Hola a todos! He aquí un one-shot MariChatBlanc, en serio espero que tengamos mucho más de la pareja de MariChat para la tercera temporada. Como sea, esto es para mayores de edad así que si no eres mayor de edad, vete de aquí. Ya advertidos y sin más qué decir… COMENZAMOS!

…..

Ronroneo de un gato blanco.

Capítulo único.

Chat no lo podía soportar, su propio corazón estaba al límite y no podía permitir aquello. Bien, era un egoísta, un maldito idiota, pero no quería perder a Marinette. Desde el techo del hogar de su compañera, podía escucharla hablar gracias a que había abierto un poco la trampilla que daba a su cuarto. Marinette sonreía mientras estaba al teléfono con Alya.

-Es una gran oportunidad Marinette. Luka es un gran chico.

-Alya, por favor. Luka es lindo, amable, divertido y todo un caballero pero...

-¡Exacto! Te ha traído de cabeza desde que le conoces, no desaproveches la oportunidad. Y los dos se ven tan lindos juntos. Es perfecto para ti.

No. No lo es.

-Además, ya te has resignado con Adrien desde que decidió salir con Kagami. Y Luka es un gran partido.

-Pero, ya te he contado que hay alguien más... alguien especial.- no podía escuchar más, cerró la trampilla con cuidado.

No, no, ¡NO! Ella no podía querer a alguien más.

Pero tenía que ser honesto. Aquella situación era su culpa.

Hacía tiempo había rechazado a Marinette, lo hizo con todo el tacto que pudo reunir, creyó que podrían seguir siendo amigos después de todo. Que estúpido…

Luego de que le pidió ayuda a Marinette de que le intentase ayudar con Kagami en un fútil intento de olvidarse de Ladybug y seguir con su amistad como si nada, ya no fue lo mismo. Marinette ya no sonreía como antes, tampoco parecía saber de qué hablar en su presencia, y podía contar con la mano las veces que ambos habían pasado un buen rato a solas. Por lo que en un intento desesperado comenzó a visitarla como Chat Noir. Y vaya ironía, al final terminó por enamorarse de la misma chica que rechazo al conocerla como Chat.

Entendió que con Ladybug solo podría ser su amigo, y estaba bien con eso. Y Kagami, era una chica agradable pero sentía que se estaba viendo a un espejo a veces y le asustaba ver lo que podría ser. Pero Marinette… ella estaba en otro nivel. Ella era tan dulce, amable, divertida, valiente y talentosa. ¿Cómo había pasado desapercibida a esa adorable chica? Y ahora se sentía enfermo y furioso de celos ante lo que ocurría. Y es que las chicas del salón la habían intentado convencer para aceptar salir con Luka.

¡Sobre su cadáver!

Y ahora escuchaba que había alguien más.

¿Esto fue lo que sintió Marinette cuando la rechazo? Dolía. Dolía demasiado. Pero no quería, no podía soportar que alguien más apartara de él a Marinette. ¡Jamás! ¡Ella era suya! ¡De nadie más! ¡Y haría lo que fuera para demostrarlo!

Sin preverlo, una mariposa negra sobrevoló cerca de Chat Noir, el gato lo divisó pero no se movió. El akuma entró directo en su cascabel y Hawk Moth comenzó a hablar con él.

-Cuanto espere por una oportunidad así. Chat Blanc, si quieres que tu deseo se haga realidad sabes que hacer. Entrégame tu miraculous junto con el de Ladybug y podrás… ¡Ahg!- Hawk Moth detuvo su discurso. Un fuerte y punzante dolor como el que él daba a los akumas que no le obedecían le hizo tambalear. Chat sonrió de forma maliciosa.

-Lo siento mucho Hawk Moth pero no voy a hacer tu títere.- otro dolor, mucho más fuerte hizo que el villano termine de rodillas.- Pero gracias por el regalo. Ahora podré hacer lo que quiero sin pensar en si es o no correcto.- un dolor más intenso provocó que Hawk Moth termine su transformación, y el akuma al querer escapar del cascabel es forzado por una fuerza verde a quedarse en su sitio.- No te irás a ninguna parte insecto. Mi princesa me espera.- el miasma oscuro le cubrió por completo y ahora, un gato blanco estaba en la azotea de Marinette.

Marinette ya había terminado su llamada y estaba hincada en el suelo al acomodar la tela del que estaba segura sería por el momento su mayor obra. Acarició la suave tela negra entre sus dedos y sonrió al recordar a cierto gato que la visitaba con frecuencia. Suspiró enamorada. Chat Noir era fantástico, romántico, y tenía que admitir que tras la máscara debía ser tremendamente apuesto por la forma que le daba el antifaz a su rostro. ¿Cómo no se había dado cuenta antes? Suspiró de nuevo y Tikki sonrió a su portadora desde el escritorio.

-¿Esos suspiros son para Chat Noir?- Marinette sonrió y asintió.

