Chat Noir estudiaba a cierta distancia al akuma, tratando de trazar una buena estrategia. Aka-Bagu, su compañera provisional, moría en ganas de entrar a la acción de una buena vez, pero se contuvo; por lo que el héroe le había explicado, era de vital importancia que su ataque estuviera perfectamente coordinado con el mirage de Fennec, pues nadie debía saber que Ladybug se encontraba temporalmente fuera de servicio.
Mientras Dame de Vérité hacía de detective y jueza, el héroe gatuno había recorrido medio París tratando de encontrar a sus aliados; no podía arriesgarse a darle uno de los miraculous más poderosos a alguien al azar o indigno de su confianza, a demás de que el plan requería de absoluta discreción. Cuando encontró a Wayhem, el chico se encontraba viendo la transmisión en donde Lila confesaba sus crímenes; escucharla le revolvió el estómago, pero le produjo cierta satisfacción saber que la mentirosa había sido expuesta ante todo mundo. A demás, Dame de Vérité anunció su ubicación, cosa que les facilitaba bastante el trabajo.
Y aunque hasta el momento las cosas habían salido relativamente bien, para Chat Noir, la situación era sumamente estresante; a pesar de que Kagami y Wayhem no le habían pedido demasiadas explicaciones respecto a su plan, sabía que la japonesa era bastante avispada, y tal vez podría atar los cabos sueltos que la llevarían a descifrar la identidad de Ladybug ahora que se había corrido la voz el intento de suicidio de Marinette. Pero era un riesgo que tenía que correr; alguien debía usar el miraculous de la Catarina, haciéndose pasar por su Lady, o podrían levantarse muchas sospechas públicas y quien mejor que una heroína experimentada con habilidades sobresalientes de combate.
Al rededor de la torre Eiffel se habían reunido reporteros de distintos medios, dispuestos a captar el rescate o la ejecución de Lila Rossi; sabía que cualquiera de las dos opciones sería bien recibida mientras atrajera la atención de la audiencia. La única razón por la que Rossi aún seguía viva, es que Dame de Vérité había decidido montar una pantomima en la que volvía a recitar los cargos de los que se le acusaba, a demás de darle la oportunidad a la Italiana de decir unas últimas palabras. Lila, en un intento desesperado por aplazar su ejecución hasta que los héroes la rescataran, estaba dando un discurso larguísimo, en el que se despedía de sus padres, tíos, abuelos, primos y varios parientes que inventaba en el momento en busqueda de tiempo. La castaña podía permanecer horas de esa forma si eso salvaba su pellejo, pero era evidente que Dame de Vérité estaba al borde de perder la paciencia; el tiempo se les estaba agotanto.
Por un momento, Chat Noir pensó en la posibilidad de esperar a que la tiraran de la torre antes de neutralizar al akuma. Aunque fuera algo vergonzoso de admitir en voz alta, la idea le resultaba sumamente tentadora... Pero la desechó rápidamente; su Lady no se lo perdonaría. A pesar de que la italiana era la responsable de todas sus desgracias, estaba segura de que el enorme corazón de Marinette elegiría salvarla.
No era momento de pensar en venganza; debía concentrarse. Su intuición, que era lo que los guiaba la mayoría de las veces a adivinar donde se alojaba el akuma, apuntaba hacia las gafas. Tenían solo una oportunidad para aprovechar el factor sorpresa, pues el akuma podía volar, a demás de que, si le daban oportunidad de hacer uso de sus poderes sobre ellos, los resultados serían desastrosos, pues podía obligarlo a revelar su identidad; no debían darle un chance de defenderse.
Decidió que lo mejor sería atacar en el momento exacto en que Dame de Vérité arrojara a Lila de la torre; así podrían tomarla con la guardia baja. Aka-Bagu se encargaría de evitar que Lila terminara embarrada contra el pavimento, mientras él usaba su poder para destruir la diadema. A demás, la idea de permitir que, por un momento, Lila experimentara el terror de saber que iba a morir le provocaba cierta satisfacción sádica.
- Aka-Bagu, al parecer, el akuma arrojará a Lila en cualquier momento. Cuando lo haga, yo la atacaré, mientras tú te encargas de atrapar a Rossi. - La japonesa hizo una mueca de desagrado, pero no asintió. - Fenecc. Cuando te lo indique, activa tu poder. Recuerda que solo podremos mantener la ilusión durante cinco minutos, así que en cuanto destruya el objeto akumatizado y Lila esté relativamente segura, purificarás el akuma y te retirarás. -
Solo tuvieron que esperar unos minutos más, pues Dame de Vérité, harta del parloteo de la Italiana, quien en ese momento se despedía de un primo político en tercer grado, la hizo callar.
- Ya fue suficiente. - Diciendo eso, empujó a la italiana a la orilla de la plataforma, haciéndola soltar un chillido. - Es bastante triste que, incluso en tus últimos momentos, te trates de esconderte de la verdad. -
- Fennec, esta es tu señal. - Murmuró el rubio desde su escondite. El héroe con el Miraculous del zorro se apresuró a crear una ilusión que hacía pasar a Aka-Bagu por Ladybug.
- Lila Rossi, es hora de enfrentar a la justicia.
- ¡No, por favor! - Trató de gimotear la castaña. - Juro que si me perdonas, no volveré a mentir y...
- Ya has hablado suficiente. - Dictaminó Dame de Vérité, al tiempo que la empujaba hacia el vacío.
