Malteada
Palabra por: Carmelita Mendoza
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一 Ya te digo Garu. Me han hablado maravillas de este lugar. ¿No te parece genial tener un lugar tan delicioso y tan genial? ─ parloteaba Abyo mientras él y Garu iban caminando hacia el nuevo local en Sooga.
Era algo así como una refresqueria. Vendían nieves, pasteles, malteadas y una variedad de postres y dulces de todo el mundo. Poco a poco el lugar comenzó a ganar fama, y en cuanto el artista marcial escuchó los comentarios positivos de algunos de sus conocidos decidió ir a comprobarlo por sí mismo. Claro, en compañía de su mejor e inseparable callado mejor amigo.
─ Honestamente no se porque no había venido antes. Pero bueno, mejor tarde que nunca ─ continuaba Abyo con su conversación, si es que se le podia decir asi ya que su interlocutor no aportaba nada más que gruñidos y ojos torcidos. Y es que cuando Abyo apareció muy temprano en la puerta de su casa para decirle seriamente que lo acompañara a hacer algo muy importante, Garu se imaginó alguna misión o tarea de verdad importante. Tal vez Bruce necesitaba ayuda para atrapar algún delincuente, o los chefs iban a encargarles algo de suma importancia. ¡O incluso el Maestro Soo!
Pero nunca se imaginó que ese algo muy "importante", era ir a probar una refresqueria. Cuando Abyo se lo dijo, estuvo a punto de darse la vuelta y regresar por donde vino. Pero Abyo le insistió demasiado, y aunque Garu nunca lo diría en voz alta aunque pudiera, tenia un punto blando por el. Por algo seguian siendo mejores amigos a pesar de ser tan diferentes y de que Abyo fuera tan irritable en ocasiones.
Cuando llegaron al local, Abyo se apresuro a entrar dejandolo atras. Garu lo siguió a su propio caso, pensando preocupado que el artista marcial todavía ni siquiera consumía todo ese azúcar ya estaba demasiado acelerado. Al entrar, lo primero que el ninja noto era lo occidental que ese lugar lucia. El piso, las mesas, incluso la rockola que estaba en una esquina tocando música en un idioma extranjero. Esto era un punto negativo para Garu, pues él prefería mil veces el ambiente tradicional. Por eso le gustaba frecuentar el Goh Rong, por sus platillos típicos orientales y por la agradable atmósfera conocida que se respiraba.
La segunda cosa que Garu noto fue lo lleno que el lugar estaba. Todas las mesas estaban ocupadas, lo único libre era un espacio de 4 sillas en la barra principal donde Abyo estaba sentado mientras era atendido por ¿Santa?
一 Ho, Ho, Ho, bienvenidos muchachos. ¿Que les puedo servir? 一 preguntó Santa con la usual alegría tan digna de él.
一 Yo voy a querer, bueno, para empezar, una malteada de chocolate, y Garu una de vainilla. ¿Cierto? 一 cuestionó el moreno mirando a su mejor amigo que tomaba asiento a un lado suyo, esperando haber acertado en los gustos de este. Garu asintió, lo que hizo que Abyo sonriera complacido 一 Ya lo sabia.
La verdad es que a Garu no se le antojaba nada, ni siquiera queria estar ahí en primer lugar. Pero una malteada de vainilla no sonaba tan mal.
ㅡ Aquí están sus malteadas chicos. Ho, Ho, Ho.
一 Muchas gracias. ¡Wow! Mira eso Garu. ¿Apoco no se ven deliciosas? ¡Me encanta este lugar!
Garu rodó los ojos mientras sorbía su propia malteada. Que por cierto, si estaba muy rica.
Por supuesto que ese lugar le fascinaría a Abyo. Al igual que a Ching. Y por supuesto, también a…
ㅡ Hehehe
Al escuchar la bien conocida risilla diabólica, Garu casi expulsa la malteada por las narices. Volteando asustado, confirmó lo obvio. Pucca estaba sentada a su lado sonriente, con corazones flotantes encima de su cabeza. Garu estaba entre aterrado y molesto. No le gustaba que lo sorprendiera de esa manera, pues eso significaba que estaba con la guardia baja. Y como ninja, eso era algo imperdonable. Y Pucca seguía recordandole indirectamente lo mucho que aún le faltaba para lograr culminar su entrenamiento. Y eso siempre lo ponia de malas.