-Lo son.- respondió sincera y se levantó para ver la hora en su computador, el fondo de pantalla de Adrien había sido cambiado por uno de la Torre Eiffel.

Adrien... No se arrepentía de haberse enamorado de él. Fueron un poco más de dos años de enamoramiento que al final no fueron aceptados por el modelo. Pero aquello sirvió a Marinette para madurar. Adrien tendría un lugar especial en su corazón, aunque hacía meses su amistad quedó atrofiada. Era de lo único que se arrepentía, el perder a un buen amigo.

-Ya es tarde. Mis ojos me pesan. Por suerte mañana no voy a la escuela y mis padres están en esa convención de panaderos, podré dormir toooodo el tiempo que quiera.- dijo estirándose y con un bostezo fue a la cama.- Buenas noches Tikki.

-Buenas noches Marinette.

Tikki se acostó sobre su escritorio, escondida entre las telas con que Marinette trabajó antes, pero no pasaron ni dos minutos cuando escuchó el sonido de la trampilla. La kwami sonrió pensando en que Chat Noir había venido después de todo pero de inmediato algo captó su atención, al ser encendida la luz de la lámpara del escritorio se esconde abriendo grande los ojos al verlo.

Marinette estaba punto de caer dormida cuando aún con los ojos cerrados y dando la espalda al resto de su habitación nota la tenue luz de la lámpara. Aprieta los ojos un momento y se encoge.

-Apaga la luz...- una risa gutural sonó cerca de ella.

-Abre los ojos princesa.

-¿Chat Noir?- giró su cuerpo y se talla los ojos con las manos.- Chat ya es tarde. Pasa de media... ¿noche?- al abrir sus ojos lo primero que vio fue el traje blanco, blanco en vez de negro, el cinturón que servía como cola se movía un poco casi como si fuese real, y esos ojos ambarinos y esa sonrisa depredadora la hicieron sentir un leve escalofrío.- ¿Chat… Noir?

-No Mari, Chat Blanc, y tú y yo tenemos asuntos pendientes.

-¿Qué?- se cubrió un poco con la sabana pero en un rápido movimiento Chat se la quitó de entre sus manos provocando que Marinette casi gritara.- ¡Chat! ¿Qué vas a hacer?

-Bueno purrincesa, eso es fácil.- se inclinó para verla al tiempo que ella retrocedía su cuerpo.-Necesito dejarte claro, Marinette, que tú eres mía.- un tirante de su pijama fue cortado por una de las filosas garras de Chat. Por un momento se quedó sin aliento y pudo ver por el rabillo del ojo a Tikki lista para intervenir, pero movió su mano para que esta no se moviera. Tikki obedeció.

-No te entiendo Chat. ¿Qué quieres de mí?- rogaba porque no se diese cuenta de los aretes.- Chat, ¿Hawk Moth te está controlando? ¿Por eso estas así?

Los ojos de Chat se abrieron grandes por un instante, luego se rió primero entre dientes pero no pudiendo ocultarlo más reverberó una sonora carcajada de su boca.

-¿Acaso me crees tan débil my princess? No. Digamos que lo he mandado de paseo.

-¿Q-Qué quieres decir?- preguntó más sorprendida que temerosa viendo como esos orbes ambarinos se acercaban cada vez más a ella hasta que su aliento golpeó su rostro.

-Que no hay reglas en este juego más que las mías. Y voy a hacer todo lo que quiera contigo sin restricción alguna Marinette.- mentiría si no hubiese se hubiese estremecido al escucharlo. Pero aun así...

-Chat, por favor. No puedes estar así.- su mano se acercó a su rostro buscando rápidamente el posible objeto akumatizado.- Deja que te ayude, para que vuelvas a la normalidad, por favor.- Chat Blanc cerró sus ojos y presionó esa cálida mano contra su mejilla.

-Marinette...

-Chat...- el felino llevó su mano a sus labios y besó con adoración su palma.

-Siempre tan dulce Marinette.- dijo con una sonrisa que no tenía nada de inocente. Y en un segundo estaba encima de ella.- Y quiero probar toda tu dulzura.

Marinette no pudo reaccionar a tiempo. Sus labios fueron cubiertos por esos finos y suaves labios que había soñado tantas veces en besar, en situaciones que no tuviesen que ver con akumas, claro. Y por eso tardó en reaccionar, aquello estaba mal, ¡estaba akumatizado!

-Chat basta...- logró decir al intentar separarse pero el felino gruñó en su boca, mordiendo su labio inferior y obligándola a abrir su boca para explorar más a fondo.

Marinette intentó apartarlo pero Chat sujetó sus manos y todo su peso se puso sobre ella para que no pudiera empujarlo. Marinette gimió al sentir su lengua recorrer su boca, tan ansioso que parecía querer quitarle el alma.

Después de un momento que le pareció eterno, sus labios se separaron sintiendo sus pulmones adoloridos por la falta de aire, Chat Blanc se tomó su tiempo de verla recobrar el aliento y después depositó sus dientes su blanco cuello enviándole un pinchazo de dolor.

