Disclaimer: Harry Potter no es mio. Fate le pertenece a Type Moon.


El destino de algunos.

Capitulo cinco: La mirada de Medusa y el amigo de arcilla.

Harry sintio un déjà vu mientras miraba la pared que separa los andenes nueve y diez de la estación de King Cross. No pudo evitarlo, pero un suspiro escapo de sus labios antes de girar y mirar a su primo Dudley parado de forma incomoda al lado de su callada tía Petunia. Los tres se miraron unos a otros por tanto tiempo que Harry creyó que perdería el tren.

—Te veremos en el verano. —Dudley hablo por fin. —Cuídate, Harry.

Harry asintió no encontrando las palabras adecuadas para despedirse de su primo. Miro a su tía a la que le hizo una señal con la cabeza antes de tomar el carrito con su baúl y empujarlo a través de la pared.

El lado mágico de la estación se veía igual que cuando la dejo durante diciembre, las familias mágicas despedían a sus hijos y otros estudiantes ya estaban arriba del tren compartiendo anécdotas con sus amigos sobre sus vacaciones. Harry busco con la mirada alguna cara conocida, pudo ver a Daphne con quienes supuso que eran sus padres y la que probablemente era la hermana menor de su amiga. Estuvo a punto de acercarse a ella, pero su mirada choco con la de Neville que estaba recibiendo un sermón de su abuela y el chico parecía que había regresado más nervioso que la ultima vez que lo vio.

«Casi pareciera que ella quiere destruir su autoestima.»

La voz de Rider resonó en su cabeza, Harry no pudo evitar hacer una mueca ante esa declaración. Respirando hondo y sacando de si el nerviosismo que había crecido en el al ver a la abuela de su amigo, se acerco con pasos seguros en dirección del cabizbajo chico que era regañado injustamente por su abuela.

—Buenos días, Neville. —llamo con toda la educación que pudo y recordando las pocas cosas que había en su mente sobre la educación sangre pura. —Y muy buenos días a usted, Madam Longbottom.

La mujer lo miro con ojo critico, por el rabillo del ojo Harry noto que Neville respiraba agitada mente intentando recuperar la calma. Harry creyó que su amigo estaba a punto de tener un ataque de pánico.

—Buenos días, joven. —respondió con voz fuerte la anciana. —Temo decir que no tengo el placer de haber sido presentados.

Casi pareció que al decir eso con voz que denotaba su desaprobación, hizo que un interruptor se encendiera en Neville y este comenzara casi a hablar en modo automático y con la voz tensa.

—Abuela, este es Harry Potter. —dijo el niño. —Harry, esta es mi abuela, Augusta Longbottom.

Después, luego de que habían pasado los diez minutos aun más incómodos que su despedida con sus parientes muggles, Harry logro entrar al tren con Neville a cuestas. Ambos buscando en los compartimientos a Daphne, Tracey y Hermione. Ninguno hablo sobre lo sucedido o sobre el hecho de que Neville estaba a punto de tener un ataque de pánico. Fue un secreto que nació del momento entre ellos dos, y Rider que inevitablemente estuvo presente desde la mente de Harry.

Encontraron a las chicas a la mitad del tren, hablando animadamente entre ellas. Neville y Harry sonrieron rápidamente a las chicas y todos hicieron los saludos habituales antes de comenzar a hablar sobre sus vacaciones navideñas.

~El destino de algunos.~

Para cuando todos los Gryffindors llegaron a la sala común una vez finalizado el banquete del nuevo semestre, muchos grupos de amigos se habían reunido alrededor del fuego mientras otros más se dirigían a sus habitaciones en búsqueda del descanso antes de regresar al día siguiente a sus clases habituales. Neville, Harry y Hermione estaban a punto de abandonar la estancia en dirección a sus respectivas camas antes de ser detenidos por los gemelos. Ambos tenían esas sonrisas que podrían implicar muchos problemas o algún rumor demasiado bueno corriendo por los pasillos que ellos no podían evitar querer compartir con los tres más pequeños.

—Hola.

—De nuevo.

—Los esperábamos.

—Porque.

—Tenemos.

—Una gran.

—Noticia.

—¡Para ustedes! —finalizaron ambos.

