ASUMO MI ERROR

La tensión que lo recorría no lo dobló, podía sentir como el corazón le latía de prisa, sin embargo estaba alerta, debía ser producto de la adrenalina. Dio un suspiro largo, seguro que Temari ya debía estar camino a la mansión Hyuga, podría estar molesta cuando él no llegara a la hora acordada. Amaba a Temari, y probablemente ella se molestara y tardara un poco en comprender porque estaba a punto de arruinar la boda a la cual ella iba a asistir con sus hermanos y otras personalidades de la Arena, pero se lo debía a Naruto.

Ahora que sabía dónde estaba y su estado, no podía dejarlo solo, no podía permitir que le hicieran tal canallada, él no podía permitirlo, él no merecía que la aldea le robara la mujer qué amaba. Jamás podría entender porque los mandos tomaban decisiones tan radicales, y sobre todo tampoco podía encontrar aún el motivo por la boda de prisa de Uchiha y Hinata, fuera cuál fuere no era justificación para dejaran de lado a Naruto.

Finalmente el callejón dejó ser silencioso, observó a Sakura acercarse, por su cara también estaba tensa.

-Shikamaru—A pesar de querer fingirse serena no lo logró, el nerviosismo fue perceptible en su voz, no la culpaba estaban jugando con la confianza de dos grandes.

Asintió con la cabeza y se dispuso a seguirla. Siguieron caminando, poco a poco el hospital de Konoha se hizo visible, ellos siguieron hasta llegar a la parte trasera. Lento bajaron unas escaleras subterráneas, casi escondidas tras unos arbustos decorativos.

-¿Qué sucede?—Le preguntó al notarla más nerviosa.

-Realmente estoy preocupada…

-¿Le pasado algo malo?—Preguntó enseguida, preocupado por el estado de Naruto.

Sakura se giró un poco y posó una sonrisa triste en sus labios, luego una mirada avergonzada.

-Hace un rato que lo revisé estaba bien. Más bien estaba preocupada por la reacción de Tsunade cuando descubra que yo…

-Esperemos que podamos cubrir eso—Intentó tranquilizarla, ella negó.

-No te preocupes asumo mi parte en esto. Es tan injusto lo que le están haciendo a Naruto. Hinata chan lo necesita, ella no puede enfrentarse sola a su clan y la aldea. Y yo no puedo dejar que Sasuke kun se casé con ella.

Shikamaru movió la cabeza de forma afirmativa, se mordió el labio inferior con cierto remordimiento, de alguna manera jugó con los sentimientos de Sakura manipulándola, aprovechando el amor enfermizo al Uchiha pero si no lo hubiera hecho jamás hubiera podido acercarse siquiera a Naruto.

Después de pequeño laberinto, el ruido de aparatos médicos fue audible.

-No hay de qué preocuparse—Sakura habló para tranquilizarlo al notarlo alerta—Todos están en la boda de Hinata. A Tsunade, no le pareció extraño que yo me ofreciera a cuidarlo, era lo lógico, ¿cómo iba a querer estar en la boda de Sasuke kun?

-Bueno, los dos sabemos que no habrá boda, una vez que lo despiertes.

Sakura le sonrió de forma tímida y asintió enseguida recuperando entusiasmo.

xoxoxox

El corazón le golpeaba en el pecho, se estaba quedando sin aire en los pulmones y comenzaba a sentirse asfixiada. Ino parecía preocupada frente a ella. Los ojos se le llenaron de lágrimas y su cuerpo comenzó a temblar.

¿Qué debía hacer?

La pregunta se repetía una y otra vez en su mente, mostrando dos rostros tan distintos.

-Hinata chan, debes calmarte.

La puerta se abrió sin previo aviso. Hanabi entró con una radiante sonrisa, totalmente ajena a la tensión.

-El lugar esta lleno, no faltó ni uno solo de los invitados de papá. Y tu prometido está de película, incluso estuvo recibiendo a algunos de los invitados. Pero ya todos pasaron a sus lugares. Te están esperando… ¿sucede algo?—Cuestionó al observar a su hermana mayor nerviosa e incluso pálida tras el maquillaje.

Hinata miró a Ino, la piel se le erizó.

-Hina—Hanabi insistió.

Hinata se mordió el labio inferior recordando las palabras de Lee, tal vez Naruto en un inicio hizo todo lo que Ino le relato, luego… luego encontró consuelo en otros brazos, Naruto estaría bien y ella tenía que cumplir lo que se esperaba de ella, no podía hacerle eso a su padre, y sobre todo a Sasuke que había sido tan atento con ella.

