Al día siguiente, cuando Ginny salió del baño ya vestida y lista para bajar a desayunar, se encontró con sus dos amigas pegadas a las sabanas.

-¿se puede saber que os pasa? ¿Hermione levantándose mas tarde de las 8?

-si, ¿Qué pasa? es domingo – dijo evitando el contacto con el exterior cubriéndose la cara con las sabanas.

-ah, ya se… ¿tenéis resaca? Porque se de alguien que debe tener una buena gracias a ti, hermioncita – le dijo haciéndole cosquillas.

Hermione se incorporo en la cama, frotándose la cara.

-¿vosotras sabíais que en la ultima practica el hechizo me hizo efecto? – preguntó directamente.

Luna, que había estado haciendo oídos sordos a la conversación de sus amigas, se sentó en la cama, mirando a Hermione con prudencia.

-bueno… - Ginny buscaba alguna excusa, pero ninguna colaría con Hermione – si – dijo finalmente.

-la verdad es que tuvimos que separarte de Draco, parecías dispuesta a… bueno… a hacerlo allí mismo con él, delante de todos – dijo Luna sincera.

-Luna, hay informaciones innecesarias – le reprendió Ginny.

-Merlín… ¿Por qué no me lo dijisteis?

-bueno, acabo de decirlo, hay informaciones innecesarias – repitió Ginny – él pensó que te sentirías avergonzada y nos pidió que no te dijéramos nada.

-tranquila Hermione, no eras tu misma.

-eso es – dijo Ginny - ¿vamos a desayunar? – preguntó.

Y sus dos amigas volvieron a esconderse entre las sabanas.

-oh, ¡vamos! ¿se puede saber que os pasa hoy?

Y lo que Ginny no sabia es que ni Luna estaba preparada para encontrarse con Theo, ni Hermione lo estaba para verse cara a cara con Draco.

Media hora después, las chicas se sentaban a desayunar con sus también poco madrugadores compañeros de casa.

No pasaron ni quince minutos cuando Dean se hizo un hueco al lado de Ginny.

-¿Cómo te encuentras? Ayer desapareciste después de… eso que te pasó.

Ginny había olvidado por completo su mentira.

-oh, si, cierto – dijo – me fui a dormir, pero ya me encuentro mucho mejor.

-que bien. no parecías encontrarte tan mal en la fiesta de slytherin – le soltó de golpe, en tono enfadado.

"mierda"

-Dean… lo siento, yo…

-no necesitas buscar ninguna excusa, me ha quedado todo muy claro – y levantándose de la mesa, el chico salió con paso decidido del comedor.

-pues mira, una cosa menos… - susurró Luna mientras Ginny se frotaba la frente con arrepentimiento. Había metido la pata por no ser clara.

la semana siguiente empezaron las clases extra para los exámenes del último curso. Oliver Wood les comunicó que retomarían las clases con nuevas prácticas el siguiente trimestre y que podían utilizar sus horas para estudiar.

Solo eran parciales. Simulacros de lo que les llegaría a final de curso, pero Hermione estaba que se subía por las paredes. Fundía a los profesores a preguntas en clase. Estudiaba en el desayuno, en la comida, en la cena y en las horas libres. Soñaba con los temarios…

-Hermione, vas a acabar enferma… - le reprendió suavemente Ginny.

-¿Por qué no vamos este sábado a Hosmeade? Ya ha nevado y estará todo precioso - fantaseo Luna.

-todavía no he tocado el temario de aritmacia… - se excusó Hermione.

-Hermione, ayer te vi desayunar con el libro de aritmacia…

-muy bien – acabo convenciéndose – si suspendo pesará sobre vuestras conciencias…

Estaban caminando hacia los carruajes cuando divisaron al pequeño grupo de griffindor un poco más adelante.

-allí están Neville y los demás ¿compartimos carruaje? – propuso la castaña.

-no, mejor no… - dijo Ginny. Las cosas no estaban demasiado bien entre Dean y ella. Él seguía molesto. – mejor vayamos con ellos ¡eh!

Luna y Hermione no habían tenido tiempo apenas de ver quienes eran "ellos" cuando Ginny ya había llamado la atención del trio Slytherin, que estaba a punto de subir a un carruaje.

-Hola – dijo Blaise cuando llegaron hasta ellos. Acababa de animarse al ver a la pelirroja.

-¿compartimos carruaje? – preguntó ella sonriente. Había echado de menos pasar tiempo con su compañero de estudios muggles. Y no porque echara de menos que le estrechara entre sus brazos de la forma que solo él sabia hacer.

-si vamos demasiado apretados… podemos coger el siguiente – propuso Luna evitando la mirada de cierto Slytherin con el que se había liado hace algunas semanas como si no existiera el mañana.

-contra más apretados, mejor, rubia – dijo ese mismo personaje.

Y por eso mismo, Luna se ocupó de sentarse bien lejos de él.

En cambio Hermione no había corrido la misma suerte y ahora mismo el brazo de Draco rozaba el suyo con cada bache en el camino, produciéndole escalofríos.

