NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.

HOLA DE NUEVO.

EN ESTE VIAJE LOS LLEVARÉ A UNA HISTORIA DIFERENTE, CON AVENTURAS, CONFLICTOS ROMANCE… UNA HISTORIA MUY DESDE EL FONDO DE MI IMAGINACIÓN. NO ES LA PRIMERA DE ESTE GÉNERO NI SERÁ LA ÚLTIMA, PERO ESPERO QUE SEA UNA DE LAS MÁS ENTRETENIDAS.

MIL DISCULPAS POR DEJAR PASAR TANTO TIEMPO EN ACTUALIZAR, CON ESTA PANDEMIA TAN HORRENDA, ESTAMOS TODOS ALTERADOS, CON MÁS RAZÓN ESCRIBIRÉ CADA VEZ QUE PUEDA, SI EN ALGO PUEDO ALEGRARLOS UN POCO,ESO ME HARÁ INMENSAMENTE FELIZ.

SIEMPRE LES DIGO QUE NO SUBO UNA HISTRORIA HASTA QUE TERMINO LA ANTERIOR, PERO DADAS LAS CIRCUNSTANCIAS EN QUE ESTAMOS TODOS O CASI TODOS ENCERRADOS EN CUARENTENA, SUBIRÉ TODO LO QUE TENGA, PARA ENTRETENERLOS.

UN ABRAZO GIGANTE Y QUÉDENSE EN SUS CASAS, CUíDENSE MUCHO.

GRACIAS POR SU CARIÑO, TIENEN EL MÍO.

Capítulo 30

Los ojos de Sesshomaru no se apartaban de Kagome.

Por supuesto que controlaba que el anciano monje no se diera cuenta, pero sus acompañantes, eran otra cosa.

Danaka observaba el comportamiento bizarro de su Señor sintiendo las leves fluctuaciones en el aura del Daiyoukai.

Kohaku encabezaba el grupo de humanos junto a Hiten. Sus sentidos estaban atentos a cada movimiento de la zona, y también del extraño hecho de que el Lord Occidental, viajaba a una distancia cercana a su prima un poco detrás de ellos, cuando siempre había encabezado todas las incursiones anteriores en las que él mismo tuvo participación junto al ejército del Oeste. Estaba un poco preocupado, las cosas estaban complicándose cada vez más.

Sango por su parte observaba a Miroku en la retaguardia, viajaba junto al General tigre. Miroku le guiñaba un ojo mientras sonreía con un lado le su boca, ella rápidamente se volteaba a ver hacia adelante. Él parecía estar más interesado en ella, pero ahora era ella la que no sabía cómo reaccionar. Apenas susurraba en el oído de Kagome.

-"Hey, prima… No está extraño el ambiente?"

Kagome iba sumida en sus pensamientos, estaba aterrada de que a Souta le hubiese sucedido algo. Sus dotes de videncia eran demasiado serias como para ignorarlos, pero…Siempre cabía la posibilidad de que fuese sólo una pesadilla.

Un par de noches atrás…

Los dragones volaban rumbo al sol naciente.

Estaban bastante lejos aún, pero con sus enormes alas y constancia llegarían pronto.

Kokuryu, había decidido atacar el Este a pesar de que pensaba en que era esperable en él, apostó al pensamiento humano.

-"ELLOS PIENSAN QUE ES LÓGICO PARA MÍ ATACAR EL ESTE, NADIE JAMÁS ATACARÍA EL NORTE DOS VECES . DEBEN PENSAR QUE YO IRÉ DIRECTO AL NORTE, PARA ACTUAR DE MANERA DIFERENTE A COMO PIENSAN, POR ESO IREMOS AL ESTE. EL RYU NUNCA HARÁ LO QUE LOS ALIADOS ESPERAN."

Los soldados estaban confundidos con su razonamiento, les parecía incluso ridículo, pero de nuevo, él era el Señor del Sur, y debían obedecer. Y así el inmenso ejército de reptiles se dirigió por bosques y valles hacia la tierra de los Higurashi.

A medida que volaban, los occidentales habían empezado su viaje también hacia el Este, cosa que los dragones jamás imaginaron.

Mientras ambos ejércitos se dirigían hacia el palacio de las almas, Souta se encontraba en Hakurei visitando a Hidoriko .

Ambos estaban muy enamorados y anhelaban poder casarse de una vez. Pero eso, significaba enclaustrar a Kagome y los novios se sentían culpables de su felicidad a costa de la solitud de la joven y poderosa Miko.

-"Hemos preparado algo importante… Llegado el momento lo pondremos en vigencia, pero estando la amenaza Ryu, debemos protegerlas, no podemos permitir hanyou nacidos de sacerdotisas y youkai disidentes, al menos de sacerdotisas tan poderosas como las de este monte sagrado."

-"Ya veo… Somos como un botín de guerra"

-"Hidoriko san… Onegai, no lo pongas de ese modo, ustedes son nuestro tesoro más preciado!"

Ella soltaba las manos de Souta y se alejaba hacia la galería del enorme templo.

