Esa persona tan importante

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Esta batalla les estaba costando mucho trabajo a pesar de que el enemigo realmente era muy débil en comparación a otros akumas que habían enfrentado. Porque en esta ocasión la situación entre ellos era muy diferente, la tensión en el ambiente podría cortarse con un cuchillo.

Evitaban el contacto al máximo, sus ojos se apartaban inmediatamente cuando hacían contacto. Ella estaba nerviosa y distraída. Él definitivamente estaba deprimido. Y eso les estaba costando, cometían errores que ni siquiera en sus inicios como superhéroes habían ocurrido.

—Chat, necesito que te concentres — pidió Ladybug cuando él volvía a fallar en el ataque —por favor, te prometo que yo también daré mi máximo. —

Él asintió rápidamente, aunque su rostro no mostró emoción alguna. Ladybug intentó concentrarse nuevamente mientras esquivaba el ataque de los filosos arpones que lanzaba el akuma en turno. Chat Noir invocó su cataclysm y se preparó para saltar por la espalda de su oponente, sin embargo, Ladybug no se dio cuenta y trato de atraparlo con su yoyo, haciendo que se moviera de su lugar y que Chat desperdiciara su oportunidad errando el objetivo.

Continuaron luchando hasta que él tuvo que marcharse antes de destransformarse para buscar un lugar donde su kwami pudiera recargar energía.

—No tardes, por favor Chat. Acabemos pronto con esto. Te prometo que hablaremos con calma después. —

—No hay nada de qué hablar, ¿no crees? — La fría respuesta la descolocó por completo.

Ella se quedó contemplando como él se marchaba con la misma expresión inmutable que había mantenido desde que se habían encontrado esa noche. No más sonrisas, no más coqueteos descarados, no más chistes malos… tan absorta estaba en sus pensamientos que no vio cuando el akuma lanzó el ataque directo sobre ella.

—Estás haciendo un gran berrinche, Adrien. Así no podrás ayudarla mucho. — Plagg comía su queso lo más aprisa que podía, totalmente irritado ante el silencio de su portador.

Él se mantenía observando la pelea a la distancia cuando notó el movimiento del akuma. Cubriendo su cabello con la capucha de la sudadera que llevaba para evitar que lo descubriesen, tomó la tapa de un cubo de basura para utilizarla como escudo y saltó entre el akuma y la heroína.

—¡Cuidado, Ladybug!—

El gritó la sacó de sus pensamientos, con gran sorpresa vio a la figura desconocida protegiéndola. A pesar de que no alcanzaba a distinguirlo, estaba segura de haber reconocido la voz. Rápidamente enredó su yoyo en una chimenea y jaló con todas sus fuerzas para tirarla sobre el akuma, enterrándolo con los escombros para ganar tiempo. Tomó en brazos al chico y salió huyendo del lugar.

—¡Adrien! ¿Estás bien? ¿Qué estabas haciendo ahí? — las preguntas salieron llenas de preocupación.

Delicadamente lo bajó en una azotea para comprobar que él estuviera bien. Una exclamación de susto salió de sus labios cuando el chico se dobló un poco sobre sus rodillas llevándose las manos a un costado con dolor. La protección de la tapa no había sido suficiente y un arpón lo había rozado.

—No te preocupes, Ladybug. Estaré bien. —

Ella acarició tiernamente su brazo.

—Quédate aquí, Adrien. Chat y yo terminaremos pronto y te recuperarás. Vendré a verte, por favor no te muevas. — La determinación brillaba en su mirada cuando se alejó.

—Muy bien, chico, buena la has hecho. ¿Y ahora qué haremos? — Plagg apareció a su lado, examinando la herida.

—No nos queda otra opción, Plagg. Hay que ayudarla. —

Aguantando el dolor, Chat Noir empezó a recorrer el camino de vuelta. Pronto llegó al sitio donde Ladybug luchaba contra el akuma. Todos los anteriores titubeos habían desaparecido para dar lugar a la heroína de siempre, rápidamente coordinó sus movimientos como si de una jugada de ajedrez se tratará y pronto terminaron con la amenaza del akuma.