Hermione, que era la que parecía más cansada entre todos y con una gran necesidad de sus ocho horas de sueño diarias para poder funcionar correctamente. Miro a los gemelos mientras fruncía el ceño, instándolos a decir lo que fuera que quisieran decir rápido para que pudieran ir a dormir todos.

—Hermione.

—Nos hieres.

—Cállense ambos. —dijo la niña empujando a cada uno con una mano diferente. —Tienen un minuto.

Los gemelos se miraron entre si mientras compartían una sonrisa. Siempre era divertido ver a Hermione fastidiada con ellos.

—Hay un cerberus en el tercer piso.

Dijeron finalmente, antes de agregar.

—Aunque parece que esta protegiendo una puerta secreta, ¿no es así Gred?

—Por supuesto, Feorge. —agrego el otro gemelo. —Hay una apuesta entre los estudiantes mayores sobre quien lograra ver lo que hay escondido en la puerta.

—Y por supuesto, nosotros estamos manejando las apuestas.

Ambos gemelos hicieron un movimiento de cejas a los niños, como si los instaran a participar. Neville y Harry decidieron que no podían tratar con los gemelos y en un acuerdo táctico, abandonaron a Hermione para que ella lidiara con ambos mientras los sermoneaba sobre lo poco ético que era promulgar el habito de apostar entre los estudiantes de la escuela y mucho peor entre los niños de primer y segundo año. Aunque, por supuesto, Fred y George simplemente rieron antes de revolver cada uno el cabello de Hermione y escapar.

A la mañana siguiente, una vez que las clases del día habían finalizado, Neville y Harry dejaron a las chicas en la biblioteca mientras ambos buscaban alguna habitación vacía y lo suficientemente olvidada como para que no fueran interrumpidos. Después de verificar que la habitación estaba vacía y que el pasillo parecía desierto de cualquiera que explorara por esos lares, Neville y Harry se sentaron en dos sillas uno frente al otro.

—Rider.

Dijo Harry y, como siempre, un circulo rojo con un pentagrama apareció en medio de los dos escritorios del cual apareció Rider. Su inmaculado cabello purpura y su vistosa forma de vestir junto a la mascara de metal que ocultaba sus ojos de los dos niños, ella se postro en una rodilla delante de Harry. Una sonrisa adornaba su rostro y por un momento, Harry sintio que su mirada se encontraba con la de ella aun cuando no podían verse directamente.

—Maestro.

—En serio. —se quejo. —Te he dicho que este teatro no es necesario.

Neville termino riendo un poco al ver la vergüenza de su amigo, pero cuando su mirada se poso en el rostro de Rider no pudo evitar sonrojarse un poco. Ella era definitivamente la chica más hermosa que había visto en sus cortos once años de vida, bueno, aunque ese año pronto serian doce. Sacudiendo su cabeza, y aun con su cara levemente sonrojada, Neville carraspeo un poco para llamar la atención de Harry y Rider e intentar regresar al asunto de su reunión solitaria entre ellos tres. Harry miro a Neville y entendió que por el momento era hora de dejar las bromas de lado.

—Rider y yo hemos estado hablando. —mientras lo decía, la susodicha se posaba naturalmente detrás de Harry como si fuera una guardaespaldas. —Y ambos concordamos que no es imposible el que tu puedas conseguir los comandos, pero no puedo estar seguro de como puedes obtenerlos.

Harry miro a Rider como si pidiera que ella explicara el resto.

—Técnicamente, hace tiempo hubo un grupo de hechiceros que lograron crear un artefacto conocido como el «Santo Grial», este artefacto elegía a siete hechiceros elegidos que tenían la oportunidad de invocar un espíritu heroico.

Neville y Harry, este ultimo que apenas se enteraba de esta información, miraron a Rider con sus bocas ligeramente abiertas del asombro ante la nueva información. Rider continuo.

—Sin embargo. —dijo con su voz casi escasa de emociones. —Mi maestro logro conseguir sus comando sin la necesidad de un grial que actuara como intermediario, no puedo explicar el porque, pero tengo la sospecha de que hubo un factor influenciado por una fuerte emoción que lo hizo merecedor de tenerlo.

