Lin días atrás le había entregado a Luella y Martin la fotografía de los gemelos, excusando que alguien que trabajó en el equipo cuando estuvieron en Japón la halló y se la envió, la dicha de ambos por tener un recuerdo tan preciado fue evidente. Aunque en su contrapartida, durante la conversación con ambos profesionales, la mirada crítica pero silenciosa de Naru no pasaba desapercibida, sabiendo inmediatamente que en realidad había contactado con la joven japonesa, decidió no abordar el tema.
El tiempo pasa demasiado rápido, alrededor de un mes transcurrió desde toda la conmoción por la que Taniyama había pasado.
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Mai sentía que sus últimos días habían mejorado, no podía quejarse. De algún modo consiguió instalar sentimientos optimistas de que podría continuar de esa forma hasta sanar sus heridas del desamor.
¿O es demasiado anticipado?
Quizá puede ser poco oportuno. Las chances cambian radicalmente y cuando estás frágil, cualquier atisbo de esperanza se esfuma con el viento.
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Todavía no tenía un trabajo, aunque a cambio cooperaba con labores del hogar.
Esa tarde estaba intentando leer correctamente la escritura en chino que Lin le había dejado para practicar más el idioma, con un bolígrafo marcaba lo que no llegaba a comprender o recordar, siendo las próximas consultas para saciar sus dudas. Desde que tuvieron la conversación de sus orígenes por parte materna, cada tarde que él llega suelen dedicarse al estudio, lo cual ha tenido un buen resultado, ante todo porque ha logrado distraerla. Irónicamente, tiempo atrás la presencia del mayor resultaba abrumadora o difícil de tratar y ahora con todos los sucesos acontecidos, estaba siendo justamente él mejor apoyo que podía tener. Se sentía estable.
El teléfono comenzó a sonar y ella rápidamente quitó su atención de la actividad. Mai no contestaba ninguna llamada, ya que sería imprudente y podía tratarse de alguien familiar, revelando su actual localización. Dejó que la contestadora se hiciese cargo como ha pasado en otras instancias, pero el mensaje entrante sería el que definitivamente obtendría toda cuota de atención, pues la voz era conocida… era Naru. A pesar de que el mensaje estaba en inglés, había aprendido bastante como para entender y honestamente, ahora mismo desearía ser una ignorante.
"Lin, soy Noll. Te busqué hoy en la oficina, pero me dijeron que estabas en trabajo de terreno. En fin; respecto a la conversación que tuvimos ayer, sobre Valerie. ¿Crees que sea correcto llegar a dar algo mucho más serio? Todo ha ido bien, pero tengo mis dudas al respecto. Llámame. No estaré en la oficina los próximos días, Martin me tiene un caso en Francia."
Para cuando el recado acabó, no sabía qué pensar.
Su respiración se volvió pesada y a medida que procesaba lo escuchado, las lágrimas se agolpan, cayendo dolorosamente, nuevamente se sentía deprimida. ¿Cómo había sido tan ilusa de creer que podía superar esta situación con tanta rapidez? Solo había sido un estúpido efecto placebo de no pensar en él forzosamente. Abandonó toda actividad y se fue hasta el cuarto, encerrándose ahí para exteriorizar aquella tristeza. En el fondo, estaba decepcionada… porque conservaba una banal esperanza de que había una oportunidad, una oportunidad que nunca llegaría.
No estaba segura de seguir adelante.
— Eres una tonta, Mai… una gran tonta. — Los sollozos quebraron la falta de ruido en la estancia.
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En el momento que Lin entró a su hogar, se sintió un poco desconcertado en notar que la japonesa no estaba en la sala, ni en la cocina, percatándose más tarde que estaba encerrada en su habitación. Aguardó unos momentos tras la puerta, escuchando los lamentos. Para él se había vuelto tortuoso, aunque no del modo negativo, odiaba volver a casa y darse cuenta que su felicidad estaba lejana. Le disgustaba saber que Mai no era feliz.
Permaneció ahí un poco y al dar un suspiro, llamó con tono hacendoso. — Mai…
— Quiero estar sola en este momento… e-estaré bien.
