Los personajes de Naruto NO me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto
.
.
.
Segunda parte del día "Gato" con Naruto cambiaforma
.
.
.
.
La sala usualmente arreglada era un desastre, habían libros regados por todos lados, la mesa estaba con las patas hacia arriba y parecía que un terremoto había sacudido todo el lugar.
Hinata estaba sentada sobre el frío piso de madera, movía sus manos con nerviosismo sobre su cabeza, llevaba su mirada de un lado a otro y no podía encontrar lo que buscaba, su estúpido gato rubio no estaba.
La mayor de los Hyuga es consciente de lo que está pasando, cualquiera estaría feliz de que el gato esté desaparecido, porque vamos, es bien sabido que su gato está loco, pero ella lo quiere mucho. Sabe bien todo lo que su pequeño peludo de cuatro patas hizo para deshacerse de los dos tipos que fueron sus novios, Kiba y Uchiha, pero aun así no podía odiarlo, era tan lindo y tierno el minino.
Llevaba todo el día buscando al animalito, pero de éste ni señas había, Hinata comenzaba a llorar entre ratos, su pequeño no estaba por ningún lado, incluso se culpaba de no haberlo valorado, quizá el día que lo encontró despilfarrado sobre la mesa, con una mano en lo que simulaba ser su cadera, de espaldas a ella, mirándola con sus azules ojitos coquetos con una rosa en el hocico, ella debió abrazarlo en lugar de salir huyendo.
—¡Misho~! —llamó la mujer por centésima vez
Hyuga hizo una pequeña pataleta y se encaminó a gatas hasta la cocina, planeaba tomar el plato de comidas de su pequeño rubiecito y llorar con este en su pecho, pero se detuvo al encontrar debajo de este, un arrugado papel, firmado con la patita y una garrita del animal.
El pequeño mapa guiaba a Hinata que, falta de un poco de cordura y con excesivo amor por el gatito, no dudó en seguir el camino, siendo llevada hasta los límites de la ciudad, en un pequeño bosque que era una reserva natural, un lugar totalmente prohibido.
—Mishito —decía la Hyuga buscando en el camino de tierra que era adornado de flores pequeñas
—¡Nya! —respondió el gatito caminando coqueto guiándola por el lugar
—No es legal estar aquí —dijo Hinata—, volvamos a casa pequeño
—¡Nya! —negó el gato
Las puertas de la reserva se abrieron dando paso a los pumas del lugar, estos rodearon al gatito y, la pobre Hinata casi se desmaya en su lugar. Armada de valor y dispuesta a salvar a su pequeño amigo, dio unos paso para ir por él y luchar a su lado, pero quedó sorprendida cuando con un gruñido del gatito, los pumas se inclinaron.
Sus mejillas fueron las víctimas de toda esa bizarra situación, pues observó a su "gato" aumentar su tamaño, convirtiéndose en un puma aun mas grande de quienes mantenían la reverencia, pero sus piernas temblaron cuándo el "animal" no se detuvo y en un humano se transformó.
Rubio, ojos azules, canela pasión y todo un adonis fue lo que quedó, pobre Hinata quedó inconsciente, ella solo quería a su gato, no un hombre desnudo con señalamiento medio de la sin hueso que sonríe coqueto, eso ella no lo pidió.
Naruto era el nombre del "gato", alfa de la última tribu de cambia formas, quien sonriente tomó en brazos a Hinata y la llevó a la que sería su nueva casa, después de todo, ya estaba en la edad perfecta para hacerla su esposa, claro que iniciarían poco a poco, unas rosas y unos chocolates, quizá el baile de apareamiento de los cambia formas, ya lo decidiría mas tarde, cuando la princesa despertara.