Espero les guste la historia
En tu mirar, lo vi todo
Cap.1 Aquella chica de ojos llorosos
Lloro todo lo que quiero, no intento hacerme la fuerte, no ahora, todo lo que quiero es llorar y que me trague la tierra, se supone que con la primavera vienen las esperanzas, las oportunidades, sueños que pueden volverse realidad poniendo todo de nuestro empeño, pero conmigo eso no pasó. La soledad de mi habitación me resguarda de que los demás me escuchen, aunque también sólo me hace recordar una y otra... y otra vez mi desgracia, mi dolor... ¿Por qué? ¿Por qué tuvo que ser así?, ¿Acaso no nos amábamos igualmente? Observo la fotografía que está delante de mí resguardada en un portarretrato, un sonriente Terry con esa mueca que muchas admiradoras ganaba y entre ellas yo, sin embargo yo había sido la "Afortunada" en quien se fijara.
Hasta hace una semana Terrence Grandchester, a quien sus amigos llamaban Terry, había sido mi novio y no uno para dar la vuelta, pasear por ahí presumiendo a mi galán, sus palabras fueron que yo era importante en su vida, él me lo dijo con esa voz y esos labios que me hacían flotar en las nubes, Terry me había jurado su amor, me hizo creer... sentir que sus intenciones eran sinceras y serias; me sentí halagada, muy feliz, ¿Una chica como yo novia de un apuesto joven? Apenas lo creía, mi hermana Annie estaba feliz por mí, pensaba que él era mi príncipe azul, es bobo que una chica de veinte años piense así sin embargo era lo que mi enamorado corazón catalogaba, Terry es el hijo único de la familia Grandchester, una familia con inversiones en cuestiones del espectáculo y que él es un actor nato, amé cuando salía a escena, me hacía llorar en las obras clásicas, como Romeo y Julieta.
Sostengo el portarretrato en mis manos, los recuerdos de nuestros días juntos vienen a mí y mis manos aprietan el objeto, mi tristeza pero sobre todo mi enojo crecen a tal que lo aviento al suelo, rompiéndose por el fuerte golpe, de esa manera se rompió mi corazón cuando lo encontré abrazando a otra chica, a la distinguida Susana Marlow. Mis ojos ya están hinchados, mi cara humedecida, la cabeza me está doliendo de todo lo que he llorado. Terry y yo habíamos sido novios por seis meses, lo conocía desde hace tiempo por su trabajo como actor, pero sólo nos conocimos directamente en una fiesta que el prometido de Annie realizó en su casa, ahí nos presentaron, hablamos, nos divertimos, quedamos de vernos otro día, lo habitual antes de que en un chico y una chica surja el romance, algo que no fue tan difícil pues él era encantador, me hacía reír y suspirar, él dijo que yo le alegraba el día con sólo mirarme a los ojos, dijo que mis ojos era lo que más amaba, si, fuimos novios pero novios a escondidas, pues él me decía que quería privacidad, que quería caminar por la calle tranquilamente conmigo, yo le creí, tenía razón cuando alguien de la calle lo reconocía y corrían a pedir un autógrafo, así convivimos, entre más tiempo pasaba, más lo amaba y él me aseguraba que deseaba algo más formal conmigo, sólo debíamos esperar el momento oportuno, yo como tonta le creí... y luego hace una semana...
Flash Back
Me dijo hace unos días que los ensayos para la obra Macbet terminaban temprano, entonces me escabullí al teatro del centro para darle una sorpresa, es un día soleado así que preparé comida para un picnic en el parque, a él le encanta comer entre la naturaleza, saludo al señor John, uno de los encargados del teatro con quien he familiarizado y él me permite pasar a los camerinos para sorprender a mi novio.
