Día 1: Misty en Kalos

Nos encontramos en la región de Kalos, durante un día maravilloso y resplandeciente.

La alegría que irradia el ambiente solo puede ser igualada por la alegría que en ese momento siente Misty Waterflower, la ex líder del Gimnasio de Ciudad Celeste, ahora nuevamente una entrenadora lista para seguir sus sueños, finalmente luego de varios años atrapada en los caprichos de sus hermanas.

Misty no podía dejar de sonreír, simplemente le era imposible dejar de hacerlo; la felicidad de encontrarse en una nueva región la llenaba de una emoción desbordante y su compañero de viaje para esta nueva aventura provocaba que su corazón se acelerara con solo verlo.

Ash Ketchum, con Pikachu sobre su hombro, no podía apartar la vista de su amiga de Ciudad Celeste, mientras ella correteaba como una niña alegre por todo el lugar, observando todo a su alrededor con curiosidad infantil. Pero la figura femenina y curvilínea de Misty le recordaba al entrenador de Pueblo Paleta que se trataba de una mujer, una mujer que se ganaba una ronda de miradas apreciativas de su parte.

Ambos entrenadores se divirtieron recorriendo las calles de Ciudad Luminalia, observando las tiendas, admirando los paisajes, disfrutando de la comida local, en especial los postres por petición de Misty. Alargaron el camino al Laboratorio del Profesor Sycamore lo más posible, para disfrutar aquel paseo juntos.

La sirena de Ciudad Celeste no podía dejar de observar con interés a Ash cada vez que tenía oportunidad, antes que el entrenador o Pikachu notaran lo que hacia. Todavía le resultaba difícil de creer que aquel hombre fuera el mismo niño testarudo que rescató del rio y destruyo su bicicleta; era increíble cuanto había madurado, como le demostró al llegar de improviso al gimnasio de Ciudad Celeste pidiéndole que lo acompañara en un nuevo viaje Pokémon para que ella pudiera retomar su sueño de convertirse en la mejor entrenadora Pokémon de tipo agua. Misty le gritó, debido a la tremenda sorpresa, la docena de responsabilidades que recaían sobre sus hombros y le impedían ceder a sus caprichos. Pero entonces, con una sonrisa de superioridad, Ash le explico la docena de soluciones que ya tenía preparadas para que ella retomara sus sueños. Recordar la actitud varonil y decidida de Ash mientras preparaba los detalles para su nuevo viaje, y le daba el coraje para recuperar su espíritu aventurero que la comodidad del Gimnasio estaba opacando, la obligaba a suspirar de emoción y alegría.

El aspirante a Maestro Pokémon de Pueblo Paleta lograba percibir la mirada intensa de Misty sobre él, y disfrutaba ser el centro de atención de la bella mujer en que se transformo su mejor amiga; de hecho siempre fue consciente de la belleza de Misty Waterflower, pero su actitud infantil de ese entonces bloqueó la percepción de sus sentimientos. Ahora la historia era diferente, estaba decidido a ayudarla a cumplir sus sueños suspendidos para hacerla feliz. Y para cumplir ese objetivo, propuso un viaje a Kalos para presentarle al Pokémon tipo agua que la impresionó por televisión y permitirle tener su propio Froakie en el laboratorio Pokémon.

La actitud de Ash también había cambiado drásticamente, Misty se dio cuenta de ello en la forma caballerosa y atenta como la trataba ahora, sin duda algo lo había hecho madurar durante su viaje por Alola. Y no le gustaba pensar en ello debido a tres razones que le llegaban a la mente; tres razones vistiendo ropas ligeras y caminando por las playas de manera seductora. Pero cualquiera fue el motivo, Misty estaba feliz de ser ella quien acompañara a aquel nuevo Ash en ese momento.

Luego que Misty congeniara inmediatamente con su nuevo Froakie y la uniera a su equipo; la sirena de Ciudad Celeste se encontraba impaciente por una batalla. Ash la convenció de entrenar antes de desafiar a Clembot por la medalla, para ello se dirigieron a las afueras de la ciudad a un lugar especial para entrenadores novatos. De hecho podrían haber combatido en cualquier arena cercana, pero Ash deseaba tener cualquier excusa para poder pasear junto a su amiga.

La noche los alcanzó luego de un ligero entrenamiento, Misty se sincronizaba a la perfección con su Froakie, como si la hubiera entrenado por años, y se mostraba impaciente por conocer la forma evolucionada que era el compañero de Ash. Los entrenadores que los observaron batallar se encontraban impresionados por sus tácticas y pronto la pareja de Kanto se vio rodeada de admiradores junto a la fogata del campamento. Afortunadamente al acercarse una tormenta la mayoría decidió retirarse al centro Pokémon o preparar sus tiendas de campaña.

Mientras tanto Ash y Misty se quedaron junto al fuego en completo silencio, sentados en lados opuestos del tronco que usaban de asiento, Pikachu decidió que el regazo de la entrenadora de cabello color naranja era el mejor lugar para dormir. No necesitaban decir nada, aquel era un silencio cómodo que les permitía disfrutar de la cercanía del otro; una característica que ambos encontraron placentero, sin embargo, ambos sentían que era necesario hacer algo en aquella situación para convertirlo en un momento único y maravilloso, pero ninguno tenia idea de que se trataba y ninguno deseaba ser el primero en experimentar por temor a arruinar el momento.

Sin embargo, la tormenta cercana trajo vientos gélidos, que debido a la vestimenta ligera de Misty, la hicieron temblar ligeramente mientras intentaba proteger a Pikachu. Entonces Ash simplemente se dejo llevar por el respingo en el corazón que le produjo aquella escena, respiro hondo y decidió actuar de una vez; así como decidió que era hora de ayudar a Misty con sus sueños, al igual que ella lo ayudo con los suyos durante su viaje.

El entrenador de Pueblo Paleta sacó una manta de su mochila, se acercó al lado de Misty y la cubrió con cuidado para protegerla. Eso hubiera sido todo, pero el instinto del aspirante a maestro Pokémon le ordeno sentarse al lado de aquella hermosa mujer y acercarse lo más posible.

Misty se sonrojo intensamente por aquella sorpresa y el sonrojo en el rostro de Ash competía con la suya, pero ambos lograron sentir que aquello era lo que les faltaba hacer en un momento como ese. A pesar de tener un pequeño público presente, Ash y Misty ignoraron toda distracción mientras la sirena de Ciudad Celeste se acomodaba para apoyar su cabeza en el cuello de Ash; y el entrenador de Pueblo Paleta estiraba el brazo para sujetar la cintura de Misty para cubrirla y acercarla más todavía.

Aquella pareja dejo que el tiempo se olvidara de su presencia, la lluvia comenzó a caer con delicadeza, pero ellos se quedaron inmóviles unos minutos más tratando de alargar la euforia y comodidad que los abrumaba en ese momento.

El viaje apenas empezaba y mientras aquellos entrenadores de Kanto corrían sonrientes bajo la lluvia, sus mentes no dejaban de pensar que aquel viaje por Kalos seria, sin duda, el más emocionante y divertido de sus vidas.