Hola, hola, Luna de Acero reportándose. Y al fin el primer final... Porque ya saben que después haré el otro con el Farlancito bebé ganando. Bueno, no voy a decir ni explicar porqué no lo subí antes, lo subo ahora, perdón a todos aquellos que se quedaron esperando.
Una dedicatoria más que especial para Cachi Cachita, que hoy es su cumpleaños. Querida, espero que esto te haga feliz aunque más no sea unos breves minutos, oajlá pudiera regalarte un baúl lleno de felicidad, sonrisas y alegría para que puedas tener mejores días. Te quiero muchísimo!
Disclaimer: Los nombres de los personajes no me pertenecen, son del autor Isayama Hajime, el contexto, personalidades y situaciones si son de mi invención, prohibida su reproducción total o parcial sin el debido consentimiento.
Advertencias: Uso del OoC (personalidades diferentes a las canon), lenguaje adulto, palabras altisonantes, situaciones adultas, contenido R18, enjoy!
.
.
"Levántate y levántate de nuevo,
hasta que los corderos se conviertan en leones."
Robin Hood
.
.
Farlan cuando se enojaba era letal, pocas veces se había enojado en su vida. Esta era una de ellas.
Al que estaba sometiendo a Levi lo agarró primero metiéndole una certera y potente patada en las costillas, empujándolo con toda su fuerza y derribándolo en el suelo, ahí nomás aprovechó para darle otra buena patada en la entrepierna, el tipo aulló y quedó tendido. De inmediato los otros dos se le fueron encima, recibió unos buenos golpes pero también repartió de los suyos, a uno lo dejó inconsciente de un puñetazo en la sien. El tercero era enorme le sacaba una cabeza de altura pero era flaco, le costó bastante pero luego de unos revolcones se lo sacó de encima. El primero se puso los pantalones y doblado de dolor se fue del lugar.
Agitado, respirando exaltado, recién pudo concentrarse en Levi que estaba sentado en el suelo temblando y completamente aturdido, la cara ensangrentada.
—Le-Levi, ¿que te sucede? ¿Puedes escucharme? ¡Levi! —Se quitó su buzo y se lo colocó, trató de que se pusiera de pie pero el más bajo no tenía fuerzas, parecía que no entendía lo que sucedía, ¿lo habían drogado? Respiraba entre ahogos como si tuviera algo atorado en la garganta.
Al fin Nile entró al ver salir al primer cliente y miró el panorama, a los otros dos hombres, el que estaba desmayado y el otro que intentó salir tambaléandose, pero lo capturó de un brazo y lo arrastró hasta una silla donde lo dejó sentado.
—¡¿Pero qué coño pasó aquí?!
—¡Ayúdame, cabrón! —gritó Farlan desquiciado—. Llama a una ambulancia, ¡llama ya! ¡No puede respirar!
En menos de media hora lo estaban ingresando a emergencias del Hospital Saint Peters. Lo estabilizaron, le pusieron oxígeno y luego de que Farlan estuvo completamente seguro que su amigo estaba fuera de peligro llamó a Eren desde el celular de Levi. Nile lo llamó para saber como estaba todo, pero no le contestó, solo le mandó un mensaje para que supiera que lo estaban atendiendo y estaba grave pero fuera de peligro. Exageró el cuadro pero quería que el viejo le diera unos días de descanso al menos. Una vez que pudo empezar a calmarse se largó a llorar de los nervios y el estrés de lo sucedido ¿Y si no se hubiera dado cuenta? ¿Y si no llegaba a tiempo? Levi hubiera muerto asfixiado.
Revolvió la mochila de Levi y sacó un paquete de pañuelos para secar sus lágrimas, recién entonces sintió que le dolía arriba de su ojo derecho y la mandíbula, tenía los nudillos con moretones, pero lo único que podía pensar es en que Levi estuviera bien.
Eren llegó cerca de quince minutos después, el rostro desencajado y asustado, encontró a Farlan con los ojos rojos y el rostro golpeado.
—¡Farlan! ¡¿Qué sucedió?!
—Oye, tranquilo, no lo sé bien, al parecer se descompensó por una reacción... no sé lo que dijo el médico algo como una reacción alérgica, no lo sé y bueno mientras estaba descompensado los clientes con los que estaba se aprovecharon, pero yo los detuve antes de que fuera peor.
—¿Antes de que fuera peor? ¡¿Peor cómo?! —Eren lo sacudió de los hombros con las venas de su frente perfilándose siniestras.
—Ya, cálmate, Eren, los detuve y pude sacar a Levi para que lo asistieran, eso es lo importante ahora.
—¿Lo violaron?
Farlan hizo una mueca de dolor y sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas, Eren sintió que la ira le bullía desde el estómago como el magma de los volcanes a punto de estallar.
—Uno de ellos...
—¿Quiénes, quiénes eran?
—No lo sé, nunca los vi antes, eran nuevos.
—Me lo dirá Nile, por las buenas o por las malas.
Farlan lo detuvo aferrándose a uno de sus brazos y lo estampó contra una de las paredes del hospicio.
—¡Ya cálmate, idiota! ¡Levi nos necesita aquí, ¿entiendes?!
