de pequeños conejos, venados y algunas aves. Aquel papel se le hizo curioso a Madam Lán, por norma sus hijos eran ligeramente apáticos en cuanto a adornar de esa manera sus apuntes, aunque no era que los niños fueran apáticos, sino que el tío de estos Lán QǐRén, les había metido la idea de que aquello era inapropiado.

Madam Lán leyó con atención aquella hoja y a la vez observaba las maletas de Lán WàngJī, mismas que aún estaban abiertas, cerciorándose de que el peque llevaba todo lo allí anotado. Madam Lán sonrió. —Mis niños son todos unos hombrecitos. — Dejó la hoja en la cama y pellizco las mejillas de sus retoños.

—No hagas eso. — Dijo Lán WàngJī haciendo un puchero.

Lán XīChén rió. —Mamá, vamos a llamarte a diario. — Anunció, su madre asintió y acarició la cabeza del niño.

—No descuiden sus estudios.

—No lo haremos. — Aseguró Lán XīChén.

•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´Actualidad`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•

Lán WàngJī miró a sus conejos, estos corrían por todo el jardín, aquellas bolitas de pelo se correteaban unas a otras, pero había un par que se mantenía alejados, se trataba de un conejo negro y uno blanco, esos eran los primero conejos de Lán WàngJī, A-Yīng -el conejo negro- y A-Jī -el conejo blanco-, eran algo viejos, pero aún así se mantenían con salud, quizás eran los cuidados de Lán WàngJī.

Lán WàngJī bajó la mirada al sentir que algo jalaba su pantalón, para su nula sorpresa, se trataba de uno de los conejos bebés que habían nacido cuatro meses atrás, se agachó para acariciarle. —¿Qué pasa? — Preguntó con voz suave, el conejito notó que había llamado la atención del chico y luego corrió a su corralito, al notar que Lán WàngJī no le seguía corrió hasta él y nuevamente comenzó a tratar de roer su ropa. Lán WàngJī frunció un poco el ceño. —¿Qué pasa? — El conejito volvió a correr pero esta vez se detuvo a medio camino y el chico caminó hasta él, a unos cuantos pasos del conejo, el animal volvió a correr hacia su corral.

•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´Casa Jiāng`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•

Habían dejado que Wèi WùXián durmiera más. Nadie sabía el estrés y posible trauma que eso podía haber generado en el chico. Por otro lado, también habían dejado a Jīn Líng, pues este había estado jugando en su cuarto hasta altas horas.

Wèi WùXián abrió los ojos con pereza, su visión era borrosa, se sentó en la cama y estiró sus brazos mientras bostezaba, el conejo blanco que había tomado la noche anterior seguía a su lado.

La puerta de su habitación se abrió y una voz le llamó con cuidado. —Tío Wèi.

Wèi WùXián bajó de la cama, pues al ver a su sobrino en pijama le fue fácil entender que el pequeño también se había despertado hace poco y lo más seguro es que quisiera comer. —¿Qué pasa, A-Líng?

El menor miró a todos lados, como si temiera algo. —Es que.. quería decirte algo.

Wèi WùXián notó un poco raro el comportamiento del menor, pero no le dio mucha importancia, después de todo no había convivido mucho con el pequeño y era posible que aquello fuese algo normal en él. —¿De qué se trata?

—Bueno…

—¡Guau! ¡Guau! (¡Buenos días, dormilón!)

Los bellos en la espalda de Wèi WùXián se erizaron. —¡Ay, Dios no! — Su rostro palideció y sus piernas comenzaron a temblar al ver a una bolita de pelos entrar. —¡Saca a esa bestia de aquí!

Jīn Líng infló las mejillas. —¡Little fairy no es una bestia!

Wèi WùXián abrió los ojos. —Momento… ¿como rayos le llamaste?

—Little fairy, ese es su nombre. — Respondió el pequeño.

Wèi WùXián no sabía si reír o llorar. Por un lado, su fobia a los perros a causa del ataque que sufrió cuando estaba en preescolar y por otro… el ridículo nombre del perro. —¿Jiāng Chéng le puso el nombre? — Jīn Líng negó. —¿Se lo pusiste tú? — El pequeño asintió. Wèi WùXián soltó una risita. —No sé si es herencia o el pequeño aprendió la poca habilidad de Jiāng Chéng para dar nombres.