Pero Mai intuía que era algo de lo cual intentaba convencerse aunque fuese falso. Estaba en una encrucijada infeliz… ¿Por qué tenía que enamorarse de él? ¿Por qué no era más fácil olvidar a alguien?
— Mai, por favor… No trates de manejar esto por ti misma. Estoy aquí para apoyarte.
— Desearía nunca haberme enamorado de Naru… yo… en verdad no quiero seguir haciéndome este daño, quiero salir adelante, quiero olvidar, pero no puedo, Lin-san. — Cerró los ojos con fuerza, notando que no podía detener las lágrimas.
Lin frunció el ceño, pero internamente se armó de valor y pasó al interior del cuarto sin haber tenido la invitación, descubriendo a la joven sentada en la cama con el rostro oculto entre sus piernas. Avanzó unos pasos y se sentó a su lado. Nadie se habría imaginado que tenía la capacidad de apoyo.
— No sé qué hacer Lin-san… quería estar con él, pero todo eso se arruinó, me siento perdida. Yo sólo… me gustaría... volver atrás. — Ella no podía forjar las palabras correctamente, estaba muy afectada. Se aferró al chino en ese afán de encontrar un soporte en su desordenada vida. Él era el único en ese momento que la amparaba genuinamente.
Naru amaba a Valerie… deseaba estar con ella. ¿Dónde habían quedado los sentimientos que tuvo hacía ella? ¿Qué tan rápido pudieron apagarse?
— Vas a estar bien. — Dijo Lin finalmente. — Estaré contigo y no voy a ir a ninguna parte. No voy a dejarte sola, te ayudaré en todo sin importar lo que implique.
— Naru llamó al teléfono… él te dejó un recado. — No quería repetir el mensaje, la razón de que sus emociones se descontrolaran y esté sumida ahora en esta complicación.
—… Puedo discernir lo que decía. — Podía imaginar qué es lo que Oliver dijo y todo lo asociado a su relación actual, la estabilidad con Valerie dejaba invitación a pensamientos futuros en una sólida relación. No había querido mencionarlo con Mai por obvias razones, no se trataba de ocultar información u algo similar, no estaba en condiciones de escuchar
— No fue mi intención inmiscuirme. Quisiera nunca haber estado justamente en ese minuto para escuchar todo eso.
— Mai, tarde o temprano deberás cambiar la página, aunque cueste.
— Pero… no lo sé. En algún momento deberé regresar a Japón, buscar otro rumbo. Pero nada será como antes, hasta incluso lo sentiré solitario.
— Entonces quédate. Yo no voy a pedirte que te vayas de aquí, puedes quedarte conmigo todo el tiempo que desees.
Los días previos no habían sido desagradables. Sin darse cuenta, ambos habían calzado como las piezas de un rompecabezas. Estaban uniéndose, las almas de los polos opuestos que se comprendían de una manera discreta y extraña, a través del apoyo emocional.
Mai suspiró y asintió con la cabeza. La idea le habría parecido descabellada cuando recién llegó y ahora que lo consideraba un poco, cambiaba de opinión. — Tal vez… me gustaría encontrar un trabajo. No me gusta estar aquí, a pesar de que ayudo con las cosas básicas del hogar, no es lo mismo. Lo único que temo es que en algún lugar vea a Naru… eso es lo que menos quiero.
— Voy a buscar algo para ti. Lo prometo. Y por Naru no tienes que preocuparte, sabiendo los momentos adecuados, no tendrás que toparte con él.
Ella sonrió y asintió más tranquila. Estando en los brazos de Lin había paz, disfrutando de su presencia. Pronto se quedó dormida en ese cobijo íntimo.
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Pausadamente abrió sus ojos, el espacio en el que estaba era desconocido, tardó más de lo esperado en poder reaccionar. Recordaba la conversación con Lin, pero no haber ido a otro lado y esto sólo significaba una cosa… se trataba de un sueño. Desde hace días había estado viendo cosas efímeras y sin sentido, pero nada parecido a lo de ahora.
Era una habitación muy amplia, lleno de maniquíes cubiertos por sucios velos. Mai estaba inmóvil en una esquina del lugar, al lado de un viejo tocadiscos que sin previo aviso comenzó a sonar con un tema clásico, pese a que no conocía al autor, lo sentía familiar.