Avanzo por el pasillo con una sonrisa, creciendo al mirar la puerta entre abierta del camerino que le pertenece a él, una risilla sale de mí, queriéndola silenciar para sorprenderlo, los pasos que me faltan los hago de punta para no hacer ruido, llego a la puerta y cuando quiero saltar para hacer mi entrada... la voz, la respiración, el tiempo... el mundo se detuvo y al instante se cae en pedazos. Veo a Terry, a mí novio besando a una chica de cabello rubio, lacio y largo hasta la cadera, no parece un beso de ensayo para la obra, Terry la está abrazando de tal manera que está totalmente unida a su cuerpo, además la expresión de la chica es suficiente para saber que lo está disfrutando, ¿Qué es todo eso?
-Terry te amo tanto –Dijo ella apenas se separó de sus labios, sus mejillas están sonrosadas y sus ojos delatan su encanto -, ¿Tú me amas?
Él no respondió con palabras, asintió con la cabeza sin dudarlo y con esa sonrisa galante, no pude evitar que un suspiro de agonía emergiera de mi boca delatándome, Terry voltea donde yo, apenas me ve, sus ojos se abren exageradamente y parece que, como a mí, las palabras se le fueron.
-Oh disculpe, ya nos retirábamos mi novio y yo, ¿Esa cesta es de una admiradora para mi Terry?
¿"Su" Terry? ¿"Su"?, Moví la cabeza negativamente y agradecí al cielo que por fin reaccionara para salir corriendo del lugar, oí a Terry llamándome, en una voz lejana, no sé si por mi impresión o por lo rápido que corrí, casi no podía distinguir las cosas pues mis ojos ya estaban llenos de lágrimas que no me permitían tener una mejor visión, mis piernas me llevaron hasta el parque donde supuestamente quería tener un picnic con él, me llevaron hasta lo más profundo del parque y ahí, caí al suelo, las cosas de mi cesta salieron revolviéndose todos los postres y dulces que llevaba, no me puedo levantar de la impresión, me hago un ovillo junto a un árbol llorando, gimiendo de dolor, la única calma que tengo es que en este lugar no hay personas así que puedo sacar lo que tengo, sin ser el blanco de las personas.
Desconozco cuanto tiempo duré en ese lugar, no me interesó nada, la hora, el lugar, los deberes que tenía que hacer después, nada me importaba, no tenía cabeza y menos fuerzas para otra cosa que llorar y dejar que con mis lágrimas salga mi dolor y mi enojo, mi decepción y lo quebrado que ha quedado mi corazón. Ni siquiera podía escuchar el sonido del viento acariciando las hojas, lo único que oía era mi llanto y lo único que mi mente tenía, era la escena del beso en el camerino del teatro.
-Candy.
¿Por qué?, ¿Por qué de todas las personas que podían haberme encontrado, tenía que ser precisamente él? Escuchó que se acerca dudoso, aún estoy bajo el árbol, no me he levantado, luego siento que sus dedos tocan mi hombro.
-¡No me toques! -Él aleja su mano como si hubiese tocado algo caliente.
-Lo que... lo que viste en el teatro...
-¡¿Qué vas a decir que fue?! -Mi padre me toma como una chica tonta y quizás no fuerte, pero he reaccionado para encararlo y no mirarlo con amor y ternura como antes -¿Un ensayo? ¿Preparativos para la obra Macbeth?, ¿Cuándo se le llama al compañero de reparto "Novio"?
Él está impactado por mi reacción nunca me vio así y yo pensé que jamás me ocurriría delante de él porque decía quererme, amarme, sólo a mí. Sus labios se abren y se cierran varias veces, no sabe que decir, no tiene nada que explicar pues una imagen dice más que mil palabras.
-Ella es tu novia ¿Verdad?, La oficial, la que si puedes sacar a pasear a lugares públicos y no en los sitios "Reservados" a donde dábamos nuestros paseos.
-Candy...
-¡Al menos sé hombre y admítelo! -Pasan unos segundos y luego, asiente lentamente con la cabeza, apenado -, ¡Miserable...! -Sigo reaccionando y le doy una sonora bofetada, con tal fuerza que he dejado su mejilla roja, él la toca con su mano, le dolió... pero su vergüenza aumentó.
-Su... la señorita Marlow es mi prometida desde hace un año, mis padres la escogieron.
