Ni contigo, ni sin ... TI

Capitulo 16: De revelaciones

Hola a todos?? Qué tal??? Aquí esta el siguiente capitulo del fic, que no sé porque, pero me ha costado bastante. Infinitas gracias por los reviews, me ha hecho muy feliz que aun os acordarais del fic : )

Solo decir que ya queda muy muy poquito para el final, probablemente este y el siguiente capitulo. Aunque no sé si hacer epílogo o no, decidme algo. Y ahora respondo a los reviews:


Mike Granger: Gracias por seguir el fic!!! Esta vez he ido más rapidito, un beso!!

Giggy: Holas!!! Poz si, el gatito tan mono era Malfoy como ya adivinasteis muxos, a ver que te parece este capítulo, beshitos!

Alejandra13: Wenas! Ke tal?? Por supuestísimo que me acuerdo de ti, lo que me extraña es que aun te acordaras de mi fic... Me halagas muxo, así que fue el segundo fic que leíste?? Yo le tengo muxo cariño a los primeros fics que leí... Así que de verdad gracias, me alegro que aun te gustara este capitulo y aquí tienes el siguiente... Un abrazo!!

Asil Black: Wola!! Gracias, supongo.. Aun sigo aquí, sip, y ya esta el siguiente, espero que te guste!

Arashi8: Graxias!!! Ya dije que no abandonaría el fic, aunque me cueste sangre, sudor y lagrimas (yo que soy muy exagerada). Besitos!!

Sakura Malfoy: Hola wapa!! Claro que me acuerdo, ya digo, lo raro es que os acordéis vosotros de mi fic. Te lo agradezco muxo, wapa!! No he cambiado la dirección de correo pero no he recibido tu mail. Por cierto, tu dirección es la misma? Un besazo!

Nessa4: Wenas wapisima!! Te agradezco de verdad el review y me alegro muxo de leerte!! Ke tal estas? Upss, he recibido varias amenazas de mails asesinos, porque será??? No te preocupes que lo termino pronto, prontísimo, solo le quedan creo que dos capis y el epílogo si lo hago. Besitos xikilla!!!

Luna-Wood: Wola!!! No me extraña que no te acordaras de la historia, casi no me acordaba ni yo (así que si hay algo que no coincide me lo decís, eh?) Síp, Draco en esta historia esta un poquito raro, pero que le voy a hacer. Gracias por leer xiketa, besos!!

Angie Grint Weasley Lupin: Hola!!! Me alegra que te gustara el capitulo, a ver que te parece la continuación! Besos!!

Asuka de Black: Holas!!! Espero que el capítulo te haya gustado! Siento decepcionarte pero no habrá lemon en este fic, además de que no me saldría nada bien, si ya me cuesta un montón escribir las escenas románticas, así que imagínate. Esta vez me he tardado menos, un abrazo!!

Paula Malfoy: Hola!! No me enfado para nada, no me extraña en absoluto que pensaras eso con lo que he tardado en continuarlo. Ufff, no te prometo nada del final, pero mejor uno feliz que no uno triste y amargo, no?? Un beso wapa!!

ZckPotter: Te lo leíste del tiron? Jo, ya sabes que no me responsabilizo de las consecuencias de este fic, eh??? En serio, muchas gracias por todo lo que me dices y la canción de Sting "Every breath you take" también es una de mis favoritas, es preciosa. Claro que puedes agregarme, yo encantadísima de hablar contigo y conocerte; mi msn es zoeblack9 Besitos!!!

Kire: Holas!!! Muxisimas gracias por el review! Y no te preocupes que aquí lo continuo, espero que te guste. Besos!!!

Kyrsten: Wola!! Muchas gracias, espero que te guste también este capítulo (aunque ya sabes que siempre los dejo en el peor punto). Besitos!!

Alejandra Felton: Hola!!! Cómo estas??? Por fin lo he continuado, ya sabes que estaré esperando que tú también sigas escribiendo, eh? Buena suerte en la escuela, muchos ánimos!! Besitos!!