—¿De qué te ríes?

—Oh, nada, nada.

—¡Guau! ¡Au, auuu! (Holi~ Sigo aquí~)

—¡Aléjalo de mi! — Chilló subiendo a la cama y abrazando el peluche que le había regalado por primera vez su tío -padre adoptivo-.

—¿No crees que ya estás viejo como para andar con eso? — Preguntó señalando el peluche.

—¡Viejos los cerros y aún reverdecen! — Se defendió. —¡Llévate a esa cosa de aquí!

—Es eso de lo que quiero hablarte. — Habló el nene. —Little fairy, ve a la sala de estar.

La perrita dio media vuelta y salió de la habitación, para ser una cachorra, era muy inteligente.

—¿Desde cuando tienes a esa cosa?

—¡No es una cosa! — Respondió el niño. —Su nombre es Little fairy, y me la regaló mi tío Yáo hace un año.

Wèi WùXián hizo memoria, el tal Yáo no debía ser otro más que Mèng Yáo, uno de los diversos hijos ilegítimos de Jīn GuāngShán, alguien debía llevar a ese hombre a esterilizar como a un perro, el hombre tenía dinero de sobra, eso era bien sabido, pero jamás se hacía responsable de los hijos que dejaba botados por ahí, si ya era de aplaudir que reconociera a Mèng Yáo.

Ya sé a quién debo asfixiar por esto. — Pensó entrecerrando los ojos.

—Tío Wèi… llévame a que le hagan el chequeo a Little fairy, por favor.

Los nervios de Wèi WùXián se crisparon aún más ante tal petición. —¿Por qué no se lo pides a Jiāng Chéng o a Shijie?

—Mi tío Chéng salió a… no sé donde, mamá y papá fueron a visitar a la bisabuela Yú, el abuelo y la abuela fueron a comprar cosas, y papá me dijo que tú podrías llevarme.

Wèi WùXián agitó los puños internamente. —¡Muy bien! ¡Muy bien! ¡Tú y tu hermanito ya me las deben, un guajolote y un zorro… rara combinación pero funcional a la hora de molestarme!

—Por favor. — Pidió el de orbes amarillos. —Llevaré a Little fairy en la transportadora para que no te sientas nervioso.

Wèi WùXián salió de sus pensamientos y miró a su sobrino. —¿Sueles llevarla al veterinario en la transportadora? — Jīn Líng negó con la cabeza. —¿Entonces?

—Mi papá y los tíos me han dicho que no te gustan los perros, así que… si Little fairy va en la transportadora, es como si no la vieras… también te dejaron escrita la dirección y dijo que fuéramos en taxi.

Wèi WùXián sonrió, sí, odiaba a su cuñado, pero era algo así como amor-odio, porque por momentos Jīn ZiXuān se ganaba su respeto, este era uno de esos momentos.

—Bueno, pero primero… comamos algo, mis tripas están comiéndose la una a la otra. — Jīn Líng asintió y salió junto a Wèi WùXián con rumbo a la cocina.

•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´Veterinaria`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•

Lán WàngJī estaba en la sala de espera, era raro verle ansioso, y no era para menos, la cría de conejo le llevó a donde estaba su madre, la coneja de pelaje gris respiraba con gran velocidad, era claro que no estaba bien, por lo que Lán WàngJī la cargó y se la llevó a la veterinaria, para su suerte esta no estaba atendiendo paciente alguno y rápido comenzó a revisar a la conejita.

Ya pasó mucho tiempo… — Respiró hondo tratando de calmarse a sí mismo y evitando pensar en un mal escenario.

¡Tirin! ¡Tirin!

La puerta de la veterinaria fue abierta. —Disculpe…

Lán WàngJī alzó el rostro y miró a la puerta. —¡Wèi Yīng!

Wèi WùXián abrió los ojos al ver al chico de ojos dorados en aquel lugar. —¡Lán Zhàn! ¡Ay, no, no, no!