-¡Chat! ¿Q-Que haces?

-¿No es obvio? Te estoy marcando Marinette.- esta vez mordió el otro lado y Marinette apretó los dientes ahogando un grito.

Cuando Chat la soltó, su lengua pasó por su cuello lamiendo y besando las heridas. Se levantó un poco para verla. La mordidas no habían sido tan profundas pero si lo suficiente para sangrarle y que estas en un momento se oscurecerían en grandes moratones. Marinette tenía los ojos entrecerrados intentando calmar su respiración, un claro sonrojo que remarcaba esas adorables pecas que adoraba y sus labios hinchados por el beso parecían invitarlo a probarlos de nuevo. Con una mano sujetó sus muñecas por encima de su cabeza y empezó a subir su camiseta para poder ver la hermosa vista de sus montes haciéndola reaccionar.

-¡Chat! ¡Detente!- pero él no hizo caso y al descubrirlos pudo sentir su miembro endurecerse ante tal hermosura.

-Son tan hermosos y perfectos.- Marinette se mordió el labio y cerró los ojos, estaba tan avergonzada.

-Chat, detente...

-Abre los ojos Marinette. No hay nada de lo que debas avergonzarte princess.- su voz no escondía su excitación, ni lo disimulaba.- Es una hermosa vista la que me regalas.- tomó uno y Marinette gimió a lo bajo por su toque.

Chat se acomodó mejor en medio de sus piernas, para que Marinette pudiese sentir lo que provocaba en él. Y ¡oh cielos! Ella lo sintió. Era grande y caliente aun con la ropa separando sus intimidades podía sentirlo.

-Abre tus ojos princess.- los abrió lentamente, viendo esos orbes ambarinos mirarla en vez de esos verdes que tanto amaba, pero que pertenecían a la persona que amaba con el alma. Y esa sonrisa perversa que la volvía loca desapareció un momento al cubrir su seno izquierdo.

-¡Chat~!- las orejas del gato se movieron ante el largo gemido, y gustoso prosiguió succionando su pecho. Marinette gemía arqueando su espalda, dándole un mejor ángulo a lo que estaba haciendo. Su lengua rodeaba y daba lametazos directos a su aureola y pezón, mordiendo suavemente haciéndola chillar y succionando hasta hacerla gritar para comenzar de nuevo.- Chat... Oh, Chat...- el felino se separó un poco y sonrió para soltar sus manos y así tener sus dos manos acariciando sus senos a la vez.

-Me encanta como dices mi nombre Marinette. Quiero escucharte gritarlo toda la noche.- ronroneó retorciendo sus ya rojos y adoloridos pezones haciendo que gritara su nombre y se aferrara a él.

La soltó cuando ella se retorció gimiendo y cerrando los ojos dejando caer su cuerpo.

-Marinette...- al principio parecía desconcertado pero después sonrió y se puso sobre de ella mordiendo con suavidad el lóbulo de su oreja.- Te has corrido.- ronroneó victorioso.

Marinette negó con la cabeza, muerta de la vergüenza.

-No... no es cierto.- Chat se levantó e irguió sobre de ella.

-¿No? ¿Estas segura?- la vergüenza se reflejaba en su rostro, no quería admitirlo así que lo miró con actitud y sonrisa desafiante.

-No lo he hecho. Pero buen intento minou. ¡Ah!- gritó al sentir su mano sobre su cuello, no la apretaba pero sus garras parecían a punto de clavarse en su piel.

-No me mientas Marinette. Odio tanto que me mientan.

-No miento.

-Entonces vamos a comprobarlo.- sin delicadeza alguna le quitó los pantalones y la ropa interior, Marinette dio un respingo al sentir sus dedos en su entrada.- Eres una mentirosa Marinette...- dijo mostrándole la humedad en sus dedos. Marinette desvió la mirada avergonzada y Chat sonrió.- Esto amerita un castigo.

-¿Qué co...? ¡Ah!- Chat a giró para que estuviese boca abajo, ella intentó levantarse pero Chat presionó su cabeza para que no se levantara.

-Oh no, no lo harás.

-¡Chat Noir, para ahora o te juro que…! ¡Ah!- el cuerpo de Chat estaba sobre de ella impidiéndole moverse.

-Chat Blanc. Me llamo Chat Blanc.- Marinette intentó levantarse inútilmente.

-Noir, Blanc, como sea te voy a… ¡ah!- Chat negó con la cabeza, pero todavía sonreía.

-Creo que tendré que enseñarte una lección, princess.- su lengua pasó por sus colmillos y liberó un poco su peso sobre Marinette, pero con una mano aun la tenía sobre la cama.- Quizás esto te guste…

-¿Qué…?¡Ah!- gritó al sentir como algo golpeó su desnudo trasero.- ¡Chat!