Morella: Holas wapisima!! Ke tal?? Que bien que aun te acuerdes de mi y del fic más después de tantos siglos. Ya puedo actualizar, al menos hasta que vuelva a clases (para lo que cada vez queda menos por desgracia). Un beso muy gordo!

Zellaz XIX: Wenas!! Muxas gracias, me alegra que te acuerdes aun y siento haber tardado tantísimo. Besitos!!!

Anna15: Hola!! Ke tal?? Me alegro que todavía recuerdes el fic, no te preocupes, aquí lo continuo, besicos!!!

Zoe simitis: Hola!! Como estas?? Lo de Draco como animago lo adivino mucha gente, lo que me costo más fue asignarle un animal a Harry, porque no tenía ni idea de en que trasnformarlo. Sí que me tarde, sí, pero ya esta el suguiente capitulo y prontito lo acabare. Espero que te guste!!! Un beso!!

La Peye Malfoy: Holas!!! Muxas gracias por los reviews, me alegra que me comentes que te parece el fic. Siento que te lo hayas tenido que releer, ya no me tardare tanto (espero). Bueno, lo del gato mucha gente lo adivino y por lo del sarcasmo, yo también lo adoro (aunque a veces me paso un poco). Un beso grande wapa!!

Bea: Holas!! Gracias por el review, aquí esta el siguiente capitulo. Besos!!!

Tenshi Akire: Hola!!! Me he tardado menos, pero aun así... como también escribo el otro fic... Espero que te guste la conytinuación. Un beso!!

Ya están todos. Os dejo con el siguiente capítulo, el penúltimo, espero que os guste. Un beso enorme!


Disclaimer: Ya lo sabemos todos, nada de esto es mío... ojala (de ilusión también se vive). Todo es de la gran J.K. Rowling, así que...
Para Granger la semana fue bastante tranquila, por lo menos en la editorial. Aunque aun estaba algo angustiada por Sam, que no había vuelto al apartamento. No tenía forma alguna de contactar con ella, pero en el Saint Joseph, donde le atendieron y vendaron la mano durante diez días, le dijeron que Samantha había anunciado su dimisión días antes porque necesitaba unas vacaciones.

Le extrañó bastante. Por un lado le aliviaba saber que su marcha no tenía nada que ver con el ataque y confiaba en que si así fuera, Harry ya le habría contado algo. Por otro no podía evitar sentirse mal, porque no le había comentado nada de sus repentinas vacaciones.

Tal vez había estado demasiado ocupada con Malfoy o con el trabajo, o con Malfoy... Sobretodo con Draco, que en esos últimos días estaba incluso demasiado atento con ella, como si se disculpara por algo que había hecho o estaba apunto de hacer. No era que le incomodara. Se podía acostumbrar a recibir las atenciones del slytherin. Tan solo había un pequeño, minúsculo detalle: su compromiso con Ron pensó mientras hacia rodar el anillo por encima de la mesa de su despacho a ultima hora del viernes.

Unos toques en su puerta la distrajeron.

- ¿Desde cuando llamas a la puerta Draco? – preguntó sin alzar la vista.

- Creo que te equivocas – respondió una voz ronca que no tardó en reconocer.

- ¡Terry! Me alegro de verte.

- Trabajando duro ¿no? – replicó burlón viéndola jugar con el anillo mientras tomaba asiento en la silla giratoria frente a la mesa de la castaña.

- Son más de las nueve – contestó en el mismo tono volviendo a colocar el anillo en su dedo - ya tendría que estar fuera.

- ¿Y desde cuando Hermione Granger no hace horas extras?

- Más bien ¿desde cuando las hace Terence Strone?

Granger discutía con Terry como siempre lo había hecho desde que se conocieron cuando entró a trabajar a al revista. Con infinito cariño. Y aunque en las últimas semanas, desde la fiesta, había estado un poco raro por el incidente con Malfoy, todo había vuelto a la normalidad entre ellos.

- Es muy bonito – dijo de repente rompiendo el silencio.