-"No puedo evitarlo, son demasiados años dependiendo y cumpliendo la voluntad de los hombres, relegadas a nada, a obedecer y sufrir…Si tan solo supieras como se siente para las que no tenemos la vocación de servicio, la vocación de ser verdaderamente una Miko! Es…Terrible"

-"Claro que lo sé, por eso…Por favor Hidoriko, confía en mi…"

-"Sabes que te amo, pero esto es…"

-"No sólo lo hago por ti amor, también lo hago por mi hermana, si fallo para contigo, fallaré para con ella"

La hermosa Miko miraba a su novio ahora, veía el inmenso pesar que llevaba en sus hombros, era verdad, también lo hacía por Kagome.

-"Kagome Sama, es lejos más poderosa que yo…Será muy difícil que los Lores le permitan relegar su posición como suprema sacerdotisa en este templo. Si ella está aquí, los humanos están protegidos del youkai y los youkai están protegidos de lo sagrado. No creo que la dejen renunciar"

-"Primero hay que derrotar al Ryu, luego, lucharemos sin descanso por la causa de la mujer"

Caminando hacia la joven y abrazándola de atrás, hundía su nariz en su cabello debajo de la oreja

-"Tan hermosa mi novia…La más bella de todas"

Los amantes se permitían demostraciones afectivas y sueños enamorados, ignorantes de la amenaza que se cernía sobre ellos y que se acercaba cada vez más.

El Ryu se detenía a descansar algunas horas durante la noche, el frío los inmovilizaba, al ser seres de sangre fría. Buscaban cuevas que sellaban con grandes rocas y encendían fuego dentro para soportar la inclemencia de las temperaturas nocturnas.

Eso les daba ventaja a los aliados que planeaban no detenerse rumbo al Este, sólo un par de noches acamparían, el resto viajarían sin descansar. Estaban muy preocupados acerca del bienestar de Souta.

Hiten aprovechaba para conversar un poco con su nieto Kohaku, sus palabras no escapaban de la finísima audición del Daiyoukai.

-"Aprovecharemos a dejar a Kagome en Hakurei, no podemos arriesgarnos a encontrarnos con el ryu camino a casa. Imagínate si algo malo sucediera! Ella debe cumplir con su misión, cueste lo que cueste, y no podemos arriesgar su vientre, el poder que podría engendrar…No quiero ni pensar en ello"

Kohaku no pudo controlar el impulso de girarse a ver la expresión del Daiyoukai que de inmediato notó el veloz vaivén del exterminador.

Sesshomaru sintió un vuelco en su estómago al escuchar hablar del vientre de Kagome, imaginaba lo poderosa que sería su descendencia. Y más aún si fuese con él. Pero la mínima posibilidad de que fuese con otro, con un dragón y por la fuerza… Lo volvía loco tan solo de considerarlo. Pero el anciano hablaba de recluir a su pretendida…

Suspiraba para sí, sin saber cómo solucionar eso, cuando vio la mirada furtiva y veloz del exterminador.

"Él sabe…"

"Hn."

Sesshomaru sentía la vibración del exterminador alterada, y el aroma del nerviosismo. Evidentemente el joven taijiya sabía de sus sentimientos y le preocupaba su reacción acerca de lo que su abuelo pretendía hacer con Kagome.

"Debe temer que lo asesinemos?"

"Hn"

A todo esto Kagome viajaba con su cara muy seria, estaba preocupada por lo que encontrarían en casa.

El viento en su cabello hacía que se viera sublime y angelical, nada hacía prever la potente guerrera que era, experta en lucha y manejo de armas, y verdaderamente mortal uniendo a esas cualidades su energía sagrada.

Para empeorar la situación Hiten, llamó al Daiyoukai que se acercara al frente a donde estaba.

Sesshomaru lejos estaba de negarse a ello, por lo que en unos segundos lo alcanzó.

Los oscuros ojos de Kohaku casi sin querer se instalaron en los del Lord.

La advertencia cuasi súplica en la mirada del joven taijiya: NO SE ATREVA POR FAVOR A ATACAR A MI ABUELO…

El Daiyoukai lo vio a los ojos directo y a penas asintió.

Kohaku abrió grandes sus ojos, no podía ser que el inmenso Señor del Oeste entendió lo que él pensaba e internamente suplicaba… Rápido y avergonzado volteó hacia adelante. Se sintió en evidencia pero agradecido.

Noble, noble Señor youkai, el corazón sentía desde dentro de su pecho, y con todo y haciendo todo a un lado…Nadie mejor para Kagome…

Lástima…

-"Mi Lord…Estoy pensando en pasar previamente por Hakurei…Usted sabe el riesgo que corren las Miko poderosas, sobre todo las mujeres de mi familia, llevan la sangre de Midoriko Sama en sus venas…Y con la amenaza Ryu acechando…"

Sesshomaru sentía la incomodidad del anciano acerca de la posibilidad del rapto de sus sacerdotisas y el peligro del mestizaje de los dragones con las hembras sagradas de su clan. Especialmente SU Kagome, esa era la más poderosa y la más probable de ser secuestrada, la suprema sacerdotisa…JAMÁS lo permitiría era irrisorio tan solo pensarlo. Pero la realidad era que el Templo del monte, era en efecto, el lugar más seguro para Kagome en momentos como éste.