Apenas descendió, encontró a su padre en el recibidor, Hanabi e Ino salieron juntas al jardín trasero. Su padre la miró por un rato, sin decir nada le brindó su brazo para la caminata al altar. Se tomó a él con fuerza, deseando ser fuerte y atreverse a cuestionarle sobre Naruto, ¿pero qué ganaría?

En el jardín había dos hileras de filas de sillas, todos los presentes estaban de pie esperándola. Cruzó sin ver realmente caras, con el pecho impidiéndole respirar correctamente, preguntándose aún si hacía lo correcto.

Hiashi la soltó depositando su mano temblorosa sobre la cálida de Sasuke, al verlo a los ojos, sintió más que remordimiento, él le sonrió, y ella solo consiguió sentirse más confusa y culpable. Él merecía algo mejor, alguien que no tratara de amarlo, alguien que lo amara de verdad, alguien que no amase a otra persona.

La ceremonia fue mecánica, o al menos no podría recordar nada con claridad. Deseó no haber nunca hablado con Ino, antes de que ella apareciera se había resignado, ahora su mente se debatía entre versiones, ilusiones y temores.

Les aplaudieron e incluso Sasuke le dio un beso fugaz que no pudo responder y que fue el sello de su recién matrimonio, por tanto fue tan casto. Ahora estaba casada, no había vuelta a atrás, más no podía dejar de pensar en Naruto y en anhelar más tiempo para saber si había hecho lo correcto.

Se sentaron en la mesa correspondiente, llena de flores y cristalería fina, era una boda de ensueño no podía negarlo, cada detalle era especial, sin embargo sentía que no le pertenecía o merecía. Antes que pudiera analizar nada más, Sasuke tomó el micrófono:

-Estoy muy agradecido con todos los que asistieron para celebrar con nosotros esta unión entre dos grandes clanes de la aldea oculta entre las hojas. Quiero agradecer a Hiashi Hyuga por la dulce, sincera, bella y fuerte hija que me ha confiado el día de hoy, después de mi oscuro pasado, me ha regalado la luz que mi vida necesitaba, la luz que no merecía pero que cuidaré con mi vida. Gracias Hinata por aceptarme, por cambiar mi vida y formar parte de ella.

Los aplausos estallaron mientras observaba a Sasuke volver a su lado. Observó el lugar repleto de gente, satisfecha de la nueva unión, gente sorprendida y conmovida por las palabras de Sasuke.

Ella también estaba sorprendida y aturdida. Quiso sonreírle, pero la sonrisa debió salirle floja, rota. Otro aguijonazo de culpabilidad se abrió paso en su corazón, se mordió el labio inferior, completamente acorralada.

Sasuke le beso la frente, mientras le susurraba que se tranquilizara, quizá pensando que estaba nerviosa por la gente, la ceremonia… qué equivocado estaba.

Todo fue lento, intentando dibujar sonrisas, disimulando, tratando de olvidar y centrarse. La comida había pasado, en un rato más partirían el pastel. Esperando el tiempo, decidió ir al baño, Sasuke le asintió un poco sorprendido ya que no tenía tanto que se había alejado con la misma excusa.

El sol estaba a punto de esconderse, era un bello atardecer.

Un poco antes de entrar al sanitario, le tomaron el brazo, cuando se giró se encontró con los ojos jades de Sakura. Ella no estaba arreglada, quizá un poco ufano fijarse en ello.

-Hinata tienes que acompañarme.

Le sorprendió la petición pero no se negó. Se alejaron del bullicio llegando un pequeño jardín en el área este de la casa. Entonces su mundo colapso por completo.

Frente a ella estaba Naruto, pálido, parecía tan débil, tan frágil y enfermo.

-Hina chan—La abrazó y ella aún no podía hablar, aun así notó como Sakura se alejaba.

-Naruto—Lo nombró en cuanto salió de su ensimismamiento—¿Qué te ha pasado? ¿qué haces aquí?—La voz fue temblorosa.

-Vine por ti.

Una sola frase que la asustó, miró hacía atrás como si pudiera ver la fiesta, el bullicio era audible pero estaba lejos de todos.

-¿Por mí?—Cuestionó sin poder comprenderlo.

-¿Por quién si no?

-¿Y Shion?

Naruto frunció su ceja izquierda.

-¿Ella qué?

-Me dijeron que estabas con ella—Le dijo sosteniéndola la mirada, ¿de qué iba todo?

-¿Qué? No es verdad, yo no… ni siquiera recuerdo cómo pasó, pero me durmieron para que no pudiera buscarte. A estas alturas no me importa lo que hayan hecho, yo vine por ti, no voy alejarme, te voy a llevar conmigo, así nos tengamos que ir de aquí. Tengo dos manos fuertes para luchar por nosotros ahora que te he encontrado.