Y entonces se mantuvo en silencio. Ninguno de los tres dijo nada mientras los dos niños procesaban la información obtenida. Harry se había dado cuenta que la deducción de Rider no podría estar muy equivocada, después de todo, aquel día el sufrió una carga de emociones tan pesadas y para cuando se dio cuenta, las marcas en sus manos habían aparecido.

—Creo que ella tiene razón, Neville. —Harry hablo de repente. —Creo que el factor determinante aquí es la emoción que sientes.

Neville miro a Harry sin comprender del todo, este ultimo le dio una sonrisa casi imperceptible como si estuviera a punto de decirle algo con lo que no se sentía completamente seguro de comentar.

—Cuando invoque a Rider hace seis años, yo tenia un fuerte deseo de ser salvado por alguien. —soltó una risa desganada. —Aquel día había pasado por tanto y tenia mis sentimientos a punto de desbordarse y cuando realmente pensé que podría ser todo de mi, cuando mas desee ser protegido. Fue cuando Rider apareció en medio de la sala de estar de mi tía Petunia.

Fue una explicación vaga y Neville estaba seguro de que había mucho que no se estaba diciendo entre lineas, el no quería pensar demasiado en eso porque temía suponer demasiadas cosas y equivocarse sin lugar a dudas. El pensó que cuando llegara el momento Harry mismo les contaría a todos los que eran sus más cercanos amigos el que había ocurrido cuando era solo un niño de cinco años y deseaba desesperadamente ser salvado.

—Lo entiendo, Harry. —hablo finalmente. —Les agradezco a ambos, y aunque no lo entiendo del todo, al menos se que no es imposible, pero creo que aun tengo un largo camino que recorrer antes de conseguir mi objetivo.

No se dijo nada más y tanto Harry como Neville llegaron a un acuerdo silencioso de reunirse en alguna ocasión durante el verano para hablar con mas detalle sobre el asunto.

~El destino de algunos.~

Para cuando febrero llego, Hermione ya tenia lista una estricta rutina de estudios para preparar a los cinco con los exámenes por venir. Ella tenia una cara llena de orgullo y satisfacción cuando entrego los horarios a sus amigos y no podía evitar sonreír al pensar en lo bien que lo había hecho. Ella ignoro descaradamente la mirada atónita de Neville, se le pasaría.

—Me niego. —dijo Daphne regresando el papel a unja indignada Hermione. —Me parece dulce que te hayas tomado la molestia de preparar un régimen de estudio, pero, Hermione. Es muy exagerado, ni siquiera hay pausas para descansar. —Daphne poso sus manos sobre los hombros de Hermione, obligando a esta a mirarla a los ojos. —Tenemos once años, Hermione. No estamos estudiando para exámenes de primer año, no para los T.I.M.O.

Neville miro a Daphne con tanto aprecio por salvarlo, aun cuando la mirada de decepción en la cara de Hermione le hizo sentir un poco incomodo. Harry no sabia como interferir y prefirió mantenerse al margen. Tracey entonces suspiro, le tocaba ser la mediadora en esta ocasión.

—Hermione. —dijo, llamando la atención de la castaña. —La idea no es mala, si estuviéramos en séptimo año te adoraría por hacerlo, pero no estamos en séptimo. Necesitas relajarte un poco, eres lista, Daphne es lista, Harry es listo y, ¡por el amor de Morgana! Neville es un genio para la herbología.

Hermione la miro sin comprender su punto del todo, Tracey carraspeo antes de continuar.

—El punto es. —dijo. —Entre nosotros cinco somos lo suficientemente inteligentes como para llevarnos los primeros lugares o al menos estar en los mejores diez del año sin la necesidad de tener un régimen estricto como este, no te presiones. Somos demasiado jóvenes para eso.

Hermione pareció ceder entonces, sus amigos suspiraron de alivio y ella hizo un leve puchero antes de centrarse en leer el libro sobre familiares mágicos que había sacado de la biblioteca hacia dos días. Todo pareció volver a la calma.

Para cuando la mañana de San Valentin golpeo a Hogwarts y Harry y Neville contemplaron en todo su esplendor la decoración rosa del gran salón, casi sintieron ganas de vomitar. Harry incluso hizo una mueca ante el confeti rosa que aterrizo sobre el cuando cruzo las puertas en dirección a la mesa de Gryffindor, Neville y Harry se sentaron uno al otro con Hermione sentada a un lado de Neville.