Marinette se quejó abrazando su almohada para ahogar su voz. Y fue una, y otra, y otra vez que el cinturón le golpeó el trasero. Pero hubo un momento en que sus quejas se transformaron en gemidos, se sentía indignada que la golpease como a una niña malcriada, por lo que no entendía que eso empezara a gustarle.

-¡Mmmmm!- mordió la almohada para no gemir.

-Parece que te está gustando esto.- le dio un golpe con más fuerza de la necesaria y esta enterró su rostro sonrojado en la almohada.- ¿No quieres hablar? Pues entonces buscaré la respuesta en otra parte.

Al fin dejaba su regazo en la cama y pudo respirar, por poco tiempo. De repente Marinette abrió los ojos como platos y un gemido ahogado salió de sus labios seguido de un chillido. El maldito gato ahora tenía su rostro enterrado en su intimidad para de vez en cuando introducir y sacar un dedo.

-Estas tan mojada. ¿Quién diría que te gusta ser azotada?- ronroneó gustoso al saborearla.

-C-Cállate, n-no es cierto.- logró articular poniendo en esa corta oración ese poco autocontrol que tenía.

-Mentirosa.- introdujo dos dedos y ella se arqueó en un gemido que excitó más al gato blanco. Este sonrió y siguió devorándola. Alternando su lengua y sus dedos.

Chat Blanc lamía gustoso la dulce intimidad de su princesa, torturándola un poco con su dedo en su interior, con cuidado de no hacerle daño con su garra. Sentía una dolorosa erección en el pantalón pero debía esperar un poco más. La quería lista para él.

-Eres deliciosa. Podría volverme adicto a esto.

Ella gimió al sentir ahora su lengua penetrarla. Necesitaba apartarse pero la tenía aferrada de las caderas.

-Por... Por favor Chat... basta.

-¿Suplicas para que pare? Olvídalo. Siempre quise hacerte esto.

Marinette intentó no gemir, pero era imposible. Chat sabía muy bien que hacer. Sentía que estaba a punto de llorar ante otro orgasmo. Y fue que lo sintió ronronear.

No supo si gritó o gimió pero esa vibración entre sus piernas la llevó a su perdición y sus caderas se movieron hacia él. Chat sonrió complacido. Una de sus manos la soltó y esta vez chilló al sentir sus dedos apretar y rotar su clítoris.

-¡Chat! ¡Por favor...! ¡Por favor!~

Demasiado tarde. El orgasmo la arrasó y Chat Blanc recibió el abundante líquido en su boca, gustoso y sin dejar de ronronear, probando tan delicioso manjar hasta que decidió que por ahora ya había tenido suficiente.

-Eres magnifica, Marinette. Reaccionas perfecto ante mi.- pasó su mano en una caricia desde su hombro, pasando suavemente por su seno y vientre. Su cuerpo estaba cubierto por una tenue capa de sudor.- Ahora vamos a lo bueno.

Marinette apenas estaba saliendo de aquella niebla erótica cuando lo vio bajar el cascabel y quitarse la parte de arriba. Solo se bajó el pantalón lo suficiente para dejar libre al fin su erección y Marinette se quedó sin palabras.

Nunca había visto a un hombre desnudo, mucho menos un miembro, pero estaba segura que Chat se le podía calificar como alguien muy bien dotado. Era grande, grueso y largo. Pudo ver una vena gruesa surcaba el largo y estuvo segura verlo palpitar.

Su interior palpitó necesitado.

Su boca se secó.

Y estaba segura que con esa sola visión estaba a punto de…

No, no, aquello no podía ser así.

¿En qué rayos estaba pensando?

No con él akumatizado.

-Chat, por favor. No debes...

-¿No?- este rió entre dientes.- Quiero hacerlo, Marinette. Quiero entrar en ti y romper esa barrera que sentí con mis dedos al penetrarte con ellos. Quiero escucharte gritar y gemir mi nombre de placer y que seas solo mía, mía, mi Marinette.- había una especie de súplica en su voz, pero luego se posó una cruel sonrisa en su rostro.- Y tomaré cada parte de ti.- al darse cuenta de sus palabras, Marinette ahogó una exclamación y al fin se obligó a reaccionar.

-¡Chat! ¡Por favor!- chilló girando su cuerpo, en un vano intento de escapar pero las garras del felino se clavaron en su cadera que ahora le ofrecía la vista de su perfecto trasero, sonrió perverso, sintiéndose glorioso al tomar esa parte de ella que le correspondía. Sus senos rozaron el peluche de gato mientras su mano derecha se apoyó en la pared sintiendo algo caliente rozar su intimidad.

-Relájate Mari... Dolerá, pero después no podrás con el placer.- ronroneo bajo y grave, provocando que por unos segundos ella se derritiese ante él. Y fue ese momento que lo sintió.