Hinata agachó la mirada y dio un paso atrás. Pasmada por la recién confesión de Naruto, un tanto incrédula, pero el estado demacrado del rubio no le permitió dudar del todo.

-Es tarde… ya me casé—Respondió en un pequeño susurro—¿Dónde estabas?—Reclamó sin poder evitarlo—Creí que me habías abandonado, creí que… me dijeron que estabas con Shion…

Las lágrimas corrieron por sus mejillas, recordando todos los acontecimientos ocurridos.

-Lo siento Hina chan, pero por más que trataba ubicarte no podía, Sasuke debió hacer algo para que no pudiera sentirlos…

-Es tarde Naruto—Decidió cortarlo.

-No, Hina yo te amo.

-¿Y crees que yo no? Pero me acabo de casar…

- Ése hijo de perra, siempre llevándome la contraria, de seguro fue él, él debió dormirme, debió ser Sasuke, siempre queriéndome ganar, ¿no te das cuenta? Fue Sasuke, sino fuera por Shikamaru y Sakura yo seguiría dormido. No lo dejaré salirse con la suya por eso vine por ti, tenemos que irnos…

Hinata solo pudo cuestionarse si Sasuke podría ser capaz de algo tan vil, después de que le dio la opción de elegir a Naruto, ofreciéndole su ayuda para salir del compromiso, ¿podría haber planeado todo?

Aun con las dudas y contra el deseo que comenzaba a surgir en su interior, dijo lo que sabía debía decir:

-Estoy casada… no puedo irme.

-Eso no me importa, tú eres mía y no se ha consumado el matrimonio. Y no dejaré que Sasuke te ponga sus sucias manos encima.

Hinata se mordió el labio inferior, incapaz de revelarle que era tarde también para ello.

-Yo… ya no soy la misma, yo en verdad creí que tú te habías resignado, que estaba sola yo… ya no te merezco.

-No digas eso bonita—Naruto le acarició el rostro, pego sus frentes—Yo te amo y tu me amas, tenemos que huir lo más pronto que podamos, antes de que se den cuenta que no apareces. Antes de que Sasuke vuelva a hacer uno de sus sucios trucos.

Los ojos azules eran implorantes, y cuando posó sus labios sobre los de ella, le desconectó el cerebro, recordando cuánto había esperado por él, cuánto lo amaba y cómo Sasuke siempre hablaba de forma cínica y despectiva de él, Naruto no debía estar tan equivocado, aquel era un juego de poder, y ella no tenía porque estar en medio. Se separó para tomar aire y luego movió la cabeza afirmativamente mientras ponía sus manos encima de las de él, sabiendo que no podía dejar que su esfuerzo fuese inútil.

-Espérame aquí, tengo que tomar algunas cosas de mi habitación y quitarme esta ropa, no tardo más de cinco minutos, dijo impulsiva.

xoxoxoxoxo

Hinata guardaba a toda prisa su ropa en esa pequeña mochila, estaba tan nerviosa que sus manos temblaban pensando que guardar y que no, aunque tenía claro que sólo se llevaría unas pocas cosas se sentía desesperada intentando hacer todo lo más rápido posible pero sus manos nerviosas no hacían más que hacer la tarea aun más lenta, sus ojos lunas bajaron a la amplia falda de la ropa dándose cuenta que quitársela también le llevaría tiempo, negó con su cabeza volviendo a ver la mochila sobre la cama metiendo otro pantalón, un golpe seco en la puerta la hizo detenerse y voltear hacia la entrada.

Sasuke se encontraba ahí con el mangekyu en sus ojos denotando el mal humor que cargaba en su interior, Hinata lo percibió puesto que el Uchiha llenó esa habitación con una energía oscura y hasta cierto modo demoniaca, para él que esperaba encontrarla justamente de esa manera no fue una sorpresa verla como un ratón acorralado ¿por qué mierda había hecho aquello? Él le dio una oportunidad, no debió intentar engañarlo, no a él; sin perder detalle de lo paralizada que se encontraba la Hyuga.

-Terminemos con esto de una vez-Habló en ese silencio, Hinata hiperventiló no entendiéndolo, viéndolo avanzar hacia ella de manera amenazante.

-Sasuke...- Se atrevió a pronunciar para ver una sonrisa burlesca e irónica de parte de él, suficiente para que ella mirara por todo el cuarto buscando alguna manera de escapar, sabía que él no tardaría mucho en darse cuenta que ella esperaba escapar momentos antes y aunque no pensaba que sería tan rígido como él tenía en mente, su miedo era justificable.

-Quítate la ropa- Dijo quedando a dos metros de distancia de ella, arrojando un vaso al suelo, derramando su contenido en la lustrada madera.

