Capítulo 4: Sentimiento de vacío
Dewey se levantó agitado. Llevó su mano hasta su pecho en un intento por controlar su respiración. El recuerdo de su pesadilla seguía vigente en su mente. Dewey era incapaz de pensar que su pesadilla fuera algo más que un mal sueño, era demasiado terrible para siquiera considerarlo.
Se dirigió al cuarto de su tío Donald. Quería pedirle que lo dejara dormir con él. Su tío Donald siempre lo dejaba dormir con él y nunca le hacía preguntas. Tuvo cuidado de no despertar a sus hermanos, no quería preocuparlos con lo que consideraba, una pérdida de tiempo.
No encontró a Donald en ningún lado y supo que no lo haría. No fue hasta que vio a su bisabuela que todo cobró sentido. Su sueño había sido un recuerdo de los hechos sucedidos en los últimos días. Duck Avenger había sido muerto siendo considerado como una amenaza global y el pato bajo la máscara era su tío Donald.
Se dejó caer de rodillas. No le importaba si Duck Avenger era un criminal o si su tío era el pato debajo de la máscara. Si su tío se hubiera aparecido frente a él y admitiera ser responsable de todas las cosas tan terribles de las que lo culpaban le diría que podía contar con él para esconderse. Solo quería que estuviera de vuelta. Que le enseñara chistes, que los llevara a pescar, o que les leyera cómics. Le hacía tanta falta.
—¿Dewey? —era Huey quien le hablaba, a su lado se encontraba Louie —. ¿Por qué lloras?
Dewey llevó sus manos hasta sus mejillas, comprobando que su hermano tenía razón. Hasta ese momento no había sido consciente de que estaba llorando. Pensé en negarlo, pero rápidamente descartó esa idea. No tenía sentido hacerlo, sus hermanos no le creerían y él no tenía intenciones de mentir.
—Lo extraño tanto —fue todo lo que pudo decir.
Huey y Louie no necesitaron palabras para saber de quién estaba hablando. Ellos entendían por lo que estaba pasando Dewey porque estaban pasando por los mismo. Quizás no fue el mismo sueño, pero los tres se habían despertado con la misma sensación, el vacío que provocaba la pérdida de un ser querido.
Huey fue el primero en abrazar a Dewey. Louie no tardó en seguirlo.
—También lo extraño.
Lo primero que hizo Della cuando su cohete aterrizó en la luna fue buscar la mansión de Scrooge. Estaba tan emocionada por ver a sus hijos y preocupada por dar una buena impresión que cuando llegó a su antigua casa no supo qué hacer. Comenzó a ensayar diferentes saludos y presentaciones, a imaginar lo que le diría a sus hijos y posibles escenarios para el reencuentro. En todos ellos sus familiares estaban felices por su regreso.
—La primera impresión es lo más importante —se dijo Della mientras arreglaba su cabello y ropas. No era mucho lo que podía hacer —. Así que tranquila, Della y actúa cool. Este es el momento más importante de tu vida.
Respiró profundo, tratando de reunir el valor necesario para abrir la puerta. No pudo y decidió retomar sus ensayos.
—¡Niños, mamá ha vuelto! —gritó y alzó sus manos lo más alto que pudo.
Se dijo que algo más calmado podría ser la mejor opción y repitió la misma frase, pero sin llegar a gritar. Tampoco la convenció del todo, incluso se dijo que la opción anterior le parecía mejor. "Y si solo toco la puerta y dejo que tío Scrooge y Donald me presenten", pensó Della, idea que descartó después de varios minutos.
Cuando finalmente se decidió a tocar la puerta ya era de noche. No hubo respuesta. Estuvo repitiendo el mismo proceso durante horas sin obtener ningún resultado. "Quizás están en una aventura o dormidos", se dijo Della pues no comprendía porque se negaban a responder sus llamadas y no quería pensar que lo hacían de forma intencional.
Pasó la noche frente a la puerta de la mansión sin obtener ninguna respuesta. Después de intentar obtener una respuesta por más de una semana decidió que debía cambiar de estrategia. Fue a la policía. Quería saber que había sido de su tío, pero también temía la respuesta que pudieran darle.
La respuesta que obtuvo fue diferente a la esperada. En cuanto preguntó por Scrooge McDuck la hicieron pasar a una habitación aparte. No le pareció sospechoso así que cumplió con lo que se le ordenó. Lo que no se esperó fue que la trataran como si fuera una criminal y todas las preguntas que le hicieron.
