GOTAS DE LLUVIA SOBRE MI CABEZA
Autora: Clumsykitty
Fandom: Marvel/DC
Género: AU -Sci-Fi/Omegaverse
Parejas: de los arcos anteriores, con una sorpresota.
Derechos: Los personajes pertenecen a Marvel, DC y los abogados. Yo solo soy un gusanito.
Advertencias: Pues esto no será agradable, hay mucho dolor, sangre, sufrimiento como lo propio de un Omegaverse. Gente mala haciendo cosas malas, tomando malísimas decisiones. Yo pensando mil locuras con eso. Este crossover es un completo gusto mío.
Para entender la historia hay que leer primero el Arco Marvel y el Arco DC. Ops.
Gracias por leerme.
Volviendo a Casa.
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Diez años después.
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Peter Stark-Rogers trepaba ágilmente por esas columnas llenas de moho y enredaderas por donde estaba explorando. Era de sus primeras exploraciones ahora que había pasado los exámenes que sus padres le habían pedido para tener sus misiones en solitario, casi en solitario. Ya no quería quedarse en casa viendo como su prima Mere usaba ya el martillo de su padre o los gemelos comenzaban a mostrar la magia que Zatanna estaba enseñándoles. Tenía que ser un hermano mayor digno de admiración para Harley, quien ya le esperaba ansioso para escuchar de sus aventuras brincoteando en el sofá de la sala. Había que buscar por todos los territorios, siempre estaba algo que descubrir de los tiempos antiguos porque mami Tony siempre decía que ignorar lo pasado los hacía esclavos del futuro. Peter había recibido sus entrenamientos junto a papá Steve, a veces con Mere y Thor, aunque sus preferidos eran los de su primo Dick porque se movía con una gracia que al cachorro maravillaba, tan diferente a las formas un poco más bruscas de su enojón primo Jason o los consejos de su primo Tim que le habían servido para explorar.
Le encantaba ir de visita a Ciudad Central, más que hablar con su familia por las pantallas que Jocasta le ponía para ello. Y es que cuando se portaba muy bien lo recompensaban con esas visitas, quedándose algunos días con ellos, volando en la espalda de su tío Clark, recorriendo los océanos que a veces visitaban para hablar con los delfines como le había enseñado su tío Arthur. O jugar con el tío Hal a crear cosas al azar con su anillo brillante, tratar de ganarle al tío Barry con todo y que sabía que eso era imposible. Era el más veloz de todos ellos. También la tía Diana lo había entrenado con el uso de las armas porque según ella debía ser un niño muy experto en todo. Era muy feliz con su gran Manada, todos ellos tan fuertes seguros, o tan astutos como el tío Bruce que siempre le regalaba a escondidas de mami unas golosinas.
Alfred le había hecho un traje, que ahora usaba para sus exploraciones. La primera había resultado algo aparatosa, los nervios lo habían traicionado. Pero ahora era más seguro y podía valerse por sí mismo sin ayuda de los drones de Jocasta ni los constantes regaños de papá. El lugar que le había tocado revisar estaba completamente vacío, solamente eran ruinas que la selva estaba comiéndose lentamente, sin embargo, necesitaban saber si había algo que rescatar de ahí. Otro experto en cosas antiguas era el tío Charles que le contaba historias increíbles a Peter en Genosha, junto a sus primos Wanda y Pietro que eran pequeños como Harley, siempre cuidados por el celoso tío Erik. Mientras bajaba de la columna, Peter se preguntó si era buena idea hacer un álbum de fotos para todos sus primos y presumirles su primer viaje lejos de casa, en una isla que no aparecía en los mapas al ser pequeña en medio del gran océano. Sacó su cámara para comenzar, de paso que revisaba.
Su piel se erizó, como cuando un peligro se aproximaba, activando sus brazaletes con una red de araña para saltar al acto. Un peso cayó sobre sus hombros, haciendo que volviera al suelo en una aparatosa caída que le hizo aspirar polvo, tosiendo con su cámara rompiéndose. Se empujó con sus brazos y piernas, sorprendiendo a quien le había empujado al no esperar su fuerza, girándose hacia el invasor con puños listos entre brincos ágiles que le salvaron de una espada silbando en el aire queriendo cortarle. Peter gruñó, frunciendo su ceño. El otro niño era un Alfa, envuelto en una capa con capucha que no dejaba ver su rostro, un traje muy pero muy raro de combate, sacando su aroma como si eso lo fuese a asustar. Mami le había enseñado a no intimidarse ante Alfas, porque era un Omega como él, como lo había sido su valiente hermano mayor Bucky. La casta más fuerte que tenía la misión más importante. Un Aullador.
—¡¿Por qué me atacas?! —le reclamó enojado.
Aquel niño Alfa gruñó, atacándole de nuevo con su espada, forcejeando con él porque no lo podía sujetar. Le pegó en un costado con el mango de su arma, tirándolo al suelo con un bufido y dirigiendo la punta de la espada a su cuello. Peter contuvo el aliento, sus pupilas dilatándose. La hoja brillante salió despedida en dos partes por las garras de Laura, pateando en su acostumbrada manía al otro niño extraño, lanzándolo contra un pilar que se hundió donde chocó, dejando el hueco ahí al caer y volver a correr contra ella. Laura solo bufó, esperándole con sus garras listas para hacerlo pedacitos si la provocaba más. Su prima no tenía mucha paciencia, el tío Bruce le había dicho que era de herencia. Peter se levantó, mientras aquellos dos niños Alfa se probaban en fuerza, velocidad y mañas buscando la victoria. Quien sabe quien era el otro, pero tenía que detenerlos porque si algo tenía Laura Wayne era que prefería destruir antes que preguntar.
—¡ALTO! ¡ALTO! ¡ALTOOO!
Usó las redes en la daga del niño como en las garras de su prima, separándolos a la fuerza y sosteniendo esos fuertes hilos para que no volvieran a pelear. Cuando ambos más o menos se calmaron, los soltó, caminando hacia Laura cuando ella le llamó a su lado, quedándose atrás de su prima con la vista fija en el niño Alfa que se quitó la capucha, dejando ver un antifaz alrededor de sus ojos extrañamente verdes similares en forma y expresión a los de Laura, hasta en lo rabiosos. Y también le pareció muy raro que tuviera un aroma similar a su prima, que provenía de su tío Bruce.
—¿Quién eres tú? —preguntó Peter, sobándose un hombro que le había dolido con la caída— ¿Por qué nos atacas si no te hemos hecho nada?
—Responde o te parto el hocico sí o sí —retó Laura levantando sus garras.
El niño bufó, levantando su mentón. —Mi nombre es Damian Wayne, soy el príncipe de la Liga de Asesinos, vengo a reclamar lo que me pertenece.
F I N
Gracias muchas infinitas por leerme. Gracias por todo.