Capítulo 01: El Regreso del Hijo Prodigo

Antes de Comenzar: Mi retraso en publicar se debe a que no tengo internet en casa así que tengo que ir a un cibercafé a subir los capítulos y debido a que obviamente cobran decidí sacar mínimo un capítulo de cada historia que tengo antes y así subirlos todos de una vez eso se traduce en que me tomara más tiempo subir las historias. Esto es solo un mensaje para aclarar y espero que lo comprendan)


Después del incidente de Fouquet "el martillo de tierra" y lo acontecido el día del eclipse Louise se había hecho fama entre algunas pocas personas pero estos apreciaban el hecho de que la joven se esforzó en esos acontecimientos pero quien consiguió fama, gloria, territorio y poder fue Hiraga Saito ya que sus historias desde la batalla contra el ejército de diez mil hombres, su regreso de la muerte, el rescate de la reina de Gallia, el eliminar a "el rey ignorante" lo que en su momento salvo a Romalía y ser quien ayudó a dar el golpe decisivo en la batalla contra el dragón oscuro. Tras todos esos éxitos el joven caballero real y ahora Señor Feudal de Do Orniéres se casó con quien en el pasado fue su maestra y aun cuando eso causo muchos corazones rotos el chico nunca miró atrás ya que sabía que su futuro estaba con la joven de pelo rosa que le había llevado ese mundo hace ya un año y medio, ahora ambos jóvenes se encontraban frente a la puerta de la familia Hiraga, Saito y Louise se encontraban nerviosos de ver a los padres del joven pero armándose de valor Saito finalmente tocó el timbre.

- Buenos días, ¿Qué se le ofrece? – Preguntó una voz femenina por el intercomunicador.

El joven respiro profundamente y tomando con fuerza la mano a su esposa hablo.

- Mamá soy yo, Saito ¿Puedo pasar? –

No hubo respuesta del aparato pero la pareja logró escuchar un escándalo proveniente de la casa, la puerta principal se abrió de golpe y una mujer alrededor de sus cuarentas salió y se veía muy agitada. La mujer tenía el cabello de un azul muy oscuro en una trenza que le caía por encima del hombro y está casi le llegaba al ombligo, tenía un voluptuoso cuerpo acorde a su edad, traía unos pantalones cortos que le llegaban por debajo de las rodillas color azul marino y un suéter jersey de color blanco. Cuando sus ojos se posaron en el chico unas grandes lágrimas comenzaron a caer por su rostro y comenzó a correr hacia él, abrió la pequeña verja que estaba entre ellos y le dio un fuerte abrazo a Saito el cual también estaba a punto de llorar. Louise solo observo la conmovedora escena ya que entendía que llevaban bastante sin verse y su madre podía haber pensado lo peor sobre lo que le paso a su hijo pero un pequeño deseo egoísta broto en ella y toco el hombro de Saito para que se acordará de la presencia de la chica en la escena, el joven hizo retroceder un poco a su madre y le dijo que necesitaban hablar, que él necesitaba contarle todo lo que había pasado en ese tiempo que desapareció, la mujer volteo ver a la jovencita que acompañaba a su hijo y cuando le preguntó sobre ella Saito solo le respondió que ya le hablaría de ella cuando llegara su padre. Saito había elegido esa hora en específico para ir a su casa ya que sabía que su padre no tardaría en llegar, los tres entraron a la casa y a los diez minutos su padre atravesó la puerta casi corriendo ya que una vecina le dijo aquellas palabras que él había estado esperando desde hace más de un año y tras el abrazo de este a su hijo los cuatro se encontraban sentados en el salón principal con los dos jóvenes frente a los adultos y el primero en hablar fue Saito.

- Bien… Creo que se cuál es su primera pregunta, "¿Dónde estuviste todo este tiempo?" – Mencionó Saito viendo los ojos a sus Padres.

- Hijo, nos tuviste preocupados a tu padre y a mí, llegamos a pensar lo peor – Comentó la mujer con un nudo en la garganta el cual le impedía hablar bien.