Entonces a la estancia ingresó una persona aparentemente de edad cargando un bulto que identificó como una persona, ya que la dejó en el sillón vacío que estaba en perfecta visual al ubicarse frente a ella, ahora mismo sólo era una espectadora, como la mayoría de las veces. Detenidamente se puso analizar y se trataba de una mujer joven, cruzando entre los veinte.
Aunque eso no sería lo más importante; el hombre revisó en los muebles un set de cosas y frente a un tocador comenzó a maquillarse el rostro con dedicación, reflejaba una sonrisa torcida y satisfecha, luego culminó colocándose ropas femeninas propios de una novia y una peluca que le recordó a los gustos de las altas cortes francesas que tenían en el siglo XVII. La chica que anteriormente parecía dormida, comenzó a reaccionar y salir de su desconcierto para comenzar a gritar y dejar salir su llanto. No, no había que ser demasiado inteligente para sacar resolución de la situación, más cuando el disfrazado vestido en novia de negro abrió un cajón y sacó una ordenada bandeja con elementos cortantes, cogiendo el serrucho de costilla.
Mai estaba aterrada, sus pies no se movían de donde estaba y a pesar de que era un sueño, todo esto era más vívido de lo que pensaba, los alaridos retumbando en su interior y erizaban la piel, incluso el aroma del polvo y un perfume se mezclaban dándole más pavor que lucidez. Lo siguiente que vería sería cómo atacaban a la chica, aumentando su sufrimiento todavía estando viva, sabiendo que sus extremidades tarde o temprano serían separadas del cuerpo.
— No puede ser, no puede ser, no puede ser… — Repitió una y otra vez Taniyama, convenciéndose de que sólo era un sueño, nada más, no, no podía ser la realidad. Lágrimas comenzaron a bordear sus ojos con fuerza.
Y en ese momento ocurrió algo …
Había sido notada.
El hombre mayor disfrazado alzó lentamente la cabeza, abandonando unos instantes a su musa y víctima, enfocándose en la espectadora. Sabiéndose encontrada tragó en seco, queriendo huir en ese instante, pero era incapaz de realizar acción alguna.
— Si no te portas como una niña buena, voy a darte un severo castigo. — La sonrisa insana se trasluce a través del velo.
Él se abalanzó sobre ella y Mai sin saber de dónde sacó fuerzas, por fin gritó.
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Lin había dejado a la menor descansar cuando se quedó dormida, no calculó el tiempo exacto por estar sumido en los informes de la computadora portátil, tal vez más de dos horas… un grito traspasó las paredes y el rápidamente reaccionó volviendo a la habitación, imaginando lo peor.
— ¡Mai! ¡¿Qué sucede?! — A penas abrió la puerta del cuarto, vio a la chica removiéndose entre la cama como si estuviese forcejeando en liberarse de algo. Se aproximó para agarrarla de los hombros firmemente y ayudarla a salir de su pesadilla. — ¡Mai! ¡Despierta! ¡Mai!
— ¡No! ¡Déjame, no me hagas daño por favor! ¡No!
— ¡Mai! ¡Despierta, ahora!
Como si fuese una orden precisa, abruptamente abrió los ojos al fin, respirando agitadamente y mirando a su alrededor conmocionada. No, ya no estaba en ese horrible sueño. No… — Lin-san… — Ahogada en sus peores miedos y sabiéndose segura al fin, se echó a los brazos del mayor, rodeándolo con fuerza mientras en el llanto liberaba toda tensión. — E-Él… le cortó su cuerpo… y él… él me miró y…y… dijo que me daría un severo castigo… — No podía articular bien, ya que estaba muy desesperada y conmocionada. No entendía absolutamente nada de lo que sucedió tan repentinamente, ya ni siquiera descansar podría hacerlo en paz.
Lin frunció el cejo, recordó sus habilidades…. — Está bien. — Sobaba los hombros de Mai de manera constante y conciliadora. — Sólo fue un sueño, nada más que eso. Tranquila.