—Señores, ¿qué sucede? —dijo un enfermero acercándose mientras un guardia aparecía por el pasillo.
—Lo sentimos, lo sentimos, es que... estamos un poco nerviosos necesitamos saber cómo está su, su marido y mi mejor amigo —dijo Farlan tratando de conservar la calma.
—Bueno, ya le dijeron que debe aguardar.
—Por favor, ¿podría preguntar de nuevo? Su marido acaba de llegar y eh, está muy nervioso, por favor.
—¿Cuál es el paciente?
—Ac-ackerman, Levi.
—Esperen aquí y por favor no levanten la voz.
—Sí, sí, lo sentimos.
Cuando el hombre se retiró Farlan soltó a Eren.
—Nos necesita aquí —Le repitió—. Irte a las manos con Nile empeorará las cosas. Esperemos a que Levi esté bien, luego vamos a pensar en qué hacer, anda, siéntate.
Eren fue y compró café para los dos. Luego de más de media hora en silencio apareció uno de los médicos.
—¿Parientes de Levi Ackerman?
Se pusieron de pie y fueron con el galeno.
—Bueno, está estable, en terapia intermedia, le hicimos un lavaje de estómago y le dimos antialergénicos, al parecer tuvo una reacción adversa a los barbitúricos, no podemos catalogarlo como alergia, necesitamos más análisis y estudios, pero podría decirse que es una especie de efecto colateral inesperado. Está estable, descansando, después que recobre la consciencia veremos si ya podemos darle el alta.
—Necesito verlo —pidió Eren—, soy el marido.
—Yo soy el primo —se sumó Farlan y el médico los miró a ambos.
—Ya veo, bueno, no es hora de visitas, deberían esperar a las nueve por lo menos —Eren miró el reloj que marcaba las cinco—. No se preocupen, está controlado y muy bien atendido, pero lo mejor es que descanse sin interrupciones ahora. Si se despierta antes les avisaremos de inmediato. Y por cierto, lo aconsejable sería que no vuelva a consumir ninguna de esas sustancias hasta que no detectemos específicamente de donde viene el daño.
—Gracias, doctor —dijo Farlan mientras que Eren quería treparse al techo de la ansiedad.
Se sentaron en la cafetería del hospital y se pidieron un par de bebidas calientes. Eren estaba con el rostro contrito y preocupado.
—¿Barbitúricos? ¿Levi se droga?
—No. No por voluntad propia al menos.
—Me vas a contar todo Farlan, no me dejes con ninguna duda.
—Se cae de maduro, Eren, es un antro, nos prostituimos, es obvio que la droga también corre. Por eso te dije que no debes meterte con Nile, es un tipo en verdad desagradable, lo detesto, pero lo cierto es que él maneja una de las redes más importantes de consumo de la ciudad, tiene conexiones con gente de mucho poder, ni se te ocurra ir a la policía porque los tiene a todos arreglados. Siempre está pidiendo que le vendamos su mierda, podemos resistirnos hasta cierto punto pero luego él te obliga, y si la vendes eso te lleva a consumir, es así.
Eren estaba paralizado con la información que estaba recibiendo.
—¿Tú también lo haces?
—De vez en cuando, si no queda otra.
—Levi...
—Levi se está haciendo famoso, muchos políticos, comerciantes y gente importante lo han estado frecuentando, en esos círculos es en donde más se consume, yo solo lo vi vender merca.
—¿Merca?
—Cocaína, pero bueno tal vez Nile lo mandó con pastillas, no lo sé, por lo general son los mismo clientes quienes te invitan y no puedes negarte, es así
Eren se refregó el rostro, esto era mucho peor de lo que creía. Ahora entendía porqué Levi quería desaparecer de ese lugar. Nile no iba a dejarlo ir, era un hecho, no pudo evitar que los ojos se le llenaran de lágrimas, comprendiendo el trasfondo de la situación, Levi estaba huyendo de una monstruosa maquinaria que lo estaba triturando, ¿cómo no se había dado cuenta lo grave que era? Igual se aguantó todo y decidió no hacer más drama del que ya había. Si había droga de por medio era obvio que las cosas se ponían muy peligrosas. Si Levi no hubiera llamado tanto la atención... pero es que él quería ganar dinero "honestamente", que ironía, que por ese objetivo se hubiera metido en tanta mierda hasta el cuello.
Levi no se despertó hasta ocho horas después y estaba bastante decaído, lo bueno es que Farlan lo había encontrado a tiempo de manera que los daños en su cuerpo no eran tan severos, la nariz levemente hinchada y un moretón en la quijada, aunque sabía que le habían golpeado el estómago también. Eren se sentó en la cama y lo abrazó con suavidad, Levi suspiró aliviado y se dejó cuidar. Farlan estaba sentado del otro lado sosteniendo una de sus manos. Luego de un rato miró a ambos y les sonrió.
—Soy afortunado, gracias a los dos.
—¿Cómo te sientes? ¿Te duele mucho? —preguntó Eren preocupado, a lo cual el de cabello negro negó.
—Estoy bien, me jodió la descompensación o les hubiera sacado la mierda a todos.