- Bueno, la respuesta a esa pregunta tiene que ver con ella – Comentó Saito – Ella es Louise y lo que estoy por contarles lo más probable es que no me lo crean pero les juro que puedo probar que es cierto -

El joven comenzó el relato hablando de Halkeginia y como había llegado allí, el cómo paso sus días (Omitiendo ciertas cosas que provocarían una reprimenda por parte de sus padres), los sucesos que ocurrieron y muchas cosas más como las peleas, su momento al borde la muerte y culminó con la caída del dragón negro. Para cuando Saito termino la historia su padre meramente no podía creérselo y tanto su madre como el hombre pensaban que su hijo se había vuelto loco y por sus miradas Saito solo suspiro y dijo.

- Ya sabía que no me creerían así que aquí vamos -

El joven tomo de la mano a Louise y ambos se pusieron de pie, la peli rosa sacó de entre su capa una varita y comenzó a recitar un hechizo susurrando en un dialecto antiguo y en medio de la sala de estar se abrió una grieta la cual tomo forma ovalada y a través de ella se podía ver una colina verde cubierta con el rocío y en el cielo a través de la grieta se podían notar dos orbes los cuales parecían ser lunas solo que una era azul y la otra era roja. Los adultos no se creían lo que veían tanto por la joven haciendo magia como al estar viendo otro mundo, Louise parecía agotada y la "Puerta" se cerró dejando caer cansada a la joven sobre el sofá y Saito tras asegurarse que su amada estuviera bien volteo a ver a sus padres con una sonrisa.

- Si quieren ya me pueden poner la camisa de fuerza – Dijo el joven en un tono de broma.

- Tiene que ser una broma – Comentó el padre con la boca abierta mientras seguía observando el lugar donde hace un momento estaba el portal.

La mujer se quedó pensando y tras analizar lo dicho su expresión se ensombreció y volteo a ver a su hijo.

- Entonces… ¡Lo del monstruo negro gigante y que estuviste punto de morir fue cierto! -

Saito soltó la mano de Louise para dirigirse a su madre a la cual abrazo junto a su padre y teniéndolos tan cerca dijo – Pero estoy bien, ya estoy aquí y biné para que supieran dónde estoy -

Les tomo unos segundos procesar lo dicho por su hijo pero su padre fue el primero en hablar tras llegar a su conclusión.

- ¿Dónde estás? ¿Significa que no te quedarás en casa? -

Saito Rompió el abrazo y poniéndose de pie frente a sus padres dijo con una voz firme.

- Les dije que tengo asuntos que atender en Halkeginia y los motivos de mi visita eran el enseñarle a Louise Japón, volver a verlos para decirles que estaba bien e invitarlos a venir un tiempo conmigo – Los adultos se quedaron un poco pensativos al ver cómo se comportaba su hijo con una actitud tan segura que nunca se imaginaron; entonces el chico relajó su voz – ¿Y qué me dicen? Por favor papá dime que no te has gastado ya tus vacaciones -

- No, tengo seis semanas acumuladas pero tardare un rato en arreglar mis vacaciones, probablemente unas dos semanas -

- ¡Genial, me dará tiempo de mostrarle Japón a Louise! – Comentó el chico.

La madre por otra parte tenía una pregunta desde hace Varios minutos (Sino es qué horas).

- Hijo, nos dijiste que ella fue quien te llamo para que fueras a ese otro mundo y que ella era a quien debías proteger pero… – La mujer se fijó en la argolla en la mano izquierda de la joven y luego en la misma que tenía su hijo – ¿Qué es ella de ti? -

Saito le hizo una seña a Louise para que se acercara ya que está parecía haberse recuperado y tomándola de la mano con una expresión de seriedad les dijo a sus padres.

- Bien, les diré que ella es Louise Françoise le Blanc de la Vallière una noble de Halkeginia y… – Los jóvenes entrelazaron los dedos y se acercaron hasta que la cabeza de la joven quedo en el hombro de Saito – Y ahora el Louise de Hiraga Do Orniéres. Ella es mi esposa – Dijo el joven mientras besaba el dorso de la mano entrelazada de Louise.

Los adultos se quedaron con la boca abierta tras la respuesta. Si bien sabían que su hijo no era un niño les parecía raro el hecho de que se hubiera casado con una chica a la que sólo había conocido por poco más de un año.

- ¿Tu esposa? ¿Hijo, acaso no es algo apresurado? – Comentó el Padre.

