Cuando los sonetos se clavan alegremente en los oídos, cuando bailotean y no invitan a los pies, sino a los corazones, entonces la música baila grácilmente por nuestra alma, dejando impresas sus huellas y haciéndonos presas de sus caprichos, y para cuando pasa esto ponemos caras embobadas, nos quedamos tan absortos que incluso nos olvidamos por un momento lo que hacemos.
Y sí, en ningún momento más que aquel Microchips estuvo más convencido de que en sus sueños había música, pero porque el mundo de los mortales tiene que tener sí o sí alguna miseria, debía despertar y olvidarla por completo.
La sentía en la punta de sus dedos, como si una brisa los acariciara; la sentía en su cuello, donde su piel se estremecía hasta parecer la de un pollo; la sentía en la garganta que le escocía; y por supuesto también la sentía en sus ojos que miraban temblorosos la figura de aquella muchacha y su chelo.
Y es que Octavia cerraba sus ojos mientras tocaba, meciéndose y sonriendo secretamente para su chelo, sosteniendo tanto el arco como las cuerdas con una ternura que casi parecía que realmente aquel instrumento era un amante, un amigo, un confidente.
Aquella melodía… o como le llamaran los expertos era tan triste que le conmovió desde el primer instante que la escuchó al ver el anime, pero ahora… ahora le provocó que sus párpados languidecieran y dejaran espacio para que aflore una lágrima tan pequeña que, temerosa, se alojó en sus ojos.
Apenas habían pasado tres minutos cuando la fémina le dio una conclusión a la pieza que tocaba. Entonces la magia desapareció, su sonrisa se borró y sus ojos cereza se arrimaron al tiempo que sus mejillas se sonrojaban. Ya nada quedaba de la musa serena que tocaba su chelo. Ahora se aclaraba la garganta antes de preguntar:
"¿Q-qué te pareció?"
Ante el silencio de Microchips, la joven apartó la mirada y sus uñas tocaron la madera de su chelo una y otra vez.
"E-entiendo si no te gustó… no la he practicado lo suf…" El hilo de voz de Octavia se paró de repente cuando oyó los aplausos del adolescente.
"¡Eso fue hermoso!" Exclamó el adolescente.
"¿En-enserio lo crees?"
"¡Claro que sí! Realmente, si no lloro es porque me moriría de vergüenza" Dijo el adolescente, a punto de golpearse a sí mismo por su comentario – ¿Y sí piensa que quise decir que tocó terriblemente? – pensó para sus adentros; de inmediato observó la mirada confundida de la adolescente – es que es una canción muy triste que me gustó desde la primera vez que la escuché… pero tú la interpretas realmente muy bien… pra-prácticamente me partió el corazón. ¿Qué loco no?
Octavia de inmediato dibujó una sonrisa y se inclinó para hacerle una reverencia de una artista.
"Oye… yo… ¿Te molestaría tocarla otra vez?" El adolescente le sonrió y pidiendo con un gallito en su voz aclaró la garganta y miró que la fémina le devolvió la sonrisa y se fue a sentar nuevamente junto a su chelo.
"De acuerdo, pero es la última. Después tengo que correr al salón de matemáticas" Explicó la adolescente antes de volver a tocar.
Cuando Microchips salió del estudio de música de la CHS miró a Octavia corriendo a toda prisa con el chelo en una mano y su mochila en otra.
"Tienes que conseguir amigas, es muy fácil hacerlas, solo te les acercas, les hablas, les pides favores y le cuentas un chiste u otro, es fácil… te ayudará a perderle miedo a las mujeres y también te ayudará en el futuro." Le explicó Sunny el día anterior en la noche.
"Por qué" Preguntó todo intrigado.
"Te la pondré fácil, digamos que tú intentas ligar con una chica, ella te va a evaluar por muchas cosas, pero pasarán dos cosas, tarde o temprano hablará con alguna mujer que te conozca, si vas de don Juan se encontrará con las que te rechazaron y con tus ex, de ambas recibirá pésimas opiniones; si tienes un grupo de amigas, créeme que ellas van a saber defenderte y darán opiniones más objetivas de ti, te harán ver más real.