-"Hn…Veo su preocupación, me parece muy bien, en el templo estará segura"

El Daiyoukai recordaba sus visitas al templo.

La energía sagrada era tan espesa que dificultosamente se mantenía de pie, él sabía lo que había sentido, obvio que no se le notaba, pero luego de regresar al Oeste solía descansar varias horas hasta recuperarse completamente. Nadie lo sabría nunca, porque los demás que lo habían acompañado o se quedaban abajo y no subían al templo, o directamente dormían por el día cuando regresaban. Siempre estaba recuperado cuando los otros comenzaban a aparecer.

Si el manto de protección de Hakurei contara con la energía de Kagome, imaginaba que subiría al templo de rodillas si acaso lo lograra. La comisura de su boca se elevaba, su pretendida era sin duda la más poderosa. Su corazón comenzaba a latir fuerte de solo pensarlo, si…Kagome era muy poderosa…

Pero ese vientre…Ese cuerpo serían solamente suyos y de nadie más.

Entonces para el clan dragón y demás youkai, acceder a Hakurei actualmente sería imposible y con su prometida allí aún más. No había mejor lugar para ella y su protección.

También pensaba en la batalla, al saberla segura no tendría distracciones de ninguna índole y podría luchar con toda su potencia…

Si, el templo del monte Hakurei era el mejor lugar para estar para Kagome…Al menos por el momento.

Pero decírselo a ella sería un problema, ella seguramente querría ver a Souta…

Al igual que el joven Kohaku casi sin querer se volteó a ver a Kagome.

Entre sus cabellos plata se vislumbraba el brillo de los soles que era sus hermosos ojos. Por unos segundos observó el rostro aniñado y precioso de su amor secreto, era tan bella… Y no le iba a gustar, nada de nada…

Suspirando se volteó para ver al taijiya mirarlo con la misma cara de (NO LE VA A GUSTAR Y LO SABES)

Entonces el Daiyoukai extrañamente izo algo inesperado

-"Higurashi Sama…"

-"Mi Lord?"

-"Usted sabe que la Miko querrá ver a su gemelo antes de cualquier otra cosa…"

El anciano lo vio y luego miró hacia el frente. Su rostro siempre afable ahora se veía serio.

-"Pues…Yo no había pensado en eso"

El Daiyoukai continuó viéndolo con su clásica expresión ilegible, sabía que había golpeado un punto sensible en el anciano, el malestar de su nieta no era algo que el anciano disfrutara por lo que pensó en ayudarlo un poco … Aunque hablando sinceramente deseaba ayudar a Kagome.

-"Tiene razón Taisho sama, sería más conveniente que Kagome viera a su hermano antes, enviaré un emisario al Este, para que avise Souta que nos espere en Hakurei

-"Si me permite Higurashi Sama…Sin faltarle al respeto a su raza…Un humano nunca podrá llegar a tiempo para cumplir ese cometido"

-"De nuevo, tiene razón…Qué me sugiere usted?"

-"Enviaré a uno de mis soldados, el más veloz que tenga"

-"Oh! Se lo agradecería mucho!"

Así se hizo, Sesshomaru envió a su emisario más veloz hacia Souta mientras ellos continuaban a paso firme rumbo a Hakurei.

A noche caía y debían acampar.

Ignorantes de que los dragones se dirigían hacia el Este y que afortunadamente cada noche descansarían por lo menos hasta media mañana cuando el sol ya tuviera unas horas en el firmamento y eso les daba unas cuantas horas de ventaja. Por lo que les llevaban varios kilómetros de distancia. Legarían a Hakurei en dos días, los dragones a ese paso lo harían en cuatro.

En un claro del bosque cercano a la frontera.

Todo dispuesto para cenar. Sus soldados habían cazado algo y los humanos cocinado otro tanto.

Acampados muy ordenadamente los humanos se disponían en fila para recibir su ración de arroz. El lord del Oeste, de reojo observaba a sus soldados destajando la carne cruda y la sangre correr por sus barbillas… El contraste del comportamiento y las costumbres.

Era para él inevitable pensar cuán compatibles podrían llegar a ser Kagome y él.

La hermosa princesa caminaba por el campamento acercándoles alimento a sus primas y a su abuelo. Luego ofrecía a los youkai que quisieran un poco de alimento cocido, para después sentarse de manera muy agraciada y comenzar a comer delicadamente con sus palillos.

Sesshomaru observaba sus manos tan pequeñas y luego miraba las propias tan inmensas.

Sus ojos sin obedecer a su mente paseaban por el cuerpo de la onna llamando su atención en diversos sitios ocultos y otros no tanto. Gracias a su ahijada y su examen final, él conocía perfectamente la morfología y fisiología del ser humano. Un tanto diferente a los youkai, pero muy interesante…

Después, mirando hacia el río, recordó sin quererlo el cuerpo del capitán Higurashi bajo la luz de la luna y su corazón saltó.

Pronto lo vería. Y también lo vería junto a ella.