Hermione siguió su mirada, suplicando que no se refiriera a lo evidente. Pero la mano de Terry sobre su mano izquierda no le dejo lugar a dudas. La chica solo hizo una mueca de afirmación resignada.

- Sí, supongo.

Terry le devolvió la mirada triste.

- Cualquiera diría que...

- No se qué hacer – resolvió sincerándose con su amigo, ahora que estaban solos y Draco tardaría en volver de su imprevista reunión con Harold Collins, su jefe.

La miró atentamente, sus ojos negros y sorprendentemente calidos clavados en los de ella, soltando la mano que aun tenía cogida.

- Claro que lo sabes Hermione – hizo una pausa antes de añadir -Solo hazlo antes de que sea tarde.

- No es fácil – dijo en voz baja.

- Nadie te ha dicho que lo sea.

- ¿Cuándo te vas? – preguntó resignada dejando el anterior tema lo más apartado posible. El muchacho decidió dejarlo así.

- Mañana temprano empiezo las vacaciones – dijo reclinándose feliz por poder salir unos días. Hermione suspiró ruidosamente.

- Pero si quieres que me quede...

- Te echaré de menos.

- Ya lo sé – dejo salir su tono más alegre para relajar un poco el ambiente.

- Y por eso mismo te he traído algo – le extendió un paquete –. Es mi regalo. Así aunque no este, al menos me aseguraré de que vayas decente.

Hermione frunció el ceño temiendo el regalo. Terry se había auto-declarado desde hacia algún tiempo su asesor personal de moda. No es que tuviera mal gusto... es solo que no tenía exactamente el gusto de Hermione.

La gryffindor abrió con cuidado la caja envuelta con un cuidado y precioso papel verde brillante para descubrir dentro un vestido de fiesta de color azul noche, muy corto. Demasiado corto. Y ceñido.

- Es muy... - Hermione sostenía el vestido ante sus ojos.

- ¿Bonito?

- Me lo has quitado de la boca. Gracias Terry – accedió finalmente.

- No hay de que cariño. Te veré en un par de semanas – dijo mientras se levantaba y le daba un fuerte abrazo de despedida.


Para Malfoy la semana fue un autentico infierno, al menos en casa. Desde la discusión con Harry apenas cruzaban dos palabras y solo y exclusivamente si Potter tenía que comunicarle algo relacionado con la orden.

La situación le estaba comenzando a hartar y se empezaba a asfixiar. Cada día sentía como la mirada de Potter le reprochaba que aun no le hubiera contado a Granger la verdad. Y lo peor de todo es que tenía toda la maldita razón.

Además Black les había comentado que pronto tendrían un nuevo trabajo. Sirius que llevaba unas semanas trabajando en el extranjero volvería a casa para pasar la luna llena con Remus, ya que conforme envejecía esta le afectaban más y quedaba más agotado de la transformación si eso era posible.

Ellos le sustituirían en Praga, ya que la misión que ahora tenía Malfoy se daba por finalizada. Cierto, aun faltaba dar con Samantha Rosier, pero según sabía era cuestión de días. Algunos de los antiguos mortífagos que atraparon en la emboscada no habían tardado en hablar, más divididos que nunca.

Se le acababa el tiempo.

Recorrió el pasillo que separaba el despacho de Hermione del de Collins, del que ahora salía aun más confuso. Ese hombre era realmente extraño pensó mientras la puerta de roble se abría ante sus narices.

Perfecto.

Ahora sí que todo era absolutamente perfecto.

- Malfoy – espetó Terry a modo de saludo lo más amablemente que pudo.

- Strone – musito inmóvil en el marco, más incomodo de lo que le gustaría para ser un Malfoy.

Terry hizo ademán de querer salir y se movió hacia la izquierda al mismo tiempo que también lo hacia Draco para dejarle pasar. Hacia la derecha. Y de nuevo hacia la izquierda. Hasta que finalmente el rubio se apartó completamente con una expresión de extremo fastidio y el moreno pasó sin decir palabra.

Hermione desde dentro no pudo ocultar una sonrisa traviesa pero no dijo palabra sobre el asunto una vez vio a Draco.