—El médico dijo que sería mejor que estuvieras en observación por las siguiente veinticuatro horas —indicó Farlan, mientras se ponía de pie—. Nile dijo que te tomaras un par de días, que luego iba a ponerse en contacto. Yo iré a comprar agua, ¿necesitas algo?
—No, gracias, por todo.
Farlan asintió y los dejó a solas.
—Me asusté mucho —confesó Eren refregando la mano de Levi.
—Yo también. He pasado muchas cosas a lo largo de los años, estuve en situaciones realmente malas, pero pensé que había logrado cierta estabilidad, me confié demasiado, pensé que no volvería a estar así de vulnerable, subestimé esto.
—Creo que... —Eren inspiró porque le costaba mucho decir lo que realmente opinaba, miró a su enamorado a los ojos y lo soltó—. Creo que no debes esperar más para irte, Levi. Las cosas no se van a poner más fáciles y para Nile eres una máquina de la que sabe que obtendrá muchas ganancias, no soporto la idea de que vuelvas a ese infierno, que estés expuesto a estos peligros, gracias a Dios hoy pudiste salvarte, estuvo Farlan y te ayudó, ¿qué hubiera sucedido si él no se percataba de que estabas en problemas?
Eren se emocionó e inspiro de nuevo para no largarse a llorar, pero lo cierto es que después del shock inicial ahora le empezaba a pesar lo acontecido. Levi había estado a punto de morir, porque si Farlan no lo encontraba tal vez el shock anafiláctico que atravesó por lo que sea que le dieron a ingerir con seguridad no lo hubiera superado. No podía permitir que volviera a estar en una situación como esa. Levi seguía callado, mirando algún punto perdido de la pared al frente.
—Yo no, no fui consciente de todo el peligro que pasas, y no es justo que sigas aguantando algo que ya no quieres hacer —Levi lo miró con tristeza—. No quiero que te vayas y lo sabes, pero tampoco es justo para ti, ahora lo entiendo.
Se sentó en la cama y lo abrazó, Levi se aferró a él, sabía que tenía razón. Ya no podía seguir alargando la situación.
Al siguiente día Eren y Farlan estuvieron acompañándolo cuando se retiró del hospital. Estaba en buenas condiciones de salud en general, los golpes aún visibles, no quedaba otra cosa que esperar. Llegaron a casa, Levi les pidió que salieran a comer a algún lugar, necesita aire. Así que fueron en el auto de Eren hacia un lago cercano, Farlan por momentos se sentía como la tercer rueda -en realidad ERA la tercer rueda— pero es que no sabía cuánto tiempo estaría Levi en la ciudad y si lo había invitado era por algo, así que no quería perdérselo, no cuando sabía que eran las últimas horas que tendría con Levi, al menos hasta que la vida los volviera a reunir.
Jugaron a las cartas, habían llevado una pelota de fútbol pero Levi no estaba del todo repuesto, Eren hizo trampa y lo descubrieron por lo que fue abucheado, luego estuvieron cerca de una hora y media para prender un fuego para hacer carne asada, se notaba que eran chicos de ciudad, luego abrieron algunas latas de cerveza y contaron anécdotas graciosas, claro que Farlan y Levi tenían muchas en común, pero Eren no se quedó atrás, sacó un repertorio de accidentes en sus variadas vacaciones alrededor del mundo que maravilló e hizo reír a los otros dos.
Al volver fueron a un centro comercial, Eren le compró un lujoso bolso de viaje, al igual que ropa de marca y un llavero con un pegaso.
—Ya te regalaron unicornios, así que...
Levi sonrió y aceptó todo de buena gana. Luego el contorsionista entró a una tienda que vendía ropa e implementos para bebé y se puso a elegir varias cosas. Farlan miró a Eren y le susurró por lo bajo con voz dramática.
—Ya lo embarazaste.
—Por supuesto, después de todo soy su marido.
—¿Qué tanto hablan ustedes, par de demonios? —Los enfrentó Levi—. Far, necesito pedirte un favor. Haré que envuelvan todo esto, quiero que se lo entregues a Petra.
—Claro.
—Me hubiera gustado estar para el nacimiento del bebé —Tomó una tarjeta que había en un estante junto a la caja registradora, tomó una lapicera y le dejó un mensaje.
"Querida amiga: Hoy por muchos motivos me tengo que ir, pero quiero que sepas que te amo mucho, nadie va darme el estilo que merezco, ahora tendré que conformarme con pura mediocridad. Gracias por las horas de charlas, risas, lágrimas, reproches y limpieza. Me voy sabiendo que al fin estás formando esa amada familia que buscaste por tanto tiempo. Siento envidia del retoño, tendrá una madre grandiosa. No puedo prometerte nada, pero por si acaso sácale muchas fotos y si alguna vez volvemos a reunirnos me las enseñarás todas. Sé feliz, no te detengas en las tristezas, ni los traspiés, todo pasa, así que sé feliz. Hasta que la vida lo decida, con cariño, tu conejillo de indias, L".
Puso la tarjeta en la enorme bolsa y sacó dos pequeños gatitos de peluche que había separado, uno blanco y otro negro.
—Esto para ti —dijo dándole a Farlan el blanco—, y este para ti —Y le entregó el negro a Eren.