—¿Tío Wèi? — Wèi WùXián volteó a ver a su sobrino. —¿Pasa algo?

—Ah, no, no pasa nada, creo que la veterinaria no está, será mejor que regresemos más tarde. — Wèi WùXián estaba apunto de dar media vuelta y salir del lugar.

—¡Espera! — Llamó Lán WàngJī.

—¿Joven Lán WàngJī? — Los tres que estaban en la pequeña sala de espera voltearon a ver a la mujer de bata azul celeste.

—¿Si? — Lán WàngJī se preocupó al ver la seriedad de la veterinaria. La veterinaria bajó la mirada. —¿Qué pasa con A-Mǐ[1]?

¿A-Mǐ? — Wèi WúXiàn era un poco "entrometido", quería preguntar en voz alta, pero el ambiente le parecía el menos adecuado.

La mujer soltó un suspiro. —Su coneja… la pequeña tiene varios tumores, lamentablemente, no hay nada que hacer, sólo queda ponerla a dormir o dejarla, cualquiera de las dos… es elección suya.

Wèi WùXián miró a Lán WàngJī, el semblante de este era desolador, ambas opciones le parecían terribles, fuera cuál fuera, significaba la muerte del pobre conejo, aquello debía ser muy duro para él, sobre todo porque Wèi WùXián sabía el gusto de Lán WàngJī por los conejos, después de todo, él le había obsequiado el primer par de conejos.

•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´Flashback`*•.¸¸.•*´¨`*•.¸¸.•*´¨`*•

—¿En dónde lo deje? — Susurró Lán WàngJī al no encontrar su libro de historia.

No podía hacer mucho ruido, estaba en la biblioteca, pero hubo algunos en a quienes eso le dio lo mismo.

—¡Ya está! — Celebró un pelinegro de ojos grises, mismo que entró por la ventana.

—¡¿Wèi Yīng?! — Lán WàngJī, quien era "imperturbable" estaba claramente sorprendido, de ver al de orbes grises ahí, sobre todo porque el chico no era fan de asistir a la biblioteca y porque estaba entrando por la ventana.

Wèi WúXiàn tragó saliva. —Houston, tenemos un problema. — Sonrió tontamente.

—¿Qué haces? — Preguntó Lán WàngJī.

—Me equivoqué de edificio. — Fingió demencia.

Lán WàngJī frunció el ceño. —Wèi Yīng…

Wèi WúXiàn miró los orbes dorados, sabía que si Lán WàngJī se animaba, le llevaría con su tío y a saber la buena que se armaria. —No he hecho nada malo. — Afirmó. Sin embargo Lán WàngJī no le creyó, le tomó de la muñeca y comenzó a llevarlo fuera de la biblioteca, cosa que hizo al de orbes grises sudar frío. —¡Basta! ¡Basta!

¡Tun, tun, tun, tun! ¡Tun, tun, tun, tun!

Wèi WúXiàn sonrió. —Literalmente, he sido salvado por la campana. — Miró a Lán WàngJī y se soltó de este. —Escuchó, joven Lán, la hora libre ha concluido, ahora debemos ir a biología, justamente… al laboratorio.

—¡Espera! — Llamó Lán WàngJī, pero Wèi WúXiàn había salido corriendo.

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.

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El laboratorio de biología requería que los alumnos entrasen con bata blanca, aquel que no la portara no podía entrar, esa misma regla aplicaba en el laboratorio de química.

Como en múltiples ocasiones Wèi WúXiàn llegó a la mera hora, cosa que hizo que Lán WàngJī clavara sus orbes dorados en el joven.

—Llegas tarde. — Reclamó Jiāng Chéng.

—Perdón, perdón, estaba… ocupado.

Lán WàngJī se levantó y caminó hasta Wèi WúXiàn. —¿A dónde fuiste?

Jiāng Chéng mal miró a Lán WàngJī, ¿quién se creía para hablarle así a su hermano?

—Em…

La puerta se abrió de nuevo y por ella entró la profesora. —Todos a sus asientos. — Sin poder decir más, Lán WàngJī se retiró a su asiento junto a Jīn ZiXuān, Wei WúXiàn por su parte se sentó al lado de su hermano.