El tema corrió en base a los exámenes, por lo que cuando llegaron a hosmeade Hermione estaba mucho más animada y relajada con la compañía.

Draco no había dado muestras de darle ninguna importancia al beso que se dieron. La noche de Halloween, la semi oscuridad que los envolvía… esas cosas habían provocado algo que los dos debían olvidar.

Lo cierto es que con los sentimientos ocultos por su profesor y sus dudas con Ron, ya tenía bastante.

-podríamos ir a ver la casa de los gritos y después a calentarnos a las tres escobas. – propuso Hermione.

-bueno, conozco mejores formas de calentarnos… - dijo Theo, pero los demás ya habían aprendido a obviar sus comentarios fuera de tono.

-ey, chicas, ¿todo bien? – les preguntó Seamus, acercándose al grupo con Neville y Dean que miraba a otro sitio.

-claro ¿Por qué? – preguntó Luna inocentemente.

-si necesitáis algo, usad lo del ED – les dijo Neville en clave.

-bien – dijo Ginny, que había comprendido por donde iban las palabras de sus amigos – hasta luego – y continuó andando hacia el bosque que llevaba a la casa de los gritos.

-¿a que ha venido eso? – preguntó Hermione cuando se hubieron alejado un poco.

-esta claro, piensan que ellos nos están obligando a acompañarlos a algún sitio terrible donde nos torturarán o algo así… - se quejó Ginny, harta de los interminables prejuicios. Ella los conocía ya varios meses…

-¿Por qué pensarían algo así? Si son nuestros compañeros de estudios muggles… - dijo Luna, inocente de nuevo.

-porque somos mortífagos, rubia – le contestó Theo malhumorado.

-fuisteis mortífagos… - corrigió Hermione.

-para la mayoría no hay diferencia – declaró Draco molesto por la situación.

Sus padres le habían pedido que devolviera la vieja gloria al apellido Malfoy. Que lo limpiara como fuera. Cuando les escribió diciéndoles que estaba entablando amistad con Hermione Granger, casi se ponen a preparar la boda. Un romance con una heroína de guerra lo arreglaría todo. Y él no quería pensar que se acercaba a ella por conveniencia. Realmente le agradaba estar con ella.

Llegaron a la casa de los gritos, cuando Blaise los detuvo antes de bajar, empujándolos entre los arboles.

-¿no es ese el profesor Wood? – preguntó.

A Hermione se le aceleró el corazón y se asomó para poder verle. Pero casi deja de latirle cuando lo encontró en actitud cariñosa con una chica.

Podía verlos hablar, movían los labios y se sonreían. Le empezaron a flojear las piernas cuando el joven se arrodillo sobre una pierna y sacó una caja.

-Oh, por Merlín… - susurró Luna emocionada. – le esta pidiendo matrimonio…

Ginny le dio un codazo a la rubia y miró a su otra amiga preocupada.

La castaña se sujetó al árbol cuando la chica aceptó el anillo, abrazando y besando a su profesor.

Notó una mano que le apretaba el hombro. Cuando se giró, encontró los ojos grises de Draco, preocupados por ella.

-deberíamos irnos, estamos metiéndonos en su intimidad… - dijo la castaña, dándose la vuelta y regresando al camino que llevaba al pueblo, apretando su abrigo y su bufanda, buscando calor, pues se había quedado helada. Ni siquiera sabia que tuviera novia. Y además… era preciosa.

Los demás la siguieron intentando no hacer ruido.

-pues vaya una cosa… pedirle matrimonio en la casa de los gritos. ¿Qué de romántico tiene eso? – dijo Theo sin saber nada de lo que pasaba por la cabeza de la castaña.

-habló de romanticismo el romántico – se le escapó a Luna, molesta.

-ese sitio es en el que se conocieron y en el que se besaron por primera vez – dijo Blaise. Los demás lo observaron ¿Cómo sabia él esas cosas? – les leí los labios, os recuerdo que era espía… se de esas cosas.

Llegaron a las tres escobas y los tres agradecieron el calor del interior.

Era pronto, así que no había demasiada gente y rápidamente encontraron una mesa para los seis.

-¿Qué queréis chicos? – les preguntó Rosmerta llegando hasta ellos.

Todos pidieron cerveza de mantequilla, excepto una persona.

-un whisky de fuego – dijo Hermione, decidida. Todos los ojos se dirigieron a ella. - ¿Qué pasa? Cumplí los 18 hace dos meses ¿quieres ver mi dni? – le dijo a la mujer, algo borde.

-una cerveza de mantequilla también, Rosmerta – intervino Ginny.

-he dicho que quiero Whisky de fuego – volvió a decir la castaña con intensidad.

-es mayor de edad, puede pedir lo que quiera – intervino también Draco – aunque eso implique comportarse como una niña con una rabieta con la que después tendrán que cargar sus amigas…

Hermione mandó una mirada asesina a Draco antes de levantarse y salir hecha una furia del local.

-te has pasado, Draco – le dijo Blaise tras unos segundos de silencio, en los que la dueña desapareció para traerles los pedidos. – no sería la primera vez que tu haces lo mismo.