—Oh, gracias, siempre soñé con tener... un gato blanco —dijo Farlan fingiendo emoción.
—Yo sé porque me regalaste el negro —dijo Eren mientras iban saliendo del lugar.
—¿Por qué? —preguntó Farlan intrigado.
—Pues, ya saben la fama de los "negros".
Farlan enarcó una ceja y Levi comenzó a reírse tanto que se tuvo que apoyar en la pared porque le empezó a doler el estómago.
—Esas risas no abalan tu teoría, mi amigo —Se burló Farlan palmeándole la espalda a Eren.
—¿Quieres ver?
—Calla, que asco.
—Ya basta, por favor —Suplicó Levi mientras le saltaban las lágrimas.
Luego volvieron porque Levi estaba agotado. Antes de llegar a casa Farlan tomó un taxi y prometió regresar pronto. Al cabo de unas dos horas volvió con un sobre que le entregó a su mejor amigo.
—¿Y esto?
—Documentos falsos, pensé que sería prudente que saques pasajes que no estén a tu nombre, también deberías... cambiar tu aspecto, un poco.
—Sí, también lo había pensado usaré la ropa que compré con Eren. Gracias, Far, pero... ¿Vladimir? joder, ¿por qué no un nombre más feo?
—Ensaya un acento ruso, te ayudaría y Vladimir es un nombre lindo.
Levi miró a Eren que negó enérgicamente.
—Ustedes dos pueden chuparme bien el... unicornio —dijo Farlan antes de levantarles el dedo anular—. Ahora, Vladimir, voy a preparar un poco de té negro, ¿quién se apunta?
Ambos aceptaron el ofrecimiento y Levi aprovechó para bañarse. Se demoró más de la cuenta y Eren fue a tocarle la puerta para ver si estaba bien, Levi dijo que sí, luego escucharon el calefón encendiéndose otra vez porque había abierto la ducha de nuevo, se miraron preocupados pero decidieron esperar al escucharlo cantar. Cuando salió ambos se quedaron con la boca abierta. Levi se había recortado el cabello casi al ras, se había rasurado a los costados y se dejó apenas un poco más largo arriba de la cabeza, al estilo hipster, eso no era todo, se había sacado todos los piercings, excepto el de la lengua. Luego con un poco de base y un delineador se había hecho algo de ojeras y realmente estaba diferente, al menos no era fácil reconocerlo a la primera.
—¿Qué tal? El estilo Vladimir en todo su esplendor, aunque falta la ropa entallada y formal aún.
Eren y Farlan seguían con la boca abierta. Su novio fue el primero en opinar mientras se acercaba.
—Con cualquier estilo eres deslumbrante —dicho lo cual tomó su rostro entre sus manos para besarlo románticamente.
—Bueno, bueno, te me calmas semental —Intervino Farlan—, para tu información Vladimir es heterosexual, enviudó hace un año y tiene cuatro retoños.
Levi comenzó a reír.
—No hay problema, adoptaré a todos, también puedo adoptarte si quieres —Respondió a Farlan sumándose al juego.
—Claro, papi, siempre y cuando mantengas mis gustos y me pagues el alquiler.
—Pídele a tu madre, sabandija.
Los tres se rieron por un largo rato. Tirándose más pujas sobre la "nueva" relación familiar.
—Chicos —dijo Levi inspirando e invitándolos a un abrazo grupal—, gracias, gracias por todo, me hacen muy feliz.
Fue a su habitación, abrió el costoso y bonito bolso y comenzó a juntar aquellas cosas que realmente le parecían valiosas, después de todo no tenía tanto para llevarse. Carajo. la bicicleta era una puta maravilla que había armado de a poco con piezas que fue comprando a su gusto, sería una pena perderla, pero ni modo. Guardó un par de fotos y un par de adornos tontos a los que les tenía un afecto tremendo, y claro sus pantuflas de unicornio. Farlan tocó a su puerta y le dejó pasar.
—¿Necesitas ayuda? —le preguntó solícito.
—La verdad no, no puedo llevarme la moto, ni la bicicleta... tampoco te puedo llevar conmigo, ja —Levi se sentó en la cama y se quedó mirando a la nada.
Farlan cayó pesadamente a su lado y lo abrazó con fuerza, hasta ese momento había tratado de mantenerse estoico, de no ceder a la tristeza. Si bien tenía la esperanza de que alguna vez se volverían a ver, no estaba demasiado seguro de cuando, podían pasar meses, tal vez años, y justo en ese preciso momento estaba siendo consciente de lo mucho que se había acostumbrado a su presencia, a su compañía, a su amistad, a estar pendiente de animarlo, que aunque su amor no sería correspondido tenía permitido tocarlo, conversar, incluso a veces dormir con él, nunca había tenido una relación tan estrecha y duradera con nadie, ni siquiera con Karina.