—Nunca había visto tanto rosa en mi vida. —murmuro Harry mientras se servia un poco de jugo de naranja en su copa. Neville refuto a sus palabras.

—Una vez fui a la casa de mi prima Doria, su habitación era asquerosamente rosa y mi abuela me obligo a pasar el rato con ella ahí. —Neville de repente miro a la nada como si se hubiera sumergido en un vago recuerdo. —Nunca supe lo que era jugar a ser un caballero que toma el té con la princesa hasta ese momento. Lo odie.

Harry y Hermione se rieron de la anécdota, los tres se centraron en conversaciones vagas mientras saludaban desde sus asientos a Daphne y Tracey que se habían sentado en la mesa de Slytherin hacia unos minutos. Todo fue relativamente normal hasta que los búhos llegaron con diferentes paquetes, cartas y flores. Harry estaba a punto de hacer una broma sobre eso hasta que su mirada se poso en el búho que le estaba entregando un ramo de hiedra muy verde y que parecía recién cortada. Lo tomo del búho y vio que el remitente era Neville lo que hizo que mirara a su amigo con algo de asombro y sin saber que decir ante el regalo. Entonces, ante su falta de palabras, noto que un búho le había entregado a Hermione tres flores amarillas y ella también veía ahora a Neville con un ligero sonrojo y con la boca abriendo y cerrándose pero sin lograr expresar palabra alguna.

Entonces Neville estallo en carcajadas ante las caras de dos de sus amigos, el señalo entonces a la mesa de Slytherin donde Daphne y Tracey veían a Neville con sonrisas agradables mientras ambas tenían en sus manos tres flores amarillas iguales a las de Hermione. Harry entonces por fin hablo.

—Claro, a las chicas les das flores y a mi un puñado de hierbas verdes. —bromeo con falsa indignación.

Hermione rió por lo bajo y Neville, para sorpresa de quienes lo consideraban aun un chico tímido, no se inmuto. Le regreso la sonrisa a Harry antes de girarse a Hermione que volvió a sonrojarse cuando lo vio.

—Son crisantemos. —dijo. —Los crisantemos pueden representar amistad, confianza y simpatía, lo cual son mis sentimientos por ti, Daphne y Tracey. Son amarillas porque el amarillo también es representación de la amistad y les di tres porque son ustedes tres mis amigas.

Hermione entonces le sonrió con dulzura y le dio un abrazo al chico antes de darle un beso en la mejilla como agradecimiento.

—No les compre nada. —admitió Harry mientras veía sus hierbas verdes. —Y Neville me dio pasto.

Neville no pudo evitar reír de nuevo.

—Es hiedra, Harry. —dijo como si fuera obvio. —Significa que mi amistad por ti es importante y quiero que crezca hasta que seamos mejores amigos.

—Genial, Neville. Ahora me siento como un idiota porque no le compre nada a nadie.

Entonces los tres rieron juntos. Hermione prometió que guardaría las flores con cariño e incluso haría separadores de libros con ellas.

~El destino de algunos.~

El año paso volando y para cuando llego junio y los exámenes estaban mas cerca que lejos, los cinco niños y niñas se concentraron en sus estudios compartiendo sus conocimientos unos con otros. Harry ayudo a Neville con encantamientos mientras Hermione daba concejos generales y Tracey y Daphne se repartían para ayudar con Pociones. Lograron tener un grupo de estudios sumamente satisfactorio aun cuando los cinco tenían severas dudas sobre como lograrían aprobar Defensa.

—Esa clase no es lo mio. —murmuro Harry. —Me da dolor de cabeza el simple hecho de mirar al profesor Quirrell, al menos en historia de la magia duermo y estudio la clase después.

Todos parecieron estar de acuerdo con su punto de vista, aunque Hermione objeto sobre dormir en clases. No hablaron mas del tema y decidieron estudiar y hacer todo lo que pudieran para aprobar. Todo continuo con normalidad entre los estudios de grupo y las ultimas semanas de clases antes de los exámenes, para cuando llego la ultima clase de defensa para los primeros años que coincidía con el día que el director tenia una reunión con el Wizengamot, Harry se quedo atrás de sus compañeros de clases al ser llamado por el profesor. Una vez que el aula estuvo vacía, Harry se sintio repentinamente incomodo, como si algo no estuviera bien en todo esto.