Acaso su mente enloquecería otra vez?

Shimaru miraba a Kagome desde los ojos del Señor del Oeste

"Ella es hermosa…tan hermosa…"

"Hn."

"Entonces…Por qué tenemos a Souta en la mente"

"No lo comprendo…"

"Por qué nos atrajo en la poza ya luego ya no"

"Hn."

La imagen de los gemelos en la cama retorciéndose con él le provocó incomodidad y una sensación de culpa al mirar a su novia

"Retrocede!"

La risa gutural de la bestia vibraba en la mente del enorme macho Inu que luchaba contra las sensaciones que dejaban esas imágenes en él.

Si no encontraba una respuesta pronto sentía que se volvería loco.

Y eso no era bueno.

Souta dormía plácidamente en su enorme cama. En los ventanales que miraban al océano las cortinas de seda blanca se hamacaban con el viento. El aroma a sal penetraba y teñía el aire de frescura.

El hermoso varón humano descansaba y soñaba con su hermosa novia Miko a la que había visitado en la mañana…

Una noche de descanso pacífico y plácido

Pero el cambio repentino del viento, el sonido de aleteo poderoso en su terraza, y el retumbar de unos golpes y gruñidos lo hicieron despertar y de un salto tomar su espada y aparecerse en frente al intruso.

-"Quién anda ahí!"

-"Higurashi Sama!"

El emisario de Sesshomaru había llegado.

Pero sobre él estaba Kumazawa con una katana en la garganta del pobre soldado occidental que lo miraba aterrado.

"Kumazawa san, déjelo hablar"

El enorme oso retrocedió a regañadientes, pero no envainó su espada.

Después de explicar el motivo de su presencia allí, el soldado youkai se disculpó por su manera tan repentina de ingresar por la ventana casi como un ladrón, pero le urgía cumplir con su cometido.

Souta asintió y le agradeció su esfuerza en llegar lo antes posible, si bien no comprendía el pedido de su abuelo, no perdió tiempo en cuestionarse, de paso volvería a ver a Hidoriko.

-"Partiremos en una hora"

De vuelta en el campamento, terminados de cenar los aliados compartían un vaso de té y otros un poco de sake, condimentando historias y tratando de distenderse un poco ya que los sentidos de los youkai estaban alterados, demasiado estimulados por los sonidos del bosque y la noche estrellada.

Las risotadas eran causadas por los hermanos Bankotsu, Renkotsu y su florido y colorido hermano menor, Jakotsu. El resto de la familia se había quedado en el oeste junto a Inuyasha.

A medida que contaban anécdotas, todos reían y se interesaban en saber más de las desopilantes historias.

Las mujeres un poco avergonzadas escuchaban algunas situaciones picarescas mientras Miroku y Kohaku reían. Sesshomaru se encontraba sentado cerca del anciano que cabeceaba muerto de cansancio y levantaba la cabeza ante las fuertes carcajadas de los soldados.

-"Tú no dejas títere con cabeza Bankotsu! Cada hembra que pasa termina de espaldas en tu lecho!"

-"Pues yo no soy del que hay que cuidarse"

El Daiyoukai estaba un poco harto de oír idioteces. Él mantenía sus sentidos en los alrededores.

Pero… Bankotsu no pudo con su genio y…

-"Souta Chan es el que lleva las de ganar en cuanto a conquistas"

Ahora si la atención del Señor del oeste estaba plenamente en él

-"Créanme, NADA escapa a los encantos de Higurashi Kun o debería llamarlo oniísan"

Sesshomaru miró ahora al hermano de Bankotsu, Renkotsu pero éste estaba mirando al colorido y femenino soldado Jakotsu.

Acaso era verdad lo que habían dicho aquella vez? Souta intimado con el macho youkai?

Debería llamarlo cuñado? Pero qué cosas sinsentido decía!

Jakotsu por su parte mantenía la mirada baja y se notaba muy sonrojado. Se sentía incómodo con el relato, sin embargo no pensaba confesar lo que realmente había sucedido. Total, al Señor del Este no le importaba , o si?

-Flash back-

Jakotsu tenía un gusto muy específico en lo que a machos se refería. Le gustaban rudos, fuertes y bien dotados. Cualidades que tenía y en suficiencia el segundo general del ejército del Norte, un enorme lobo negro que le negaba la palabra. Marcadamente heterosexual, el ookami jugaba una partida de mahjong por una prenda que no podría rechazar.

Hora tras hora jugaban y apostaban diversas cosas hasta que… El alcohol les había hecho prometer que el perdedor pasaría la noche con uno de los jugadores de la mesa. Harían girar la botella de sake y el que marcara debería ser su pareja por la noche.

Convencido de que no perdería el lobo aceptó.

Y así se hizo.

Demás está decir que el lobo perdió

No quería girar la botella pero obligado por el resto lo hizo.

Demás está decir que cuando dejó de girar casualmente apuntó al joven y hermoso Jakotsu.

El singular soldado youkai, estaba embelesado y a la vez aterrado. Si bien el ookami le gustaba, sabía que era muy masculino y le gustaban las hembras y que si cumplía con él sería a regañadientes.