Esa fue la señal de los héroes, quienes se lanzaron al mismo tiempo a la acción. Aka-Bagu, con la apariencia de Ladybug, alcanzó a tomar a la italiana de la mano mientras usaba su yoyo para aferrarse a una saliente de la torre. La brusquedad del movimiento hizo que la muñeca de la italiana sufriera un tirón, y con un desagradable chasquido, esta se luxara, arrancando de Lila Rossi un grito de dolor. Aún así, debía sentirse agradecida: no estaba muerta. De forma simultanea, Chat Noir había extendido su bastón lo suficiente para quedar sobre Dame de Vérité, y mientras activaba su poder, se había dejado caer sobre ella sin darle tiempo siquiera de reaccionar. La diadema se convirtió en cenizas, dejando salir a la ya conocida mariposa oscura, que sin tener la oportunidad de alejarse, fue capturada y purificada por el yoyo de Aka-Bagu.
Todo sucedió en menos de treinta segundos, pero probablemente habían sido los treinta segundos más intensos de sus vidas.
- ¡Eres una idiota! - Exclamó Lila, con los ojos llorosos, mientras apuntaba hacia la supuesta Ladybug con la mano sana. - ¡Me rompiste la muñeca! ¡Pudiste haber sido más delicada! ¡A demás, se tardaron una eternidad! ¡Ambos son unos inútiles!
- Tal vez lo que estás tratando de decir es "gracias por salvarme". - Siseó Chat Noir.
Aka-Bagu no se molestó en responder. Simplemente le dirigió a la italiana una mirada repleta de asco antes de marcharse del lugar.
- Bueno, por lo menos haz algo útil y bájame de aquí. -
- Que se encarguen los bomberos. - Gruñó. E ignorando todos los improperios de la castaña, sujetó a Alya, quien contemplaba el intercambio bastante confundida, pues no sabía cómo había llegado a ese lugar, y se marchó del lugar.
Ninguno se dio cuenta de que el dron de una cadena televisiva había capturado la reacción de la italiana, y no solo eso, sino que la había transmitido en vivo.
Una hora después, Adrien llegaba a la puerta de la mansión, donde su guardaespaldas lo esperaba bastante preocupado. Al no encontrarlo en la escuela, había tratado de localizarlo inmediatamente, y él había inventado que había decidido tomar una caminata porque quería estar solo. En realidad, había tenido que recolectar los miraculous, recordarle a los portadores temporales que lo que había sucedido ese día debía mantenerse como absoluto secreto, y después, devolver los Miraculous al guardián. No había tenido tiempo de regresar a la escuela, como había planeado, pero en cierto sentido, había sido lo mejor, pues no tenía las energías necesarias para lidiar con sus compañeros.
- ¿Podrías no decir que me escapé? No quiero tener problemas. - El guardaespaldas asintió en silencio, haciendo que Adrien dejara escapar un suspiro de alivio. Lo último que necesitaba era que lo castigaran.
En cuanto entró a la mansión, se dejó caer sobre la cama, exhausto. Los últimos dos días habían sido más de lo que un humano normal debería soportar. No se dio cuenta de en qué momento se quedó dormido.
Adrien despertó una hora después, ante el incesante sonido de su celular. A juzgar por la oscuridad, debía haber anochecido. Le extrañó muchísimo que Nathalie y su padre lo hubieran dejado dormir, sin interrupciones, pero lo agradeció. No alcanzó a tomar la llamada, pero al alcanzar el teléfono a tientas y darse cuenta de que era el que utilizaba como Chat Noir, supo que solo podía tratarse de una persona. Al desbloquear el aparato, lo comprobó: la llamada perdida era de Marinette.
El teléfono volvió a sonar. Durante unos segundos, no supo si responder o no. Marinette nunca lo había llamado, por el riesgo de descubrir su identidad secreta mediante su voz, así que el que lo hiciera ahora era sumamente extraño. Finalmente, decidió contestar.
- ¿Marinette? - Preguntó, con voz dudosa.
- Hola, Adrien. -
Al oír su nombre, el chico sintió que la sangre se le congelaba. Tardó unos momentos en reaccionar.
- ¿Cómo sabes... -
- Mamá me dijo. - Respondió con suavidad.
- Oh... Yo... -
- Creo que sería mejor si hablamos en persona. ¿Puedes venir? -
- Cl-claro. - Contestó, con la voz entrecortada.
- Bien. Te estaré esperando.
Cuando la chica finalizó la llamada, el chico permaneció en shock por varios minutos.
- ¿Quién era? Son las dos de la mañana. - Preguntó Plagg, visiblemente adormilado.
- Era Marinette. Ya sabe que soy Chat Noir.
- Oh. - Respondió simplemente el kwami.
- ¿Puedes prestarme tus poderes un rato? Ella quiere que vaya a verla.
- Claro. Comí un motón de queso mientras dormías. - En otras circunstancias, el kwami de la destrucción se habría echo de rogar, pero sabía bien que no era momento para sus payasadas.
Adrien se apresuró en transformarse, para después escabullirse a toda velocidad rumbo al hospital.
Bueno... Ya casi llegamos al final de esta historia. Marinette por fin está consciente, pero como verán, ahora sabe la identidad de Chat Noir, y el chico no sabe cómo va a reaccionar.
En cuanto a los héroes... Bueno, Wayhem me cae bien aunque sea medio rarito, y soy fan de Kagami. A demás, en este momento siento que ninguno de los compañeros de Marinette merecía un Miraculous, por culeros. El nombre Aka-Bagu, significa, según el traductor google, insecto rojo en japonés. Como verán, no soy muy creativa con los nombres jajaja.
Aún quedan algunas cosas por resolver, pero por fin, parece que Marinette va a poder tener algo de paz. También les hago un spoiler: el castigo de Lila no ha terminado aún.
Muchas gracias a las personas que han dejado comentarios. Sepan que, aunque no los responda uno por uno (principalmente porque no sé bien que decir) los leo todos y los aprecio mucho.