Todos los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi…
VAINILLA
EPÍLOGO
"Un año después"
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Aún estaba oscuro. La ciudad continuaba sumida en una profunda calma, y si se miraba al cielo, podían verse claramente las estrellas.
Faltaban diez minutos para las cinco de la mañana. Para los Saotome, levantarse temprano no era su hábito favorito. Tener una clase o un compromiso los hacía brincar de la cama minutos después de apagar el despertador. Habían tenido que comprar varios despertadores después de mudarse; solían quedarse despiertos haciendo cierta actividad hasta altas horas de la noche y las mañanas eran un sufrimiento total. Ranma lanzaba el aparato lo más lejos posible y obviamente éste se rompía.
Hacía pocos meses que las cosas eran muy diferentes. Disfrutaban cada momento de paz y lo aprovechaban cada vez que podían, porque conforme pasaba el tiempo, esos lapsos pacíficos iban disminuyendo.
Un pequeño y agudo llanto resonó en el cuarto contiguo, hizo que Akane se revolviera en las sábanas tratando lentamente de enderezarse.
—Deja, yo voy. Trata de dormir un rato más, hoy tienes examen —dijo Ranma a su mujer, que apenas pudo sonreírle un poco con los ojos cerrados, mientras se dejaba caer en la almohada sin poner resistencia alguna.
Había pasado un año después de la mudanza de la casa Saotome. Desde el día en que Akane y Ranma llegaron a su nueva y acogedora residencia, habían bautizado cada rincón de la misma haciendo el amor en todas las habitaciones. Pero ¿qué había pasado? Los planes no habían salido como ellos habían acordado.
El plan inicial era que Akane presentara los exámenes de admisión de las universidades cercanas para que tuviera suficientes opciones en caso de no obtener la puntuación requerida.
Ranma seguiría entrenando para prepararse para futuros torneos y trabajando con sus patrocinadores, haciendo fotografías, comerciales, dando pláticas motivacionales en escuelas, gimnasios y otros centros de deportes. Para cumplir con su deber de heredero de la casa Saotome, debería dar clases en el dojo, por lo menos dos horas durante tres días a la semana. Esto le permitiría cumplir con sus compromisos sin problemas, además de que también había prometido a su madre que todos los días Akane y Ranma irían a cenar y a escuchar la historia de la familia Saotome, después de terminar los alimentos. Los hijos no vendrían hasta que Akane hubiera terminado la universidad, conseguido un trabajo estable, y posteriormente pensarían en agregar un miembro a la familia.
Parecía el proyecto perfecto de vida para una pareja joven de recién casados, pero las cosas no salieron así. Ranma comenzó a usar preservativos justo después de que Akane había tenido aquel falso período y se había asustado creyendo que era una pérdida de embarazo.
El detalle estuvo en que Ranma tomó una caja de preservativos que le había regalado Ryoga justo cuando el club de admiradoras de Ranma Saotome se hizo oficial. El chico del colmillo le dijo que tendría demasiado sexo y que debía entonces estar bien preparado. La caja estaba nueva e intacta, así que Ranma la usó en ese momento.
La caja de preservativos la había comprado Ryoga cuando tuvieron la primera charla de educación sexual en la escuela. Había ido a la farmacia y el dependiente le había dado un precio de dos por uno por atreverse a ser un chico responsable, así que, en vez de una, consiguió dos cajas. Cuando Ryoga empezó a tener relaciones con Ukyo, usó una caja y obsequió la otra a su amigo Ranma, confiando en que ambos tendrían la suerte de estar con chicas en ese tiempo.
La timidez de Ranma no le permitió iniciar su vida sexual hasta que estuvo con Akane, y mientras, el regalo de su amigo permaneció bien resguardado durante esos años detrás de los libros que tenía en su escritorio, junto a la ventana.
En consecuencia, con los condones prácticamente caducos y mal cuidados, Akane se embarazó a las pocas semanas de haberse mudado a su nueva casa. Los planes cambiaron. Akane iniciaría con el proceso de exámenes de admisión después de que naciera el bebé. Ranma se haría cargo por las mañanas mientras ella estudiaba y en las tardes, ya en casa, Akane cuidaría del bebé mientras Ranma trabajaba con los patrocinadores. Para poder dar clases en el dojo, Nodoka o Kasumi se ofrecieron a cuidar de la criatura hasta que Ranma acabara su clase de una hora, porque con el bebé el tiempo no le daba para más.
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Ranma caminó hacia la habitación sin encender la luz. Llegó hasta donde se encontraba la cunita y con cuidado levantó a su bebé que seguía llorando, pidiendo comida.
—Aquí está tu biberón; no llores más, recuerda que mamá debe descansar. Quién iba a pensar que tendrías el mismo apetito que tu mamá, porque he de decirte que ella come todavía más que yo. Mi pequeñita…
Una bebé regordeta de cabellos rojizos bebía ávidamente su leche, mientras se acomodaba en los brazos de su padre. Ranma estaba orgulloso de tenerla, se había vuelto loco de alegría desde el segundo en que la niña salió del cuerpo de su madre. Habían decidido llamarla Kimiko, "niña sin igual", porque Ranma decía que era hermosa, perfecta y que no habría en el mundo nadie como ella.
Ranma se mecía junto con su bebé para tratar de que volviera a dormirse, pero en ese momento, se oyó otro llanto, más fuerte y desesperado. Ranma entornó los ojos —¡No puede ser! ¿tú también? Parece que tú y tu hermana están decididos a hacer todo a la par. Otro pequeño, de cabellos tan oscuros como los de su madre, chillaba con toda la fuerza que le daban sus pulmones.