Le estaban arrancando un pedazo de su vida, de su familia del corazón, lo estaban destrozando, pero era mejor así, él era fuerte, tenía que serlo, Levi merecía una mejor vida, mejores oportunidades, salir de toda esa podredumbre y putrefacción, merecía ser auténticamente feliz. Lo besó en la mejilla, Levi tenía su cabeza apoyada en uno de sus hombros, era tan sencillo como girar su cabeza y tomar sus labios... pero no, ¿cómo iba a destruir todo lo que tenían por un deseo egoísta? No, debía mantener todo intacto y tal vez, algún día volverían a verse y a charlar y disfrutar como los buenos y mejores amigos que eran. Esto era más que suficiente.
—Te tuve diez años... ¿cómo no te pedí que vinieras a vivir conmigo antes?
—No hables como si me fuera a morir, solo me iré lejos, pero quiero verte de nuevo, aunque te cases con Karina.
Ambos se rieron afablemente.
—Pase lo que pase siempre serás mi abejita —Le susurró rascándole juguetonamente la cabeza mientras estrechaba el abrazo.
—Y tú mi abejorro.
Un carraspeo a sus espaldas hizo que se despegaran, era Eren con semblante serio.
—No quiero molestar, pero deberías apurarte. El tiempo apremia.
—Claro.
Farlan se puso de pie y miró a Eren de reojo, el cual lo estaba atravesando con una mirada más filosa que un pico de agua congelada, su mirada apuñalaba. Joder que el tipo era posesivo... Bueno, tenía razón en serlo, tal vez para Levi la situación no era tan evidente -nunca lo era- pero para Eren estaba más que claro. De todas maneras a esas alturas debería entender que él no representaba una amenaza, estaba más concentrado en la repentina despedida que debería afrontar, dolía mucho.
Eren se sentó al lado de su novio y lo abrazó.
—Estaré esperando, ¿lo sabes, cierto?
—Lo sé, pero también sé que tiene que pasar mucho mucho tiempo hasta que sea medianamente seguro.
—No importa cuánto lleve.
—No puedo pedirte eso, no me esperes —dijo entre susurros y Eren afianzó el agarre—. Si llega algo mejor a tu vida, simplemente agárralo.
—Deja de darme consejos de vida como si fueras un sabio.
—Más sabio que tú, seguro.
—Como sea, ven conmigo esta noche.
—Tú solo quieres sexo sucio y marrano —soltó con picardía bufando divertido.
—No, quiero tenerte conmigo todo lo que pueda, eso es todo. No tendremos sexo, te estás recuperando.
Levi rodó sus ojos y meneó su cabeza.
—Esto no ha sido nada, estoy más que bien, el tipo apenas pudo llegar a ponerla y no muy bien, si te contara las que tuve que pasar, así que deja de poner excusas porque lo haré contigo, quieras o no.
Eren acarició su mejilla y lo miró preocupado.
—No quiero imaginar todo lo que tuviste que pasar...
—Igual, ya no importa, ahora tendré la oportunidad de dejar todo esto atrás.
Levi se movió para que pudieran mirarse y le acarició el rostro, Eren era tan hermoso, nunca se cansaría de mirarlo.
—Te encontraré —dijo su novio.
—Eso sonó demasiado *stalker.
—¿No puedo buscarte?
Levi suspiró, agarró su mano y luego besó sus nudillos.
—No lo hagas, estaré intranquilo sabiendo que lo haces. Y como te conozco y eres increíblemente cabeza hueca, te pido que si es cierto que me amas no lo harás.
—No puedo prometerte eso...
Eren lo abrazó, no quería seguir escuchándolo.
—No lo entiendes —susurró Levi aceptando el abrazo—, no vas a encontrarme, Eren. Escucha, de alguna manera yo... te haré saber dónde estoy, pero pasará mucho tiempo hasta que eso suceda, ¿puedes esperar al menos eso? Eren... —Buscó su mirada y el hombre ya tenía las pestañas húmedas.
—¿Y tú puedes prometerme que cumplirás?
—Lo prometo.
Al poco rato decidieron partir al departamento de Eren, pero usando los nuevos documentos Levi ingresó desde su celular a una página de ofertas de vuelos y eligió su primer destino, luego allí vería de empalmar a otro lugar por tren y luego cruzaría el océano en otro vuelo, siempre con esa identidad falsa que Farlan le había conseguido.
—Bien, vamos.
Se dió un fuerte abrazo con Farlan mientras Eren esperaba en el auto.
—Deshazte del móvil antes de subir al avión.
—Lo haré, gracias por todo.
—Soy ateo pero, rezaré por ti.
—Todo suma, hazlo, abejorro.
Farlan lo besó en la frente y se quedó mirando como subía al auto de Eren. Estuvo atento a mirar a todas partes por si había gente vigilando pero no notó nada raro. Estaba preocupado a muerte, rogaba que Levi pudiera alejarse lo máximo posible. Fue hasta su habitación y se tiró en su cama, abrazando su almohada donde aún permanecía el perfume de la persona que se había ganado su corazón.
Ya era tarde, más de las once de la noche. Apenas atravesaron el portal Levi se colgó de del cuello de Eren y le comió la boca en un beso demandante y húmedo. El más alto quería hacerle de todo, como siempre, pero tenía miedo, porque aún todo era muy reciente y aunque Levi le había dicho que estaba bien se sentía un poco culpable. El contorsionista quiso meter su mano dentro del pantalón de Eren mientras empezaba a llenar la sala con sus mejores gemidos, pero lo detuvo.
