Capítulo 13

Esa misma noche y después de convencer a Anthony Selene fue a dejar la mansión, pero desde la caseta de vigilancia le informaron que no le podían abrir la reja a órdenes de Kraven. La molestó, pero lo último que quería era ir a hacer lo que el pretendía; irlo a buscar y reclamarle. Fue donde Khan y le notificó que se iba con un grupo de traficantes, pero este le comentó que ya estaba al tanto de las órdenes del regente y que su deber era cumplirlas así no le agradaran. Selene tan solo le mantuvo la mirada. Necesitaba caerle a golpes a algo y era mejor que no fuera a Kraven. En esas estaba; debatiéndose entre ir a buscar al regente o no cuando apareció Ellen quien la dirigió a una sala donde tenían mayor privacidad y le contó que ya Amelia estaba al tanto de las amenazas de Kraven contra Anthony y que le tenían un ojo puesto, que se lo tenía desde antes.

Esa noche buscó con quien entrenarse, traficante tras traficante se entrenaron con ella, unos diciéndole que se calmara, otros que así era como les gustaba el entrenamiento. Trató de sacar todo de su mente, sobre todo a Michael y a Kraven pero este último fue difícil de pasárselo por alto. Faltaban meros minutos para el amanecer cuando la noticia se hizo correr de que un grupo de traficantes de muerte había regresado con tres lycans. Aquello extraño de por sí, hacia siglos que no se permitía el ingreso de lycans a los aquelarres; para eso estaban las casas seguras.

Selene y los traficantes presentes inmediatamente se dirigieron al sótano donde todavía existía un calabozo. Al llegar se encontraron a Ellen preguntando porque los habían traído y un traficante nervioso respondiéndole que los habían encontrado hacia diez minutos merodeando la mansión, que no tenían de otra pues estaba a punto de amanecer; si hubiera forma los hubieran llevado a una casa segura para sacarles información.

"No pueden ser tan estúpidos." Ellen murmuró.

"Será mejor reforzar los puntos de soldadura," fue Mason quien le dijo bajamente a otro traficante quien inmediatamente dejó la sala con su nueva labor.

A Selene sólo le quedaba que estaban tras Michael de nuevo. Cuando pasó por el salón principal lo encontró prácticamente vacío –para variar a la noticia haberse corrido–, los vampiros civiles espantados de que aquellos lycans se fueran a escapar y los mataran. A los más viejos y experimentados los vio armados ya fuera con espadas o dagas pero no los encontró demasiado atemorizados. Marcus pasó a su lado siendo seguido por varios traficantes, el Mayor no mostrando ni la mínima muestra de alarma, Amelia también rodeada pero de asesores. Aquellos dos se sabían defender. Viktor y Marcus podían detener lycans físicamente, lo que ningún otro vampiro podía hacer.

No fue la primera vez que se preguntó si ya Marcus estaba al tanto que una mordida de un lycan lo podía convertir en híbrido. Y también sabía que esconderle lo mismo a Michael no era prudente. Ella no fue a buscarlo tan solo para no levantar sospechas tras lo sucedido con Kraven. Subió al dojo y le causó gracia encontrarlo lleno de vampiros que buscaban protección en el lugar, las armas volando de las estanterías,

"Esta noche probablemente habrán más vampiros heridos por disparos accidentales que por aquellos lycans escapando y atacándonos."Khan le dijo acercándosele y pasándole un walkie talkie. "Toque de queda. Nadie entra ni sale de la mansión hasta nuevo aviso." Podían ser días.

"¿Quiénes los van a interrogar?" decidió preguntar.

"Soren y Carlota." Le contestó y le señaló de nuevo al walkie talkie, "Mantente pendiente de él."

Que Soren, el jefe de seguridad de Kraven, estuviera involucrado le desagradó más decidió no decir nada. Sabía por qué lo habían escogido, era uno de los mejores torturadores, probando su valía en tiempos de Viktor siglos atrás. Los traficantes de confianza de Amelia también se unieron al caso y ella fue relevada de este lo que no vino a molestarle pues en la posibilidad de que dieran con algo sería llamada a unirse al grupo de cacería.

Dos horas después y estando en la sala de vigilancia el walkie talkie no se había activado ni una vez. Decidiéndose a marcharse a su habitación a mitad de camino se encontró a Olivia y sin dudarlo se le acercó, ella tenía que ser una de las pocas personas que sabía sobre la verdadera naturaleza de los Corvinus. "¿Está Michael seguro?" le preguntó sin saludarla y pudo ver sorprendiéndola.