—¿Qué quiere de Scrooge McDuck?
—Quiero decirle que soy Della Duck y que estoy con vida —respondió Della, no estaba dispuesta a dejarse intimidar.
—Imposible.
Della permaneció varias horas encerrada en esa oficina antes de obtener respuestas. De todas las formas en que había imaginado su reencuentro con su tío Scrooge, ser interrogada de esa forma no estaba en su lista. Había imaginado que las cosas serían un poco más fáciles.
Lo primero que vio de su tío fue su expresión enojada. Nunca lo había visto tan molesto y eso le resultó extraño. Lo saludó con un gesto de mano, más avergonzada que atemorizada, notando como las facciones en el rostro de su tío cambiaban. El enojo dio paso a la sorpresa y la sorpresa a la tristeza.
—Della, eres tú, realmente eres tú.
Scrooge retrocedió un paso y Della corrió hasta poder abrazarlo. Quería comprobar que estaba bien y que todo no era más que un terrible malentendido.
—¿Creí que estabas…?
—Muerta, pues ya ves que no.
—¿Dónde estabas?
—En la luna, todo este tiempo.
—Yo busqué en la luna —Scrooge se separó, parecía molesto.
—Pues no buscaste bien —le reclamó Della.
Pasaron varios segundos antes de que volvieran a abrazarse.
—¿Dónde están los niños? Muero por verlos.
Scrooge sacó a Della de la estación de policía y la llevó hasta la casa en donde se habían instalado desde la caída del Duck Avenger. Della tenía muchas preguntas, quería saber por qué se cambiaron de residencia, quién era Lauchpad y por qué tenía su trabajo entre otras cosas, pero ninguna de sus preguntas fue resuelta. Scrooge le dijo que lo haría en su debido momento.
—¿Quién es la ciborg? —preguntó Dewey en cuanto la vio.
—¿Creo que es su mamá? —respondió Webby con el mismo tono de voz.
—Huey, Dewey y Louie, ella es su madre, Della, ellos son Huey, Dewey y Louie.
—¡Lo sabía! ¡Soy mitad ciborg!
De los tres Dewey fue el primero en abrazar a su madre y quien más emocionado se mostró ante el reencuentro. Huey se mostró inseguro, pero sus inseguridades se desvanecieron cuando supo que su madre también había formado parte de los Jóvenes Castores. Louie fue el más difícil de convencer.
—Espera ¿Huey, Dewey y Louie? Se supone que se llamaran Jet, Turbo y Rebel, se lo dije a Donald, hasta lo escribí en caso de que nadie le entendiera.
Los trillizos se separaron de Della después de que terminara de hablar. Sus expresiones felices fueron reemplazadas por las de tristeza. La madre de los patitos no lograba entender qué había pasado para que sus hijos e incluso Scrooge se mostraran tan afectados.
—No son unos nombres tan malos —comentó Della en un intento por arreglar la situación —, seguro que Donald…
—Será mejor que hablemos de algunas cosas —la interrumpió Scrooge —, a solas.
Los trillizos y Webby se apresuraron en dejar la habitación. Por las expresiones en los rostros de los más pequeños, parecía como si ellos se hubieran ido incluso sin que se lo pidieran.
—No quería que te enteraras de este modo, pero es mejor que lo sepas cuanto antes.
—Tío Scrooge, comienzo a preocuparme.
—Hace tiempo, después de que te perdiste en la luna, apareció un pato enmascarado —Scrooge hizo un gesto de mano para indicarle a su sobrina que no lo interrumpiera —, era considerado un héroe, atrapaba a los criminales y los llevaba a prisión, siempre aparecía cuando se le necesitaba. Un día, en el noticiero del canal Doble Cero apareció evidencia muy concreta de sus actividades delictivas, se le acusaba de terrorismo, robo y de otras cosas horribles. La policía lo siguió hasta la torre Ducklair, pero no pudieron atraparlo, la torre fue destruida, asesinando al pato enmascarado en el proceso.
—¿Qué tiene eso que ver con Donald? —respondió Della, sabía que era algo malo, pero no lograba entender por qué su tío se la contaba en ese momento.
—Ese pato era conocido como Duck Avenger, pero quizás su nombre real sea más familiar para ti —continuó hablando Scrooge, el volumen de su voz había disminuido y se notaba que comenzaba a tener problemas para hablar —, era Donald Duck.
—Conozco a Donald y él nunca haría algo así.