—No… yo… era una habitación… había un hombre viejo disfrazándose de novia… una chica… quizás la secuestró y luego… luego le asesinó… — Sus ideas eran desordenadas, a pesar de que recordaba todo a la perfección, expresarlo era difícil. — No puede haber sido algo de casualidad… el hombre era un verdadero sádico. Vi como la llevaba hasta un sillón, se preparaba y finalmente la comenzaba a torturar… era horrible.
La historia sonaba familiar para alguna clase de asesino sería, al menos en Inglaterra un tiempo estuvo la leyenda de Jack el Destripador, pero uno con semejantes características no le era similar. ¿Y si era algo más efectivamente? Los precedentes con Mai nunca habían sido erróneos.
— Mai, puede que esto se trate de tus habilidades
No comprendía en absoluto, experiencia así antes no se había dado, podía ver las muertes, ya sea como espectador o como la persona que había muerto. Pero no recordaba que se hubiera incorporado ella misma a la situación. — Ah… ¿Por qué? Nunca había tenido esta clase de sueños, además desde que ustedes se fueron, yo no volví a tenerlos. — Mai sollozó, secándose las lágrimas que seguían cayendo. Estaba realmente asustada ahora. — Yo… si era un sueño… ¿Cómo pudo verme? Sabía que se trataba de mí. — Se sentía insegura de sus habilidades psíquicas, asustada de no saber qué sucedería ahora. — ¿Qué pasa si fue más que un viaje astral ligado al pasado o algo así?
Lin meditaba la situación meticulosamente, intentando encontrar una razón lógica del por qué sus capacidades psíquicas se descontrolaron tan bruscamente. Pero no había motivo que le pareciera razonable, quizá su inestabilidad emocional. La ausencia de un regulador espiritual también podía ser, cuando una persona despide gran carga espiritual la proyección astral puede hacerse visible para cualquiera, incluso si no es de la época o la escena que se esté dando. — No estoy seguro si fue algún sueño lúcido o no… pero voy a mantenerte vigilada y ver qué pasa. Haré mi mayor esfuerzo para ayudarte y enseñarte a controlar esto.
Mai suspiró profundamente intentando calmarse. — Todo parece que me sucede siempre a mí… desde que llegué aquí estoy soñando de nuevo, pero no lo quise mencionar. No era tan horrible y me había acostumbrado. Pero esto es nuevo. ¿Debo preocuparme? ¿Pasará algo nuevo? ¿Podrá esto afectarme físicamente?
Se sentía como si fuese una premonición importante. ¿Y si el asesino iba tras mujeres que se parecían a ella?
— ¿Será un asesino conocido? Tal vez sus víctimas eran diferentes.
— Creo que se trata de un asesino serial, pensé que en Jack el Destripador, pero los detalles no encajan. El asesino de tú sueño tiene no me parece insigne hasta ahora, aunque averiguaré. Necesito saber el nivel de tú capacidad psíquica. Intenta nuevamente volver a ese sueño y notar algún detalle. Existen muchas teorías de que en una proyección astral puedes traer objetos cuando la energía espiritual de la persona es muy fuerte, aunque todavía es una investigación que tiene críticas. Solamente indaga, lo más que puedas, algo que nos diga que época es o de quien se trata.
Mai frunció el ceño algo recelosa de la idea, pero intentando motivarse para lograrlo. — Quizá pueda hacerlo… pero… ¿Cómo sabríamos saber qué es de esa época? ¿Debo buscar algún periódico? ¿Y si él de nuevo intenta atacarme? Lin-san, el querrá matarme. ¿Puede asesinarme de ser así?
— No, Mai, eso no es posible. Simplemente debes relajarte. Vamos a averiguar lo que está pasando y todo estará bien. De verte en peligro, vas a despertar. — Ella quería creerle, pero algo le decía en el fondo que podría salir lastimada… despertaría con alguna lesión. No le dijo nada de eso, todavía estaba asustada y los pensamientos negativos la dominaban.
— Está bien. Puedo probar si sueño con eso otra vez. — Dijo finalmente en un hilo de voz.
—Has una prueba y relájate un poco.
