Capítulo 14: Testigo
El ruido de las agujas del reloj era lo único audible en aquel campo helado. El hielo reflejaba las luces que estaban encendidas únicamente para ellos. A esas horas nadie vendría, pero aun así, tampoco les habría importado. El tiempo dejó de ser importante, el lugar sólo era uno más entre tantos otros, la soledad desapareció al darse cuenta de que sólo se necesitaban el uno al otro y todas las dudas que les abordaron antes de aquel beso, quedaron heladas y apartadas en aquel campo.
Ambos dejaron que la pasión de aquel beso les inundase, llevando todos sus sentidos a su máximo esplendor. Quizá era cierto que Naruto había tenido más relaciones sentimentales que aquel chico, pero sin embargo, aquel instante le parecía simplemente… único e irrepetible.
El primer beso entre ambos sólo había sido un mísero contacto de sus labios, un fortuito impulso que ni siquiera sabía de dónde le había llegado, pero ahora, ese beso lo había deseado, lo hizo porque quería hacerlo, lo había llevado a cabo porque ese chico frente a él le atraía como ningún otro había conseguido hacerlo. Puede que fuera su carácter combativo, ese genio dominante que tenía y que sacaba cuando se estresaba, esos enfados que hacían temblar a cualquiera pero extrañamente… a él le excitaban.
Su pulgar acarició con suavidad la mejilla de aquel moreno mientras sus otros dedos se agarraban en su nuca ejerciendo cierta presión. Esa presión fue la que consiguió despojar los primeros sonidos de la boca de Sasuke.
El moreno cerró sus ojos dejándose llevar por la calidez de esos sensuales labios. Jamás había esperado enamorarse y quizá no lo estaba, pero no negaba que sentía cierta atracción hacia el ex capitán del equipo de hockey. Nunca imaginó que alguien que participaba en un juego tan burdo y violento como el hockey, pudiera llegar hasta él, pudiera excitarle, atraerle o seducirle, pero allí estaba, empotrado contra la pared del campo de hielo dejándose besar por ese chico al que había odiado. Tan sólo era el ex novio de su propio ex novio, tenía que alejarse, pero no podía.
Sus manos se enrollaron al cuello de Naruto, enredando sus dedos en el fino y rubio cabello, arrastrando consigo las gotas de sudor que resbalaban entre las hebras doradas. Ni siquiera le importó aquella humedad sabiendo que podrían ducharse más adelante, sabiendo que si llegaban mucho más lejos, acabarían sudando el doble y sería necesaria la ducha.
Para Naruto, comprobar que aquel chico no se resistía sino que además parecía desearlo por la forma en que agarraba con fuerza su cabello, hizo que se enervase aún más. Toda posibilidad de parar quedó completamente descartada. Ninguno de los dos podía pensar en nada más que no fuera disfrutar aquel instante sin mirar las consecuencias que podía acarrear más adelante.
Sin aguantar más aquella tensa atmósfera que se había creado, Naruto separó sus labios tan sólo un instante para llevar sus manos hasta la camiseta ancha de hockey y quitársela con rapidez, lanzándola sobre el frío hielo, uniendo sus labios de nuevo con una desesperación desenfrenada.
Ni siquiera le importó que aquel moreno pudiera identificar esa desesperación por él. Seguramente cuando todo acabase, Sasuke podría reírse de él, recordarle lo desesperado que había estado por atrapar sus labios, por rozar sus manos por aquel blanquecino pero fortalecido torso, por tener a ese chico que siempre tenía que tener todo bajo su control.
Tan sólo una milésima de segundo, Naruto dudó sobre aquello, pero al separarse de los labios de aquel chico, se quedó absorto al comprobar cómo esta vez, era él quien volvía a unir sus labios con fuerza y pasión mientras deslizaba sus dedos por la nuca, espalda y, seguidamente, el abdomen de Naruto en busca de la cremallera del pantalón de hockey.
Los dedos de Sasuke jugaron con el cordón rojo del pantalón oscuro. Se deslizaban entre las cintas, agarrándolas con sutileza y tirando de ellas para deshacer el nudo. Un suspiro se escapó de entre los labios de Naruto al sentir el ligero roce de los nudillos sobre la parte inferior de su ombligo. Seguramente, ni Sasuke era consciente de lo que provocaban en él aquellas simples e inconscientes caricias que provocaba cada insignificante roce.
