"Este fic participa en el Reto Especial: ¡Festival de Primavera! Del Foro La Torre Stark"

ADVERTENCIA: SPOILERS DE AVENGERS ENDGAME

Género: Fluff

Prompt: "Creo que estoy enamorado (a) de ti. ¡Y es muy aterrador!"

Número de palabras: 797.

Disclamer: Fic hecho sin fines de lucro. Los personajes son propiedad de sus respectivos autores.


En un restaurante de la ciudad.

Los candelabros de cristal cuelgan del techo, los pisos imitan mármol pulido, las paredes son ligeramente doradas; enormes ventanales abiertos, que conducen a balcones que te llevan a disfrutar de bellos jardines, una fuente grandiosa.

Se logran escuchar susurros, carcajadas, charlas, que se extienden en todas las mesas alrededor de la pista de baile. Mostrando que la Tierra retoma su ciclo, color, que aprecia los momentos que todos habían olvidado.

Años han pasado del cruel guantelete del infinito, no se pudo recuperar lo perdido, pues Thanos destruyó las gemas.

Pero aquí están, tratando de continuar.

—¿Un baile? —Tony pregunta a la dama, muy bella, de cabello rojo, color que imita el atardecer.

Ella sonríe abiertamente, extiende su mano para que la guíe al centro de la pista.

Un suave jazz se escucha de fondo, cada instrumento se introduce poco a poco.

Aprovecha para pasar una mano por detrás de su cintura, sintiendo choques eléctricos en su palma, la calidez de su cuerpo.

—Natasha… —él susurra.

El saxofón empieza a sonar, cantando una melodía sensual, lenta, llena de pasión.

Ella suspira, con rudeza la aprisiona contra su cuerpo, ambas manos masculinas la aprietan posesivamente pero sin hacerle daño. Aprovecha para deslizar sus dedos por su camisa, deleitándose con los músculos que han empezado a marcarse; deshace el nudo de la corbata, la tira a un lado; desabotona y mete su par de manos por la abertura, subiendo pausadamente hasta su cuello.

Él se aclara la garganta, ama sus caricias, pero no es agradable que él no pueda responder de la misma manera, ni siquiera cuando ese escote, que deja ver su prominente pecho, llama por su atención.

—A mis ojos Stark…

Él sonríe, empiezan con el vaivén, girando despacio, marcando cada paso, empezando a formar esa burbuja en la que nadie más existe, en donde todo sonido, excepto por la música, desaparece.

—Te gusta que te mire —dice descarado, pero es verdad, así que continúa a las hermosas piernas, que lucen gracias a la abertura del vestido blanco.

No se detiene por mucho ahí, porque si lo hace provocará algo que es imposible de controlar. En cambio, se centra en la claridad de sus ojos verdes, la intensidad, en los espejos de su alma.

Un alma que ha sufrido tanto o más que la suya; que ha tenido que ocultar sus emociones y deseos por largo tiempo; que pretende mostrar fortaleza en todo momento, cuando existe algo de fragilidad.

Los dos tienen deudas en la vida, diferentes, pero las tienen. Y pretenden seguir juntos para sanar, ser lo que siempre han querido, aportar algo a lo sociedad.

Tony acerca el rostro de Natasha a su pecho, ella lo abraza firmemente, cierra sus ojos y logra vislumbrar un mundo sin guerras o enemigos para la Tierra; en el que la humanidad continúa con cambios para bien, tratando de rehacer sus vidas; una realidad en la que ella y Tony permanecen unidos.

—Tony… —susurra, disfrutando del aroma de su colonia que la derrite.

Creo que estoy enamorada de ti.

Creo que estoy enamorado de ti.

Natasha alza su mirada, se encuentra con sus ojos chocolate, ambos declararon en su pensamiento su conclusión.

—Más que eso…—agregan internamente.

¡Y es muy aterrador! —grita la mente de ambos, se estremecen y abrazan más fuerte.

Es aterrador porque no quieren que todo se desplome, porque se han acostumbrado a las caricias de medianoche para tranquilizar las pesadillas; comentarios sarcásticos y mordaces que se hacen para molestarse; películas acurrucados en el sofá; trabajo en equipo en el que discuten; besos de reconciliación; consejos sabios y necios.

Y como la abeja es atraída a las flores, sus labios se rozan, mandan su pasado destructivo, sangriento, a un lado. No son la Viuda Negra ni el Hombre de Acero, simplemente Tony y Natasha.

Compañeros, amigos, amantes perfectos; seres unidos gracias a la desgracia; aves fénix que resurgen de la ceniza, tanto para ellos mismos, como para los demás; para los seres humanos, tratando de ayudarlos en un orden, en cambios políticos, ambientales, económicos.

Tony muerde, sin dañar, su labio inferior; ella hace lo mismo.

Siguen girando, danzando, aunque los besos no se detienen, saborean la boca sabor a vino. Su ser se siente completo, lleno en abundancia de amor. Las sensaciones corporales son electrizantes, adictivas, placenteras, embriaga sus sentidos.

Toman un poco de aire, al tiempo en que la burbuja explota y los aplausos se escuchan en todo el lugar.

—¿Otro baile señora Stark? —entrelazan sus dedos, luciendo sus anillos.

Sonríen.

—Otro más y podemos irnos…—ronronea, él sabe lo que significa.

Porque Thanos desapareció la mitad de la población, tampoco pueden regresar en el tiempo y cambiar los sucesos, lo único que les queda es seguir adelante, juntos, como han elegido.


Nota de la autora:

Gracias por leer, sus comentarios, siempre dados con respeto, son recibidos.

Amo el Ironwidow, porque siento que sus personalidades son explosivas, pero son excelentes compañeros, ambos pueden usar sarcasmo, ser seductores, y tienen un pasado turbulento, el cual pueden comprender.

Al principio sólo iba a ser un simple baile, un romance pequeño, pero terminó en boda y no quise modificarlo.