La idea mucho no le agradaba, quería tener un encuentro satisfactorio, no forzado para el otro compañero, pero bueno, ya qué.

La cara del lobo era de desagrado, tiró el tablero de la mesa, se levantó y se volvió a los que estaban sentados o tirados borrachos por el lugar

-"No pienso acostarme con esta cosa rara, y nadie puede obligarme!"

Gruñendo, pateando y manoteando su dinero gruñó aterradoramente y los demás se echaron atrás asustados.

-"Paz amigo ookami! Paz!"

-"Hey una promesa es una promesa!"

-"No lo haré!"

Y así se retiró hacia las literas

El soldado del Norte estaba incómodo con la mirada de su Señor Kouga. No se le cruzaba ni por ventura acercarse al femenino macho para que su comandante en jefe se burlara de él por el resto de sus días. A pesar de la belleza exótica de Jakotsu, tenía una reputación que proteger y eso haría.

Por su parte, Jakotsu sonrió vaciando su vaso de sake

-"Bueno, ya que no tendré acción esta noche, yo también me iré a descansar"

Uno a uno los otros se habían retirado quedando solamente Bankotsu, Kouga, Inuyasha, Souta y Renkotsu en la mesa.

El hermoso kimono que el delicado youkai lucía, se movía seductoramente a cada paso que el youkai daba hacia su habitación.

Los hermanos lo observaban

-"Hoy Jako no tuvo suerte…"

-"Nop"

-"¡Keh! Yo les dije que el lobo no querría"

-"Pero a Jako le gusta, teníamos que intentar"

Y así entre las risas de todos los jugadores, Souta se levantó

-"Voy al baño…"

Bastante ebrio tambaleándose mientras los otros esperaban por él, continuaban las risas y bebiendo armaron otra partida esta vez apostando una patada en el trasero, porque Inuyasha no quiso transar con un beso al perdedor.

Nadie se había percatado del cambio de rumbo del molesto lobo.

Souta caminaba rumbo al baño cuando escuchó un sonido bastante extraño provenir del interior del mismo.

-"No le dirás esto a nadie"

Y gemidos y jadeos se mezclaban con sonidos eróticos.

-"No, No le diré a nadie!"

El alcohol había hecho desastres con su estómago y necesitaba urgentemente entrar y vomitar

Rápidamente ingresó a uno de los cubículos y volvió su estómago

Sonidos guturales del ambiente no permitieron que se escuchara nada de lo que hacía, pero él supo de inmediato lo que sucedía en otro cubículo. Justo el de al lado. Tratando de alejarse del lugar y darles intimidad a quienes fueren, Souta quiso salir. Pero las actividades sensuales le daban un poco de escozor, no quería interrumpir, por lo que decidió esperar un poco. Con suerte nadie lo notaría.

Llegado el silencio y los sonidos de los herrajes de alguna armadura, supo que ya podría salir. Esperó unos momentos. Supuso que no habría ya nadie.

Salió.

Apenas lo hizo, chocó con el enorme lobo negro.

Ambos se miraron pero ninguno dijo una palabra, el lobo salió por la puerta a gran velocidad.

Souta se juntó de hombros un poco afectado por la situación, pero prefirió olvidar aquello. Estaba demasiado borracho para pensar con claridad

Se lavaba la cara con agua fría y enjuagaba de su boca el sabor de la hiel por volver el estómago, lavó sus manos e intentó retirarse cuando vio a jakotsu salir del cubículo acomodando sus ropas ajadas.

Tragó duro pero continuó como si nada.

-"Jako"

-"Souta Kun"

Minutos antes

Los otros jugadores decidieron buscar a Souta para continuar jugando, pero esta vez por dinero. Habían llegado al baño hacía un rato ya, y escucharon los sonidos sensuales previos al extraño silencio.

-"Qué essss essso?"

-"Ssssshhhhh"

-"Sexo ..Gué másss bodrría ssserrr?"·

Nadie vio salir al lobo, pero si a los otros dos.

Souta Jakotsu conversaban como si nada.

-"Así soy yo"

"Al menos lo disfrutaste?"

-"Bromea? Fue la mejor experiencia de mi vida…Y créame que tengo muucha"

-"Me alegro por ti"

Los amigotes estaban en una pieza escuchando la interacción de los "supuestos amantes ocasionales"

En sus mentes preguntaban

"QUEEEEE?"

"QUÉ MIERDA?!"

"NAAAH"

Pero ninguno atinó a decir nada.

La borrachera de pronto desaparecía por la sorpresa.

Souta simplemente le dio un golpe en la espalda a Inuyasha y reverenció apenas a los demás

-"Me voy a dormir no me quedan fuerzas ni para hablar"

Por supuesto él se refería a su malestar estomacal y la creciente resaca. Pero los demás pensaron en otra cosa… los gemidos, gritos y jadeos y la sonrisa de Jakotsu…

Renkotsu miraba a su hermano ya lejos caminar contento y luego al gemelo del Este bostezar

-"N-necesito otro trago"

Kouga no lograba cerrar la boca. Inuyasha le daba un golpe en la cabeza

-"Vamos sarnoso! Me pelaste quiero recuperar mi dinero!"