El rostro femenino se tornó rojo al escuchar la petición, negando de inmediato aturdida y tontamente retrocediendo algunos pasos que sólo la llevaría a toparse con la pared de madera de aquella que era su habitación en la mansión Hyuga.

-Aún falta cortar el pastel—Habló mordiéndose el labio inferior.

La sonrisa burlesca desapareció, entrecerró los ojos, molesto, denotando en cada acción la furia que estaba conteniendo, él le iba a demostrar que con un Uchiha no se juega y ella pagaría por la osadía de sus acciones, ella era una simple niña mimada que había jugado de la peor manera sus cartas y peor aún lo había utilizado a él que había decidido ser benévolo con ella. Aventó el costoso comenzó a quitarse la ropa, mostrando su perfecto y trabajado torso, Hinata miró con espanto esa parte atlética de anatomía masculina que si bien no tenía nada de indecente la hacía sentir incomoda y asustada en aquel momento.

Intentó retroceder más aunque él no se hubiera movido de su lugar con cada acto que hacía el moreno se sentía más acorralada, finalmente como el depredador que era asechó lentamente a su víctima, que se hacía aún más pequeña en ese lugar acorralada, sus ojos se humedecieron, aún así no creía que nada malo fuera a suceder, pero estaba demasiado consciente que tendría que lidiar con la furia del moreno... de ese hombre que ahora era su esposo.

Sin duda alguna, era evidente que él se había enterado de sus intenciones, tal como suponía Naruto él debió hacer algo para apartarlo y por eso sabía. Sasuke estaba furioso y no podía culparlo, acababa de empeorarlo más mintiéndole sobre el pastel, pero necesitaban hablar y él tenía muchas cosas que explicarle aún.

Al quedar frente a ella el moreno bajo su vista analizándola, viendo como el pecho femenino se movía descontroladamente y ella era incapaz de darle la cara, "maldita Hyuga" pensó frustrado.

-Esto pudo ser diferente- Se lo reveló motivado por la furia, posando sus manos en las mejillas rojas de la chica que de inmediato al darse cuenta del movimiento que quería dar, quiso evitar el beso—Me has hecho hacer el ridículo todo este maldito tiempo, debiste pensarlo antes de ir tan lejos. Ahora me perteneces, ¿te das cuenta?

-Es precisamente lo que tenemos que aclarar—Se atrevió a hablar mirándolo a los ojos—¿No te das cuenta que todo esto en un completo error?

Él pareció convulsionar por la rabia, se dio la vuelta sabiendo que si no se alejaba explotaría. Hinata le tomó el brazo no permitiría que escapara si explicarle porque había lastimado a Naruto, pero él se zafó y no fue de madera limpia, su fuerza no podía medirse ni por asomo con la de ella, que fue golpeada en la mandíbula y mejilla, cayendo al suelo y una parte de la cama.

El dolor fue intenso, sin duda había sido combinando con chakra. Por instinto, y cuánto se sintió menos aturdida se llevó la mano a la boca, donde aún le pulsaba dolorosamente. Antes, sus ojos enfocaron el edredón lila, manchado por un semicírculo de sangre, entonces miró su mano, también manchada, el dolor seguía y su pasmo fue tanto que no pudo moverse.

Sasuke la observó arrodillada en el suelo, recargada en la cama, parecía lastimada y luego comprendió lo que había ocurrido, no había sido su intención golpearla, más se lo merecía. Sin darle tiempo de nada, la tomó de los brazos obligándola a ponerse de pie, entonces observó su lindo rostro compungido, asustado, un hilillo de sangre corria por la comisura de sus labios y su mejilla y mentón donde había tenido contacto estaba completamente rojo, incluso en algunos lados podía verse levemente morado.

La novia ya no podría dar la cara con semejante golpe, no había sido su culpa, en el estado en el cual estaba su cuerpo reaccionaba solo y ella se lo merecía por zorra.

¿Cuánto tiempo llevaría engañándolo? ¿Cuánto tiempo habría planeado todo con Naruto? Pero si pensaban que lo seguirían usando estaban muy equivocados.

Utilizó su magnifico ojo para llevarla lejos de ahí, tan lejos donde Naruto no pudiera siquiera rastrearlos.

Cuando llegaron, a ella volvieron a doblársele las rodillas, la soltó dejándola caer hincada frente a él. La cama con pétalos de rosa, le provocó nauseas recordándole cómo había caído en las garras de aquella puta falsa.

Una puta zorra que había sabido bien fingir bajo de él, que le había dicho palabras que nunca sintió; si quería jugar con fuego, iba a quemarse y a él no iba a importarle y ya que era completamente suya se encargaría de consumir el maldito matrimonio, no sería el único que iba a sufrir en aquel infierno.