Segundo, tienes dos botes de mermelada en el mostrador, una que está echa a un lado, otra por la que varios compradores quieren adquirir. ¿Cuál es la que quisieras más?"
"¿Son las mismas? ¿Por qué quieren una mermelada y no la otra?"
"Eso mismo… tener un montón de amigas, ex y fichajes automáticamente te hace más atractivo porque las demás chicas se hacen las mismas preguntas: Qué le ven, engloba la idea. Trata de conocer a más chicas y hazlas tus amigas, créeme que eso ya es un gran paso"
Antes ni siquiera tenía una sola amiga… tal vez Twilight, pero hasta ella era lejana con respecto a la cercanía que tenía con Octavia y eso es decir mucho – aunque fuera triste decirlo – ni qué decir de Sunny, en su vida hubiera soñado con tener una amiga así.
Concluido esto en su mente, se retiró a su salón de clases con su pase de ir al baño y esperando su pronto castigo en la oficina de la directora por haberse pasado más diez minutos fuera del salón… - lo valió – agregó con una sonrisa en sus labios.
Y así como así, las consecuencias no tardaron en llegar y, al final de las clases, tenía su tiempo dentro del salón de castigos; afortunadamente no había tenido que pasar por la oficina de la directora ni la subdirectora, solamente le enviaron al salón. Entonces entró el profesor Discord y extendió sus pies sobre el escritorio para comenzar a roncar con una expresión de pocos amigos.
Sin embargo, de repente su celular comenzó a vibrar y, observando el sueño profundo del profesor de filosofía, lo sacó para ver la foto de Sunny, lo que le sacó una risa por lo ridículo de su vestimenta del día que fueron a la casa de sus abuelos. Bajando la cabeza contestó susurrando.
"¿Sí, Sunny? ¿Qué pasó?"
"Oye, ¿Ya saliste de tu escuela no?"
"Estoy castigado"
"Ah, ya veo" dijo con cierta indiferencia la adolescente "Espera… ¿Castigado? ¿Volaste el laboratorio de química o algo?"
"No soy tan tonto… por qué llamaste" Susurró el adolescente, dándose cuenta de que los otros estudiantes castigados cercanos le miraban extrañados.
"Te lo dije, el truco funcionó, Sugarcoat está interesada, ah, pero… cómo decirlo… ella no es del tipo que le dura mucho ¿sabes? ¿Qué tal si hoy vienes a la pista de patinaje sobre ruedas del centro comercial? Estaremos media hora, no te preocupes, yo te despejo el área y tú solo tienes que venir y anotar." Dijo la adolescente.
"Pero estoy castigado" Respondió el adolescente, siendo todavía visto con bastante extrañeza del resto de los estudiantes, incluso Rainbow Dash le había prestado atención.
"¡Con un carajo, Chips! Tienes todo listo, tú solo tienes que venir y ya está… verás que hoy aprenderás algo intenso, te lo prometo" Dijo la adolescente con un tono tan serio que Microchips apretó el celular "¿Y bien?"
"Estaré allá en media hora" Terminó respondiendo con tanta seriedad que hasta a él le dio miedo, incluso a los poco curiosos que le quedaban.
Tragó saliva, tomó su mochila, sus pies le temblaban y por tres minutos intercaló su atención entre el profesor Discord y la puerta, pensando en todas las consecuencias, temblando en silencio, hasta que finalmente volvió a tragar saliva y con el frío en la nuca, con escalofríos se levantó en mutis y como una brisa se desplazó entre los asientos hasta que llegó a la puerta, al abrirla, se encontró con la mirada asombrada de sus compañeros de clases: nadie nunca antes siquiera había considerado salir del salón de castigo custodiada por el profesor Discord, era una locura hacerlo.
Pero, al ver el cómo Microchips desaparecía por la puerta abierta para cerrarla con suavidad, los presentes se dieron cuenta de que aquel muchacho debía ser muy valiente o realmente estúpido. Avanzó sin dudar, son vacilar, sintiendo que en cualquier momento se tragaría su propia lengua por los nervios que tenía, hasta que finalmente salió por la puerta principal, bajó por las escaleras y continuó por la calle. Su corazón latía fuertemente y, a medida que se alejaba, aceleraba más y más el paso, hasta que se dio cuenta de que ya estaba corriendo y le faltaban dos calles para llegar al centro comercial.