-Entonces ¿Por qué me pediste que fuéramos novios? Que saliéramos, que nos conociéramos, me dijiste que conmigo querías algo más formal y sólo esperara, y todo... todo a escondidas, y yo... yo tan estúpida que no pensé las cosas, lo hacías para que tu familia y ella no se dieran cuenta de tus andadas.
-Tú no eras de andadas.
-¿No? -Volví a pegarle en la misma mejilla, este no es el comportamiento de una dama, pero no puedo dejar que el afamado autocontrol de las buenas costumbres se haga presente, además... aquí yo soy la ofendida, la engañada, la estafada -Sólo querías divertirte con la primera estúpida para tener una aventura, estoy segura que es del tipo de chica que no sale si no es con el previo permiso de los padres y como te atosigan las reglas, buscaste a otra y yo fui la más ingenua que cayó.
-No... eso no es lo que pasó.
-¿Crees que porque soy de clase media alta y tú de la aristocracia puedes tomarme como un juguete?, ¿Crees que porque mi padre vuelca toda su atención en Annie yo estoy desamparada?, ¿Eso pensaste?
Terry no dice nada y yo no quiero seguir viéndolo, tomo las cosas que salieron de la cesta para meterlas otra vez, todo se echó a perder.
-Escúchame –Toca mi brazo, yo me libero con brusquedad.
-¡Suéltame! No vuelvas a tocarme ni a buscarme, tu juego se terminó, ya que estás oficialmente comprometido, lo nuestro nunca existió, así que no tienes que gastarte en una despedida.
-Candy escúchame… lo que te dije no era broma, de verdad siento algo fuerte por ti.
-¿Comprometido con otra? ¿Besándola en tu camerino? Ésta era la primera vez que iba a ese lugar del teatro para no molestarte, para que nadie se diera cuenta y pudiéramos salir en privado, ¡Todo fue un juego para que te divirtieras! Pero ya no será así, ya que todo era mentira, no hace falta decir que hemos terminado.
Doy media vuelta caminando, él me persigue llamándome pero yo no le hago caso.
-Candy…
-Y no me llames así otra vez, me llamo Candice Britter, si es que significo algo de respeto luego de ser tu juguete.
-No fuiste eso para mí, escúchame…
-¡Deja de seguirme! Si quieres oírlo para que sea "Oficial": señor Grandchester ¡Hemos terminado!
Fin del Flash Back
Recojo los trozos del portarretrato en la basura, la fotografía la hago pedazos, lo más pequeños posibles para que nadie sepa nunca la imagen que tenía, mi padre no sabe nada de eso, sólo Annie, en ella puedo contar en esta casa. Al pensar en ello la sensación de no amor me recorre, mi familia es de clase media alta, los negocios de mi padre son prósperos pero no se comparan con los que una familia como los Grandchester puede realizar, a nuestra familia la conformamos cuatro, o al menos tres… mi madre, una mujer hermosa que se parece a mí, se divorció de mi padre hace cinco años, ¿Por qué? Su matrimonio fue arreglado y ella estaba profundamente enamorada de un joven francés, jamás lo olvidó, trató de llevar un matrimonio sino feliz, respetuoso, pero le fue difícil, mi padre sabía de sus sentimientos, él la amaba profundamente, saber que ella no le correspondía, que sólo pensaba en aquel hombre lo llenó de odio.
Las cosas llegaron al punto en que el divorcio fue inminente, mi madre quiso llevarse a Annie con ella pero mi padre no lo permitió, eso le dolió a mi madre. Yo soy la mayor, pero la realidad es que mis dos padres no me quieren de la misma manera en que lo hacen con mi hermana menor, ¿Por qué? La verdad, no tengo idea… mi nana que ya murió, me había dicho que yo llegué cuando mi padre se enteró de los sentimientos de su esposa, además de que en ese momento tenían una situación económica muy grave, un bebé no era idóneo y yo llegué, además, mi nana me reveló que mi madre llena de valor e imprudencia, quería huir con el francés, pero que en su estado de embarazo sería peligroso, sé que sonará absurdo pero así fue, mi padre no me ama tanto porque aparecí cuando muchos problemas sentimentales y económicos lo agobiaban y porque un tiempo pensó que yo era hija de ese francés; mi madre no me ama tanto porque frustré sus planes de huir.