No dejaría que los planes les salieran. Se inclinó para volver a levantarla, los ojos lunas estaban más brillosos que de costumbre, pero ni siquiera lo notó, él estampó sus labios con furia contra los de ella que quiso resistirse y tal vez pelear.

Fue inútil, no pudo vencer la fuerza masculina que le sujetaba fuertemente sus mejillas evitando que se moviera, la besó bruscamente intentando acceder a su boca sin lograrlo en un primer momento mientras ella sollozaba e intentaba romper el contacto. Finalmente desesperada intentó coger más oxígeno por la boca cosa que el moreno aprovechó para introducir su lengua y saborearla de la manera que él había querido hacer desde la madrugada, que cómo la golfa que era, le había calentado, haciéndolo desearla.

Hinata se sentía acorralada eso era más de lo que ella podía aguantar y su última defensa fue morder fuertemente la lengua masculina, Sasuke sonrío y ese dolor percibido solo ayudó a que su miembro se despertara abruptamente, rompió el beso extasiado de lo que sintió, ella hipaba asustada empujando el pecho masculino de su cuerpo en un intento de alejarlo y escapar de ahí.

Solo un momento antes se dio cuenta que ya no estaba en su habitación, ¿pero dónde estaba?

El miedo que había dejado de tenerle a Sasuke volvió a surgir.

-¿Así que también sabes ser salvaje? Seguro a Naruto le ha de encantar esa faceta tuya tan vulgar— Cuestionó mordaz— Eso te daré entonces— Agregó.

La mirada oscura demostró que hablaba enserio y ella pudo descubrirlo, sus ojos lunas se terminaron de aguarse pero pudo contener las lágrimas tratando de buscar una salida, sabía que de nada serviría gritar, seguramente Sasuke le había llevado muy lejos de la mansión Hyuga.

Sasuke llevó las manos a la espalda femenina justamente donde el vestido se unía para de un solo movimiento romper el elegante cordón que lo unía, Hinata emitió un gritito perturbada al darse cuenta lo que había ocurrido, de inmediato llevó sus manos a sus pechos tratando de detener la tela para que no cayera y le cubriera, intentó correr pero las fuertes manos masculinas se posaron en los extremos de su cadera impidiéndoselo, y como nunca antes se sintió tan atrapada y expuesta.

-Por favor—Sollozó asustada, pero en el estado en el cual se encontraba el Uchiha no pudo ver lo frágil que lucía, ni lo vil de sus movimientos, solo mostró una mueca de fastidio misma que solo empequeñeció más a la Hyuuga.

-Culminaremos este estúpido matrimonio ahora, no voy a dejar que se burlen de mí— Anunció, ella se estremeció mirando hacia los lados del cuerpo masculino buscando alguna manera de escape... pero no la hubo...

Las manos masculinas tomaron las suyas alejándolas violentamente de su cuerpo provocando que la ropa que antes la cubría cayera tortuosamente lento por el cuerpo curvilíneo y níveo, la cara femenina se pasmó y sus manos intentaron liberarse incluso sus piernas intentaron defender su cuerpo de él, pero Sasuke fue más hábil logrando apresar sus manos en su espalda y así mismo colocarse detrás de ella, la imagen que había visto cuando el vestido cayó lo turbó, los pechos femeninos caer libres le brindaron una visión exquisita y lo único que quería era probarlos, tocarlos y tener esos pequeños pezones rosados en su boca entre sus dientes, no sabía si Naruto ya había disfrutado de aquello, seguramente sí, debió ser otra treta bien jugada haciéndolo creer que era virgen, pero desde hoy él sería el único le gustara o no a ambos.

-Por favor suéltame— Hinata sollozó denotando su miedo, pero él la ignoró, pasando su lengua por el blanquecino cuello de la chica, ella luchaba por perder aquel contacto sin éxito.

Sasuke se las arregló para sujetar ambas manos femeninas en una de las suyas, para con la otra empezar a quitarse el pantalón, movimiento que no fue inadvertido por ella que se tensó enseguida y comenzando a luchar con todas sus fuerzas para librarse sin saber que sólo conseguía excitarlo más, culpa de aquellos rozamientos que provocó entre sus cuerpos, él lo logró de alguna manera u otra pero finalmente estaba desnudo acercó su hombría a las nalgas de la chica que al sentirla sollozó más alto, mientras seguía intentando huir de él.

-Mierda— Lo escucho decir y luego la soltó rompiendo la delicada braga de encaje blanco que era la última prenda en caer esa noche.