— Creo que… voy a dormir un poco más. Espero soñar de nuevo. Puedes ir a tu cuarto. No es necesario que te quedes conmigo, estoy segura de que hay cosas más importantes de las cuales preocuparse. — Dijo Mai en voz baja — Estoy bien, Lin-san.
— Sólo hazme saber si necesitas algo. Ahora mismo, tú eres mi prioridad.
— No necesito nada ahora, gracias Lin-san. — Desde toda la congoja, las palabras de Lin consiguieron hacer que sus mejillas se tinten carmín, aunque también podría haber sido porque estuvo llorando anteriormente.
Se recostó en la cama, dándole la espalda a él para que supiera que podía irse. No le gustaba la idea de que pasara gran parte de su lapso tratando de cuidarla. No correspondía. Estaba tan agradecida en parte por todo lo que había hecho por ella, pero no quería convertirse en una carga.
— Sólo Lin. –Dijo antes de levantarse para salir del cuarto. — No es necesario los honoríficos.
Mai se giró con sorpresa, ese fue un gran paso… los honoríficos fuera del nombre de sus amigos era porque ya eran cercanos. Sonrió enternecida, esa era real, sincera, por muy pequeña que fuese.
— Bien, Lin. Muchas gracias.
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Después de eso el hombre salió hasta la sala, porque no tenía ánimos para si quiera descansar. Se sentó en uno de los sillones y miró sobre el mesón de centro el teléfono, recordando la razón por la que Mai había quedado tan afectada después del mensaje, el cual no tardó en reproducir.
— Ambos pelearon muy poco. — Se refería a Mai y Naru, quienes podrían haber tenido un destino entrelazado, pero las confusiones de una y la dolencia del otro a los actos posteriores fueron su condena. Oliver había continuado, porque su naturaleza no era quedarse estático esperando que las cosas cambiaran y entonces llegó Valerie.
Lin estaba preocupado por la joven japonesa, desarrollando un sentimiento guardián de algún modo.
Logró las ideas de todo el discusión buscando detalles sobre otros asuntos, como alguna característica que fuese real del asesino que la chica vio en sus sueños. Tomó su tiempo entre página y varios expedientes subidos a la red, pero halló algo. Aunque cuando empezó a recopilar las diferentes informaciones que cada vez lo tenían más ensimismado, un nuevo grito proveniente de la habitación le quitó esa chance, adelantándose rápidamente para socorrer.
— ¡Mai!
Ella estaba ahí, lúcida en esta ocasión, pero con una expresión pasmada y aterrada. — Yo… yo tuve ese sueño de nuevo. Era una chica diferente ahora… pero… vi un periódico a mis pies, así que lo agarré. Él… él al principio pasó por mi lado, pero apenas desperté sentí el corte de un bisturí.
Taniyama no podía traer las hojas que vio, porque estando en el plano astral, solamente era energía y no se trataba de alguien corpóreo, pero recordaba perfectamente lo que decía una de las páginas. — Decía… decía… que la novia de negro había cobrado a su quinceava víctima. El asesino que vi… sí era un asesino serial, Lin.
Lin contuvo la respiración por un momento.
"Una de las víctimas pudo salvarse de las garras de la novia de negro, relató las atrocidades de este criminal.", hizo inmediatamente memoria lo que decían los artículos de la web. Era en Estados Unidos, en Austin hace un par de años. — Mai… debes intentar contactarte con Gene. Él podría mantenerte a salvo hasta que consiga la forma de entrenarte para evitar que esto suceda nuevamente.
Estaba tan desorientada, no había visto a Gene tampoco en sus sueños. — ¿Cómo lo haré? No sé si lo encuentre… no he visto a Gene desde que Naru salió de Japón. — Mai ya no tenía conexión con él o de cómo ponerse en contacto. ¿Y si había cambiado y él le rechazaba? Se sentiría más mal por eso. — ¿Y si él ya no desea verme?
— Vale la pena el intento. Si él no viene… entonces puedo enviarte a China por un rato. Mis padres son excelentes en la formación de personas como tú. Y estoy seguro que te apoyarán bastante bien.