- No, no lo es. Pasé por un infierno en Halkeginia, guerras, la muerte de seres queridos, complots reales e incluso un evento de nivel apocalíptico y aun así Louise siempre estuvo conmigo. Puede que parezca precipitado pero sé que ella siempre estará a mi lado. Si bien las runas en mi mano fue lo que hizo que nos conociéramos es nuestro amor el que nos ha mantenido unidos – Contestó el chico con una sonrisa y un leve rubor en sus mejillas al mismo tiempo que Louise también se ruborizaba.

La mujer volteo a ver a la joven de pelo rosa y pregunto – Y tu linda ¿Realmente aceptaste al atolondrado de mi hijo? – ante la pregunta Louise no contesto lo que se le hiso raro a la madre de Saito – ¿Qué pasa pequeña? No seas tímida -

- Bueno mamá, es que hay un problema – comento Saito – Ella no sabe japonés -

- ¿Entonces cómo se casaron si no te entiende? – pregunto el padre con una ceja arqueada.

- Es un poco difícil de explicar así que lo resumiré. Louise lanzo un hechizo, hubo una explosión y después de eso yo entendía lo que ella decía como si ella hablara japonés y ella me entiende como si yo hablara en su idioma – Concluyo el joven.

- Es como si te hubieran incrustado un traductor en la cabeza – Comento el padre y el rostro de la mujer se tornó pálido ante tal imagen.

- Bueno, no tan así pero captaron la idea. Denme solo unos minutos – Saito se dio la vuelta junto con Louise y comenzaron a murmurar – ¿Crees poder repetir el hechizo en mis padres para que también puedan entenderte? – Le pregunto el chico a su joven esposa.

- Sí, y te prometo que esta vez no explotara nada… pero para estar seguros vallamos a un lugar donde no haya cosas de vidrio – Contesto Louise con una gran gota en su frente.

Los cuatro se dirigieron al patio trasero y una vez allí el chico coloco a sus padres en un punto un tanto alejado de las cosas (de todas las cosas) y le hizo una seña a Louise para que comenzara. A diferencia de cuando se lo lanzo a Saito esta vez solo un leve destello dorado cubrió a los adultos y se desvaneció casi tan rápido como el flash de una cámara y tras terminar Louise hablo en voz baja.

- ¿Señor y señora Hiraga? ¿Pueden entenderme? – Los adultos se miraron entre si extrañados – Lo sabía – dijo Louise inflando las mejillas – Mi magia sigue sin funcionar a menos que explote algo –

Los padres de Saito voltearon a ver a la malhumorada chica y el padre hablo.

- Descuide señorita Vallière, ha funcionado -

Louise al escuchar esas palabras y finalmente entenderles corrió a abrazarlos lo que tomo desprevenidos a ambos adultos.

- ¡Muy bien! Creo que ya es hora de las presentaciones – Comento alegre Saito.

Louise soltó el abrazo y poniéndose de pie frente a la pareja dijo.

- Mi nombre es Louise François le Blanc de la Vallière – La presentación venía con una leve reverencia mientras que con los dedos elevaba ligeramente los costados de su falda – Aunque ahora soy Louise de Hiraga Do Orniéres ya que soy la esposa de su hijo – Concluyo la joven mientras mantenía la vista al piso para ocultar el color de sus mejilla ya que aún no se acostumbraba a llamar a Saito "esposo" o algo similar.

- Muy bien linda, creo que voy yo – Comento la madre – Yo soy Hiraga Kuzuha, la madre de Saito y la mujer que reina en esta casa – Con su presentación la mujer se agacho a la altura de Louise (quien ya había dejado de ocultar su rostro) y la tomó de las manos – Y estoy feliz de que mi hijo haya encontrado a una chica tan encantadora para pasar su vida con ella – La jovencita de pelo rosa no pudo sino volver a ponerse roja ante la sonrisa que su suegra le estaba regalando y ella le regreso la sonrisa casi con lágrimas en los ojos.