Como ya se había convertido prácticamente en una costumbre, Malfoy se ofreció sin palabras a acompañar a Hermione a casa. Aunque esa noche estaba más callado de lo habitual.

Sabía que tenía que decidirse y el cumpleaños de Granger sería su oportunidad perfecta. Solo había ese pequeño problema: aun no le había contado la verdad. Así que tomo la firme decisión de seguir con la mentira un poco más, ya no haría daño a nadie. Primero le diría a Hermione lo que sentía y si eso funcionaba, sacaría el valor suficiente para decirle que su encuentro no había sido tan casual como ella creía.

Caminaba pensativo a su lado cuando llegaron a Silett Avenue donde vivía Hermione a pocas manzanas del centro londinense. La ciudad de noche era mucho más hermosa que de día, cuando el cielo nublado apenas dejaba ver el sol. La torre del reloj resonó en doce sonoras campanadas cuando Malfoy se paró enfrente de su acompañante.

- Hermione.

- ¿Si? – pregunto distraída.

Malfoy aprovechó el momento para acercarse hasta su oído y susurrarle "Feliz cumpleaños" cuando acababan de dar las 12 de la noche del 19 de septiembre.

- Vaya, siempre eres el primero en todo ¿no?

El slytherin sonrió con suficiencia.

- No en todo lo que quisiera –replicó en forma de lamentación en una clara indirecta – y añadió con un tono algo más alegre - Te he traído un regalo.

- No hacia falta que te molestaras – aseguró seria mientras lo veía rebuscar en los bolsillos de su chaqueta.

- No tienes dinero - le recordó la castaña - y con lo que te pago... no tenias ninguna obligación de...

- Lo sé – la interrumpió - pero me apetecía regalarte algo. En realidad el slytherin había estado pensando sobre el regalo durante algunos días, sin dar nunca con algo realmente bueno. Sobretodo teniendo en cuenta que Granger seúía pensando que estaba arruinado y que por eso trabajaba con ella o para ella (todo dependía del punto de vista).

Así que debía ser algo increíble y modesto al mismo tiempo. Finalmente encontró el regalo perfecto.

- Cierra los ojos - se acercó a ella por detras y la joven se estremeció al notar el tacto de su piel al apartarle el pelo de la nuca. Algo calló sobre su cuello, un metal frío que contrastaba con la calidez de las manos de Draco.

- Ya puedes abrirlos – susurró el slytherin que volvía a estar frente a ella a escasos centímetros.

Hermione agachó la vista, sus ojos marrones posados en un colgante con una cadena plateada demasiado larga para su cuello. Y prendida de ella una hermosa esfera de un color perlado y transparente. Con pequeñas incrustaciones de un azul extraño, que adornaban todo su alrededor. Y sorprendentemente ligera, como si flotara.

- ¿Te gusta?

- Draco es – lo miro más cerca sosteniéndolo entre sus manos- es precioso.

Levantó la vista hacia él: - Pero no se si puedo aceptarlo.

- Claro que puedes.

- No, esto te habrá costado mucho y...

- Tiene mucho valor para mí, eso no te lo discuto Pero no económico si eso es lo que te preocupa.

Hermione lo siguió hasta el portal de la casa donde el rubio se había adelantado y ahora se sentaba con aspecto cansado y triste.

- Yo no he dicho eso.

- Lo sé. Ese colgante era de mi madre, ella me lo dio poco antes de entrar a Hogwarts.

Granger lo miró extrañada, jamás se lo había visto en el colegio, claro que tampoco es que le prestara mucha atención entonces. Aunque... tal vez la noche pasada, cuando les atacaron... Sí, ahora que hacia memoria vio algo brillando alrededor de Draco, que lo envolvía tanto a él como al auror que los rescató, como una luz tremendamente blanca, cegadora. Pero ese colgante no brillaba en absoluto. Tal vez fue solo la luz de algun hechizo... o tal vez lo hubiera imaginado. Estaba muy aturdida esa noche.

Sumido en un cómodo silencio Draco suspiró antes de continuar hablando, con la vista fija en el suelo y el cabello cayéndole a ambos costados de la cara, tapándole el rostro.