Qué decir, qué hacer… y… y si lo arruinaba… y si realmente no era para tanto. Pero si lo lograba, probablemente podría empezar algo con la muchacha seria de anteojos y cabellos grises, sí, probablemente era más fría que un témpano de hielo, pero… ¿y si solo era una capa que cubría a una chica intensa que podría quitarle el aliento con solo un beso? Qué tal si en su primera cita aquella muchacha le mostrara cómo era en realidad eso que llaman amor…
También estaban ese par de pechos que tenía… tal vez… si todo salía bien, en un futuro podría tocarlos y verlos… tal vez habría una pasión tensa entre ambos y se mandarían mensajes secretos o… o… todo era posibilidad con una muchacha así.
Conteniendo el aliento, pasó airoso por las puertas del centro comercial, para bailotear hasta las escaleras y subir para dirigirse a toda prisa a la pista de patinaje y allí estaba Sunny Flare, esperándole apoyada en una pared y con ambas manos en el celular, por casualidad ella levantó la vista para encontrarle, le sonrió y le hizo una ceña para acercarse.
Microchips caminó todavía con el corazón latiéndole fuertemente y la sonrisa de Sunny desapareció de forma sutil.
"Esta noche te voy a enseñar algo importante, Chips" Alegó la adolescente antes de guardar su celular.
Pasando por la puerta, en el mostrador donde se cambiaban zapatos por patines, pudo encontrarse con Sour Sweet y por supuesto con…
"…tiro al blanco" interrumpió Indigo Zap que, todavía apoyada con la ayuda de sus codos en el mostrador le saludó con la mano derecha con su sonrisa de brabucona.
"H-hola" dijo el adolescente, que repentinamente fue enviado hasta uno de las butacas acolchadas que usaban para ponerse los patines.
"Escucha, ella está allá adelante, tú solo acércate y salúdala, yo y las chicas nos iremos rápido… es tu oportunidad Chips, no la desperdicies" Dijo con cierta seriedad la adolescente.
"Claro, deséame suerte"
"No necesitas suerte en esto, solo confiar en ti" Le respondió Sunny antes de levantarse y observarlo por unos segundos, para después voltear e irse con sus amigas.
Microchips cerró los ojos e inhaló lentamente, esperó cuatro segundos y exhaló…
"Solo tienes que hacerlo… no hay que perder nada" Agregó "siempre saldrás ganando algo" Concluyó murmurando y, respirando nuevamente, se levantó, dio media vuelta y avanzó…
Allí estaba, la muchacha de cabellos grises y azules, como un manto invernal, su cabello bajaba en dos coletas e invitaba a ver un matiz bastante frío con su ropa que consistía en una chaqueta de mezclilla con mangas violetas y por supuesto, sus lentes naranjas, cuando se acercó, como si lo esperara, ella volteó para verle.
"Hola… yo... ¿Te gustaría que te acompañe?"
"Por supuesto… ¿Ya se fue Sunny?" Preguntó la muchacha con su tono de voz suave y al mismo tiempo claro.
"Sí, hace poco."
"Entonces, aguarda un rato, solo tengo que ir por mi mochila"
La adolescente desapareció por unos minutos hasta que finalmente volvió a aparecerse.
"Vamos" Le dijo, extendiendo su mano.
Microchips lo pensó por varios segundos hasta que finalmente tomó la mano de la adolescente, que no le soltó y, una vez de pie, sus dedos se entrelazaron para caminar lado a lado hasta salir de la pista, pudo ver que algunos muchachos le miraban con celos quizás o tal vez estaban impresionados de que alguien como él lograra estar en esa situación con una muchacha tan bonita como Sugarcoat.
Mas, uno de esos muchachos todavía tenía puesta su chaqueta de la CP y le miraba con el ceño fruncido, mirándole de arriba abajo y de pronto se dio vuelta junto a sus amigos que le siguieron mientras se marchaba.