Entonces ¿Por qué amar más a mi hermana Annie? Para empezar llegó cuando los negocios prosperaban y había seguridad económica, ella es dócil, tierna, obediente, cuando tenía problemas en el colegio yo la defendía y me metía en problemas, molestando a mis padres, Annie quería decir la verdad pero a ella no le creían, decían "Annie, tú eres una niña obediente y buena, Candice es buena pero imprudente, así no actuaría una dama, así no actuaría una hija mía", además yo suelo contradecir a mi padre, lo cuestiono y eso lo irrita. En el colegio nos decían que el amor de los padres a sus hijos es incondicional, que un padre no tiene preferidos… claro que los tienen y yo he tenido que lidiar con eso.
Que mi padre me vea y recuerde que su esposa era capaz de irse con otro, y que si no lo hizo fue por mí, mi madre pensar en el tiempo que pudo haber estado con ese hombre y que yo lo pospuse, a Annie la aman por ser dulce, tierna, a mí… quizás al odio no llegarán… o no sé, cuando tengo alguna duda o quiero algún consejo me lo dan, pero la sensación de cariño no es desbordante como con mi hermana, el dolor del divorcio corroe a mi padre, y como yo heredé el cabello rubio de ella, cuando me ve, ve a la mujer que amó pero que lo traicionó y abandonó. El amor de Annie es genuino, sé que me quiere tanto como yo a ella, por eso… tengo recalcado en silencio en mi mente y corazón que amé ciegamente a Terry; a su lado siendo tan feliz, olvidaba esos detalles de mi familia, y al saber que conmigo sólo estaba jugado y que aquellos planes "Serios" que me ofrecía, eran pura bruma, ya los había fijado con Susana Marlow.
Afuera hace soleado, estar en mi habitación no me hace bien, quizás dar un paseo me ayude, me miro en el espejo, tengo los ojos muy hinchados, de todas maneras no pienso quedar con alguien para hablar, tan sólo quiero caminar. Al salir de mi habitación, una de las sirvientas me avisa que mi padre vendrá pronto con un invitado importante, que debo quedarme para saludarlo. La escucho y una sonrisa de lado se crea en mi rostro, es muy temprano para jugar al padre perfecto y a la hija perfecta, eso lo es Annie al natural, no yo, cuando mi padre habla con las personas habla como si fuese el padre más comprensivo del mundo y que nosotras sus hijas somos su razón de vivir a pesar de la partida de mi madre; eso no es verdad, lo hace para quedar como hombre ejemplar y que es confiable para los negocios, eso es algo que no me gusta de él.
La sirvienta me insiste para que me quede, pero yo no le hago caso, cuando llego al salón veo en la mesa de centro donde adorna un bello adorno floral de azucenas blancas, un folleto de la obra Macbeth… y en el centro de la imagen está Terry, sólo de verlo mi coraje y dolor vuelven, aunque haya pasado una semana sigue doliéndome, en una semana no se curan seis meses de noviazgo… que a afinidad no era tal cosa, mis ojos se han humedecido y quiero salir por la puerta, cuando de repente tocan, la sirvienta que me pedía quedarme, abre la puerta, recibiendo a mi padre y a su invitado, con su llegada me volteo para limpiarme las lágrimas, mis ojos ya lucen muy mal como para aparte tenerlos húmedos.
-Buenas tardes hija, ven por favor, quiero presentarte a mi socio.
Sé que el resultado no es apropiado y no puedo escaparme de ésta, como puedo, limpio las últimas lágrimas de mis ojos, volteando hacia los señores, encuentro a mi padre quien mantiene esa cordial y respetuosa sonrisa delante de un socio, pero al verme su incomodidad levemente aparece al notar mis ojos hinchados, ya se molestó, porque una dama debe lucir impecable. Miro a la persona que ha traído, era un hombre alto, rubio de cabellera larga pero indudablemente no se confundiría con la de una mujer, es un hombre muy apuesto, su rostro parece esculpido como aquellas bellas estatuas de mármol que adornan los museos de los antiguos héroes, pero también contiene algo de la dulzura de los ángeles igualmente esculpidos en la roca blanca, dos orbes azules adornan perfectamente su rostro, mirándolo parece tanto… tanto… a un príncipe con el que soñamos de niñas, sólo que él usa un correcto traje negro que contrasta más con su cabellera dorada; su semblante era serio pero no rígido, ordenado pero ¿Amable?, Quizás así lo veo por mis ojos que arden.