-iré a… - comenzó Ginny levantándose, pero Blaise la cogió del brazo, haciéndola volver a sentar.

-no eres tu quien debe ir a disculparse. – le dijo.

-no voy a disculparme por decir la verdad – se quejo Draco, enfadado.

-pues discúlpate por dejarla mal delante de todo el mundo, incluida Rosmerta – le dijo su amigo de forma seria – no era el mejor momento.

Draco apretó la mandíbula antes de levantarse maldiciendo por lo bajo. Lo observaron salir por el mismo lugar que había salido la chica.

El rubio observó el suelo nevado. Solo tenia que seguir las zancadas mas largas. Ella había salido corriendo en dirección al bosque.

No tardó en encontrarla, sentada contra el tronco de un árbol, tiritando de frio, pero decidida a no dejar salir ni una lagrima.

Sin decir nada, se sentó a su lado.

-vete de aquí – le dijo ella de malas formas.

-vas a congelarte… - dijo él sin más.

Hermione se giró, él la estaba mirando. Su expresión era neutra, no parecía molesto. No lo pensó dos veces antes de lanzarse hacia los labios del rubio, buscando refugiarse en sus besos.

Draco no esperaba que ella le besara, ni mucho menos.

-para, Granger… - dijo separándola de él.

-¿Qué pasa? – preguntó ella. no quería pensar, solo besarle y olvidar a Oliver.

-no voy a dejar que me beses por despecho, no soy segundo plato de nadie – le dijo con dignidad.

Hermione se alejó, mirando al frente con los ojos llorosos. En ese momento fue cuando egoístamente echo mucho de menos a Ron. Él siempre estaba ahí, la idolatraba, la miraba como si fuera única…

Y allí estaba ella, jugando a enamorarse de quien no debía.

Una lágrima rodó por sus mejillas.

-deberías regresar al colegio, centrarte en los estudios, intentar no pensar en nada que no sean las materias, y después volver a casa y desconectar de Hogwarts un tiempo. Disfrutar de la navidad con tu familia te despejará… - le recomendó el rubio.

Hermione se levantó y se espolsó la nieve.

-dile a las chicas que he vuelto al colegio – y después se fue.

Draco se quedó un rato más. Podría haber aceptado sus besos, haber aprovechado la oportunidad, quizá con ello sus padres habrían estado orgullosos de él. Pero no quería una chica rota junto a él.

Las cosas siempre eras todo o nada.

Cuando Hermione llegó a su habitación sacó pluma y pergamino.

"querido Ron:

Sé que he tardado mucho en escribirte, quería tener las cosas claras antes de hacerlo.

Hablaremos en navidad, pero quería que supieras que no estoy enfadada y que te hecho de menos.

Hermione Granger"

Era corto, pero en esos momentos no podía decir nada más, lo mejor sería ver que sentía cuando se reencontraran en navidad.

Sus amigas no le sacaron el tema del profesor ni del incidente en el bar, simplemente dejaron que se comportara como la Hermione pre-exámenes que debía ser y que respirara tranquila el ultimo día con todos los exámenes acabados.

-entonces pasaremos la navidad con la familia y la noche vieja juntas, no os olvidéis – dijo Luna cuando el expreso ya aminoraba la marcha, llegando a Londres.

-me enteraré de las fiestas mágicas y os escribiré para ver a donde vamos – les aseguró Ginny. – ¿ya os habéis despedido de todos?

-claro, ya nos deseamos feliz navidad en la sala común de griffindor con los demás – dijo Hermione todavía repasando respuestas de los exámenes en algunos libros.

-¿no deseareis feliz navidad a nadie más? – preguntó de nuevo – tenemos más compañeros.

Hermione la miró y las palabras de Draco Malfoy rechazándola resonaron en su cabeza.

-no, a nadie más – dijo quitándole importancia y volviendo a su libro.

Ginny suspiró y miró a Luna, que giró la cara para mirar por la ventana y no tener que contestar a su amiga, que se sentó, derrotada.

No quería ser obvia, pero desde la noche de Halloween, Blaise se paseaba bastante por su cabeza y le habría gustado desearle una feliz Navidad.

Luna, en cambio, no quería saber nada de Theo, pues ya le había visto desde el colegio hasta el tren despedirse de varias chicas en actitud demasiado cariñosa. Su plan estaba siendo todo un fracaso, desde luego.

Dejo de pensar en él cuando el tren aminoró la marcha del todo y divisó la inconfundible cabellera rubia de su padre esperándola en el andén.

Pues hasta aquí tengo escrito, la verdad. Estoy ya con el siguiente capítulo pero no está terminado, así que puede que a partir de ahora tarde un poco más en subir los capítulos.

Yo solo digo que cuanto más me animáis, más ganas me entran de escribir, jaja. Es broma, pero siempre agradezco vuestras palabras.

Bueno pues que pensáis que pasara en Navidad? Y de la reacción de Hermione y de Draco? Ya me contáis!

Un beso!