Jiāng Chéng miró al de orbes grises y susurró. —Si Lán WàngJī te habló de esa manera es porque se encontraron antes, ¿cierto?

—Algo así… — Respondió evadiendo más la mirada del ojiazul.

La profesora carraspeó. —Bien, hoy vamos a ver la anatomía interna de un animal, para ello vamos a tener que hacer una vivisección[2]. — Todos los alumnos hicieron una mueca de asco. —Quiten esas caras, no es tan malo como suena.

—Claro, no es usted a quién van a abrir de forma innecesaria. — Susurró Wèi WúXiàn.

La profesora no oyó al chico decir aquello, sin embargo pegó el grito cuando abrió la transportadora, misma en la que, se supone, debían estar los conejos que serían usados, mismos que ahora habían sido reemplazados por… pelusa, pelusa y más pelusa. —¡¿Pero qué diablos?!

—Strike uno. — Susurró el de orbes grises.

—¡¿Quién fue?! ¡¿Quién lo hizo?! — Comenzó a gritar la mujer. Sus ojos furibundos iban de estudiante a estudiante, hasta que se detuvo en uno. —¡WÈI WÚXIÀN!

.

.

.

.

El rector suspiro, otra vez el de orbes grises había sido llevado a su oficina esa semana. —Ahora que hiciste, Wèi WúXiàn.

—Mayor Lán… le juró que no hice nada. — Era una mentira, si había sido él quien se había llevado al par de conejos, pero de menso lo admitía, además, no hizo nada malo, salvo dos inocentes criaturas.

—Miente, seguro ha escondido el material de estudio en su habitación. — El rostro de Wèi WúXiàn palideció. —Lo sabía.

—¡Se me bajó la presión! — Se defendió.

—¡Por el miedo!

—¡Porque no he comido nada! — No era mentira, se levantó tarde y su misión "Salva bolitas de pelo", no fue cosa sencilla.

—Andando. — Lo jaloneó la profesora, Lán QǐRén se vio obligado a seguirlos, no podía dejar que un docente irrumpiera en la privacidad que eran los dormitorios.

Wèi WúXiàn se mordió los labios, había sido todo un reto llevar a los animalitos a su habitación, no podía ocultarlos en otro sitio y por si fuera poco, ahora, siendo arrastrado por la maestra, le era imposible llevarlos a otro sitio. —¡Diablos!

Con la supervisión de Lán QǐRén, la profesora entró y revisó toda la habitación de Wèi WúXiàn, para sorpresa de todos, no había ningún rastro.

—¡¿En donde les dejaste?! — Preguntó molesta la mujer.

Wèi WúXiàn suspiró de forma imperceptible. —Ya le dije que yo no hice nada… no sé en dónde se metieron esos dos, pero esto cuenta como el strike dos.

Lán QǐRén entró a la habitación y dio una repasada, no había nada que fuese ajeno al dormitorio de un joven, incluso encontró revistas con contenido erótico. —¡WÈI WÚXIÀN, ESTÁ PROHIBIDO ESTE TIPO DE MATERIAL!

Wèi WúXiàn cerró los ojos y se encogió en su lugar. —No sé cómo llegó eso ahí. — Fingió demencia.

Lán QǐRén tuvo un tic nervioso. —Profesora, exactamente, ¿qué es lo que se supone tomó Wèi WúXiàn?

—Dijo que haríamos una vivisección. — Respondió rápidamente Wèi WúXiàn.

—¿Qué? — Lán QǐRén miró a la profesora. —La vivisección está prohibida, es maltrato animal.

—Yo dije, disección.

—¡No es verdad! — Gritó Wèi WúXiàn. —Dijo claramente, vivisección. — Miró a Lán QǐRén. —Si no me cree, vaya al aula y pregunte.

Lán QǐRén tomó al chico del brazo y se dirigió al laboratorio, la profesora estaba echando maldiciones por debajo.

Al aula entró Lán QǐRén y todos se pusieron de pie, haciendo una reverencia y con permiso del mayor Lán, tomaron asiento.