—¿No deberíamos cenar? —preguntó para ganar tiempo y Levi enarcó una ceja, se quitó su remera y se desprendió los jeans provocativamente.
—¿Qué tal si me comes a mí?
—¡Joder! Sí, pero...
—Deja de dudar tanto, te deseo, Eren, si te preocupa la cena pedimos una pizza luego, anda.
Lo empujó hacia el sillón pero luego cambió de opinión y lo agarró del brazo con rudeza para arrastrarlo hacia la mesa.
—Aquí es mejor, ¿cierto?
—¿Te sientes bien?
—¡Claro! Pero me sentiría mejor si me hicieras el amor, ahora mismo, por ejemplo.
Se terminó de quitar el pantalón y la ropa interior, al igual que las zapatillas y las medias. Se sentó sobre la mesa en la cabecera y abrió sus piernas obscenamente. Eren tiró a la mierda su autocontrol y fue de inmediato para abrazarlo y besarlo por todas partes.
—¡Te amo tanto!
Besó y lamió todo lo que encontró a su paso, se entretuvo en sus tetillas y Levi dejó salir toda su sensualidad a flote, que era mucha e intensa, descendió por ese torso blanco y dulce y su lengua jugó un poco con su ombligo y su piercing de ahí. Levi se sacudía en sutiles espasmos, hundía sus dedos en la cabeza de Eren, echaba su cabeza atrás y disfrutaba a más no poder. Eren tenía el poder de borrar todas las marcas, las cicatrices que no se veían pero seguían allí desparramadas por doquier, sus manos y su boca aminoraban todos los dolores, funcionaban como paliativos para olvidarse de toda la mierda que había vivido.
Su amor lo purificaba, lo volvía transparente y lleno de luz, cerraba los ojos y sentía a ese fuego desparramándose por toda su anatomía. Se sentía como volar, se fundía en la pasión más bendita y se volvía liviano, como una pluma empujada por la brisa de la primavera. Podía dejar todos sus pecados y la suciedad tan lejos, tan hundidos en el fango. Eren estaba besando en su ingle ignorando a propósito su entrepierna, le gustaba hacerlo desear, sonrió complacido, podía esperar todo lo que él le pidiera y quisiera, especialmente hoy, rogaba al dios Cronos que le concediera alargar ese tiempo de intimidad lo máximo posible.
Llegó hasta las puntas de sus pies haciéndolo tiritar de satisfacción y volvió a subir por su otra pierna delgada pero musculada. Levi metió su dedo e índice en su boca y los llevó profundo hacia atrás en su garganta para cubrirlos de su saliva más espesa y cristalina, luego se dirigió a su entrada para comenzar a prepararse, pero Eren lo tomó de la muñeca y la alejó de su objetivo. Levi abrió los ojos y lo miró curioso, Eren negó con la cabeza y con expresión de malcriado.
—Lo haré yo, tranquilo.
—Hijo de puta —Lo insultó entre sonrisas entrecortadas porque tanta lascivia lo ponía impaciente.
Su novio se desnudó despacio frente a sus ojos y aunque lo había visto muchísimas veces desvestirse para él, nunca iba a cansarse de ese espectáculo, inspiró un par de veces para calmarse y se incorporó sobre la mesa para sentarse, Eren se acercó y lo abrazó con todo el amor que era capaz, Levi cerró los ojos, apretó su cadera con sus piernas y lo abrazó en retorno. Un acto tan simple, parecía como si fuera suficiente para juntar todos los pedazos en los que se hallaba distribuido, los juntaba y los restauraba, con ese simple gesto.
Sintió la angustia trepando por su garganta y conquistándole los ojos, intentó mantenerse estoico, siempre había podido hacerlo, era un profesional, jamás ningún cliente o alguna de sus ex parejas lo había visto vulnerable, pero hoy no tenía ganas de fingir. Eren besó su rostro, su nariz, su frente, sus mejillas, su barbilla, cada pequeña porción con delicadeza y tranquilidad y entonces ya no pudo aguantar ni un segundo más. Sus lágrimas desbordaron y apretó los dientes para atajar lo que pudiera, aunque no quería, no esta vez. El empresario acarició su espalda con dulzura y parecía que cada toque iba quitando un filtro a su alma, desnudándolo como nunca antes se había mostrado con nadie.
—Ya, conmigo puedes —le susurró Eren en su oído y lo abrazó con fuerza, como si fuera a desaparecer, y de hecho eso sucedería, en un par de horas.
Los lamentos le llenaron la boca y salieron despedidos por sus labios, mojó el pecho de Eren que nunca dejó de acunarlo y sostenerlo.
—Podría haber sido diferente, yo, yo solo seguí adelante, porque no sirvo para otra cosa —Soltó entre más y más sollozos, se quejaba bajito, como si no quisiera molestar.
—Eso es lo que te hicieron creer, eres talentoso y fuerte, has aguantado todo esto, tú solo. Te admiro, quisiera ser la mitad de fuerte que tu.