Sin poder aguantar más aquella tensión, Naruto aprovechó para meter su mano bajo el pantalón de hockey de Sasuke y buscar aquel miembro que, lentamente, empezaba a excitarse con el contacto, los besos y las caricias.
Los leves gemidos que salían de la garganta de Sasuke y que éste luchaba por impedir, acabaron ahogándose entre los labios y la juguetona lengua de Naruto. Sasuke tan sólo pudo cerrar los ojos y dejarse llevar por lo que sentía en ese momento. Su pensamiento de que no podía tener una relación, de lo que le había ocurrido con Sakon… de su odio hacia Naruto… todo quedó oculto bajo el manto de aquella pasión que sentía por las caricias del rubio.
La fogosidad del beso se intensificó por parte de Sasuke, quien buscaba cada vez con mayor desesperación aquel momento de su mayor clímax, sabiendo que Naruto se sentía prácticamente igual. Podía sentir su erección bajo el pantalón, clavándose en su entrepierna. Fue el mismo Sasuke quien, finalmente, tras varios minutos jugando con el cordón del pantalón, tiró de él con cierta rapidez y deslizó el pantalón dejando que cayese hasta sus tobillos.
No le hizo falta mirar la intimidad de Naruto para darse cuenta de que él ya estaba listo, demasiado excitado y acercando su miembro hacia el apresado de Sasuke para restregarse y erizar el vello del moreno.
Un suspiro sonó aún más profundo que los anteriores cuando Naruto bajó el pantalón y la ropa interior de Sasuke y, colocando sus manos en su trasero, lo impulsó para arrastrar su espalda por la valla del campo hasta que sus piernas pudieron enrollarse en su cintura. El gemido que ambos lanzaron cuando sus miembros entraron en pleno contacto hubiera llamado la atención de todos los presentes, sin embargo, agradecían tener toda la pista para ellos solos. Nadie iría a esas horas de la noche, tan sólo la pista de hielo sería testigo de todo lo que allí ocurriría.
Naruto sostuvo por la cintura a ese chico con un brazo, mientras con el otro lo llevaba hacia la boca del moreno e introducía con sensualidad su dedo índice y corazón en la boca del moreno, permitiéndole lamerlos con dulzura y, a la vez, fogosidad. Una leve queja salió de la garganta del moreno al ver cómo Naruto sacaba aquellos dedos y llevaba su mano en busca de la entrada, sin embargo, toda queja fue acallada por el pasional beso que Naruto empezó a profundizar, consiguiendo que Sasuke agarrase sus brazos con mayor fuerza a la nuca del rubio mientras sus piernas hacían presión en la cintura para evitar caerse.
El primer dedo se introdujo en él con mucha lentitud, consiguiendo que el cuerpo de Sasuke temblase ligeramente al notar la intrusión, pero que siguiera inmerso en aquel beso que Naruto prefería mantener para distraerle de lo que iba a ocurrir.
Un escalofrío recorrió la columna de Sasuke al sentir cómo un segundo dedo empezaba a abrirse camino en su interior. Un leve dolor se intensificaba, pero a la vez, sentía cómo con aquella excitación, iba dilatándose cada vez más deseando sentir a ese rubio en su interior. Con cierta sutileza, Sasuke se movió ligeramente para que sus miembros volvieran a rozarse, consiguiendo así que esta vez fuera Naruto el que no pudiera evitar que se le escapasen algunos gemidos de placer.
Durante unos minutos, los dedos de Naruto no dejaron de moverse. Saliendo y entrando, dando leves círculos intentando que dilatase cada vez más. Una vez sintió que estaba preparado y que su respiración cada vez se entrecortaba más debido al placer, cogió con su mano libre su miembro y buscó la entrada de aquel chico.
Le costó un poco ubicarse por la mala posición en la que se encontraba y hasta Sasuke tuvo que echarle un cable bajando una de sus manos para indicarle exactamente el lugar, pero en cuanto estuvo posicionado, se introdujo lentamente en él.
Pese a que Sasuke frunció el entrecejo víctima de aquella extraña sensación que se mezclaba con un leve dolor, continuó besando a Naruto sabiendo que todo aquello desaparecería. Sintió cómo Naruto le levantaba un poco más intentando agarrarle mejor para evitar que se cayese mientras seguía entrando en él con cuidado.