- Me dijo que a ella se lo había dado alguien muy especial. Nunca me dijo quien, aunque no creo que fuera mi padre. ¿Te imaginas? – preguntó intentando volver a su tan acostumbrado sarcasmo.

– No quieras saber mi cara al ver lo que me regalaba por entrar al colegio sobretodo comparado con los regalos de los hijos de los amigos de mi padre... mucho más interesantes -sonrió para sus adentros recordando la escena con su madre.

Hermione permanecía sentada a su lado en silencio, mientras con una mano le apartaba uno de los mechones para ver sus ojos.

- Ahora que ya no esta...

- Lo siento – susurró.

- Tu no tienes la culpa – musitó calmado.

- Me rogó que lo llevará siempre. Y que algún día se lo diera a una persona especial – se levantó inquieto, armándose de valor - Creo que sería muy feliz de saber que he encontrado a esa persona tan especial.

- Yo, no sé que decir Draco – explicó poniéndose a su altura subida en un escalón más que él.

- No digas nada.

Fue solo un susurro envuelto en el viento, justo antes de acercarse y besarla, un beso corto y tierno. Probando la respuesta de la chica que jamás pensó que Malfoy pudiera besar de aquella forma.

Hermione no lo separó y empezo a mover sus labios al mismo ritmo de los del rubio, profundizando el beso, para separse segundos después algo aturdida. Malfoy se alejo con la respiración agitada y sus manos dudando entre acortar la distancia con la delgada cintura de Hermione y volver a besarla o refugiarse en sus bolsillos.

Granger solo se quedó en silencio, dudando.

- Yo... tengo que – murmuró señalando al entrada de la casa.

- Claro - dijo antes de volver a besarla, esta vez un beso largo y hambriento que Hermione correspondio hasta que notaron que les faltaba la respiración.

- Sabes que tengo que irme - consiguió decir entre más besos que esta vez viajaban de su boca a su cuello, de su cuello al lobulo de si oreja... - De verdad - dijo sosteniendo el coloreado rostro de Malfoy entre sus manos.

- Al menos hasta que hable con él - separandose finalmente y dandole la espalda mientras subía las escaleras.

- Esta bien. Esperaré. Buenas noches

Entró cerrando la puerta tras ella, con una sensación agradable y al mismo tiempo de inmensa culpa. El anillo de compromiso aun brillaba en su dedo anular. Se lo quitó y se fue a dormir con una decisión tomada.


- Que ganas tenía de verte Herms – exclamó Ginny Weasley con una gran sonrisa cuando vio a la castaña, tan puntual como siempre, sentada en una de las mesas de las Tres Escobas.

Habían quedado para esa mañana cuando se encontaron la semana pasada en la ciudad. Y allí estaba. En la misma mesa que solían ocupar siempre cuando iban a Hogwarts. Hermione que llevaba un rato perdida en sus pensamientos con una mano apoyada sobre la mesa, se sobresaltó al oír la voz aguda y se levantó para abrazar con afecto a la que era una de sus mejores amigas.

- Muchas felicidades - dijo recordando que ese sábado era el cumpleaños de la gryffindor. - Hacía tanto tiempo desde la ultima vez que nos pasamos por aquí...

- Si demasiado tiempo.

- Y que lo digas – dijo nostálgica mientras se sentaba y hacia señas a Madame Rosmerta para que le trajera una cerveza de mantequilla. -Y eso que casi eres mi cuñada – sonrió ligeramente.

- Sí, casi – murmuró para si misma Granger. Ginny no escuchó el comentario pero no le pasó desapercibida la cara de Hermione.

- Hace mucho que no veo a mi hermano – rozó el tema -¿qué tal esta?

Granger se quedó algo sorprendida.

- Eh, bien. Bien -aseguró -Ahora esta en Francia por unos partidos de clasificación, ya sabes. Lo vi el sábado pero tampoco pudimos hablar mucho.

- ¿Y eso?