Lán QǐRén miró a los alumnos, entre ellos su sobrino menor. —Jóvenes, ¿podrían decirme que era lo que iban hacer?

Los chicos ladearon la cabeza y respondieron. —Vivisección.

Strike tres.

Lán QǐRén miró a la profesora, desaprobandola con la mirada. —Profesora, usted y yo tendremos que hablar, ahora.

La mujer abría y cerraba la boca son ser capaz de decir algo. Los chicos se quedaron solos en el aula.

Wèi WúXiàn soltó un suspiro. —Estás fuera.

Jiāng Chéng se levantó y le dio un zape. —¡¿Qué hiciste, animal?!

Wèi WúXiàn se sobo la cabeza y rió. —Nada malo.

El timbre sonó y con ello concluyeron las clases de aquel día. Wèi WúXiàn ahora estaba levemente preocupado. —No estaban ni con el Rey guajolote, ¿a dónde habrán ido? — Ahora se sentía culpable, ¿qué sería de aquellos conejitos?

—Wèi Yīng.

Wèi WúXiàn se detuvo de inmediato, frente a él estaba el segundo Jade, Lán WàngJī, mismo que le miraba de forma impasible, como siempre. —¡Oh, no!

Lán WàngJī no dijo nada más, se acercó a Wèi WúXiàn y le tomó de la mano, llevándolo consigo.

—¡Ah! ¡Lán Zhàn, ¿qué haces?! ¡No he hecho nada! ¡Tú tío puede constatarlo!

Lán WàngJī hizo caso omiso. Caminó con Wèi WúXiàn de la mano hasta su habitación, como era de esperar, la compartía con su hermano mayor, Lán XīChén estaba en su cama leyendo un libro cuando su hermano entró con compañía.

—Hermano mayor. — Llamó Lán WàngJī, no contaba con su hermano, este le sonrió como de costumbre mientras un par de bolitas de pelo estaban acurrucadas en sus piernas.

Wèi WúXiàn sonrió y caminó hasta el mayor de los Lán. —¡Con que aquí estaban!

Los conejos reconocieron la voz del de orbes grises y se levantaron para bajar de la cama y comenzar a jalar el pantalón del chico.

Lán XīChén sonrió. —WàngJī, tío vino hace un momento y los vio.

—¡¿Qué?! — Wèi WúXiàn sintió el verdadero terror.

—Hermano… — Lán WàngJī no sabía ni qué decir.

Lán XīChén habló. —Tranquilo, dijo que hablaría contigo más tarde. — Se levantó de la cama y salió.

—¡Ah, Lán XīChén! — Wèi WúXiàn sentía innecesario el que el mayor de los Lán se fuera de su habitación.

Lán XīChén sonrió. —A-Lí y algunas compañeras más tienen dudas con física, me comprometí a ayudarles, ya es hora de que vaya a la biblioteca. — Sin decir nada más, salió.

Lán WàngJī y Wèi WúXiàn se quedaron solos, Wèi WúXiàn tomó la palabra. —¿Cómo lo hiciste?

Lán WàngJī se hincó y tomó a uno de los conejos en sus brazos. —No cerraste bien la puerta de tu dormitorio, fui a buscarte porqué te noté ansioso, uno de ellos abrió la puerta y salió, los tomé y les escondí aquí.

Wèi WúXiàn miró atentamente a Lán WàngJī, se veía tan encantador acariciando al pequeño conejo, era como si el animalito le gustara.

—Lán Zhàn, ¿te gustan los conejos? — Lán WàngJī no respondió, pero sus orejas se pusieron rojas.

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Wèi WúXiàn y Jīn Líng habían regresado a casa. —Antes de que Lán Zhàn pudiera decirme algo, la veterinaria le llamó…

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—¿Segura de esto?

Segura, no, ¡segurisima! — La chica sonaba animadisima. —¿Cuándo dijiste que sería?

—Este lunes, Lán Corporation está decidido a meternos en sus filas.

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Glosario

[1] Mǐ 米: Arroz
[2] Vivisección: Practica que consiste en abrir animales VIVOS para estudiar la función de sus órganos (considerado maltrato animal y prohibido)