ㅡ ¡Hola Abyo, hola Garu! Qué coincidencia encontrarlos aquí ㅡ exclamó Ching con mal fingida sorpresa sentándose a lado del moreno. Garu la miró acusadoramente. Si claro, como no. Coincidencia. Seguramente, las muy pillas los habían seguido hasta acá.
ㅡ ¿Eh? Ah sí, claro. Oigan, tienen que probar estas malteadas chicas. ¡Son deliciosas! ― contestó Abyo, demasiado ocupado en saborear su postre como para prestarle mucha atención a Ching, para decepción de esta.
Garu decidió seguir el buen ejemplo de Abyo y concentrarse en su propia malteada, tratando de ignorar lo mejor que podía a Pucca. No era una tarea sencilla, pues la chica vaya que demandaba atención. Para su suerte, Santa en ese momento los interrumpió para tomar el pedido de las chicas. Ching se pidió una de fresa, y Pucca de vainilla. Igual que Garu por supuesto.
Los cuatro estaban sentados en hilera. Abyo ya estaba a punto de pedir su segunda, Ching apenas si había tocado la suya por estar parloteando quien sabe que tanta cosa - aunque su interlocutor no participaba mucho en la conversación - Garu sorbia a su propio mismo su malteada y Pucca hacia lo mismo. Se miraba que realmente la estaba disfrutando, incluso cerraba los ojos con visible placer.
Sin embargo, Garu no se había relajado mucho, pues sabía que en cualquier momento ella le saltaría encima. Y esta vez no lo iba a tomar desprevenido. El era un ninja, y no lo iba a sorprender tan fácil siempre que quería. Por eso, en cuanto miro por el rabillo del ojo que Pucca se movía hacia él, movió el brazo listo para bloquear la horda de besos, abrazos o cualquier otra cosa que se le ocurriera. Tristemente el brazo de Garu logró dar de lleno con la malteada de Pucca, y debido a la brusquedad del movimiento lo mandó al suelo estrellándose estrepitosamente. La copa de la malteada quedó hecha añicos, y el contenido estaba derramado por el suelo. No había nada que rescatar.
Los murmullos cesaron al instante. El silencio se apoderó del local. Todos volteaban a ver a la ''parejita'', tratando de averiguar qué había pasado. ¿Que había pasado? ¿Un accidente, o una pelea de pareja?
ㅡ Oh, Pucca. Se te cayó toda tu malteada ㅡ le dijo Ching con lastima. Al parecer nadie se había dado cuenta de que fue Garu quien la tiró por accidente. Abyo miro triste la malteada en el suelo sin dejar de tomarle a la suya en ningún momento, pensando que eso era un gran, gran desperdicio. Inconscientemente, apretó más su malteada con miedo de que por algún descuido él también la derramara. Que tragedia.
Por su parte, el ninja miro a Pucca, pero ella no lo miraba a él. Sus ojos se posaban en la malteada derramada, y su mirada reflejaba una tristeza no muy habitual en la chica. Garu no supo decir si estaba triste por la malteada, porque el se la tiro o porque la tiro intentando alejarla de él. Probablemente las tres cosas. Sea como fuese, el ninja sintió una culpa inmensa. Pero no debería, ¡él solo intentaba protegerse!
''De un abrazo, a lo mucho un beso'', habló su conciencia, juzgandolo. Garu hizo una mueca. Tirarle malteadas a las chicas no era honorable. Como si fuera poco, se percató de que el vestido de Pucca también tenía algo de malteada encima. Bravo, Garu.