Hinata intentó huir, pero él fue más rápido arrojándola sobre la cama para al instante caer encima de ella que confundida y aturdida sólo fue consciente de cómo él volvía a tomar sus muñecas posicionándolas por encima de su cabeza afianzándolas de esta manera y en cómo la cadera masculina la obligaba a abrir más las piernas por la fuerza que estaba aplicando, cuando quiso reaccionar lo tenía en medio de ellas volviendo a besar sus labios con fiereza, succionando su cuello, frotando vergonzosamente y lascivamente sus miembros.

Las lágrimas salieron finalmente al sentirse impotente para detenerlo, realmente él lo haría y lo sabía, lloró y no le importó pues estaba aterrada de sentir la hombría del moreno tan cerca de su intimidad. Sasuke bajó a uno de los pechos femeninos metiendo el pezón en su boca lo succionó con fuerza, ella se quejó vergonzosamente, los dientes del moreno se clavaron en esa zona tan sensible casi haciéndole daño provocando que un quejido doloroso emitiera, lo soltó para repetir la acción y hacer otras cosas más al otro que aún no conocía.

-Por favor Sasuke, no hagas esto, no así— Fue la gota que derramó el vaso para el Uchiha ¿jugar con él no era hacer nada?

Se encajó con brutalidad en ella, sintiendo el mismo dolor o quizás menos por lo seca que se encontraba y la estrechez de la cavidad conforme la iba abriendo, Hinata soltó un grito doloroso mientras sentía como ese intruso la rompía provocándole un dolor indescriptible e insoportable.

-Mierda— Sasuke espetó al sentirse nublado por la estrechez, la disfrutaba pero al mismo tiempo le era incómodo, salió lentamente viendo las gruesas gotas de lágrimas correr por las mejillas de la Hyuuga, sonrío ladinamente siendo consciente de que ella lo veía.—Esto querías.— Le dijo al verla a los ojos y volver a embestirla despiadadamente, otro quejido femenino se escuchó pero él gruñó extasiado, saliendo y entrando a esa cavidad que forzadamente comenzaba a abrirse y adaptarse a él.

Hinata dejó de luchar comprendiendo que ya no podía escapar, que ya nada podía hacer, Sasuke había tomado sin importarle lastimarla o si quería hacerlo o no. El dolor le sirvió para no perderse de lo que estaba viviendo de otra manera seguramente se hubiera desmayado, sabía que esto era demasiado real, cada estocada que le dolía como si le rompiera su vientre se lo demostraba, podía escuchar al moreno gemir cuando ella soltaba una que otra queja que no pudo reprimir por las estocadas brutales que estaba recibiendo.

Sasuke soltó las muñecas al ver que ella se había quedado quieta emitiendo lloriqueos, nublado y extremamente excitado siendo consciente de que era oficialmente su esposo.

La sentía tan apretada en su interior, además de que poco a poco ella comenzaba a lubricarse haciéndole cada penetración sumamente placentera, sabía que la había forzado al extremo cuando entró en su interior, ella era baja y él era alto, no, no solo eso, sabía que su miembro entrando delicadamente al ser tan apretada la molestaría y sabía, estaba consciente de lo que había hecho y aquello lo excitaba, los quejidos lastimosos lo excitaban cada vez más, obligó al interior femenino a acunar su grueso y largo miembro de forma grotesca y aquello le provocaba deliciosas sensaciones, no podía ser mejor su venganza.

-Joder—Gruñó, mientras atrapaba uno de los grandes montes que rebotaban por las enérgicas penetraciones en su mano, la otra la ponía a lado de la cabeza femenina soportando su peso para darse más soporte.

Besó con brusquedad los labios femeninos sintiendo el sabor salado de las lágrimas y la sangre, los succionó e introdujo su lengua en un acto de posesión, los besó tanto hasta que sin saber que más hacerle, le mordió el labio inferior, mientras sus bruscas estocadas llegaban a su culminación derramando en el interior femenino su semilla, no sin antes tomar las piernas de la chica elevándolas para hacer aún más profunda las ultimas penetraciones que para ella fueron mucho más dolorosas, aunque no supo si más o menos que la primera, ese dolor la estaba quemando por dentro, cegándola y provocándole pensamientos confusos.

Soltó un gruñido extasiado, viendo el rostro femenino cubierto en lagrimas, con las mejillas rojas, esos labios inflamados que hace rato habían dejado de luchar dejándose hacer... deseó besarle los labios, más no lo hizo, se sentía asqueado por haberse enamorado de una impostora.

Salió del interior sintiendo como ella se estremeció, Hinata volvió a sollozar, sin saber qué hacer, sólo llevando sus manos a su rostro en un intento de detener sus lágrimas y al mismo tiempo darse valor.