Les hago una reverencia a los dos señores, con mucho esfuerzo, todavía me duele la imagen del folleto, quiero salir a respirar aire fresco.
-Hija, luces… ¿Qué le pasó a tus ojos?
-Estuve un rato en la cocina revisando la comida y la cebolla me provocó llorar –Es la respuesta más tonta, no iba a dar la explicación real o eso lo quebraría de enojo.
-Vaya… ya te había dicho que cuidaras tu aspecto luego de los quehaceres del hogar, bien… olvidemos eso, te presento al señor William Albert Ardley, es tío de Archibald Conrwell, él y yo seremos socios en el negocio de las telas, señor Ardley le presento a la mayor de mis hijas, Candice Britter.
-Un placer conocerla, señorita –Tomó mi mano con elegancia y elocuencia, para llevarla a sus labios y besarla, la sensación fue parecida al roce de unos pétalos de flor, fue algo bello, pero en estos momentos eso bello no inundaría mi cabeza.
-El placer es mío señor, bienvenido a nuestro hogar, siéntase cómodo por favor, padre si me disculpas quisiera dar un paseo para que el olor de la cebolla me deje.
-Tenemos un invitado y debemos atenderlo, debes ofrecerle al señor Ardley una taza de té.
-Padre… -Mi padre se controlaba mucho delante de este señor, conmigo se enfada más pronto de lo que podría hacerlo con Annie.
-No tengo ningún inconveniente señor Vincent, un paseo después de cocinar hace bien.
-Perdone la vergüenza –Si… perdone la vergüenza de la hija que tiene los ojos hinchados por el engaño del chico que amaba y ahora tiene un aspecto poco atractivo.
-No es ninguna vergüenza señor, supuse que su hija habría realizado una labor en la cocina, su aroma es idéntico al de las fresas.
Mi ceja levemente se levanta, si había ido a la cocina a preparar las tartalinas de fresa favoritas de Annie, pero no quedé con ese olor… seguro lo dijo por quedar bien, ahora que puedo retirarme sin objeción de mi padre, me marcho y camino por la calle, sólo es un paseo, no tengo ningún destino fijo, el aire refresca mi rostro, siento que la hinchazón de mis ojos va disminuyendo, voy a una plaza pequeña donde hay bancas y dos fuentes adornando, tomo asiento mirando el paisaje; el olor de la primavera se siente en todas partes, el sonido de la fuente, el viento, los murmullos de la gente, la risa de los niños que juegan por el lugar me va relajando, atiné en salir de la casa y no quedarme para ver una reunión de mi padre, aparentando todo momento que soy una hija de la que está cien por ciento orgulloso, porque estoy segura que no es así.
Desde aquel día no he podido evitar llorar, seis meses no se olvidan fácilmente, siendo que Annie era la única persona que sabía de mi relación, me desahogaba con ella, lamentó que todo haya sido una mentira, me dijo que Archie desconocía el compromiso de Terry, porque él no lo comentaba mucho, era algo así como un rumor a voces sin confirmar, además la señorita Marlow había estado todo este tiempo en Australia, Annie se sintió culpable por no haber investigado a fondo para evitarme esto, no la culpo, en quien cae toda culpa de mi dolor ha sido en mí, debí sospechar desde el momento en que me pidió discreción para no llamar la atención y poder salir tranquilos, ¿Cómo no pensé que sería por algo más escabroso?