- ¡Listo, ahora voy yo! – Dijo el padre – Mi nombre es Hiraga Haruka, padre de Saito, esposo de la mujer mal temible de Japón… – Al decir eso sujeto por la cintura a su esposa y la jalo hacia él – Y el hombre que trae el pan a nuestra mesa… bueno, yo traigo el dinero ya que no soy bueno con las compras. Y también me alegra que mi hijo encontrara a una chica tan hermosa -

- Papá, mamá, creo que ya avergonzaron bastante a Louise ¿No creen? – Comento Saito al ver el rostro de su esposa completamente rojo –… ahora que lo pienso. Louise, sería buena idea que también te lanzaras a ti misma el hechizo para que entiendas a la gente cuando salgamos a la calle -

Louise asintió y volvió a recitar el hechizo (de nuevo sin explosión alguna) y al disolverse el brillo la joven se percató de las voces provenientes de los patios conjuntos que hablaban de los destellos que se generaban allí y tras mostrarse un poco nerviosa esta dijo – Creo que es buen momento para entrar a la casa – Y los otros asintieron.

Lo que prosiguió fue una serie de preguntas por parte de los adultos acerca de cómo era la vida en Halkeginia y que cosas habían hecho, preguntas las cuales los chicos contestaban con sinceridad excepto por Saito el cual les trataba de ocultar el hecho de haber matado a soldados enemigos antes del ataque a la escuela y en un momento dado el joven miro las runas en su mano y una idea llego a su mente.

- ¡Papá! ¿Aun tienes la escopeta del abuelo o se la enviaste como te lo pidió? -

- ¿Eh? ¿La escopeta? Ahora que lo mencionas no se la he enviado ¿Para que la quieres? -

- ¿Podrías prestármela un momento? – Pregunto de regreso Saito y sus padres se vieron entre ellos confusos – Les juro que hay un motivo, solo necesito sostenerla, no la voy a disparar -

El padre solo asintió y ambos se dirigieron a la cochera por el arma dejando a Louise y a Kuzuha en el salón.

Los hombres encontraron la escopeta dentro de un estuche y cuando Saito la sostuvo las runas en el dorso de su mano brillaron con intensidad, le sonrió a su padre y volteo a ver el arma.

- Derf ¿Estas allí? -

Haruka se quedó viendo a su hijo y estuvo a punto de hablar hasta que escucho una voz desconocida.

- ¿Qué pasa compañero? ¿Dónde estamos? – El adulto volteo en todas direcciones buscando la voz hasta que su hijo le hiso una seña hacia la escopeta – ¿Y el quien es? – Pregunto una vez más la voz proveniente del arma.

- Derf, este es mi padre Hiraga Haruka. Papá, este es Derflinger – Comento Saito presentando a los dos presentes – Vallamos a la sala te explicare mejor esto y de paso también a mamá – Y con eso dicho el joven se hecho la escopeta al hombro y se dirigió con su padre al salón donde se encontraban Louise y Kuzuha bebiendo té.

- Hola linda, ¿Paso algo interesante en lo que no estábamos? – Pregunto Haruka a su esposa.

- Podría decirse, he tratado de hablar con Louise pero parece aún un poco tímida de conversar con su "suegra" en privado – Contesto Kuzuha.

- Sí, entiendo cómo se siente ya que el padre de Louise aún me quiere cortar la cabeza y la señorita Aleanor aun quiere enseñarme los "modales apropiados" – comento Saito con sorna – Bien dejando eso de lado, mamá aquí hay alguien más a quien te quiero presentar – con eso dicho Saito coloco la escopeta a un lado del sillón donde se sentó.

- Un gusto en conocerla Madame – dijo la voz proveniente del arma.

La mujer se quedó con la boca abierta y antes de que pudiera decir algo su esposo (el cual estaba parado detrás de ella) solo le puso la mano en el hombro y le sonrió para que se calmara y al respirar profundamente Kuzuha pudo hablar.

- Un gusto, ¿Podría darme un nombre para referirme a usted? – pregunto con una extraña tranquilidad la mujer.

- Yo soy Derflinger, si quiere un ejemplo de lo que soy dejémoslo en que soy un "espíritu" que acompaña siempre a Gandalfr que en este caso es su hijo – ante eso Saito levanto su mano izquierda mostrándole las runas en el dorso a sus padres – Mi cuerpo originalmente era el de una espada pero tras un incidente en una batalla esta se rompió, pero gracias a mi compañero obtuve la capacidad para entrar en un arma con la que él tenga contacto, aunque es por solo un corto periodo de tiempo -

Ante la explicación de Derflinger los dos adultos se quedaron viendo el arma y luego voltearon a ver a su hijo el cual sonreía de manera nerviosa.