Y a los arrastrones se fueron alejando intentando hacer la vista gorda y actuar con naturalidad.

Nunca más se habló de eso, al menos con seriedad. Las obvias preguntas jamás fueron respondidas. Souta honorablemente guardó silencio, y Jakotsu guardó sus recuerdos solo para él.

En la mente de los demás, el hermoso príncipe sagrado no reparaba en géneros y además era un amante increíble, las palabras del soldado colorido retumbaban en sus recuerdos.

-Fin flash back-

Las mejillas de Kagome estaban coloradas, Sango intentaba hundir su nariz en su vaso de té, Sesshomaru estaba molesto por los comentarios sugerentes, él podía escuchar, vio al anciano con incomodidad, pero no había oído ni una palabra, dormitaba hacía unos momentos. Sentía los comentarios graciosos de Bankotsu, agresivos hacia la investidura de un Lord Cardinal.

Además cada quien sabía lo que hacía y nadie tenía derecho a juzgar ni decir nada de las acciones de nadie.

Poniéndose de pie, caminó hacia su soldado.

-"Estoy seguro de que hay mucho que hacer antes de partir en unas horas"

El aura opresora los aplastaba

-"Si Mi Lord"

-"Hn."

Rápidamente se fueron levantando y cada uno se dirigió a cumplir con su trabajo asignado.

Las mujeres se acercaron al río para limpiar los platos

-"Oíste los que dijeron? Tú crees que Souta …"

-"Tonterías Sango…Sólo son tonterías de los muchachos"

Kagome miró al Daiyoukai.

Sesshomaru daba órdenes e indicaba las tareas a realizar para partir antes del amanecer.

Se veía tan sexy, tan masculino, tan atractivo…

Entre los relatos y estas acciones, la joven Miko sintió calor recorrerle el cuerpo. Aquello no era bueno…Los youkai tenían un olfato demasiado bueno! Debía huir rápido, ella sabía que sus esencias se dispararían atrayendo la atención de los machos

-Sango…"

-"Mh?"

-"Llevemos los platos y vamos por un baño, tengo calor"

-"Excelente idea…Puedo oler mi sudor, eso molestará los sentidos de los soldados"

Tomando algunos jabones y unos lienzos avisaron a kohaku que irían a asearse.

-"No le digas a Miroku, ya sabes cómo es"

-"Yo las vigilaré"

-"Está bien"

Mientras los aliados estaban ocupados con los preparativos para pasar la noche y luego continuar su viaje antes del amanecer, las mujeres se escurrieron entre las sombras, y Kohaku detrás de ellas.

Nadie se percató de aquello… Astutos Higurashi… Pero Miroku también tenía sangre Higurashi.

Entonces la naturaleza jugó de parte del Lord Occidental. Sólo fueron unos segundos, pero fueron suficientes.

La brisa nocturna revoloteaba apenas trayendo a la nariz del Daiyoukai un dejo de los sentimientos despertados en Kagome.

Rápidamente se giró para ver dónde estaba, su hermosa mujer liberaba feromonas…Por qué? Miraba el centenar de machos caminando por doquier, a cuál debería asesinar? Cuál de ellos le atrajo de esa manera…

Y ella…Dónde estaba?

Pues…No estaba.

En el río, el joven primo de Kagome vigilaba.

Quedándose sobre una roca escuchaba el chapoteo de las chicas en el agua fresca.

Pensaba lo útil que sería tener los sentidos de los youkai para revisar los alrededores, usaría su parte sagrada para sentir youki cerca

Ser taijiya y sagrado tenía sus beneficios.

Las mujeres se adentraban en la suave corriente, la piel se les erizaba, la noche se sentía más fría de lo que pensaron pero necesitaban un baño de todos modos.

Kohaku vigilaba muy atentamente, pero sus sentidos eran gemelos con los de su propia familia, Miroku se escabullía entre las sombras. Por supuesto que se había percatado del paso de las mujeres con sus productos de aseo por los costados del campamento. Su mente voló por un instante, sólo era una broma, como tantas otras.

Era inevitable para él.

Ver mujeres sin ropa había sido su hobbie desde adolescente y sus primas no habían sido la excepción.

Por demás estaba decir que se había ganado más de un coscorrón de parte de ellas cuando descubierto.

Luego se hicieron más astutas y ya no pudo espiarlas otra vez, pero ahora era tiempo de revancha.

En un principio Sango le daba igual, lo mismo que Kagome era solo otra mujer desnuda a la que espiar, pero desde no sabía cuándo, su prima exterminadora le había empezado a gustar y mucho. Verla desnuda, mojada y bajo la luz de la luna…Ah una maravilla.

Sólo que esta noche no había luna, estaba bastante oscuro, apenas veía entre las plantas.

Reptando como una serpiente se acercaba al borde de la poza cristalina. El sonido de las palabras suaves casi susurradas por las chicas llegaban como música para sus oídos. Entre los juncos y cortaderas apenas alcanzaba a vislumbrar la brillante cabellera de Sango.