Me enoja lo ingenua que fui, di lo necesario para ser la chica que engatusara, otra con más cerebro habría desconfiado a la primera, pero no pude evitar ilusionarme, él decía amarme tanto, cuando me besaba yo sentía flotar. Si yo fui una presa fácil es porque la sensación de no sentirme amada ha sido constante, además de resentirlo en mis padres, cuando iba en el colegio San Pablo, me enamoré de un chico llamado Bruno, lo admiraba por ser de los más divertidos y más estudiosos, además de buen jinete, cuando supe que él se había impresionado por un poema que escribí y fue el mejor de la clase para después publicarlo, yo me entusiasmé, cuando él se acercó conmigo para hablarme del poema, fue la manera en que pude acercármele como amiga, cuando me llené de valor para confesarle mis sentimientos… podría asegurar que escuché a mi padre hablar.
Flash Back
-Candy no lo esperaba, lo lamento no puedo corresponder a tus sentimientos.
-Quizás si lo intentáramos, tenemos muchas cosas en común…
-Y es fantástico pero no eres tú quien llamó mi atención desde un principio.
-¿Ah no?...
-Fue tu hermana Annie –Mis ojos se abrieron de más, Bruno estaba sonrojado mirando de lado.
-¿Annie?
-Desde que la vi me impactó mucho, para mí es la chica más bonita, me recuerda a las hadas de los cuentos, cuando publicaron tu poema y decía tu apellido, yo pensé que ella lo había escrito, por eso fui para conocerla, pero sucedió que tú lo habías escrito, lo lamento Candy.
Fin del Flash Back
No odio a mi hermana, ella tiene sus virtudes y yo las mías, pero siento que la mía es ser engañada, no es culpa de ella que mi padre la prefiera a mí, ella siempre aboga por mí como debería hacerlo mi madre, pero no heredó su fuerza, han sido días grises para mí llegando al negro, quizás lo de Terry era una muestra de mi propia debilidad, como el no sentirme amada repercutió en que accediera a las primeras palabras de amor, quizás era la evidencia de que soy lo que mi padre dice: una chica ingenua. Muestro a los demás una sonrisa, quiero poner entusiasmo en lo que haga, así sean las tartalinas de fresa, pero sólo oculta que no es así como me siento.
Mis ojos otra vez lloran, la impotencia me inunda y la sensación de irme lejos crece, quizás ir a donde la señora Pony, una buena amiga de mi familia, ella siempre ha sido como una tierna abuela para mí, en ese mismo instante la idea de querer irme frena, eso es querer huir, huir ¿De qué?, Terry está cumpliendo el no buscarme, cosa que me tranquiliza pues no quiero verlo, mi padre me dejará ir pero quizás tampoco no, la apariencia de la familia unida no es real si no completo el trío.
No tengo muchas expectativas.
….
La cena se daba en silencio, se sentía denso, el sonido de los cubiertos contra los platos parecía ensordecedor, mi padre no había dicho una palabra después de agradecer por los alimentos, Annie lo miraba a él y a mí turnándose, yo por mi parte encontraba entretenido el encaje del mantel, sabía que vendría una queja en cualquier momento, me disculparía como otras veces, porque mi aspecto no era el indicado para un invitado de la talla de un Ardley.
-¿Cómo te fue con el tío de Archie?
-Excelentemente, mi negocio con él prosperará, le agradeceré en cuanto pueda a Archibald por recomendarme con él.
-Se lo diré, padre.
-En cuanto a ti Candice –Dejé en paz el encaje del mantel para mirarlo -, no te quedaste para atender al invitado como les había enseñado, es una fortuna que el señor William sea un caballero comprensivo pero no debe repetirse otra vez ¿Está claro? –Asentí con la cabeza, mi padre no requiere gritar para que entienda sus cosas -, ¿Se puede saber por qué tenías los ojos hinchados? El cuento de la cebolla no es cierto, le pregunté a Dorothy y dijo que sólo preparaste las tartalinas de fresa.
No sabía que decirle, Annie entonces puso su mano en mi hombro y miró a nuestro padre con esa sonrisa angelical.