«Maestro, algo no esta bien con este hombre.»

Quirrell estaba parado detrás de su escritorio, ya no parecía el hombre nervioso y tartamudo que le había dado clases hace menos de cinco minutos. Aun apestaba a ajo y tenia ese ridículo turbante en la cabeza, pero algo en la mirada que le dirigía a Harry parecía estar mal. Era como si unos ojos de pescado muerto lo observaran con un odio artificial infundido en ellos.

—¿Profesor Quirrell?

—Potter. —contesto el profesor con desdén.

Harry no entendía el porque el repentino tono grueso y frió del profesor. Sin embargo no tuvo tiempo para preguntar el porque de la actitud del profesor, este había levantado su varita justo frente a los ojos de Harry tan rápido que ni siquiera tuvo oportunidad de procesar la voz de Rider que resonaba en su mente antes de que el cayera inconsciente.

~El destino de algunos.~

Para cuando Harry despertó, noto que el estaba sobre una cama blanda tapado con sabanas del mismo color. Observo el techo desconocido unos momentos antes de darse cuenta que la voz de Rider resonaba en su cabeza.

—¿Rider? —murmuro con la garganta seca. —¿Qué paso?

Pero no pudo obtener respuesta alguna, las cortinas que ocultaban la cama donde yacía se abrieron de repente y el pudo reconocer a la enfermera de inmediato y concluyo que estaba en la enfermería.

—Señor Potter. —dijo la enfermera con voz algo severa. —Lo encontraron desmayado en medio del pasillo fuera del gran salón. —ella comenzó a lanzar hechizos de diagnostico y Harry no pudo evitar notar que había muchos estudiantes de quinto y séptimo tendidos en las camas murmurando cosas que no lograba escuchar. —No debe de sobre esforzarse con los estudios, señor Potter. Aun esta en primer año debe tomarlo con calma.

La enfermera entonces le dio una poción y le hizo tomarla antes de decir que el podría irse para la cena.

—¿Rider? —volvió a murmurar. —Necesito saber lo que ocurrió.

«Por supuesto, Maestro.»

En resumen, Quirrell había aturdido a Harry y al parecer el profesor planeaba llevarlo a la habitación custodiada por el cerberus en el tercer piso para conseguir una piedra. Era un poco tonto al decir sus planes en voz alta, el profesor parecía hablar consigo mismo pero Rider pudo notar una voz débil y susurrante que venia del turban, el profesor parecía a punto de tocar a Harry pero justo cuando estaba a por tocar la mejilla de Harry, su mano fue aplastada la suela de la bota de Rider. Quirrell miro con desconcierto a la mujer antes de escuchar la voz de su amo exigiendo que matara a la intrusa.

Pero Rider solo sonrió con frialdad antes de quitarse la mascara de metal que cubría sus ojos y mirar directamente a los propios ojos de Quirrell. El profesor pudo sentir como su cuerpo se petrificaba desde los pies hasta comenzar a extenderse por su torso, su maestro pudo sentir como el cuerpo del profesor se volvía inútil. Rider entonces contemplo con indiferencia el espíritu maligno con aura negra salir de la nuca del profesor ahora convertido en piedra.

El espíritu la miro y le gruño con la boca abierta como si fuera una serpiente antes de escapar por la ventana.

—Bueno, no se como procesar eso. —murmuro Harry cinco minutos después de haberse mantenido en silencio ante el final de la historia. —¿Mi profesor estaba poseído? Eso es algo que no puedo evitar pensar, ¿por quien lo estaba?

«Lo que lo poseía era un alma muy oscura, Maestro. Era un alma que había dejado de lado todo sentimiento humano mucho antes de morir.»

Harry simplemente se sumió en sus pensamientos.

Una hora antes de comenzar la cena lo dejaron ir y el busco a sus amigos para contarles lo que había pasado, pero mientras caminaba entre el mar de estudiantes que se paseaba por el castillo, no pudo evitar escuchar los murmullos sobre el profesor Quirrell petrificado con una cara de asombro y con algo horrible en su nuca. Harry agradecía internamente el haber sido noqueado y así poder evitar tal vista. No creía tener el estomago para verlo.