ㅡ Lo siento Pucca, pero tendrás que pagar por eso ㅡ le dijo Santa. Pucca lo miró con pesar. Ella solamente llevaba lo justo para una malteada, y ahora tendría que pagar por una que ni siquiera pudo dejar a la mitad. Con mucho pesar, saco de una bolsita de su vestido las monedas que llevaba para pagarle a Santa. Ni siquiera le alcanzaba para comprarse otra malteada.
Disimuladamente, Garu metió las manos a sus bolsillos para intentar pagar él por ella. Después de todo el fue el culpable de que esa malteada se cayera. Y Pucca no lo había delatado, y eso lo hacía sentirse peor. Para su mala suerte, solo tenia con lo que iba a pagar su propia malteada. Frunció el ceño. Debería pensar seriamente en buscar un empleo de verdad. En el Goh Rong, tal vez. Lo iba a considerar.
Pucca le pago a Santa, mientras este se disponía a limpiar y juntar el tiradero.
Garu intentaba buscar su mirada, para gritarle con los ojos que lo perdonara. Pero ella se rehusaba a verlo. No parecía molesta, pero se miraba algo decaída. Y eso a Garu no le gustaba, porque era por su culpa.
Después de unos minutos, Pucca se levantó para irse a su casa. Ya no tenía nada que hacer ahí. Buscaría al ninja después, ya que se le pasara el sentimiento.
Cuando Garu miro que Pucca pensaba marcharse, se alarmó. ¡No, no te vayas! ¡Espera!
Desesperado busco alrededor algo, lo que sea, para retenerla. De pronto lo vio, y una embarazosa idea se le ocurrió. Se ponía rojo de la vergüenza de solo pensarlo, pero tenía que remediar las cosas. Seria algo asi como su castigo por ser tan bruto.
Pucca ya estaba dándose la vuelta para marcharse cuando Garu la detuvo del brazo. Sorprendida, olvido toda su congoja al ver a Garu rojo como tomate mirándola seriamente con un segundo popote en la mano. Ella le parpadeo, preguntandole si de verdad él le estaba ofreciendo lo que ella pensaba que le estaba ofreciendo.
Garu no asintió, simplemente puso el popote en su propia malteada y se la acerco. Ese pequeño acto hizo que se le escapara una sonrisa que casi le llegó hasta las orejas. Sentándose de nuevo, comenzó a tomar de la deliciosa malteada de Garu. Al principio Garu no quería tomarle, pero cuando miro que la chica se la acababa rápidamente decidió unirse. ''Es que, si esta muy rica'' pensó bobamente.
Así que ahí estaban ambos, bebiendo del mismo vaso. Pucca feliz mirándolo al mismo tiempo que tomaba, y Garu con el ceño fruncido todo sonrojado con los ojos cerrados. Picaramente, Pucca señaló un punto cualquiera a espaldas del ninja para que este volteara. En cuanto lo hizo, ella cambio los popotes para tomar del de Garu. ''Es como un beso indirecto'' pensó ella.
Cuando Garu regreso la mirada con una ceja enarcada, Pucca simplemente lo ignoro. Después de verla un poco sospechosamente, continuó bebiendo su malteada esta vez sin quitarle el ojo a Pucca para evitar que hiciera de las suyas. Y tratando de ignorar el hecho de que se miraba linda con las mejillas infladas sorbiendo por el popote.
No lo estaba consiguiendo.
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He revivido! Disculpen por el Hiatus enorme. La realidad demanda mi atención así como Pucca demanda la de Garu. Pero estoy de vuelta, tal vez no tan constante como antes pero aqui ando. Esta sera una coleccion de shots para ejercitar mi escritura y mi musa floja. Les pedí en la página de Ninjas Eat Noodles - Garucca Fans que me dieran palabras para que a partir de estas yo hiciera los shots. Y pues, este es el primero. Espero le guste y sobretodo a la ninja que me la dio. Muchas gracias Carmelita! Y también a ustedes por leer. No olviden dejar sus reviews que tengo muchas ganas de leerlos, disculpen si quedo un poco flojo pero después de tanto tiempo sin escribir estoy un poco fuera de práctica. Prometo mejorar.
La siguiente palabra será: Vestido
Los quiero, y ¡Nos leemos despues!