—La evidencia en su contra es demasiado sólida, no tiene sentido negarlo.
—¡Y no hiciste nada para defenderlo! —le reclamó Della —. ¡Eres el pato más rico del mundo, no es ningún problema para ti!
—No lo entiendes, jovencita.
—¡Él único que no entiende nada eres tú! —le gritó Della, antes de irse y cerrar la puerta de golpe agregó —. ¡Limpiaré el nombre de Donald, ya lo verás!
Della no quería ni podía creer que su hermano fuera un criminal. El Donald que conocía era un tanto temeroso, era un aventurero, no podía negarlo, pero de los tres era el más prudente y el que más se preocupaba por los demás. Ser un criminal enmascarado no parecía ser algo acorde con su personalidad.
Buscó a sus hijos, los encontró con Webby y la abuela pato. Verlos tan triste le dolió, podía sentir como su corazón se dolía. Trató de pensar en una forma de animarlos, pero no se le ocurría nada, ni siquiera sabía cómo animarse así misma. Se acercó a ellos y los abrazó, no podía pensar en nada más. Se dijo que en cuanto se calmara hablaría con ellos sobre su plan para limpiar el nombre de Donald.
La mirada de Donald se posó sobre Trip. Trip le parecía un niño inteligente, admitía que travieso, como todo niño de su edad, no un criminal como el que le había hecho tanto daño. Trip le recordaba a sus sobrinos, pero ese no era el único motivo por el que había aceptado cuidar de él.
Odín le había contado que ese niño había sido el responsable de su caída y sin embargo era incapaz de odiarlo. Le contó sobre la forma en que la muerte de su padre le había afectado y la manera en que lidió con su dolor, vengándose de la persona a la que consideraba responsable por la pérdida de su padre. Odiaba al hombre en que se convirtió, no al niño que no había hecho nada malo y que tenía posibilidades de ser algo más.
Había sido Griffon el responsable de muchos actos delictivos. También había sido el que le entregó a Angus Fangus su identidad secreta junto a información alterada para que todos creyeran que el Duck Avenger era el responsable, no Trip quien solo era un niño. Eso era algo que Donald tenía más que claro. Ni siquiera consideró asesinarlo para evitar que de adulto viajara a su presente para modificar el futuro a su conveniencia. Su identidad seguiría siendo un secreto, pero era algo demasiado terrible como para siquiera tomarlo en cuenta.
Donald sabía que, contrario a lo que la Organización decía, no era su culpa que Raider hubiera muerto en esa misión que hicieron juntos, pero en ocasiones se sentía culpable por no haber podido salvarlo. Teniendo tanto tiempo solo era fácil divagar, pensar en cosas que en otros tiempos ni siquiera hubiera considerado.
Tomó una porción de pizza, preguntándose por qué no había usado esa máquina para obtener comida antes. Un poco de variedad en su menú le hubieran hecho bastante bien. Saber que gracias a Trip se había dado ese pequeño cambio lo hizo sentir orgulloso. Trip lo había llamado tío y él ya lo sentía como parte de la familia.
Trató de imaginar como sería si sus sobrinos y Webby conocieran a Trip y un escalofrío lo recorrió. Sabía que eran buenos, pero también demasiado inquietos y que de unirse podrían causar muchos problemas o salir heridos. Esto último era lo que más le preocupaba. Odiaría que se lastimarán.
Recordó que ni los trillizos ni Webby eran unos niños. Habían pasado quince años desde que su identidad dejó de ser un secreto. Nunca dejó de cuidarlos, cada vez que tenía la oportunidad iba a visitarlos y asegurarse de que no se metieran en ningún problema. Donald se sentía orgulloso de verlos crecer y feliz por el regreso de Della, aunque debía admitir que hubiera podido participar más activamente en sus vidas.
La llegada de Griffon a su presente no hizo que su determinación por cuidar de Trip disminuyera. Odín le había encargado la seguridad del pequeño y él quería protegerlo, incluso si para ello tenía que usar su cuerpo como escudo. El que su rostro apareciera en todos los noticieros era algo que no se esperaba y que le preocupaba cómo pudiera afectar su vida, algo que no sucedió pues esa línea temporal fue eliminada cuando Trip decidió que quería ser un héroe como Duck Avenger y no un criminal como Griffon, alguien que usaba la muerte de su padre como excusa para ser un villano y que pudiendo hacer algo para salvarlo, eligió la venganza.