—Tengo miedo, no quiero perderlos, lo único bueno que conseguí —Tomó aire y se refregó los ojos pero no podía detener el dolor—. Siempre vuelvo al mismo punto, es una pesadilla que nunca termina.
—Levi —Agarró su rostro y lo obligó a mirarlo—, jamás nos vas a perder, solo... haremos una pausa, eso es todo.
Cerró los ojos y asintió mientras lloraba más y más. Se dejó consolar, esa noche más que cualquiera de todas las noches de mierda que hubiera vivido necesitaba que Eren lo consolara, necesitaba sentir su amor en lo más profundo y oscuro de su pecho, allá donde la luz no llegaba, donde todos los monstruos y los terrores nocturnos se lo comían por dentro. Solo quería un poco de paz, tranquilidad por un puto día, pero ni eso iba a tener, al menos no por ahora.
Eren agarró un rollo de servilletas de papel que había sobre la mesa y secó su rostro entre más besos y halagos, de manera que en menos de lo pensado Levi se calmó, tenía su nariz roja y los ojos un poco hinchados.
—Ah, arruiné el humor.
—No te preocupes me repongo rápido —Bromeó su novio y acercó su rostro para besarlo suave, lento, exquisitamente.
—Amo tus besos.
—Solo son buenos si los recibes tú.
—Oh, pero qué galán, eso me gusta, ¿cómo no lo hacías antes, cabrón?
—No sé, lo siento, hoy me siento inspirado.
—¿Pido una pizza?
—No, te voy a cocinar.
Levantó su camisa y lo vistió como si fuera un precioso muñeco tamaño real, abotonó la misma mientras se echaban miradas candentes.
—Me gusta mucho verte desnudo —Confesó Eren—, pero hay algo muy sexy en hacer esto también. Ahora arriba —Y lo levantó estilo nupcial con algo de esfuerzo.
—Soy pesado.
—Puedo, puedo.
Lo llevó a la cocina y lo dejó sobre uno de los banquitos.
—Oye, ¿no me darás ropa interior siquiera?
—No te hará falta en unos momentos.
—Pésimo servicio, quiero el libro de quejas.
—Yo te daré tu libro de quejas —dijo Eren mientras le hacía cosquillas y Levi se retorcía de risa. Cocinó una salsa pomarola simple, pero muy bien adobada, fileteó un poco de carne de res y luego puso una pasta fresca rellena de mozarella a hervir. Todo mientras cantaban y jugaban, Levi probando el sabor para que estuviera a su gusto. Lo llevó a la cama y lo dejó ahí, puso todo en una bandeja y sacó un vino para acompañar.
—¡Joder, está delicioso!
—Mejor que una pizza por delivery, ¿eh?
—Eh...
—No seas cabrón.
Se rieron hasta terminar y Eren puso una película luego de llevar los trastos, Levi se acurrucó sobre su pecho.
—¿Cuándo nos ponemos cochinos? —Consultó antes de bostezar.
—¿A qué hora sale tu avión?
—A las cinco de la tarde.
—Tenemos tiempo, disfrutemos de esto ahora, te despertaré temprano, desayunamos y entonces tiraré todo lo que esté sobre la mesa y te follaré ahí hasta quedar seco.
—¡Aw, que romántico!
—Como a ti te gusta —dicho lo cual le dio una buena nalgada para reforzar su punto.
—No discutiré eso.
En menos de media hora Levi cayó dormido, tantas emociones juntas lo habían agotado. Aprovechó para mimarlo, olerlo, besarlo por donde pudiera, puso la alarma, lo estrechó entre sus brazos y se unió a su descanso.
Se levantó antes de que sonara la alarma, lo dejó bien arropado y fue a la cocina para hacer un desayuno memorable, la última vez que desayunarían juntos, pero no quería pensar en eso. Estuvo alrededor de una hora donde quemó los wafles, quemó las galletitas de avena y finalmente se rindió para hacer unas tostadas francesas que le quedaron bien. Escuchó el ruido de la ducha y cuando estaba terminando de poner la mesa Levi apareció, vistiendo aún su camisa, algo entreabierta y con aire sexy.
Le corrió la silla para que se sentara y lo atendió muy bien.
—¿Qué es esto? Se ve rico —dijo Levi señalando su plato.
—Tostadas francesas, probé otras cosas pero fracasé, esto me salió de lujo.
—Mmm, sabe delicioso, tienes que pasarme la receta.
Una vez que terminaron de desayunar Levi se puso de pie y se sentó a ahorcajadas de Eren, las sillas de algarrobo tenían que resistir el peso de ambos, esperaba que si.
—Bueno, ya no esperaré más.
—No pensaba hacerte esperar —dijo masajéandole el trasero con ganas y apretándolo contra su cadera donde su entrepierna se notaba empalmada y ansiosa.
Se devoraron las bocas, dejaron salir todo el deseo y las ganas de tocarse, de morderse y disfrutar de sus cuerpos que tan bien se llevaban. Eren deslizó su mano entre las pálidas y cremosas nalgas solo para descubrir que su orificio estaba suave y lubricado.
—Oh.
—Ya estoy listo, lechuza, dame con todo lo que tengas —Le dijo con lascivia sobre el oído antes de lamer por el contorno de su oreja.