Sus ojos se abrieron a la par cuando sintió como ese miembro grande, caliente y grueso se abría camino en su interior. Sus dedos se aferraron al peluche y a la pared, apretando los dientes intentando no gritar. No podía... era imposible... la mataría antes de que entrara por completo. Lo escuchó gemir gustoso al encontrar esa barrera, la prueba de su pureza, esa pureza que le arrebataría y corrompería. Chat se relamió lentamente y Marinette intentaba respirar para calmarse un poco e intentar no pensar en ese ardor que sentía. Y fue cuando la rompió. Un grito casi inhumano surgió de sus entrañas, sus uñas se clavaron en la pared dejando la marca de sus uñas al deslizarse y lágrimas caían de su rostro.

Marinette emitió un claro sollozo. Dios, como dolía. Deseaba que parara, pero fue una sorpresa sentir que en efecto Chat no se movía. Sintiendo su clara tensión, sus garras acariciaron su cabello y su cintura con una lentitud que ahora le eran extrañas. Su voz aterciopelada murmuraba algo a lo bajo. Puso toda su fuerza de voluntad para girar la cabeza y lo que vio la hizo amarlo más. Su expresión era como de alguien soportando un gran dolor, sus pupilas dilatadas, los dientes apretados y su rostro enrojecido hasta el tenso cuello. Era hermoso. Su interior palpitó con esa visión cerrándose más en torno a él. Chat gimió y fue que notó su mirada, este se inclinó para besar su mejilla y rozando con sus labios su mejilla y besar esa parte de su frente que dejaba ver su flequillo. Al hablar su voz fue ronca y necesitada.

-Voy a moverme Marinette. Voy a moverme y me voy a correr en ti tantas veces hasta que seas solo mía. Porque te quiero a mi lado, y si debo dejarte embarazada para ello lo haré.

-C-Chat...- sollozó adolorida y sintió la mano de su felino limpiar con delicadeza sus lágrimas.

-Shhh... Tranquila, lo siento. Si pudiera evitarte el dolor lo haría...- su voz sonaba ahogada, era tanto el placer que sentía que deseaba moverse, pero aguardó, porque no era fácil para ella.

-Chaton...

-Por ahora no digas mi nombre si no quieres que me olvide de mi gentileza. Lo dices de una forma tan sensual que me tientas demasiado...- gruño clavando sus garras en su suave piel, pero hubo algo en esa amenaza que hizo estremecer a Marinette y respiró con esfuerzo a un ritmo pausado. Se preocupaba por ella, aún ante ese estado se preocupada porque no sintiera dolor. Sintió como sus manos comenzaron a moverse en su cuerpo, intentando hacerla sentir mejor. Y fue que tocó su hinchado clítoris que la escuchó gemir.

Estaba surtiendo efecto. Marinette se arqueó en un movimiento instintivo de aceptarlo pero ante el movimiento de torsión esta lo introdujo por si misma hasta la empuñadura provocando un siseo de parte de él y ella ahogar un grito. Marinette cerró los ojos sintiendo más lagrimas caer, era grande, grueso y tan caliente que sentía que la estaba penetrando una enorme barra de acero ardiente y no el miembro de su amante... Amante. Sí, porque lo amaba, y lo hacía con locura porque aun ante el error de su akumatización disfrutaba aquello.

-¡Maldición Marinette!- siseó y sus manos volvieron a su cadera.

-Mu-Muévete... por favor.

-Aquí no decides tu cariño.

-Por favor... chaton.- lloriqueó.- Si no lo haces… seguirá doliendo. Hazlo por favor.

-Bien.- gruño molesto pero después sonrió de forma maliciosa.- Pero será como yo quiera.

Marinette gimió cuando comenzó a moverse. No era lento, pero tampoco rápido. Aun así podía sentir algo de ternura en sus movimientos, pero el ardor perduraba. Era tan incómodo y todavía doloroso. Ahogó sus gemidos y quejidos esperando poder sentir de nuevo ese placer que la llevó a las estrellas.

Chat Blanc chasqueó los dientes. Soltando una maldición por lo bajo se separó de ella girándola y quitándole al fin la camiseta de sobre su cabeza dejándola al fin desnuda. Ella lo miró, confundida y con un ligero ceño fruncido.

-Maldición…- Chat se agachó, había sangre como prueba tangible que había tomado su virginidad. Su pulgar acarició su clítoris, haciéndola jadear y se inclinó para que su lengua empezara a jugar con este.

Marinette esta vez no se esforzó por ocultar lo que sentía a viva voz. Cuando Chat terminó, volvió a adentrarse en ella y penetrarla a un ritmo constante.

Esta vez el dolor parecía algo lejano, dejando una leve molestia que empezaba a disminuir.

Chat ahogó un gemido ante la increíble sensación, su interior se cerraba a él obligándolo a hacer más fuertes las embestidas y podía sentir como su húmedo interior parecía succionarlo para no dejarlo ir. El felino apretaba los dientes, era deliciosa, toda ella era una visión. Su cuerpo bañado en sudor, sus manos encima de su cabeza y su boca abierta solo para gemir y gritar su nombre.