Bajaron por las escaleras eléctricas hasta llegar a la planta baja, al hall y sus helados, hasta la puerta de acceso y después hasta el estacionamiento, en todo ese tiempo no osaron separarse y Microchips no supo qué decir, guardando silencio y rogando por no sudar e incomodar a la adolescente.
"Ha sido un bonito día ¿No?" Preguntó el adolescente.
"Para mí uno como cualquier otro" Le respondió ella.
"Su-supongo que no todos los días tienen por qué ser así" Respondió el adolescente, sintiendo que le faltaba aire.
De reojo Microchips se percató que el muchacho con la chaqueta de la CP salía del centro comercial y se dirigía en su dirección con los que parecían ser dos de sus amigos pues también tenían puestas sus chaquetas de la CP.
Algo andaba mal. Sus sospechas se vieron confirmadas al rojo vivo cuando Sugarcoat se paró de repente para observar al adolescente.
"¿Qué haces con la miseria de la CHS? Al menos sal con ese tal Flash Sentry." Dijo el adolescente.
"A ti ya no te importa con quién ande" Respondió Sugarcoat ahora con un tono para nada antipático. "Lo nuestro ya se fue, ahora vete".
Así que ese era el ex de Sugarcoat, Microchips le observó atentamente. Ese muchacho tenía un rostro bastante bien cuidado, no era uno de esos buscapleitos musculosos, era más bien un chico fresa, un jailón, un niño ricachón, de esos que en su vida han tenido una pelea… él estaba en las mismas en ese sentido, no tenía ni una pizca de idea de cómo pelear, pero, a juzgar por cómo se estaba acercando, sabía que no iba a acabar bien.
"¿Con él? ¿Tan desesperada estás?"
Microchips tragó saliva y miró a todos lados… el chico estaba más cerca, cada vez más y sus amigos no iban a contenerle.
"Vamos Sugarcoat, deja a ese perdedor y volvamos a estar juntos; acepto mis errores y te prometo cambiar, lo que dije fue una tontería, así que…"
"Siempre mantén tus valores e ideales". Rememoró el adolescente, las palabras del abuelo de Sunny debían valer algo, él era un modelo a seguir… así que no él no valía ¿a eso se refería verdad? Él no era basura, no era inferior al muchacho que tenía enfrente…
Sus dedos se juntaron e hicieron un puño, mismo que estrelló en el rostro del engreído que tenía enfrente. Todo pasó tan rápido que ni siquiera supo si le había dado en el rostro o en el hombro… tal vez ni siquiera le había dado, la sensación en el dorso de sus dedos le confirmaba que había golpeado algo, era tan ridículo darse cuenta que instintivamente había cerrado los ojos y había visto hacia un lado.
"Qué mierda, ¿Por qué no me pegas a mí?" Cuestionó el muchacho antes de empujarle y, con aquella simple acción microchips fue al suelo, percatándose que le había dado a uno de los amigos de aquel sujeto. – ¿Tan inútil soy? – se preguntó a si mismo al abrir los ojos y ver que los tres muchachos le repartirían una paliza.
"Cálmate Cat" Dijo Sugarcoat interponiéndose entre el adolescente y Microchips. "Vamos, no es necesario que hagas tu novelita" agregó con un tono laxo. Y tomándole por el hombro. "Pero espera antes solo un segundo" dijo poco antes de agacharse para encontrarse con un Microchips todavía incrédulo y en el piso.
"Gracias, tu actuación ha sido increíble". Dijo antes de levantarse y marcharse junto a su ahora novio.
Qué mierda estaba pasando… Microchips escuchó unas pisadas que se dirigían en su dirección, levantó la vista y allí estaba Sunny con dos latas de coca cola, poniéndolos un capot cercano, extendió una mano para que el adolescente la tomara.
Una vez la tomó, sus neuronas hicieron conexión de a centenas de millones, rápidamente su corazón marcó con angustia a la adolescente que tenía enfrente. Sunny por su parte se alejó para tomar las latas y le pasó una.
"Esto es lo que se siente la desilusión real Microchips… esto es lo que pasa cuando tú te ilusionas con una chica y la idealizas, el dolor que sentiste debes guardarlo en tu corazón."
Empuñó con sus manos para encontrarse con una mirada fría de Sunny Flare. No obstante, una pregunta se produjo velozmente en su cabeza y no esperó un sol segundo hasta formularla.