-Es que le presté a Candy el libro de historias favorito de Archie, lo leyó y también lloró como yo por las historias de los enamorados –Mi padre levantó su ceja -, discúlpanos es que como mujeres los romances que dan todo por su amor, nos provocan lágrimas, acuérdate cuando fuimos a la ópera y lloré con la escena de Tosca.
-Es cierto... bueno, procura no leer tan seguido ese libro cuando vengan más invitados, el señor Ardley continuará viniendo a nuestro hogar y espero la mejor educación hacia él, para que no piense que nosotros somos de la clase miserable, aprovechándonos de tu compromiso con su sobrino, vernos trabajar y la alta educación hablan por sí solos, de la dignidad de este hogar.
-Si padre –Dijimos las dos.
Mi padre prosiguió con sus alimentos con menos tensión, yo miré sigilosamente a Annie, agradeciéndole con un movimiento de labios. Luego de la cena, en mi habitación cepillaba mi cabello delante del espejo, Annie asegurándose de que ya nadie hubiera en el pasillo se acercó a mí.
-Me gustaría verte sonreír como antes.
Una sonrisa débil se hizo en mi rostro ¿Cuándo ha sido "Antes"?, Saber sobrellevar mi realidad no es lo mismo a sonreír con sinceridad, sólo lo hago genuinamente junto a ella y Archie.
-Me repondré, sólo necesito tiempo, no tiene por qué afectar tus planes con Archie.
-Estoy tentada a decirle la verdad a Archie para que sepa la clase de amigo que tiene, es un miserable, no sabe lo que perdió.
La débil sonrisa ahí está, ¿Qué perdió? A su juguete, a su distracción, a la chica ingenua que le creía cada beso y palabra amorosa.
-Oye, Archie dice que le gustaría hacer un paseo a caballo en Lakewood, a donde las tierras de los Ardley, dice que es un hermoso paisaje, dije que me interesaría ir pero sólo si vas tú.
-Annie no es necesario que vaya, tienes que pasar tiempo con él antes de que deba realizar sus labores como todos los señores de su familia.
-Pero me sentiría egoísta disfrutando con él mientras tú estás así, pienso que distraerte te hará muy bien, siempre me cuidas y yo debo hacer lo mismo, aún si es de los recuerdos constantes, Candy cambiar de aire te hará mucho bien, además si voy yo sola te aseguro que no lo voy a disfrutar porque sólo estaré pensando en ti, hermanita vamos las dos.
Annie me tomó de la mano, en su cara estaba la firma idea de acompañarla a ese paseo, no tenía ganas de nada, pero es verdad que ella no estará disfrutando del paseo si no la acompaño, es otra muestra de que ella se preocupa por mí.
-Está bien, iré.
Annie emocionada me abrazó, por momentos me contagió sonreír, cuando estaba sola en mi habitación y me disponía dormir, en este silencio de la noche, la tristeza y el dolor no se han apartado, no sé cuánto más me sentiré de esta forma, dicen que hay que dejarle las cosas al tiempo, pero ¿Cuánto? ¿Unas semanas?, ¿Un mes?, ¿Un año? Ya no quiero continuar de esta manera pero quedé dolida, los sueños que me cree, los castillos en el aire fueron eso y hechos de cristal, los cristales son débiles ante los golpes de la realidad; cuando miro a mi hermana al lado de su novio, con entusiasmo para el futuro, horriblemente me imagino a mí con Terry y el enojo crece, ¿Por qué es tan difícil curar un corazón?, Seguramente… de esta manera se sintió mi padre al saber que mi madre amaba a otro hombre, ahora entiendo que somos más parecidos de lo que pensé, a lo mejor eso le molesta.
Miro la luna asomada en mi ventana, su luz dulce y tenue alumbra mi habitación, verla es tranquilizante, diría que llega a bajarme el enojo, no así la tristeza pero es un apoyo, cuando Annie decía que debía distraerme, yo había pensado en seguir siendo voluntaria en los hospitales, ayudar a las personas me llama, sin embargo tenía que aceptar para que ella no decayera junto a Archie.
Cierro los ojos entregándome al sueño, bien… ya no puedo echarme para atrás, seguiré esperando a que el tiempo ayude a curarme.
Continuará…