Era suya.

Las embestidas aumentaron impregnando toda su fuerza. Marinette gimió y gritó sin recato, la penetraba tan profundo que creyó que la partiría en dos por completo. Era brutal, salvaje y tan placentero que estaba gustosa de morir así.

-Quiero verte venir. Quiero ver tu rostro en tu primera vez.- logró decir con dificultad como si ronroneara. La acomodó para que su cadera se alzara y su espalda se curvara sobre el colchón, para que cada embestida rozara ese botón hinchado que había salido del capuchón y eso la hizo retorcerse entre gemidos agudos y ahogados.

-¡C-Chat~! ¡Por favor! ¡Oh~!- mordió su labio inferior con fuerza intentando recobrar algo de cordura.- ¡E-Esto no está bien!... ¡Para Chat!

-¡NO!- rugió entrando más, aquello era inhumano, esa fuerza y esa velocidad la terminarían por desquiciar. Gruesas lágrimas producidas por el placer y la impotencia caían de sus ojos.

Chat estaba a punto, podía sentir que estaba a punto de terminar y estaba decidido a hacerlo dentro de ella. Imponía toda su fuerza en su agarre, para placer de ella, de él, podía sentir perforar su interior y ella se retorcía en cada roce de sus pieles y de su clítoris en cada embestida. Desesperada ella le abrazó, sujetando su cabeza clavando sus dedos en su cuero cabelludo. Chat sonrió, o al menos lo intentó al sentir sus piernas enredarse en sus caderas y fue que sintió su interior apretarlo con fuerza. Marinette no pudo más, gritó desde lo más profundo de su alma y Chat le siguió al derramarse en su interior con fuerza.

Marinette sintió su mundo explotar, veía estrellas, y todo su cuerpo temblaba al sentir ese chorro ardiente en su interior. Poco a poco la razón pareció llegar a ella, pero lejos de preguntar el cómo arreglar todo ese desastre, se preguntó cómo es que no lo habían hecho antes.

Lo sintió moverse, poco a poco, tomando de nuevo ritmo.

-Chat… espera…- necesitaba un descanso, estaba demasiado sensible pero Chat Blanc negó con la cabeza.

-Aún no termina, princess. Nos queda una larga noche, ¿recuerdas?

La recostó en la cama y la giró un poco para alar su pierna y ponerla sobre su hombro, comenzando a bombear en su interior. Estaba extasiado de ver las expresiones de Marinette que empezó a gemir por el constante bombeo.

-Oh, mi amor… te sientes fantástica.- ella no podía hablar estaba embriagada por todo lo que sentía, esperaba que Tikki al final hubiese abandonado la habitación porque de no ser así se estaría muriendo de vergüenza. Gimió al sentir que volvía a correrse y la cadera de Chat Noir se empapaba de sus fluidos. Lo escuchó gemir y al fin la puso con la espalda en la cama, la besó dulcemente mientras se movía quitándose el resto del traje.- Eres hermosa, mi bella princesa.- besó su cuello y ella se sujetó a él desesperada ante un nuevo movimiento, escuchando la unión de caderas junto con un sonido acuoso.- Marinette, te amo. Te amo…- al escuchar esas dulces palabras ella quiso llorar. No sabía si lo decía en serio o era cosa del momento. Pero deseaba que fuera verdad, así podía al final justificar todo lo que estaba pasando.- Y solo yo… solo yo puedo destrozarte.- Y con esas palabras Marinette sintió cómo golpeó su interior furioso.

Chat apretó más su agarre mientras el bombeo se volvía cada vez más frenético y salvaje. Él podía sentir el sudor recorrer su cuerpo ante ese máximo esfuerzo que lo consumía en una llama de placer casi con los ojos en blancos entre jadeos y gemidos. Y Marinette estaba perdida, no tenía ya idea del mundo, del tiempo, ni de su persona, solo de ese placer que la estaba matando, sus gemidos eran ahogados, agudos y graves sujetándose a él como un salva vidas como si su vida dependiera de ello ya que sus piernas no podían sostenerle, parecía que pataleaba en el aire. La estaba partiendo, destrozando su interior para que ningún hombre pudiese tomarla, solo él, solo ese demonio felino. Y la mezcla de fluidos que salían de ella cada vez que entraba y salía de su interior, cada vez más rápido, más fuerte, no podía más. Hasta que el universo volvió a explotar para los dos.

Sintiendo ese cálido elixir llenarla más mientras que el gruñía al sentir ese asfixiante interior apretarlo como si lo ordeñara hasta dejarlo seco arañando las sabanas de la cama que quedaron hechas pedazos.

La respiración de ambos era pesada y Marinette estuvo a punto de cruzar el umbral la inconsciencia cuando sintió que Chat la tomaba de la barbilla obligándola a verle.

-No te atrevas... princesa. Porque aun quiero castigarte.- su voz ronca y grave la obligó a espabilarse, intentando inútilmente de ignorar el estremecimiento que produjo en su cuerpo.