Hermione dudó un momento. No le gustaba que le mintieran y por lo tanto odiaba mentir, sobretodo a sus amigos. Pero tampoco podía decirle que Draco fue la causa de que su cita terminara antes de tiempo, menos decirle que trabajaba para ella. Ya le había mentido a su novio contandole que estaba haciendo un reportaje sobre él, en vez de decirle que en realidad era su empleado. Y ahora tenía que mentir a Ginny para que las cosas cuadraran. Sólo que la chica no era tan crédula como el pelirrojo.

Por suerte para la gryffindor, Rosmerta apareció con las cervezas de mantequilla que habían pedido hacia un momento.

- Vaya, Hermione Granger, cuánto tiempo.

Hermione la saludó educadamente. La recordaba de sus visitas a Hogsmeade, cuando Ron se empeñaba en ir solo para verla, aunque lo negara mil veces.

- ¿Qué tal estás? Espero que bien.

- Si muy bien, gracias – contestó escuetamente para que las dejara a solas. Pero la mujer cotilla como era no se dio por enterada.

- También me alegro de verte a ti Ginny, como vienes por aquí más a menudo. ¿Por cierto donde está...

En ese momento la cara de la pequeña Weasley adquirió un color que nada tenía que envidiarle a su pelo y se alegró bastante de que dos mesas más lejos un hombre con túnica azul marino llamara a la camarera.

- Así que vienes por aquí a menudo – dijo casualmente una vez que la camarera se perdió entre la multitud del local – con...

Hermione la miró esperando a que continuara pero Ginny mantuvo el silencio.

- El otro día me dijiste que lo conocía, así que debe ser alguien de Hogwarts – hablaba más para si misma que para la pelirroja, como si se tratara de una famosa detective muggle a punto de resolver el caso. Y sin darle tiempo a abrir la boca, se le cruzó una idea en la mente y comenzó a atar cabos.

Primer hecho: ya que ella lo conocía, el novio de Ginny tenía que ser alguien del colegio.

Segundo hecho: Harry por lo visto tenía novia, según lo que había visto o creído ver el otro día en su casa.

Tercer hecho... ¿acaso hacían falta más hechos?

- Creo que ya lo sé – dijo resuelta, dispuesta a demostrar que su intuición lejos de ser buena, siempre había sido pésima.

- Me alegro de que Harry y tú hayáis vuelto - soltó de repente.

Ginebra que hasta el momento se había limitado a verla divertida mientras deducía quein podía ser su pareja, abrió los ojos como platos y el último trago de cerveza se quedó en su garganta al oir el nombre de Potter.

- ¿Harry? – tosió - ¿Harry?.

- Bueno, ya veo que no – musitó molesta.

- No, desde luego. Por algo dejaste adivinación.

- ¿Qué te hizo pensar eso?

Granger solo frunció el ceño recoradando lo obvio. No por nada Ginny se pasó casi cuatro años enamorada "perdidamente" de Harry y otro más saliendo juntos. Pero optó por no remover el pasado y la miró fijamente esperando escuchar un nombre.

- Esto...recuerdas a Neville

- Si, claro – esta vez fue la castaña la que casi se atraganta - ¿Neville Longbottom?

- Bueno hace un par de meses que empezamos a salir. Ya sabes que en Hogwarts siempre nos llevamos muy bien y últimamente hemos coincidido mucho por trabajo. He tenido que ir a San Mungo por asuntos del ministerio, y el trabaja allí, ya sabes y bueno... el resto ya puedes imaginartelo – sonrió abiertamente.

Hermione se quedó extrañada pero conforme recordaba a su compañero de gryffindor no le pareció tan raro. De echo no hacian mala pareja.

- Me alegro mucho por ti, de verdad. Y por Neville, también, se merece lo mejor.

- Gracias Herms. Pero no le digas a mí hermano; no quiero que sepa nada. Ya sabes que me ve como una cría y después de que rompiera con Harry ...

Granger la miró seriamente. En parte reprimiéndola en silencio por estar aun distanciada de su hermano y en parte prometiéndole que no le diría nada. Ginny no tardó en romper el sielncio de nuevo, al recordar la conversación que antes habían interrumpido.