Encontró a sus amigos en la biblioteca y antes de siquiera ellos poder saludarlo, les contó la historia de sopetón.

Esto era un fin de año horrible.

~El destino de algunos.~

Las lagrimas cayeron como si se tratara de una cascada golpeando las rocas debajo de ella sin piedad alguna, sus pequeñas manos jugaron con el lodo que se había formado tras la lluvia en aquel pequeño bosque cercano a su casa. Su cabello estaba sucio y sus mejillas estaban algo manchadas de tierra y la niña simplemente intentaba no pensar en lo triste que se sentía. Ella había creído que Nicholas Whillians era su amigo, el le había dicho que lo eran.

Por eso lo había seguido al bosque con los otros niños del pueblo. Prometieron diversión y ella les creyó y entonces todo había caído como un golpe directo a su pequeña cara.

Ellos la empujaron contra el barro y comenzaron a decirle cosas horribles mientras jalaban su cabello y pellizcaban de vez en cuando. Beatrice Jones incluso le soltó un bofetón antes de reírse de ella al ver sus lagrimas escapar.

Y entonces ella lloro. Lloro con todo lo que pudo y en un momento dado sintio como si su mano izquierda quemara mientras se limpiaba las lagrimas. Y ella lo supo cuando paso, cuando sus grito se escucho tan alto que incluso los pájaros escaparon de las copas de los arboles y los niños del pueblo la miraron con algo de miedo. Incluso Beatrice Jones ahora ya no se reía de ella y más bien parecía que saldría corriendo en cualquier momento.

—¡Es una rara! —grito Nicholas y entonces los otros niños gritaron y corrieron fuera del bosque dejándola a ella sola.

Luna Lovegood era la loca, la rara del pueblo. Más rara que los Weasley que eran demasiados y evitaban acercarse a otros. Más rara que los Diggory, que eran una familia rica que vivía en su enorme casa al pie de la colina y casi nunca bajaban. ¿Pero los Lovegood? Son los locos, raros, extraños.

Y por eso Luna no tenia amigos.

Ella quería un amigo, no importaba quien. Y mientras creaba una forma humanoide con el lodo estancado y casi seco, decidió que el sería su primer amigo. Estaba tan concentrada en el que no noto el circulo rojo con el extraño pentagrama que se formo delante de ella, solo cuando comenzó a brillar con intensidad y ella misma noto que su mano izquierda ardía en consecuencia, ella levanto la mirada y se encontró con los ojos más amables que alguna vez le había devuelto la mirada.

Ella no sabia describir a la persona delante de ella. Se veía como una chica pero al mismo tiempo no podías dar por sentado que lo era. Tenia cabello verde como la hierba recién regada con ojos azul claro que la miraban con amabilidad. El se agacho a su altura, miro con una sonrisa su muñeco de lodo y entonces extendió su mano para limpiar los restos de lagrimas que habían manchado sus mejillas. Entonces el hablo.

—¿Eres tu mi maestro?

~El destino de algunos.~


a/n: Una actualización que llega muy tarde, pero ya les había advertido, no esperen cosas muy constantes de mi. De repente les actualizo una vez a la semana o me desaparezco hasta un mes o dos antes de regresar. En general culpen a las vacaciones de abril por distraerme de mis deberes xD Pero bueno, habemus actualización.

Como prometí anteriormente, en este capitulo finalizaría el primer año y tendríamos la introducción de Luna. Había prometido parte del verano pero tendré que posponer para el siguiente.

Quiero agradecer a Ana Luisa por sus reviews que ha dejado en cada uno de los capítulos anteriores así como a mi otro anónimo que igual me comenta fielmente. Ustedes merecen mi love bbs. Selkova también merece todos mis agradecimientos por sus reviews que siempre disfruto leyendo.

He contestado por PM los reviews con cuenta.

Espero leer sus opiniones sobre este capitulo. Nos leemos la siguiente vez.

PD: Te invito a leer mis otros trabajos como "all the good girls go to the hell", "La historia de una tragedia" y "Control".