Se levantó un poco para ayudarlo a que deslizarle el pantalón pijama y los interiores hasta por debajo de las rodillas. Se agachó para tomarlo con su boca aunque no necesitara estimulación porque ya estaba erecto y con la punta brillante, pero quería consentirlo y además sabía que Eren disfrutaba a más no poder de sus mamadas.
A los pocos minutos sin poder aguantar ya, volvió a la misma posición a horcajadas sobre Eren y tomando su pena con su mano derecha lo enfiló a su anillada entrada, relajó las caderas y fue metiéndolo despacio. Era cierto que estaba recuperado, así que no hubo dolor ni incomodidad, menos ahora que estaba ardiendo de ganas de sentirlo completamente en su interior.
Buscaban aire, se besaban, se acariciaban con torpeza, hasta que luego de una breve batalla de minutos lo tuvo bien metido hasta la base, tuvo que detenerse un momento para disfrutar de esa deliciosa sensación, mientras Eren jadeaba y le masajeaba las caderas con brusquedad, ninguno podía agantarse.
Eren fue el primero en ondular la cadera e impulsarla hacia arriba y Levi se acopló a ese movimiento, se guindó de su cuello y poniéndose en puntas de pie subía y bajaba su cuerpo mientras su próstata era friccionada con violencia.
—¡Carajo! ¡Ah!
Arañó la espalda de su novio mientras se empalaba y gruñía de la satisfacción. En cierto momento sintiendo que el estómago bajo se le ponía tenso Eren se puso de pie de golpe tomándolo por sorpresa y empujó las cosas del mantel haciendo caer una taza y un plato, pero no podía importarle menos. Lo depositó con algo de fuerza, lo empujó por el pecho para que su espalda quedara sobre el mueble y lo agarró con firmeza de la cintura. Desde ese ángulo tenía una vista privilegiada de como sus cuerpos se unían una y otra vez.
El pene de Levi se balanceaba, arqueaba su cadera y gemía con ganas mientras rasguñaba la mesa y clamaba por más.
—¡E-Eren, ah, ya no, a-acabo!
Su novio incrementó las estocadas y disfrutó de cómo el contorsionista se venía manchando su pecho profusamente, ver su rostro rojo y cargado de erotismo fue lo único que necesitó para acompañarlo un par de minutos después, Levi lo atenazó con sus piernas y se incorporó para fundirse en un beso descarado y necesitado.
—Bueno, esto si que fue un buen inicio —Halagó Levi y Eren rió.
—Hasta que me quede seco te dije.
Lo hicieron una vez más en el sillón, eso si poniendo una toalla para no mancharlo con sus fluidos y luego de un descanso de una hora se fueron al cuarto, para cuando terminaron de recrearse ahí era la una de la tarde y hacía algo de calor. Fueron a ducharse y luego salieron a almorzar a un restaurante cercano porque Eren insistía que era genial y lo era. Comieron un jugoso filete de res a las finas hierbas, con algún acompañamiento muy gourmet, Levi no retuvo ningún nombre porque las sonrisas de su novio le robaban todas las energías, la atención y los pensamientos.
Caminaron de la mano por la plaza, conversando y siendo felices en su propio mundo, sin importarles las miradas poco discretas, los insultos por lo bajo o la indignación de la gente. Eran intocables, y se tenían el uno al otro. Alrededor de las tres tuvieron que regresar, Levi tenía que estar por lo menos a las cuatro en el aeropuerto y Eren lo llevó, pero no dijeron nada durante el trayecto.
Levi se quedó admirando el paisaje por última vez y una vez en el aeropuerto se despidieron. Eren no sabía que avión abordaría, pero no sería prudente que los vieran juntos por ahí, se sabía que los aeropuertos siempre estaban llenos de policías y ser cautos era lo mejor. Alagaron la despedida en el auto donde Levi tiró el chip de su celular por la ventana.
—Bien, ya debo irme.
—Sí. Esperaré que te contactes.
—Si te digo que no lo harás de todas maneras.
Eren apresó sus manos y lo miró con seriedad.
—Lo prometiste.
—Sí, y lo haré, no te preocupes.
Se acercó, se dieron un último y dulce beso, y se fue con el hermoso bolso que le había comprado.
Estuvo en silencio, sentado, una vez que hizo el chek-in hasta que lo llamaron para el pre embarque. Una vez acomodado en el avión, mirando por la pequeña ventana como se alejaba de esa ciudad donde había echado tantas raíces que ahora tiraban de su interior a medida que se iban desgarrando y cortando, volvió a sentirse vulnerable, secó un par de lágrimas y se dijo:
—Adiós para siempre, Circus, gracias por todo.
.
By Luna de Acero.-
Nota de autora: Muchas gracias por esperar, mis amores, gracias por acompañarme en este viaje, prometo que en breve haré el segundo final, por ahora tendrán que conformarse con esto, je. Por cierto, el martes subiré un pequeño epílogo para todos los que quieran saber cómo le fue a nuestro hermoso Levi en su nueva aventura, será un drabble (1000 o 1500 palabras), pero con eso vamos a darle un final completo.
Sin ustedes yo o sería nada, otra vez GRACIAS!