- Bueno… creo que querrán saber acerca de mi mano – su padre tomo asiento y ambos adultos se le quedaron viendo esperando que hablara – Bien antes que nada, estas runas pertenecen a Gandalfr el cual es una persona invocada, significa "La Mano Izquierda de Dios" y me conceden el poder de utilizar a todo su potencial cualquier arma existente que sostenga en mis manos… y tal parece que la conciencia d Derflinger vive dentro de las runas hasta que un Gandalfr lo despierta o creo que era algo así ¿No es así Derf? – concluyo el joven dirigiéndose a la escopeta a su lado.

- Sí… ni siquiera yo sé bien cómo funciona eso ya que hasta donde recuerdo siempre fui esa espada pero luego pase al interior de ese avión de batalla como si siempre hubiera sido así y después de eso obtuve la habilidad de hablarte a través de las runas – explico el arma.

Ante la mirada confusa de los adultos Saito volvió a hablar.

-Bien, parece que esto ya es mucha información para asimilar, así que ya tendremos tiempo para aclarar todas sus dudas ya que cuando papá tenga sus vacaciones los quiero llevar en un viaje por toda Halkeginia –

La revelación de los planes de Saito sorprendió a sus padres y tras una larga charla discutiendo acerca de Halkeginia (Realmente se la pasaron preguntándole como era ese lugar pero Saito nunca les explico nada) llego la hora de la cena, Saito ayudo a su madre con la comida lo cual fue algo que impresionó a la mujer ya que su hijo parecía muy habilidoso en la cocina y ahora parecía un buen cocinero mientras Louise miraba maravillada la televisión con su "suegro" el cual se veía un poco incómodo ante las reacciones de asombro de la chica por el dispositivo. Durante la cena Saito trato de evitar más conversaciones acerca de sus planes y la charla fue más un "preguntas y respuestas" entre los adultos y Louise los cuales estaban impresionados ante los modales en la mesa y al hablar de la joven lo cual solo la ponía más nerviosa (sin contar que era la única comiendo con tenedor y cuchillo envés de palillos y eso la hacía sentir fuera de lugar). Al terminar de cenar los dos hombres se dirigieron al baño argumentando que "necesitaban tener una charla al desnudo entre Padre e hijo" a lo que Kuzuha solo se llevó una mano la frente mientras decía que ella se esperaba eso.

Una vez en el baño.

Saito se encontraba enjabonándose el cuerpo mientras su Padre ya se encontraba en la bañera.

- Sabes hijo, realmente estuvimos muy preocupados por ti cuando desapareciste – comento Haruka mientras reposaba su cabeza en la orilla de la bañera – Tu madre… A tu Madre casi la hospitalizaron por el esfuerzo que hizo en buscarte y durante 10 meses busco sin parar, si supieras el vuelco al corazón que me dio cuando me llamaron del hospital diciéndome que tu madre se había desmayado en la calle por el cansancio, por suerte estaba con tu tía Ito cuando eso pasó. Cuando llegué al hospital le pedí que no se esforzará tanto en tu búsqueda ya que no quería perderla a ella también. Lo que quiero decir hijo – la voz de Haruka comenzó a ganar peso y aun cuando tenía agua en el rostro se podía ver cómo se formaba lágrimas – Lo que quiero decir hijo es que… Lo siento. Lamento haber perdido la esperanza de encontrarte pero no quería perder también a tu madre, le dije que se relajara y que no se esforzara tanto pero… Pero – esta vez las lágrimas si brotaron con fuerza de los ojos del hombre – pero realmente quería que te dejará de buscar, quería que abandonara esa idea para que ella no fuera a desaparecer buscándote. Sé que eso es ser un padre horrible y no busco que tu me… Lo que quiero decir es… Lo que intentó-

El hombre fue interrumpido cuando sintió una mano en su hombro y al abrir sus ojos se topó con la imagen de un hombre. Un chico con mirada comprensiva acompaña de varias lágrimas y una sonrisa. En su hombro sentía un pulso firme y una sensación lo invadió, una sensación que le decía "está bien".

