-¿Entonces no hablaste con Sheldon?
-No, hace casi una semana- Respondió Amy triste mirando su copa de vino.
-Se fue hace tres dias, dijo que iría a la convención de Riverside con unos amigos...
-¡Sheldon!
El nombrado fue a la cocina donde provenía el grito, ahí estaba ella friendo unos huevos.
-¡Mira esto! ¿Eres un maldito vampiro o qué?- Gritó Libby mirando las marcas en su cuello.
Sheldon se paró al lado de ella. La abrazó por detrás y besó su mejilla.
-Lo siento, no imaginé que te quedaria así- Murmuró suavemente.
Libby tiró de brazo hacia atrás para abrazar su nuca. Fue girando la cabeza hasta encontrarse con los labios dispuestos de su nuevo amante.
Los dos estaban sentados en la cama del hotel, desayunando. Normalmente Sheldon no comería en la cama ya que para él era algo antihigienico pero Libby fue insistente.
-Este tocino está delicioso- Dijo Libby entre bocados, haciéndolo reír.
-¿Cómo puedes comer tanto y tener un cuerpo tan estructurado?
-Bueno... quemé muchas calorías anoche, sólo estoy recuperándolas.
Sheldon se metió un trozo de huevo en la boca y masticó pensativo, segundos después dio una pequeña risa.
-¿Qué?- Preguntó ella curiosa.
-¿Crees que las personas ya habrán entendido la expansión de los fondos oceánicos?
Libby lo miró con ojos muy abiertos y una sonrisa.
-La expansión de los fondos oceánicos ocurre en las dorsales oceánicas, donde se forma una nueva corteza oceánica mediante la actividad volcánica y el movimiento gradual del fondo alejándose de la dorsal, este hecho ayuda a entender la deriva continental explicada por la teoría de la tectónica de placas- Explicó usando un tono serio.
Ahora Sheldon la miró en silencio, recordando algo que dijo hace mucho tiempo.
-Me siento deleitado por tu mente.
-¿Entonces ya no te sientes amenazado?
-Bueno... gané el premio Nobel hace dos años así que...
-¿¡QUÉ!?- Exclamó parándose.
-¿Qué?- Dijo confundido.
-¿Ganaste el premio Nobel?
-Si, pensé que lo sabías- Respondió.
-Cuando vine a Caltech, Siebert me dijo que un empleado había ganado el premio Nobel pero no imaginé que eras tú. Genial, Sheldon. Estoy orgullosa de ti... tanto- Confesó con amor.
-Gracias...
En ese momento sonó el celular de Sheldon, él lo miró y casi se atragantó con el trozo de panqueque que estaba comiendo. Era Amy, después de cinco días le mando un mensaje de texto.
"Hola"
Fue tan simple el mensaje, pero Sheldon miró el teléfono mordiéndose el labio.
-¿Sheldon, que pasa?- Preguntó Libb con preocupación.
-Nada, yo sólo... permíteme un momento- Se levantó y se fue al baño.
Marcó el número de Amy y esperó ansioso.
-Sheldon.
Él se quedó helado, era su voz.
Era ella.
-Hola, Amy. ¿Cómo estás?
-Eso es lo que quiero saber de ti. ¿Cómo estás? Leonard me dijo que estás en Riverside.
-Si, estoy en la convención. ¿Recuerdas que te dije?
-Ahora lo recuerdo. ¿Con quién fuiste?
Sheldon inhaló ondo por la nariz.
-Con unos chicos que van a la tienda de cómics.
-Ya veo...
No sabía porqué, pero le dio la sensación de que ella no creía nada.
-No te dije nada por que no sé cuál es el estatus de nuestra relación...
-Sheldon- Amy interrumpió. -El hecho de decirte que te vayas de nuestro departamento, no quiere decir que no te ame.
-¿Enserio?
-Posupuesto, sólo nesecitaba un tiempo a solas.
-Es bueno saberlo- Dijo sinceramente.
-Nunca te querría fuera de mi vida y a pesar de todo lo que sucedió, yo... te amo.
Sheldon sintió un nudo en la garganta, pero era de emoción.
-Yo... también te amo.
De verdad sintió a Amy sonreír en el otro lado de la línea.
-Lo sé.
Él sonrío, esta mujer era tan genial.
-Volveré mañana.
-¿Qué? Pero solamente te fuiste un día.
-Lo sé pero... quiero estar ahí contigo.
-También quiero que estés conmigo.
Continuará...