N. de la A.: ¡Bienvenidas y bienvenidos a este nuevo fic! Antes de partir, quiero contarles que es una colección de drabbles escritos con dos motivos: el día de San Valentín, y celebrar a mi personaje favorito de Slam Dunk, Yohei Mito.
Estuve releyendo el manga hasta hace muy poquito y me di cuenta de que nunca había escrito nada de él. También recordé que no he subido nunca un especial de San Valentín XD así que aproveché la ocasión.
Mi otro objetivo es un poco desafío personal, ya que hace muuuuchos años que no escribo algo inocentón, lleno de sonrojos, o un noviazgo adolescente, así que veamos qué tal sale esto.
Ningún capítulo tendrá más de 600 palabras, excepto en la recta final del fic, en donde el máximo será de 1200 palabras. La mayoría tendrán de 250 a 350 palabras.
Publicaré un drabble diario. Todos los capítulos están enlazados cronológicamente.
IMPORTANTE: Con respecto al «Japoñol»... Lo cierto es que no me gusta para nada. Cometí ese error -habitual en los principiantes- cuando recién comenzaba a escribir y no quiero volver a eso. No obstante, el dilema mayor fue cuando descubrí que los honoríficos del japonés son muy importantes y ayudan mucho a la hora de describir las relaciones entre los personajes y sus niveles de intimidad. Solo por eso usaré honoríficos en esta colección de drabbles, y será lo único de Japoñol que use.

Disclaimer: Los personajes utilizados aquí son propiedad de Takehiko Inoue. ¡Gracias por dibujar y escribir una historia tan hermosa!

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Nunca seré así.

«Tú eres la amiga de Haruko-chan, ¿verdad? Hola. Mi nombre es Yohei Mito».

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Era una tarde calurosa. El equipo de baloncesto de la escuela Shohoku se encontraba entrenando arduamente, preparándose para asistir al campeonato nacional; un sueño que el actual capitán, Takenori Akagi, pensaba cumplir a como diera lugar.

Shohoku contaba con jugadores bastante peculiares. Entre ellos la más reciente adquisición, Hanamichi Sakuragi, practicaba los movimientos básicos de aquel alucinante deporte con cara de querer suicidarse, o matar a su rival más inmediato, Kaede Rukawa.

Y, tanto por ver a este último como para apoyar a los muchachos, la hermana menor del capitán Akagi –una preciosa muchachita llamada Haruko– iba diariamente a presenciar las prácticas con sus dos mejores amigas: Fujii y Matsui.

Y mientras Matsui era una chica desconfiada, escéptica, y algunas veces graciosa, Fujii tenía una timidez espantosa en cuanto al género masculino que la ponía en serios aprietos a la hora de relacionarse. Le costaba horrores entender cómo le hacía Haruko para hablar con tantos chicos «peligrosos» sin morir en el intento.

—No tienen nada de peligroso —objetaba la menor de los Akagi—; aunque Sakuragi-kun se vea como alguien violento, en realidad es un chico muy dulce.

Fujii temblaba duramente cada vez que le tocaba escuchar algo así. No se imaginaba cayendo como Haruko, perdidamente enamorada de un chico gigante y con pinta de matón, y estaba completamente segura de que no pasaría por algo así. Sin embargo, el verano decidió enseñarle a Fujii que nunca se ha de escupir al cielo.

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Nos vemos mañana ;)
Amor y felicidad para todos.
Stacy Adler.