Scott Pilgrim pertenece a Bryan Lee O'Malley.

Este fanfic está situado en "Scott Pilgrim y la tristeza infinita", sin embargo, contiene spoilers de "Scott Pilgrim: La hora de la verdad."


La noche en la que Envy Adams lloró


Nadie sabe cuánto lloré esa noche. Ni siquiera Todd.

"Ah, claro", me dirás. "La noche en la que Envy Adams lloró. Muy buena. Suena como una película mala de esas…"

Sin embargo, es cierto. Lloré a mares.

Comí helado durante una semana entera, vi películas culeras, todo lo que se supone que debía hacer para sanar mi corazón destrozado. Tenía la cara hecha un desastre y las ojeras marcadas. Por supuesto, no dejé que nadie me viera en ese estado.

El contrato con la disquera y la motivación para realizar mis sueños me obligó a levantarme del suelo antes de lo que hubiera querido. Debía seguir adelante.

Tiempo después me enteré que también quedaste hecho un estropajo tras nuestra ruptura. No te voy a mentir, eso me hizo feliz. Porque si te dolía significaba que el asunto te importaba, que no era una cuestión tan simple como llegar y pasar página, que no era la única con el estómago apretado cada vez que nos cogíamos la mano o que vivía en incertidumbre o que sentía el inevitable dolor de perder lo que teníamos.

Me sentí bien, me sentí querida. Pero eso no duró mucho.

No tardé en enterarme de toda la mierda que contabas acerca de lo que nos pasó. La mayoría de los amigos que alguna vez compartimos me dieron la espalda, avalando tu versión de los hechos como una verdad universal. Al final, me convertiste en la ex hija de puta que tu fantasía de víctima pedía a gritos. La femme fatale de tu patética historia.

Sí, Pilgrim. Acepto que fui una perra contigo. Acepto que cambié. Pero tú no fuiste miel sobre hojuelas: la prioridad siempre fuiste tú. Tú y tus necesidades. Tú y tu dependencia. Tú y tus expectativas puestas en mí. Y cuando mi pasión por la música despertó y mis intereses cambiaron, cuando finalmente decidí valerme por mí misma y priorizarme antes que nada, yo ya no parecía calzar con tu relación de uni ideal donde todo era fiestas y besos.

Cuando nos volvimos a encontrar supe que seguías siendo el mismo. Esa era la buena noticia. La mala fue que, como eras el mismo, olvidaste todo lo que vivimos. Como siempre haces.

Quizá puedas parecer un buen tipo para Ramona, pero a mí no me puedes engañar. Olvidas todo lo que te pasa y tergiversas tus historias que no acaban bien para no enfrentarte a la realidad, a esos lados oscuros tuyos que salen a relucir en las relaciones. A tu evasión, a tu egoísmo. No has conseguido enfrentar tu pasado. Jamás te has enfrentado a mí.

Y créeme, Pilgrim, ninguno de los ex's de Ramona te golpeará tan fuerte como podría hacerlo yo. No porque lo merezcas, sino para que me recuerdes.

Recuérdame como soy, Scott. Ambos fuimos una mierda.


Fin