—Gracias Chat, discúlpame pero ahora tengo que irme. —

Ladybug se dio la vuelta dispuesta a lanzar su yoyo para marcharse. Chat Noir la tomó del brazo impidiendo que se marchara mientras buscaba una excusa para ganar tiempo, seguro de que se dirigía a buscarlo en su versión civil.

—Dijiste que íbamos a hablar. —

Ella se sorprendió, realmente había pensado que él no quería hablar de su situación.

—Justo en este momento tengo algo que hacer, necesito irme Chat. —

—No, tenemos que hablar. No puedo seguir trabajando contigo así. —

Abrió los ojos desconcertado, realmente no tenía planeado decirle eso, pero la frustración lo había hecho hablar de más. Ella bajó la mirada un momento mientras ordenaba sus pensamientos, sabía que él tenía razón, tenían que arreglar su situación.

— Esa persona estuvo aquí cuando te fuiste… esa persona vino a ayudarme. Me protegió cuando el akuma me atacó por sorpresa. Y resultó herido.

—¿Qué? —

—Esa persona… esa persona que cada día dice mi nombre y me sonríe cálidamente, esa persona que cada mañana me saluda tan gentilmente y siempre me está animando, esa persona que es... Esa persona hoy saltó frente un akuma para ayudarme y se lastimó. Y yo no pude evitarlo. Y ahora, Chat, necesito verlo urgentemente porque, en serio, necesito saber que él está bien. — Su voz se empezaba a quebrar.

Chat Noir la miraba sin poder procesar correctamente las palabras que ella estaba diciendo. No podía creerlo, ¿acaso ella estaba diciendo que se veían todos los días?

—¿De quién estás hablando? Dímelo, por favor. —

—Él es una persona muy importante para mí. Él es… el chico de quien te hablé. Tengo que irme Chat, en serio tengo que irme, por favor no me sigas. Nos vemos más tarde, donde siempre…— ella salió rápidamente tratando de ocultar las lágrimas que se le empezaban a escapar.

Chat Noir se quedó unos minutos congelado en su sitio, tratando de ordenar en su cabeza lo que acababa de pasar. Si había entendido bien, entonces él… Saliendo de su asombro, empezó a correr atrás de ella. Desafortunadamente ya le llevaba bastante ventaja y no había modo de cortar camino, así que se detuvo un par de calles antes y se destransformó en un oscuro callejón para salir corriendo, dejando atrás a un histérico Plagg.

—Detente, chico. No vayas a cometer una tontería — gritó desesperado el pequeño kwami sin obtener respuesta alguna. —Tikki me va a matar— suspiró resignado.

Adrien corría lo más rápido posible mientras intentaba calmar los frenéticos latidos de su corazón. Alcanzó a escuchar su voz llamándolo con desesperación y entonces ella lo vio.

—Adrien, ¿estás bien? —

De un salto ella llegó a su lado, pero lo que Ladybug nunca se esperó fue que él la abrazara intensamente, lágrimas de alivio empezaron a caer por sus mejillas sonrojadas.

—Aquí estoy, aquí estoy. Te fui a buscar en cuanto pude. — Susurró él mientras limpiaba gentilmente su rostro. —No llores, por favor. Te prometo que estoy bien.—

Ella correspondió tímidamente el abrazo, tranquilizándose poco a poco al comprobar que en verdad estaba a salvo y sin heridas. Entonces él se inclinó hacia ella.

—Ladybug, te amo. —

Y la besó.

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Notas de la autora.

Y hasta aquí llegamos con esta serie de relatos, espero que les hayan gustado. Ahora a esperar que sorpresas nos traen los nuevos capítulos.

Tengo ganas de hacer una historia Ladrien muy tierna y empalagosa, pero no voy a tener tiempo así que por eso cerré con esta historia.

303, RilaZou, Elena: gracias por sus comentarios ^_^

alma de titan: Lo se, no suena muy atractivo jajaja pero no se me ocurrió una buena introducción. Me alegro que te haya gustado :)

Muchas gracias por leer, por los favs y los follows :)