Cerró sus orbes oscuras queriendo escapar de aquella habitación, pero no lo haría, ella podía irse aún con ese cabrón y no...no se lo iba a permitir sabía que lo que hizo fue exagerado pero nadie juega con un Uchiha, ella puso las reglas del juego, tras pensarlo la miró profundamente quitando de manera brusca las manos que le impedían verle los ojos lunas.

-Ahora eres mi esposa— Dijo con voz ronca—Así que más te vale comportarte como tal.

Hinata se estremeció cuando el moreno tras alterar ciertos recuerdos le mostraba que la había visto besándose con Naruto, aspiró aire cuando la dejó salir del genjutsu.

-Muy mal Hyuga— Agregó el moreno—Veo que me casé con una cualquiera pero ya está hecho.—Dijo tras levantarse de la cama con rumbo al baño—Ahora ambos vamos a jodernos por tu maldita mentira.

Hinata tembló, sentándose adolorida sobre la cama, abrazando su cuerpo ¿qué tanto había visto Sasuke? ¿Por qué si lo vio no sólo la repudió y expuso ante el clan? No era tarde, pudo haber anulado el matrimonio ¿Por qué le hizo eso?

Sus orbes lunas se abrieron con sorpresa al deducir que se debía a una cuestión de orgullo, quiso atarla consumiendo ese matrimonio, haciéndola su mujer, se llevó ambas manos a sus labios para acallar sus sollozos, queriendo que todo fuera un sueño, otro genjutsu... ¿qué había sido de ese hombre bueno, bondadoso y protector?

xoxoxoxoxo

Shikamaru posó su mirada en Naruto, el rubio había llamado la atención cuando se presentó en el jardín donde se celebraba la fiesta del recién matrimonio, en su cara notó enseguida la consternación, algo no iba bien, pero a esas alturas lo hacía huyendo con Hinata…

Su frustración aumento cuando a pesar de que lo sabía, lo aceptó. Maldita sea, Sakura no había logrado despertarlo a tiempo como consecuencia, habían llegado tarde, nada se podía hacer, el plan de que huyeran no había funcionado.

Un luz roja se encendió, cuando se dio cuenta que ni Sasuke ni Hinata, estaban ahí ya hace rato, y era evidente que su amigo buscaba a la Hyuga. Se levantó de la silla, siendo más discreto, pero yendo tras él.

Lo encontró en una habitación femenina, la cama estaba un poco desordenada y sobre ella una mochila, era evidente que alguien intentó hacerla, sobre el edredón de color lila había una pequeña mancha de sangre.

-¿Qué sucede?—La voz de Hiashi lo hizo sobresaltarse, al girarse se encontró con el mayor con cara de pocos amigos y sin duda lo que debía ser su equipo de seguridad—Naruto debes marcharte de mi casa…

Entonces, el Hyuga debió reparar en la escena, sus ojos claros se posaron en la mancha de sangre, no era para alarmarse, no era gran cantidad, no podría en peligro la vida de nadie sin embargo estaba fresca, y sin duda debía ser la habitación de Hinata. El dojutsu del mayor se activó y revisó toda la zona, frunció el ceño apenas perceptiblemente, un pequeño gesto que le dio a entender que ella ni el Uchiha estaban por ahí.

-¿Dónde está Hinata?—Naruto cuestionó a Hiashi, a pesar de estar débil logró sonar convincente.

Por un momento Shikamaru pudo notar el estrés que recorrió al mayor, el mismo que escondió tras la serenidad de siempre. Con una simple mirada dio alguna indicación, ya que de los cuatro hombres que le seguían, dos se desplazaron enseguida.

-Lárgate de mi casa antes de que haga que te echen. —Indicó el mayor a Naruto, aunque sin verlo, su cansada mirada seguía analizando la escena.

-No me iré de aquí si ella.

Shikamaru optó por tomarlo del antebrazo, los ojos azules brillaban por lágrimas de frustración, aquello lo conmovió aún así negó con la cabeza, sea lo que hubiera pasado, ni Sasuke ni Hinata estaban ahí y no podía permitir que Naruto saliera más lastimado.

-¿Qué ha pasado?

Shikamaru quiso gruñir lo que menos necesitaba es al Hokage ahí. Leer su expresión, solo le confirmó lo que ya sabía. Sakura llegó de prisa tras él, chocando con el mayor.

-No encuentro a Sasuke kun—Musitó, esta vez él no pudo leer a quién iba dirigido.

-¿Y Hinata?—Naruto le cuestionó yendo hacia ella.

-Tampoco la he visto.

Un Hyuga apareció en la escena, un castaño que observó a Hiashi fijamente y luego simplemente negó. Hiashi apretó la mandíbula y salió de la habitación, Kakashi lo siguió, se vio tentado a seguirlos, pero no podía abandonar al ése par de estúpidos ahí.