Sólo un poco más…

Sesshomaru intrigado acerca del motivo de la "emoción" de su novia comenzó a buscarla.

Luego al no encontrarla su curiosidad se disparó aún más.

Buscaba por los alrededores, luego de preguntarle al anciano, a Danaka, y a algunos de los soldados que se repartieron el trabajo de ordenar el campamento, si habían visto a la gemela de Oriente…

Todos dijeron que no.

Desconcertado como estaba elevó un poco de su youki para esperar una resonancia de reiki, recibió cuatro señales leves en dirección del río.

Y hacia allí fue.

Kohaku sintió el pesado youki acercarse, en un segundo lo tuvo sobre él.

-"Sesshomaru sama"

-"Taijiya"

El pobre joven estaba sorprendido y preocupado, ¿Qué estaba haciendo allí?

-"La Miko"

-"Ah, ella y Sango están aseándose, estoy vigilando"

El Daiyoukai afinaba los ojos, mirando los alrededores y escudriñando un poco con su youki percibió tres resonancias, una muy muy leve, dos energías en el río, y una más alejada… Otra energía… Apenas perceptible…Qué extraño…

Pero si el exterminador estaba cuidando… De quién era esa otra energía?

La bestia se desperezó y agudizó su vista.

Resonaba como energía sagrada. Era un soldado del Este. Resoplando disgustado pensaba hasta los que se llaman sagrados se dejan llevar por la lujuria…

-"Qué sientes Kohaku kun?"

El joven no comprendió

-"No hay youkai cerca de las onnas eso es seguro"

-"Estás bien entrenado joven exterminador, pero no puedes percibir la energía de un sagrado"

-"Energía sa-grada?

-"Hn."

El Inu comenzó a gruñir. Muy bajo, casi imperceptible.

El Pobre Kohaku se preocupó

-"Lord Taisho…Qué siente"

-"Otro sagrado"

Nadie nos vio salir del campamento

Kohaku tomó su arma y enseguida se preparó para atacar o defender.

-"Quédese aquí taijiya"

-"Si es un sagrado, no dañará a las chicas"

El jovencito miró sorprendido a Sesshomaru que tenía sus ojos sangrando

La voz le había cambiado

-"Ningún macho pondrá sus ojos en la hembra de este Sesshomaru"

Este problema iba más allá de la guerra o del peligro que corrieran en el bosque…Este era un problema de celos youkai, peligroso era decir poca cosa.

-"Su hembra?"

Sus ojos se abrieron sorprendidos, claro! Kagome le gustaba…Pero tanto así como para llamarla su hembra?

Si eso era así, si la bestia del Inu la había elegido, quien fuera que estaba allí cerca moriría.

De pronto una idea aterradora le cruzó por la cabeza…

Pero no podía ser… Nadie los había visto salir.

O tal vez…

Su mente repetía

"OH KAMI, OH KAMI QUE NO SEA MIROKU!"

-"Mi Lord! Onegai! Mi primo Miroku tiene la mala costumbre…"

-"Quien sea morirá"

-"No lo mate! "

En un segundo desapareció.

Miroku que comenzaba a apartar las cortaderas para tener una vista mejor, de pronto sintió el peso descomunal del youki de Sesshomaru aplastarlo contra el suelo y quitarle el aliento.

Kagome y Sango sintieron el pesado youki y enseguida se voltearon para alejarse en busca de ropa

Envueltas en sus lienzos tímidamente se dirigían hacia la energía venenosa

Kohaku aparecía de la fronda

-"Dónde está Sesshomaru?!"

-"Sesshomaru?"

-"Qué?"

Los tres se acercaron rápidamente al sitio donde se vislumbraba la cabeza del Lord del Oeste y su youki brillaba verde. Las mujeres gritaban

-"Miroku!"

-"Jjjjjjkkkjjjj"

No lograba hablar, ni respirar.

La sangre le brotaba por la nariz y la boca

-"Sesshomaru Sama?"

-"Sesshomaru!"

Kagome se acercaba a ellos

Sus primos intentaban detenerla

-"No Kagome!"

-"La bestia está en control!"

Ella llegó hasta el macho enfurecido. Sesshomaru estaba indignado quería matarlo y destajar sus entrañas. Kagome apoyaba su mano en el antebrazo del macho.

Shimaru la miraba rápidamente.

Los ojos azules de Kagome se hundían en los sanguíneos ojos de la bestia enojada

-"Él lleva mi sangre…Siéntela"

El olor ferroso de la sangre del monje penetró las fosas nasales del macho Inu.

Un dejo de aroma a ella llegó hasta la nariz de la bestia que enseguida levantó su pie del cuerpo casi muerto del sacerdote hentai .

-"Si lo matas…Matarás una parte de mi"

La mirada sangrante del Señor del Oeste se fijó en Kagome.

Hermosa, sus ojos estaban fijos en Él, esperando su respuesta. Lentamente retrocedió en su ataque. No la perdería, no haría nada que la hiciera sufrir.

Los primos corrieron a asistir a Miroku que tosía desesperadamente en busca de aire.

-"Gra—cof cof! Graciass Mi Lord!"