-Chat...- su garganta estaba seca y no le sorprendía.

-No. No te dejaré hasta que seas por completo mía. Y entiendas que nadie más te va a tener y no me importa si tu corazón es de otro.- ella le miró confusa intentando traspasar esa niebla orgásmica en que estaba sumergida.

-¿De qué hablas?

-Te escuche hablar con tu amiga.- escupió furioso.- Te gusta alguien, pero no voy a dejarte ir. Primero desgarraré a ese tipo antes de siquiera dejar que te alejes de mi.- poco a poco las piezas de su cabeza comenzaron a unirse y luego vio al felino blanco comprendiendo todo.

-Oh, Chat... mon minou.- alzó su mano para acariciar su mejilla, sintiendo que esa tarea se requería mucho esfuerzo ante su entumecido y adolorido cuerpo.- Estaba hablando de ti. Estoy perdidamente enamorada de ti.- aquello descolocó a Chat que la miró incrédulo separándose de ella.

-¿De mí?- Marinette asintió mientras sonreía.

-Me di cuenta que estaba enamorada de ti hace poco. Siempre has estado allí para mí y... Te amo Chat, con todo mi corazón.- un cálido sentimiento inundo su interior, ella lo amaba, en verdad lo amaba. Entonces recordó lo que acababa de hacer, cada momento y sintió su estómago revolverse y la bilis subir por la garganta.

-Marinette... yo... Lo siento tanto, todo esto…

-Chat, está bien.

-¡¿Cómo va a estar bien?!- gritó histérico sujetándose la cabeza.- ¡Te viole! ¡Esto fue una maldita violación!

-Solo si no fuera consensual. Pero lo fue, yo te dejé y mira lo que hemos hecho...

-Soy un monstruo.

-Chat...- tomó su rostro con ambas manos y lo jaló a ella para darle un dulce beso en los labios.- Yo lo quise así.

-Era tu primera vez. Fui un animal.

-Te preocupaste por mi varias veces... me hiciste sentir especial aun cuando estabas enojado y buscabas dañarme. Y Chat...- sonrió para hablarle en un susurro bajo.- Me han gustado muchas cosas.- Chat exhaló algo parecido a un suspiro fuerte dejando su cuerpo caer en Marinette, justo con la cabeza entre sus senos.

-¿No estas enfadada?

-No, chaton. Solo algo entumecida... y exhausta.- Chat volvió a suspirar, esta vez aliviado.

-Te amo Marinette.- sus brazos envolvieron su pequeña figura y ella llevo sus manos a su cabeza, adoraba esos sedosos cabellos y ahora era ella quien ronroneo gustosa al acariciarlos.

-Y yo a ti…

-Estás exhausta.

-Como no tienes idea...-Chat rio a lo bajo, era obvio después de lo que hicieron.

-¿Te gustaría un baño de burbujas my princess?

-No tengo fuerzas, Chat.

-Yo aún tengo.

Marinette no tuvo fuerzas para retenerlo. Chat se escapó de sus brazos y lo escuchó entrar en su cuarto de baño preparando su tina. Cuando regresó la tomó en brazos y ambos entraron en esa pequeña tina en donde Marinette estaba sobre el regazo de Chat que en ese instante le lavaba el cabello y luego aclaró con una pequeña tinaja. Desde ese ángulo observó los rasguños, las marcas de sus besos y manos, y mordidas. Todo su cuerpo había sido marcado y una mezcla de sentimientos de entre la culpa y el placer se revolvieron. Pero no fue por mucho, Marinette se giró y le abrazó pegando su pecho en el de él. La abrazó y en tiernos besos ambos terminaron el baño para descansar y pensar qué hacer después...

El sol de Paris se alzaba esa mañana. Y dos amantes no perdían tiempo en darse los buenos días. Bajo las sabanas ambos se besaban sin descanso, sus lenguas estaban en una lucha sin cuartel acallando gemidos y suspiros, mientras Chat tenía su mano en los suaves cabellos de su amada y la otra en su seno mientras frotaba su dura y palpitante erección, Marinette tenía una mano ocupada enredando sus dedos en esa melena rubia y su otra mano estaba abajo, presionando la erección de Chat Blanc en cada movimiento.

-C-Chat... Adentro... Adentro...

-Mmm, ¿ya no te importa quedar embarazada?- ronroneo descaradamente y ella gimió a lo bajo.

-P-Pues después de ayer... t-tomo la píldora desde hace tiempo...- Chat se rió al escucharla balbucear mientras aguantaba no gemir.

-Me hare responsable. ¿Cuándo dijiste que regresaban tus padres?

-Pasado mañana...- respondió como pudo muy cerca del orgasmo ante la fricción de su miembro con el clitoris.- ¿Y-Y tú?

-No tengo prisa...- contestó apretando los dientes.