— Pero… yo soy japonesa. ¿No se molestarán conmigo? Yo no quiero incomodar a nadie. — No lograba convencerse con eso. Estaba al tanto de cuando Lin odiaba a los japoneses. ¿Serían sus padres de la misma manera?
— Me contaste que tú madre era china. ¿No es así? Eso ya es un dato a favor. Vas a estar bien. No te preocupes. Si quieres, voy a ir contigo por la primera semana. Y si no te sientes cómoda, podemos regresar e intentar algo diferente.
Mantuvo el silencio unos momentos, porque además estaba recuperando el aliento tras haberse despertado, todavía sentía su corazón queriendo salirse de su pecho. ¿Tenía más opciones? No quería que sus habilidades terminaran haciéndole un mal y si no lo controlaba, todo sería un caos. No había forma de confiar en Naru o cualquiera de los chicos que estuviese en Japón, Lin Koujo era su única salida y luz de esperanza, por más que en el fondo le hostigaba su espanto. — Está bien. Trataré de encontrarme con Gene por ahora. Si elegimos en ir… tendrás que ayudarme a ponerme al día con el chino mucho más rápido.
— Lo haremos, de eso no te preocupes.
Después de eso, la fémina tenía miedo de volver a cerrar sus ojos y caer presa de la proyección astral que sólo le daría pesadillas. Lin había salido de la habitación y volvió al rato con una taza de té verde para beber, eso le ayudaría a sosegar toda emoción turbada.
En un acto infantil, cuando el mayor se iba a retirar, la mano de Mai actuó por sí misma y le atajó la manga de su camisa, impidiendo que siguiera su camino.
— ¿Podrías quedarte? Es hasta que me duerma. Sé que he molestado mucho ahora, realmente lo siento por eso. El problema es que no quiero quedarme sola, pienso que ese asesino podría salir de mis sueños.
Tuvo un deja vú, cuando Eugene necesitaba apoyo en algunas noches que estaba lejos de su hermano, Oliver. Pese a la austeridad que era dominante en su personalidad, él acabó asintiendo en silencio y sentándose al borde de la cama, a su lado.
— Nada de eso ocurrirá. Sé que es angustioso el asunto respecto al asesino, no es sencillo. No obstante, no serás lastimada. En el plano terrenal, te protegeré.
— Lin… — En conclusión… se sentía como una niña. En un susurro modesto agradeció y volvió a intentar dormir.
Había mucho qué hacer de ahora en adelante, tanto que su aflicción amorosa dejaría de ser el único enfoque en su corazón.
Long way down — Gary Numan
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Hice muchas veces cambios de este capítulo a lo largo de la semana, tengo hasta una ver. 6 del archivo, nada me convencía con totalidad.
Hay mucha información sobre la proyección astral, algunos dicen que es imposible traer objetos (me sumo a esta causa) y otros expresan lo contrario, que con una suficiente energía espiritual, tan densa, serías capaz de materializar esto al mundo humano. No lo sé, no quise implementar esto porque sería confuso explicar a grandes rasgos, recopilé lo más verídico y coherente en cierta forma.
Las habilidades de Mai han avanzado causa de su mal sentimental, pero ojo; ella ya tiene potencial latente, esto sólo cumplió la función de desencadenar todo (y de poder reunir a la pareja protagonista), tanto que puede proyectar su alma astral en un momento especial y ser vista, eso es un gran rebalsar de energía. Y lo que vio en su sueño premonitorio, más adelante tendrá gran importancia, pero cada cosa a su ritmo.
Notas importantes: He estado libre por mis vacaciones, pero ya se ha terminado este hermoso paraíso de libertad, así que me tardaré en subir las siguientes continuaciones. Como dije en el primer capítulo, esto es algo que ya tenía preparado de hace bastante tiempo (años) y por eso he avanzado tan fluido, pero el hecho de reescribir toma su tiempo. Aparte de eso, tengo otro proyecto destinado a esta pareja en un universo alternativo donde no son precisamente investigadores paranomales, y además, seguir con mi otra historia "protecting nightmare" que quedó en hiatus por ya bastante. Sin embargo esta historia igual tendrá una actualización antes de navidad y año nuevo.
Hasta la próxima.