Poco a poco y a medida que se intensificaba el placer entre ambos, Naruto empezó a coger mayor velocidad, dejándose guiar por los gestos, caricias que aquel chico dejaba entrever, por esa respiración entrecortada y algunos gemidos mal disimulados que le daban claros indicios de cómo iba él.
Sasuke se agarró con mayor fuerza a la espalda de Naruto al sentir que llegaba al límite y éste aumentó la velocidad un poco más, tratando así de que Sasuke acabase. Lo hizo en pocos segundos, agarrando con fuerza el cabello de Naruto y dejando que los últimos jadeos escapasen de él antes de escuchar cómo Naruto también le acompañaba y empezaba a aminorar el ritmo de las embestidas dejándose llevar por los últimos resquicios de aquel placer.
Con suma delicadeza, Naruto bajó las piernas de Sasuke al suelo, dejando que los patines tocasen el hielo y es que… efusivos como estaban por aquel momento, ni siquiera se habían dedicado a desnudarse por completo. Sasuke aún llevaba puesta su camiseta y Naruto sonrió antes de buscar la suya en el hielo.
Joder – susurró Sasuke con la respiración entrecortada mientras se vestía.
No me digas que vas a salir corriendo otra vez – dijo Naruto algo molesto.
No… - fue lo primero que soltó Sasuke cabreado, pero antes de seguir con la frase, se dio cuenta de que estaba gritando y bajó el tono – no salgo corriendo – dijo sin más.
Pues es lo que parece. Siempre que pasa algo entre nosotros, echas a correr despavorido.
No es eso.
Pues explícamelo… porque no te habrías acostado conmigo si no sintieras algo. ¿Qué ocurre?
Yo… no puedo tener relaciones sentimentales con nadie, sólo es una distracción – se quejó Sasuke cogiendo el stick dispuesto a marcharse, pero Naruto se puso en medio y cogió también el stick impidiéndole que se fuera.
¿Por qué no? Yo no seré tu distracción.
Sí lo serás. Ya tuve bastante con Sakon, no quiero que nadie más me distraiga de mis metas. Quiero llegar al mundial de patinaje artístico y para ello tengo que ganar en los nacionales.
No sé lo que te hizo Sakon, pero te aseguro una cosa… yo jamás obstaculizaré tu entrenamiento. Sé que te has marcado a fuego un horizonte demasiado alto, que quieres llegar lo más lejos posible y yo también, estos son nuestros horizontes de hielo, Sasuke, y no voy a dejar que falles, pero yo también quiero llegar a los nacionales de hockey. Ayúdame… y te ayudaré – le afirmó Naruto.
No es tan fácil, no sabes nada de patinaje artístico.
Haré lo que quieras, Sasuke, y yo te ayudaré a mejorar en hockey. Vamos… esto puede funcionar. Sé que puede.
Mi relación con Sakon… no me dejaba entrenar como quería – dijo al final – me distraía con sus planes, sobre ir al cine, tomarnos algo por ahí… no puedo permitirme esas cosas ahora, Naruto.
Sakon no patinaba – dijo Naruto – yo quiero entrar en profesionales de hockey hielo, tú en los nacionales de patinaje artístico, tenemos una meta en común, un mismo horizonte de hielo que realizar, no voy a obstaculizarte. Ten una cita conmigo.
¿No me has oído? No puedo tener citas ahora…
Sí puedes, pero en esta pista – sonrió Naruto – después del entrenamiento de mañana. Te esperaré aquí para practicar el patinaje artístico.
Ni siquiera te he dicho que acepte – le dijo Sasuke al ver que Naruto había terminado de vestirse y patinaba para marcharse hacia los vestuarios.
No hace falta, tus ojos me han dado la respuesta que buscaba. Te espero en la ducha – sonrió Naruto.
No voy a ir – le gritó al ver que éste ya se marchaba del campo.
Sasuke miró todo a su alrededor. Cogió los guantes que habían lanzado antes del entrenamiento pensando que se marcharía a casa, pero la verdad era que se sentía un poco pegajoso y era cierto que tras aquel encuentro… necesitaba una ducha.
Mierda – dijo finalmente, pero una sonrisa se dibujó en su rostro al pensar que Naruto le esperaba en la ducha.
Quizá esa situación no la controlaba, que Naruto había tomado la iniciativa esa vez y le sentaba muy mal perder el control, pero… tampoco le importaba repetir en la ducha. Con esa idea en mente, recogió todo y se dirigió hacia las duchas.