"Por qué… por qué no me dijiste que iba a ser usado."
"Porque quiero que sepas que es lo que pasa cuando idealizas a una persona… quiérete y aprende a escoger mejor Microchips, una que recién acaba de salir de una relación y te acepta o es una golfa o te quiere usar para vengarse… y, sobre todo, nunca pienses que una chica vale más que tu dignidad u orgullo… cuando te defendiste…" Entonces se aclaró la garganta, mirando a un lado algo sonrojada "…bueno, trataste de defenderte estabas muy seguro y tenías una idea clara de lo que vales y lo que eres."
Microchips se separó de Sunny para mirarla fijamente y fruncir el ceño.
"Y por qué tenías que lastimarme para enseñarme algo que vienes repitiéndome por tanto tiempo."
"Porque no quiero que te lastimen de verdad, esto no te va a dejar deprimido y botado en un rincón, esto es una vacuna para que nunca seas estúpido y nunca pienses que una chica es más importante que tu dignidad y orgullo."
Microchips no sabía qué pensar, menos qué decir, Sunny le acercó la lata de coca cola.
"Toma… te hará sentir mejor. Conozco lo que es arrastrarte por otra persona, no quiero que pases por lo mismo."
"P-pero tú…" Microchips apenas pudo articular sus palabras.
"Yo… una vez estuve tan amarrada a un tipo que hasta dejé de juntarme con mis amigas, hacía cosas que no quería por él y hasta me dejé coger por el mismo idiota que me cambió una vez que se aburrió de mí… no quiero que alguien te lo haga a ti también. Puedes odiarme si quieres, pero no vas a sufrir lo mismo que yo sufrí y con eso me basta. Después de todo, eres mi amigo." Explicó la fémina, antes de darle un sorbo a su coca cola.
El adolescente había escuchado claramente lo que Sunny dijo. Pero todavía seguía procesando la parte de dejarse coger, lo había dicho con tanta… - por qué tenía que ser tan directa - pensó para sus adentros ¿Qué idiota se había atrevido a hacerle algo así a Sunny? Entonces le llegó cierta furia por saber quién carajos sería tan…
"Así son las reglas Microchips, primero debes amarte a ti mismo, de no hacerlo, cómo esperas que los demás siquiera te tomen en cuenta." Agregó de repente, antes de dar otro sorbo.
"Oye Sunny… quién era ese idiota" Expresó en tono serio Microchips.
"No necesitas saberlo, ya ha pagado por todos sus pecados… los ha pagado muy caro" Declaró la adolescente, haciendo unas tijeras con su mano libre y cerrándolas, a lo cual Chips solo pudo tragar saliva.
"Y tu madre ¿Sabe algo de…?"
"Oye, eso ya pasó… si me quedo en el pasado solo voy a sufrir. Aprendí lo que tenía que aprender y ya tomé venganza, lo demás ya no importa." Dijo la adolescente poco antes de tomar a Microchips por el brazo y caminar juntos, tal como lo habían hecho aquel día en el centro comercial y el adolescente todavía recordaba aquel día.
Microchips no supo qué decir, se dejó llevar hasta el hogar que compartía con Sunny. La fémina se despidió sin muchas formalidades y recordando que tenía mucha tarea que hacer y que no la molestara.
Es así que terminó frente a su computadora e inició el Dota 2… el dolor ya se había ido, pero todavía su mente recordaba lo sucedido una y otra vez – Ella me quiere proteger – pensaba una y otra vez… hasta que un mensaje por el chat de Steam llegó.
Kaya16: Go unas ranked
Kaya16: Kro tryhardear.
Ch19s Warrior: Perdida q haciendo?
Kaya16: tuve ocupda, el cole ta hard y lastime a 1 prsona q estim
Ch19s Warrior: me suena a q perdiste otra amga.
Kaya16: lo hic por su bien.
Ch19s Warrior: ntiendo teng una amiga q me lastimo para enseñarme a no poner a las chicas por encima de mi o al mnos so dijo.
Ch19s Warrior: franco…. todavía no ntiendo.
Kaya16: Microchips ¿Eres tú?