- Entonces somos dos – dijo Saito viendo los ojos a su padre – Te mentiría si te dijera que desde que llegué a Halkeginia estuve buscando una forma para volver. Me tome mi tiempo y aun cuando pensé en ti y en mamá estando preocupados no les di tanta importancia. Me importaba más disfrutar mi nueva vida a tal grado que básicamente me resigne a vivir allí. No te culpo de nada, ni me enoja lo que has hecho, solo quiero que sepas que… Papá, estoy bien y tengo una hermosa vida así que disfruta la tuya-

Las lágrimas volvieron a recorrer el rostro del hombre pero ahora una sonrisa se marcaba en su expresión y veía con orgullo su hijo.

- Saito, hijo, mi muchacho, veo que ya no eres un niño. Ahora es tu nombre a tal grado que ahora tú consuelas a tu padre para que no llore – Haruka puso su mano sobre la de su hijo mientras bajaba la mirada para ver su propio reflejo en el agua – Gracias hijo, no es lo que quería escuchar pero… Pero sí que necesitaba hacerlo, gracias-

El baño de los hombres duró un poco más con algunas preguntas de Haruka a su hijo acerca de las múltiples cicatrices de su cuerpo a lo que el chico bromeó diciendo que es sólo el 20% eran por sus batallas y el otro 80% se las había causado Louise. Y entre otros tópicos hablaron acerca de las bodas de ambos y como tuvieron complicaciones aunque Saito se saltó la parte en la que su padre le quería hablar de su primera noche de casado con su madre y tras algunas risas más los hombres finalmente abandonaron el baño y sin decir una palabra solo intercambiaron sonrisas y cada uno se dirigió a su habitación.

- Bueno parece que ellos ya pudieron quitarse un peso de encima – comento Kuzuha con una sonrisa.

- Sí, hace tiempo que no veía a Saito tan alegre. Tal parece que realmente necesitaba hablar con su padre – agregó Louise sonriendo igualmente.

- Ok, ahora nuestro turno a tomar un baño juntas -

- Sí… ¡Eh!-

En el baño (ahora con las mujeres)

Louise se encontraba enjabonándose el cuerpo mientras Kuzuha solo estaba sentada en el borde del baño observando con detenimiento a su nueva "hija". Por su parte Luis le daba rápidos vistazos al cuerpo de su suegra y solo podía pensar una cosa.

- /No me sorprende que a Saito le gustan las mujeres con cuerpos muy desarrollados/ – la chica le dio otro vistazo rápido y fácilmente el cuerpo de la mujer superaba al de Siesta o incluso era mejor que el de Kirche sin contar que tenía ese "encanto un maduro" que les faltaba todas – /Si realmente el primer amor de un niño de su madre no me sorprende que Saito la considere como su ideal de belleza/ -

- ¿Pasa algo Louise? – Preguntó la mujer al ver como la joven se le quedo viendo – ¿Quieres decirme algo? -

- ¡No no no! No es nada es que solo… queeee… ¡Me sorprende como tienen el shampoo y el jabón en este tipo de botella! – contesto la joven tomando dichos recipientes y mostrándoselos.

La mujer solo sonrió y dijo – No te preocupes, tu cuerpo madurara en su momento – ante lo dicho Louise se puso roja y salió humo de su cabeza – No te mentiré diciendo que yo a tu edad estaba igual. Pero lo que me dio este cuerpo fueron más cosas que solo el tiempo –

- ¿Cómo qué? -

- El ejercicio, mi alimentación… creo que también las aguas termales pero no estoy muy segura y lo más importante -

- ¿Qué es lo más importante? -

- El amor – contesto sencillamente Kuzuha.

- ¿Amor? ¿En serio tiene que ver con el desarrollo del cuerpo? – contesto un poco escéptica la hechicera.

- Sí, una mujer enamorada cambia y no es para gustarle al hombre que ama, sino es más bien por el simple hecho de tenerlo cerca lo que hace que esta cambie -

- No entiendo bien -

- Lo entenderás cuando lleves casada un buen tiempo – Agrego Kuzuha – Aunque también, cuando me embaracé de Saito mi cuerpo cambio -

Esa frase causo dos imágenes en la mente de Louise con la primera siendo el cómo se vería Saito de bebé en los brazos de su madre y la segunda era la imagen de ella misma con unos cuantos años más casi siendo la viva imagen de su hermana Cattleya, junto a ella se encontraba arrodillado un joven de cabello negro con una leve muestra le bello facial el cual reposaba la cabeza en el vientre de Louise mientras una sonrisa se esbozaba en su rostro y la joven paseaba una mano entre el cabello alborotado del joven y con la otra acariciaba suavemente su vientre el cual lucia levemente hinchado mientras ella misma también sonreía.