-Naruto vámonos.

-¡No voy a irme sin Hinata!—Protestó el rubio enseguida.

Sakura implorante le miró, sin duda aquella cabeza hueca iba a apoyar al Uzumaki por más estúpido que fuese.

-¿No es obvio?—Soltó exasperado—Sasuke se la llevó y no le avisó a nadie, en este momento no eres el único que la están buscando. No está aquí, Hiashi la buscó, y es evidente que ni siquiera se encuentra cerca. Debió haber descubierto todo, aunque no entiendo porque se la llevó—Confesó mirando la mancha de sangre en el edredón, estaba medianamente fresca, pero Sasuke tenía habilidades con las que no podían competir.

-Eso no puede ser cierto—Musitó Sakura, los ojos jades se llenaron de lágrimas que no tardaron en rodar por sus mejillas.

-Tenemos que irnos de aquí, y pedir ayuda a Shino y Kiba, ellos deben poder ayudarnos a localizarla, aquí no está y no es conveniente nuestra presencia.

Xoxoxoxoxoxo

La cabeza le martillaba, debía ser culpa del alcohol que había ingerido, por la ventana de la sala de aquella cabaña podía ver la oscuridad, no tardaría mucho en amanecer.

Respiró con pesadez, se suponía que era un adulto y sobre todo sabía que el alcohol solo servía para embrutecer, ¿por qué diablos lo hizo? Lo cierto es que quería olvidar toda la maldita pesadilla. Quería crear otro universo, uno en el cuál toda la farsa de la cual fue objeto no existiera, si lo hacía, él no iba a olvidar, aunque podría tratar de vivir felizmente, ¿y lo lograría?

La respuesta era clara, él no olvidaba, por más que deseara estar con ella y olvidarse de todo, no volvería a creer en su falsa, en su entrega. ¿Y a todo eso, dónde estaba la maldita traidora?

Su primera reacción fue buscar a Hinata, la encontró en el sillón de la habitación, se había puesto otra vez el vestido de novia, pero estaba dormida. Lo primero que robó su atención fue su hermoso rostro, los párpados inflamados denotaban que debió llorar hasta quedarse dormida, la parte inferior de su mejilla derecha y mandíbula, estaban amoratados y levemente inflamados. Luego su mano, en su mano estaba la viva prueba de su traición, la palma quemada.

No pudo evitar una sonrisa cínica, aunque por dentro la culpabilidad e ira se arremolinaron, además de la culpa, aquella mano quemada denotaba que ella intentó salir de la casa, su método podría ser cualquiera, la evidencia fue obvia quiso huir.

¿Y qué? Ella creía que iba a ser tan sencillo. ¿qué no se había encargado de que nadie pudiera rastrearlos? y así como nadie podía salir, nadie podía entrar al menos que él lo decidiera, de intentarlo, todo el cuerpo terminaría calcinado.

Por un leve momento deseó poner hielo en su mejilla y curar su quemadura, las ampollas debían ser dolorosas…

¿Por qué diablos le dolía tanto? ¿por qué había perdido el control? ¿qué iba a hacer ahora? ¿de qué le servía mantenerla contra su voluntad y sabiendo la verdad?

Bueno, le servía para hacerlos infelices, ¿por qué tenía que preocuparse por lo que ellos sentían cuándo a ellos no les importó?

"Una misión", su estúpida misión era embarazar a la primogénita Hyuga para alterar la pureza de su sangre, la aldea le había dado aquella misión, sin importarles nada más, querían atarlos para cuidar la aldea, el mundo de otro ataque. Y volvían a moverlo solo como peón tal como hicieron con Itachi; a pesar de egoístas, podía perdonarlos, pero a Hinata Hyuga, a ella jamás lo haría, se encargaría que su vida se convirtiera en el infierno en el cuál él se sumergía.

Hola! Estoy feliz deben aceptar que el capitulo ha salido medianamente rápido. Estoy emocionada.

Creo que esta historia será bastante toxica, pero surgió después de sus peticiones, siempre me han dicho que hago sufrir mucho a Hinata, jaja esta vez he tratado y quiero que sea diferente, aunque de alguna forma bueno también se ve afectada, pero esto es por sus decisiones erróneas y sobre todo por no analizar completamente la situación, o al menos ese es mi plan, quiero que la única culpable sea ella de lo que viene en el futuro, Sasuke solo está lastimado, o bueno a ver como me sale xD… quizá al ultimo, me equivoque xD y haga lo de siempre, ya me dirán después.

Espero que les guste el capitulo, y sobre todo espero que la inspiración no me abandone y pronto tengan el siguiente, saludos y besos.