Decir que no se había esperado que fuera ella la que le hiciera la pregunta era decir poco, "Lo asumo. Me dijo que se iba a ir a encerrar en el laboratorio."

¿Lo habría hecho? Decidió dejar la paranoia, de todas formas aquellos lycans no saldrían del calabazo con vida. Y él no era tan estúpido como para ir a buscarlos… ¿para qué? "Tenía que comprobarlo." Se fue a marchar, pero la doctora le colocó una mano sobre el brazo deteniéndola y guiándola hasta donde oídos ajenos no pudieran escucharla.

"…Su instinto reaccionó antes de que se diera a conocer que los habían traído."

"¿Qué?"

Olivia le asintió, "Estaba con él cuando me dijo que sentía algo extraño, lo vi erizándose. Dos minutos después Amelia me llama para que lo asegure y me explica lo que está sucediendo."

"¿Los sintió?" preguntó con incredulidad.

"Sí. Averigüe y con Marcus sucedió lo mismo. Él estaba en pie y yendo hacia los calabozos aún antes de que los dirigieran al lugar. Amelia asume a que es algo que tiene que ver con los Corvinus."

Selene lo pensó por unos momentos y segundos después se encontraba buscándolo, lo encontró minutos después, Selene entró a la sala por primera vez, notando lo pequeño del lugar, se había imaginado una habitación más grande, con muchos más instrumentos. Él sentado en una silla, leyendo el manual de alguna de esas máquinas. Trató de controlarse, dejar de lado lo sucedido con Kraven, "¿Intranquilo?" le preguntó, aunque no lo parecía.

Michael la miró, estudiándola por unos momentos mientras él se colocaba en pie, "…No empecé con el pie derecho con los lycans…así que sí." La vio llevando la mano hasta una de sus pistoleras en sus piernas, sacando una y revisándola. Michael pudo ver el nitrato liquido en una de las balas cuando extrajo el magazine.

"No la necesitarás, pero mantenla contigo." Le dijo, estirándole el arma. Michael la recibió.

"¿Estás bien?" decidió preguntarle después de unos momentos.

Selene le sonrió, "Tres traficantes en la mansión a duras penas es algo que me incomode."

Michael le asintió, "No…quise decir…" entrecerró el ceño, "…Que si estás bien…" no sabía dónde poner el dedo, pero había algo diferente en ella, "Te ves más tensionada de lo normal." Y había algo en su mirada también.

Selene se paró más derecha, no queriendo pensar de a mucho en que Michael pudiera notar que algo la molestaba tremendamente. "Todo está bien." Le comentó, justo para el momento en que James apareció por la puerta.

"Apenas van a empezar con el segundo interrogatorio." James le comentó a Selene, sorprendido de encontrársela allí. Ella lo miró y le asintió más no comentó nada, y él no le tenía tanta confianza a la vampira, se sentía incómodo con su manera fría y reservada de ser. "¿Por qué no estás allá?"

"No tengo la paciencia para un interrogatorio."

Ya se lo imaginaba, y así como así, no viendo que más hablar James ingresó en la sala. Fingiendo hacerse de ayuda.

¿Interrogación o tortura? Michael no quiso saber. Vio el interés de Selene al James continuar tapando algunas máquinas, y sabía que el vampiro lo estaba haciendo para hacerse el invisible, porque hasta ahora no lo había ayudado con la mudanza. "Me dieron una habitación más grande en el sótano para hacer un laboratorio mejor equipado." Le comentó, "Ziodex está mandado unas máquinas y varios científicos accedieron a prestarme material para que yo estudie y entienda las bases de…nuestra fisiología…" aún se le hacía raro considerarse a sí mismo vampiro.

"¿En el sótano?" preguntó, cruzando miradas con James mientras Michael asintía. Era una casa grande, y probablemente desde que no lo detuvieron con lo de la mudanza era porque su laboratorio iba a quedar al otro lado de la zona donde estaban los calabozos. De seguro Amelia ya había caído en cuenta de ello, "James, permanece con él." Le ordenó, a lo que el traficante le asintió, como si alguien más ya le hubiera dicho que no se le despegara a Michael, bien. "Sé cuidadoso. No hagas nada estúpido. Nada de ir donde están esos lycans, ¿está bien?"

Michael le asintió y la vio marchándose un momento después.

James esperó varios segundos después de que Selene se marchara para reírse ahogadamente, "Bien, al menos puedo atestiguar que los chismes no son verdad."