- Te acabas de imaginar estando embarazada ¿Cierto? -

La voz de Kuzuha rompió la ilusión en la mente de Louise, está volteo a ver nerviosamente y se percató de que ahora la mujer estaba dentro de la bañera.

- ¿C-como lo supo? -

- Estuviste como dos minutos mirándote en el espejo mientras tenías una mano en tu estomago – contesto la mayor. Al ver como Louise se encorvaba de la pena simplemente le volvió a hablar – Descuida, no se lo diré a nadie -

- ¿De qué está hablando? -

- No hay nada de malo en imaginarte una familia con el hombre al que amas. Y viéndote a ti y a Saito juntos les puedo asegurar que sus hijos serán hermosos -

La cabeza de la joven simplemente estallo en una nube de humo y luego Kuzuha le dijo que entrara en la bañera para calmarse y que no fuera a pescar un resfriado. Cuando ambas estuvieron ya en el agua la conversación fue más calmada con ambas hablando acerca de Saito ya que su madre quería saber más acerca de los cambios de este y Louise quería saber más de como era antes de ir a Halkeginia.

Al terminar el baño ambas mujeres se dirigieron a las habitaciones que compartirían con sus esposos los cuales no estaban dormidos ya que Haruka estaba viendo la televisión de su habitación y Saito tras preparar el futon le cedió su cama a Louise mientras él estaba observando el techo de la habitación y ya con ambos jóvenes acostados Saito finalmente salió de su ensimismamiento.

- Es muy raro volver a ver este techo y aun cuando paso tanto tiempo, sentir que fue solo ayer el último día que lo vi -

- ¿Saito? – La voz de Louis era un poco somnolienta pero lo había escuchado claramente – ¿Qué hacías la última vez que estuviste aquí? -

- Había llevado a reparar una computadora… Bueno, la iba a llevar y luego el portal apareció –

- ¿Qué sientes al ver de nuevo esta habitación? -

- Que tenía mucha más ropa de la que necesito – contesto el joven con una sonrisa.

- Saito, llevas casi dos años con la misma ropa salvo por las veces que actuamos en cubierto para rescatar a Tabitha y otro par de ocasiones -

- Tienes razón, ya mañana me pondré algo más a parte de esta piyama… Ahora que lo pienso, creo que mi madre me había comprado ropa nueva unos días antes de ser llevado a Halkeginia. Veré si aún me queda -

- Pues en estos dos años no te he visto que crecieras – comentó Louis riendo.

- Mira quién habla, desde la primera vez que nos vimos hasta justo ahora tú no me has llegado siquiera a los ojos -

- ¡Hey! Ese es un tema delicado, si sigues diciendo eso yo…-

- No puedes hacer nada porque en primera ya estoy durmiendo en el piso y en segunda tengo el derecho de esposo de poder molestarte con tus inseguridades para que luego me hagas tragarme mis palabras… O un cinturón, lo que pase primero -

- Lo de hacerte dormir en el suelo llevo sin hacerlo desde hace mucho – alegó la joven.

- Pero cuando lo hacías era frío, estaba solo y me sentía abandonado – contesto Saito mientras abrazaba fingiendo tener frío.

- ¿Sabes qué? ¡Bien! – exclamo la joven. Luis aparto sus cobijas y salió de la cama y con solo una manta y una almohada se acostó a un lado del futon de Saito -¡¿Ya estás feliz?! -

- Yo no tenía ni almohada ni una manta-

El joven recibió ambos objetos justo en la cara y cuando los retiro miró a Louis acosta directamente en el suelo.

Saito estuvo punto de decir algo pero una sonrisa apareció en su rostro y solo lanzo los dos objetos devuelta a la cama pero ahora añadió la manta que él mismo tenía.