Mientras Miroku se recuperaba, Kagome se agachó para ver cómo estaba.

Susurraba cerca del monje

-"Pedazo de imbécil, vas a pagarme ésta y no sabes cuánto"

Sango le daba una patada en el costado de la pierna.

-"Eres un idiota Miroku!"

Sesshomaru acomodaba su cabello hacia atrás tranquilamente y recuperando de a poco el dorado de sus ojos. La joven Miko tomaba su enorme mano y susurraba su agradecimiento

-"Arigatò Sesshomaru Sama"

Él no articulaba palabra solo la acercaba a su cuerpo y enterraba su nariz en el cabello mojado de su novia

Los otros se alejaron un poco. Momentos privados entre pareja fuera de youkai o humana, no eran para terceros de ver.

El Inu lentamente dejaba ir a la mujer para recobrar su rostro impávido de siempre.

-"Vístete onna, mi bestia ya está bastante molesta "

Kagome y Sango fueron detrás de las rocas a vestirse y mientras juntaban las ropas desechadas para lavar y los artículos de aseo. Todos debían regresar al campamento como si nada y para ello no debían despertar sospechas.

Kohaku agachado frotaba la espalda de su primo para ayudarlo a respirar. Levantaba la vista hacia el Daiyoukai.

-"Mi Lord, mi abuelo no debe saber su interés por Kagome…"

El Inu miraba al joven exterminador.

-"Ella tiene un deber que cumplir en Hakurei, y si su relación se hace conocida, me temo que se ganarán muchos enemigos y es lo que menos necesitan ahora"

Sesshomaru comprendió

La guerra amenazaba a Oriente como a todo el resto, las hembras sagradas eran un botín muy preciado por los youkai, la energía del monte protegía las tierras del Este y sus habitantes, La potencia de Kagome era superior a la de Midoriko.

Su corazón se retorcía de rabia ante las palabras del Kohaku

Pero el exterminador tenía razón…

Y él detestaba que así fuera…

Sesshomaru simplemente quedó en silencio.

Pero no se movió. Esperaría por ella y la llevaría lejos del monje pervertido.

Esta vez lo había dejado vivir, pero no habría una próxima.

Las mujeres salieron vestidas y emprendieron el regreso.

Miroku era llevado con dificultad por Kohaku

Las mujeres iban delante de ellos, Kagome se giró y preguntó

-"Y Sesshomaru?"

Kohaku respondió

-"Viene detrás de nosotros"

El pánico en el rostro del monje y su repentino caminar casi sin ayuda, aterrado de la amenaza que venía detrás.

-"Vaya Miroku, te sientes mejor"

-"Si, sí, yo estoy bien"

Apenas vislumbrando las luces del campamento Kagome se giró a ver al grupo

-"Nada sucedió"

Los humanos asintieron

El Lord simplemente la miró

No estaba feliz con nada de lo ocurrido

Entonces Kagome se dirigió a Miroku de reojo

Sango entonces le dijo

-"Sabes que Kagome aceptó el cortejo de Lord Taisho"

-"Y a pesar de ello intentabas espiarnos"

La cara del sacerdote palideció aún más si fuera posible

-"La próxima, te matará y no podremos hacer nada"

Kagome negaba con la cabeza

-"Aunque lo tendrías merecido, Jiisan no se merece tal pena, ya ha sufrido demasiado"

Kohaku terminaba de expresar su opinión

-"Y no hablemos de lo que tu asesinato haría con el tratado de alianza milenario"

Sesshomaru escuchaba atentamente todas las palabras de los humanos, todo era real, sin embargo los sentimientos de rabia experimentados lo habían superado. Además se sintió realmente horrible. Acaso eran los famosos celos de los que había escuchado hablar por tantos siglos y él no comprendía? Hasta esta noche.

Suspiraba y caminaba observando a su novia que se notaba un tanto enojada… La comprendía, pero ese sentimiento horrendo que lo desbordó, no pudo controlarlo.

Ese era un gran problema, solo el aroma de Kagome en la sangre del monje lo había despertado de su ataque de ira.

Miroku con voz apenas audible

-"Estoy maldito al igual que mi mano…Ya lo saben, pero yo conozco mi lugar, solo quería ver…"

Sesshomaru gruñía

-"Quizás ya no necesites los ojos monje"

En el campamento obviamente Danaka había sentido la fuerza del youki de Sesshomaru , algunos sagrados y youkai estaban pendientes de las auras que regresaban del río

-"Qué sucedió?"

-"Qué pasó?"

-"Lord Taisho!"

Sesshomaru caminaba detrás del grupo de humanos

Nadie sabía qué decir, rápidamente pensaban pero el astuto Inu se adelantó

-"Solo una alimaña rastrera que intentó molestar a las damas"

Y sin más se alejó hacia su grupo de soldados que continuaban alistando las cosas.

Danaka afinaba los ojos, él conocía demasiado bien a su Señor, lo había prácticamente criado después de la muerte de Touga, eso no había sido la amenaza de una alimaña, eso había sido algo más y él no descansaría hasta averiguar qué era lo que había sucedido…