Michael frunció el ceño, "¿Qué chismes?" decidió preguntar, pues la verdad a él hasta el momento no le había dado por interactuar con otros vampiros que no fueran los del circulo que él ya conocía. Olivia y traficantes de muerte.

"…Tu y Selene…"

"¿Selene y yo?" Aravind.

"Por la transformación, ya sabes." Michael se dio la vuelta exhalando, "Incluso hay gente que aún cree que ustedes dos se conocían de antes."

"No."

"Sí, hombre, te creo. Sino Amelia lo hubiera visto en tus memorias y puesto el grito en el cielo. Pero ya sabes, hay vampiros que les gusta montarse en la película." Se sonrió.

"¿La mayoría de vampiros no tiene nada más que hacer que vivir de la vida de los demás?" se decidió a preguntar.

James se dio por aludido, "¿Los ricos y desocupados? No." Miró a Michael, "Un consejo, no pierdas el tiempo con Selene. Ella a no ser que se lo deletrees nunca se dará cuenta de que te gusta, y aún si se da cuenta no te pondrá atención. Ahí no tienes la más mínima oportunidad, mi amigo." Selene simplemente no era así.

Se imaginó que a ella no le gustaría nada darse cuenta que ya empezaban a hablar de ellos así solo fuera él haciendo el rol de payaso. "Ya empiezo a caer en cuenta de eso." Se decidió a jugar un papel.

Le palmeó la espalda, "Y lo menos que necesitas es a Kraven como enemigo por una razón injustificada. Me imagino que ya oíste lo sucedido con Anthony…"

No sabía nada, y la curiosidad fue a ganarle lo mejor de él, pero desistió. Ya oiría de ella lo que fuera que estuviese sucediendo.

Se giró a mirarlo ante el silencio y exhaló recordando lo que le acababa de decir sobre los chismes. "¿Con quién te has estado acostando?"

Plática de hombres, "¿…Y eso es de tu incumbencia por qué?"

James se encogió de hombros, "…Curiosidad…Por lo general hay habladurías y hasta ahora no he escuchado nada."

"Siempre he sido privado en ese tipo de asuntos." Aunque no siempre había sido así.

"La mayoría de los hombres no lo somos."

"A cada quien lo suyo, supongo." Le dijo, queriendo terminar la conversación de esa manera.

Ya se había hecho a la idea de Michael ser del tipo cusumbosolo, "Vamos hombre, tan solo puedo asumir que se te están tirando encima y bastante."

Michael exhaló, la única que le interesaba que se le tirara encima tenía sus renuencias. "Debe de haber chismes de eso, ¿no?"

"Los habría si no la o las hubieras rechazado…supongo." Se sonrió, "Como también supongo que la que deseas que se tire encima no lo está haciendo."

"Bueno, ya, ya, ya." Michael le sonrió fingidamente, no dejándole ver que le había leído la mente, y James a su vez también se burló, "Entonces," le comentó, "¿Me vas a ayudar a pasar todo eso al sótano?"

James exhaló, "…Como si tuviera de otra…"

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Sin más Selene se marchó a descansar, dejando el radioteléfono en el nochero. Había pasado por alto que había entrenado vigorosamente toda la noche y madrugada y estaba cansada. Tan cansada que no escuchó el walkie talkie activarse en dos oportunidades, tan cansada que no escuchó la puerta de su habitación abriéndose, ni la presencia que entró y se quedó estudiándola por varios minutos.

Tal vez fue su rostro apacible lo que lo hizo arrepentirse de dudar de ella, arrepentirse de haberle colocado la mano encima.

Cuando escuchó que Selene no estaba respondiendo su walkie talkie por supuesto que pensó lo peor de ella, así que él mismo fue a cerciorarse de que no lo estuviera engañando. Ya daba por hecho que lo estaba haciendo. Cuál fue su sorpresa entrar en su habitación y encontrarla allí y sola,apaciblemente dormida. Se quedó por unos momentos, respirando profundo, estudiando en el aroma la presencia de alguna otra persona en el ambiente encerrado, pero no encontró nada.

¿Se había él equivocado desde el principio? ¿Había dejado que toda la presión de las últimas semanas lo influenciaran?

Pero de algo debió de haber servido, al menos para reafirmarle que no deseaba ni a Anthony ni a Corvin detrás de ella, ni ella prestándoles atención, así como venía haciéndolo. Que le pertenecía a él y debía respetarlo.

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A/N:Me estoy demorando con las actualizaciones, pero peor es no hacerlas. En fin, como les va a todos con esta pandemia? Cuídense!