-Chat... el akuma... no puedes ser Chat Blanc...- hablo entre gemidos y este siguió con aquel delicioso vaivén.

-Después... oh, Mari, eres deliciosa...- el ritmo comenzó aumentar haciéndola estremecerse y gemir de forma temblorosa.

Chat rió a lo bajo, pero fue una sorpresa cuando Marinette lo giró, estando a horcajadas de él y Chat la observó fascinado y sonriente al apoyar sus codos en la cama. Ella misma se empaló en su miembro, en un gemido ronco que junto a ese interior caliente y apretado lo excitaron más. El verla montarlo como toda una amazona era una visión que deseaba ver cada día de su vida. Su cabello suelto enmarcando su precioso rostro, sus ojos entrecerrados oscurecidos como el mar profundo, sus labios hinchados y rojos por los besos, como sus pezones que se movían al ritmo de las penetraciones. Pero también había algo más, y eran sus huellas. Los morados en su cuello, las marcas de sus garras y dedos en sus pechos, abdomen y piernas, y sabía que su espalda y trasero estaban igual. Ya no había ni una pizca de culpabilidad por lo que hizo, sino que ahora estaba extasiado. Una risa extraña salió de él y observó fascinado la unión entre ambos antes de abrazarla rodeando sus hombros y apretando su trasero.

-Marinette... Marinette te amo cherie...- comenzó a moverse también profundizando las estocadas hasta lo más profundo de su ser y Marinette gritó sintiéndolo crecer, maldiciendo a ese gato que de seguro al final sería una completa adicta a él.

-Chat… Chat por favor…

-¿Qué quieres Marinette? Dímelo, tienes que ser muy específica…- Marinette gimió arañando el pecho de Chat.

-¡Quiero que me llenes! Lléname Chat hasta el fondo… hazlo más fuerte y dame esa ardiente y espesa esencia tuya chaton…

Podía escuchar su excitación en su esfuerzo, y su interior gustosa lo recibía no importándole ya las posibles y consecuencias, había perdido el juicio por su culpa. Gimiendo su nombre hasta que de nuevo comenzó a moverse con aquella fuerza y velocidad bestial. Sus ojos se abrieron grandes y aferrándose a él, arañando su espalda y sujetando con fuerza su cabello hasta que los dos terminaron en un clímax que los dejó perdidos y saciados. Chat Blanc recostó de nuevo a Marinette mientras seguía llenándola de su caliente esencia, abrazándola y acariciando sus cabellos hasta que derramó la última gota. Salió de ella y se tumbó a su lado, intentando recobrar el aliento y pegándola a su cuerpo.

-Eres fantástica, cherie. Te amo tanto Marinette.

-T-Te amo Chat... pero... debes ser purificado. No quiero que en una oportunidad que estés vulnerable Hawk Moth tome control de ti.- Chat gruñó a lo bajo.

-En eso tienes razón, peeeeero después, a menos que tengas GPS para localizar a Ladybug dudo mucho que sea inmediato.

-Si es posible.- Chat sonrió.

-¿Tienes un gps de ella? ¿O la rastreas como en las películas de espías?

-No. Pero sé dónde está.

-¿Ah sí? Dímelo entonces.- Marinette sonrió y se acercó a su oído para susurrar.

-Yo soy Ladybug, gatito tonto.- lo sintió tensarse y ella al ver sus ojos los vio tan abiertos como platos, su expresión total era para reírse.

-E-Entonces... t-todo este tiempo...

-Lo más probable es que mi kwami ahora esté escondida en algún lugar de la casa pero… creo que ella entenderá después. Siento no haberte dicho la verdad. Pero yo...- la interrumpió besándola con pasión y ahínco, casi hasta hacerse daño.

-Yo también tengo que confesar algo.- en un movimiento de su mano el antifaz desaparece y aun con el iris de ese color ambarino, Adrien sonrió a Marinette que tardó en reaccionar y parecía querer gritar.

-¡No es posible!

-¿Perdonaras a este chico idiota de rechazarte?- al fin más calmada ella sonrió.

-Recuerda que yo te rechace a ti primero...- ambos sonrieron y volvieron a besarse.- Y más te vale seguir...- dijo entre besos moviendo su cadera hacia él.

-¿No ibas a purificarme?- sonrió burlón en el beso y ella mordió su labio inferior.

-Después...- Chat ataco nuevamente sin contener lo que sentía. Ya después de ser purificado Adrien, pedirle ser su novia y obviamente contentar a un furioso kwami; aunque Adrien no paraba de visitar a su novia o viceversa. Encontrando el amor de su vida y un sitio que jamás en sus nueve vidas dejaría entre las piernas de Marinette. Ronroneando gustoso en cada encuentro, esta vez como un gato negro.

…..

Y… me ha costado! Pero quería hacer algo de Chat akumatizado, es raro ver historias de él, o que estén completas. Pero lo he terminado al fin! Gracias a todos por leer, espero que les haya gustado. Dejen review, nada de tomatazos, y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!