- Hablando de mi hermano ¿que me decías antes de él?

- Nada importante. Quedamos esa noche, pero yo tenia trabajo acumulado - mintió finalmente. - Tenia que hacer un reportaje para la revista, una entrevista a Dra- a Malfoy -rectificó a tiempo. - Te acuerdas de Draco Malfoy ¿no?

- ¿Qué si me acuerdo? - le preguntó irónica. - Claro que me acuerdo de él. Trabaja para mi.

- ¿¿Qué?? – Hermione palideció de golpe.

- Bueno, no para mi directamente, claro, pero no sabes el gusto que me da poder decirle ahora que trabaja para mi. Y más aun, ver su cara cuando se lo suelto una y otra vez... hasta que Harry me dice que pare ya. Tampoco es como si...

- ¿Harry? - la interrumpió con voz ronca.

- Sí, como son compañeros. Supongo que tenerle de compañero le ha hecho cambiar bastante, aunque no se a cual de los dos.

Hermione no podía articular palabra.

- Y decías que lo entrevistabas ¿para? - continuó hablando Weasley. - Es decir, sé que su familia era muy rica y todo eso... pero no sabía que también tenían influencias en el mundo muggle. Porque tu revista ¿solo la leen los muggles, no?

- ¿No?

- ¿Hermione? ¿Me oyes? - preguntó pasando una mano delante de los ojos perdidos de la castaña.

- ¿Podrías repetirlo?

- ¿El qué? ¿Lo de tu revista?

- No lo de antes

- Hermione ¿estas bien? - preguntó seria.

- Sí, si . ¿Qué,..qué has dicho de que eras su jefa?

- Ah eso. No, ya te he dicho que no exactamente. Yo trabajo en el departamento del séptimo piso, donde investigamos algunos efectos secundarios de hechizos mal lanzados y también de las maldicones. A veces necesitamos que algunos aurores se encarguen de los casos, sobretodo tratandose de algunas de las peores maldiciones, aunque para ellos son misiones de menos importancia y se encargan los más novatos. Su jefe realmente supongo que es Dumbledore que es el jefe de la orden ¿no? o tal vez Sirius o el profesor Lupin... o incluso Kingsley – dijo pensativa – O alguine más de la escuela de aurores, no sé quien los entrnaría la verdad. ¿Importa acaso?

- ¿De verdad que te encuentras bien? Estas totalmente blanca ¿quieres que salgamos, que te de un poco el aire?

Mentira. Todo era una farsa.

Draco, a quien empezaba a conocer, le había mentido.

Harry, a quien conocía desde que tenía once años, le había mentido.

Y ella... se sentía mareada y asqueada. Pero sobretodo se sentía idiota. Realmente idiota. Y extremadamente molesta.

- Sí, supongo que sí - le respondió a su amiga, lo más serena posible. - Estoy bien.

Tenía que salir de allí, ir a donde fuera.

- Tengo que irme a ...trabajar - se excusó poniendose ya en pie.

- ¿A trabajar?

Hermione asintió vagamente.

- ¿A trabajar? ¿Un sábado? Aun no has aprendido a mentir ¿verdad?

- Lo siento Gin, tengo mucho trabajo acumulado.

- Sabes que puedes contarme lo...

Pero Granger ni siquiera le dejo terminar la frase.

- Lo sé. ¿Te veré esta noche en la fiesta?

- Tengo una cita con Nillie.

Hermione ni siquiera escuchó el diminutivo, un eco se repetía en su mente y no era facil hacerlo callar. Weasley seguía hablando.

- Por eso quería quedar y darte hoy tu regalo, aunque no es gran cosa.

- No – titubeó - no te preocupes, la intención es lo que vale. Pero podéis pasaros los dos, me gustaría ver allí a mis amigos.

- Sería un poco incómodo ¿no? No quiero crear mal ambiente.

- Tranquila, ya me encargaré yo del ambiente - dijo antes de cruzar la puerta,dejando atrás a una atónita Ginny.

Continuara