- ¿Saito qué haces?-

- Yo lo que tenía era un montón de paja. Bien, aquí no tenemos paja pero– Saito se deshizo de su almohada y se recorrió para hacer espacio en el futon –Tengo mi futon-

- ¿Qué?-

- Vamos, yo ya dormí en la cama contigo, en la tierra, en una carreta y en el palacio. Ahora te toca dormir conmigo en mi "montón de paja"-

La joven sin decir nada solo le sonrió a su esposo y se acostó a su lado.

- Sabes que nos moriremos de frío de esta forma-

Saito paso uno de sus brazos por debajo de la cabeza de Louis para servirle de almohada y con la otra la sujeto por la cintura atrayéndola hacia él.

- También sobrevivimos en la nieve, solo hay que mantener nuestros cuerpos juntos para estar calientes-

Louis se acurruco en el pecho de Saito y en solo unos minutos se quedó dormida, el joven con cuidado saco su brazo de debajo de la cabeza de la chica y la reemplazó con una almohada. Saito se sentó recargado contra un mueble mientras veía dormir a su esposa, una luz tenue salió de las runas de su mano y escuchó una voz dentro de su cabeza.

- ¿Qué te pasa compañero?-

- No puedo dormir Derf, todo se siente muy raro-

- ¿Ahora en qué piensas?– Pregunto preocupada la voz.

- Tengo miedo– Contesto Saito con voz temblorosa.

- Miedo de que-

- De que todo esto se siente tan calmado, tan normal. Tengo miedo de dormirme y que cuando abra los ojos Louis ya no este y qué es todo esto haya sido sólo un sueño-

- ¿Qué te hace sentir así?-

- El ver a mis padres, el estar en este cuarto, el hecho de haber estado caminando por esta ciudad lo único que me hace sentir es que realmente no ha pasado tiempo. Todos se siente como si nada hubiera pasado, como si todo lo ocurrido hubiera sido sólo una fantasía en mi mente mientras salía a caminar-

- No sé qué decirte compañero, si eso es lo que piensas no tengo nada para aconsejarte-

- No te preocupes Derf, sé que todo ha sido real solo que me siento así por el golpe del día de hoy-

Saito se puso de pie y salió en silencio de la habitación, bajó las escaleras y se encaminó a la cocina la cual estaba iluminada, al llegar allí se encontró con su madre quien estaba de pie frente al refrigerador mientras comía un tazón de cereal y Saito al ver a la mujer solo se sintió intrigado hasta que esta se percató de su presencia y le hiso una seña con su plato para que el joven se acercara a comer con ella y tras prepararse su propio tazón Saito se encontraba recargado contra el refrigerador frente a su madre.

- ¿Tu tampoco puedes dormir?- Le pregunto la Mujer a Saito mientras jugaba con su comida.

- Y tu mamá ¿Por qué estas despierta?- contesto Saito.

- Tengo miedo– respondió Kuzuha.

- ¿De qué?- Pregunto el joven con una ligera idea del motivo.

- De que cuando despierte ya no estés. Tuve cientos de veces el sueño en el que regresabas ha casa y todo se sentía tan… Real. Pero al final me despertaba, corría a tu habitación y no estabas. Si esto es un sueño no quiero despertar-

- Ya somos dos, yo no quiero dormir ya que tengo miedo a que cuando despierte Louis ya no este que todo haya sido sólo un sueño-

- Bueno, eso significa que somos iguales– Comento la mujer con una sonrisa.

Ambos prosiguieron su conversación unos minutos más, al terminar se despidieron y se dirigieron a sus habitaciones con sus pensamientos levemente más aclarados. Saito al entrar a su cuarto observo Louis que seguía dormida, llevaba puesta una blusa para dormir que le había prestado Kuzuha de la cual sobresalían sus suaves piernas, la joven se había acurrucado debido al poco frío que hacía así que Saito tomo una manta de la cama y al acostarse se cubrió a sí mismo y a su esposa a la cual atrajo hacia él con cuidado para no despertarla, le dio un beso en la mejilla y al cerrar los ojos dijo en voz baja.

- Esto no es un sueño-


Esta historia esta basada hasta el final del anime, no me he leído las novelas pero si en ellas hay un final diferente o aun prosigue la historia yo no lo se asi que les pido que vean esto como una continuación del anime y no de las novelas.

Sin nada mas que agregar yo soy Lorian Vanagándr Deseándoles una grata lectura.