Kimiko abrió los ojos al escuchar a su hermano y comenzó a hacer pucheros sin soltar su mamila —¡No, no, no, no, no, no! ¡No vayas a llorar! ¡Tú ya te habías dormido! — a pesar de ser un experto en artes marciales y tener un temple de acero, todo se veía mermado cuando los pequeños Saotome lloraban al mismo tiempo —¡Espera un poco, Koji! ¡Iré por tu mamila también! Espero que tu madre no se despierte. El nombre de Koji significaba "el segundo hijo afortunado".
De pronto, la puerta del cuarto de los mellizos se abrió —¡Buenos días! Aquí está la otra mamila. Vamos a levantar a este bebé… ¡uff! Pesas igual que tu padre a esa edad. Nodoka había entrado sin avisar; tras ella venían Soun Tendo y Genma Saotome.
—Mamá, papá, señor Tendo ¿qué hacen ustedes aquí?
—Escuchamos el llanto de Kimiko. Sabes que me levanto muy temprano a cuidar mi jardín.
—Tendo y yo estábamos entrenando un poco en el dojo, hijo. Deberías hacer lo mismo y levantarte más temprano —Genma siempre trataba de dar lecciones a su hijo.
—¿Se despertó también Koji? — Akane se asomó por la puerta de la habitación de los niños, aún aletargada y con el cabello revuelto.
—Descuida hija, vete a la cama. Debes dormir para presentar ese examen a las ocho y media—Soun Tendo mandó de vuelta a Akane a su habitación. Su relación había mejorado mucho desde la mudanza. La extrañaba mucho y cuando se enteró del embarazo no cabía de felicidad.
—¡Ya les he dicho que podemos hacernos cargo nosotros solos! —dijo Ranma ceñudo.
—Lo sé, hijo. Pero hoy empiezan los exámenes de ingreso para Akane, debe descansar. Pasó todo el embarazo estudiando, ahora debe dar lo mejor de sí para entrar a una buena universidad.
—Es una suerte que los Hanayama se hayan mudado justo cuando ustedes buscaban una casa —apuntó Genma —tienen suerte de que vivamos al lado.
—No fue suerte. Me lo dejaron a muy buen precio, aunque aún no termino de pagar —dijo Ranma.
—Suerte o no, creo que también fue buena idea hacer una puerta de emergencia en la cerca que divide las casas. Si Akane se quedaba sola y necesitaba ayuda durante el embarazo, podíamos auxiliarla. Afortunadamente no fue necesario —habló alegre Soun Tendo.
—Debo ponerle un candado a esa puerta —pensó Ranma en voz alta.
—Bueno hijo, te sugiero que ayudes a Kasumi con el desayuno, ya está en la cocina preparando todo, mientras dale a Kimiko al señor Tendo para que termine de alimentarla.
Ranma exhaló y obedeció. Al final no habían podido irse tan lejos de su familia y eran de ayuda ahora que como padres primerizos debían hacerse cargo de dos pequeños.
No había sido el plan inicial, no era lo que ellos esperaban, pero a pesar de todo, vivían muy felices.
Pronto el desayuno estuvo listo y todos pasaron a la mesa de la cocina, que por fortuna tenía un tamaño justo para albergar al resto de la familia Saotome. Era una mañana parecida a la de casi todos los días; en esa ocasión todos salieron a despedir a Akane para desearle suerte en sus exámenes.
Akane besó a Ranma y a ambos pequeños, despiertos y sostenidos por su padre en cada brazo.
Así era su vida y al parecer, así sería durante mucho tiempo.
FIN.
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¡HOLA DE NUEVO! Si se han animado a leer el epílogo de su fanfiction favorito "Vainilla" muchas gracias.
En un inicio pensé en dejar el final galletita tal cual; no soy de epílogos, pero ante la insistencia de los lectores, se dio y espero que les haya gustado.
Para los que aún no me siguen en Facebook, háganlo. Me encuentran como Susy Chantilly, no hay pierde, no hay otra. Ahí les aviso las novedades y cosas que tengo planeadas hacer…o deshacer.
Muchos me han preguntado si seguiré escribiendo y la respuesta es sí. En mis ratos libres y noches de insomnio lo haré. Lo que sigue es un shot y tengo dos historias en la cabeza que quiero hacer, pero todo eso lo pondré en mi página, ya saben que me gusta mucho hacerla de emoción.
Y bueno, mis eternos agradecimientos para mi queridísima Sakura Saotome que me ayudó durante toda esta travesía, para no salirme del camino y no hacer alguna barbaridad, hablo del fic, obviamente. Gracias guapísima, no hay palabras ni gracias suficientes para ti.
Les recomiendo que lean su fic "Entre el deber y el amor" está buenísimo, me tiene ya sin uñas y bien alterada. También lean "Poderosa" de mi hija virtual Hana Note. Está divertidísimo y no se arrepentirán de leerlo.
A mis queridas Locas por el Dios griego. "Vainilla" se hizo por y para ustedes, espero que les haya gustado. Gracias por su paciencia y motivación, las adoro con todo mi corazón y no sé qué haría sin ustedes.
A quienes no había agradecido es a los que se inspiraron en Vainilla para hacer fanarts, entre ellas Danisita y Sakura Saotome. No saben lo feliz que me han hecho con sus creaciones, ¡son las mejores!
Me agrada compartirles un pequeño pedacito de mi mundo. De nuevo gracias a todos los que recomiendan mis historias, me siguen y apoyan; tienen un lugar en mi oscuro corazón.
¡Los leo muy pronto!
Susy Chantilly