Intercambio de Parejas | TodoMomo
Ikhny Shy
Summary: Universo Alterno. Un importante socio de su padre se interesa en su prometida y lo obligan a intercambiar de pareja. Shoto conoce a Momo en esas circunstancias en las que ambos son forzados a pasar una noche juntos, pero nada los obliga a dejarse llevar por un momento de pasión… ¿O si?
Caminó por el largo pasillo del hotel con pasos lentos y postura rígida. Su ceño fruncido evidenciaba el desagrado que sentía por la situación que le obligaban a atravesar. Se detuvo delante de la última puerta del pasillo, el número 201 grabado en un cartel junto a la entrada. Sacó la tarjeta magnética de su bolsillo y aspirando hondamente, la colocó en el lector destrabando la puerta.
Dentro, ella lo estaba esperando. Se veía tan tensionada como él, sentada rígidamente en el borde de la cama con sus rodillas juntas y sus manos con los dedos entrelazados sobre su regazo. Su cabello negro, largo, caía suelto como un manto tras su espalda, con solo un mechón de flequillo cayendo con gracia sobre el contorno de su rostro. Tenía los ojos cerrados, pero Shoto sabía que detrás de sus párpados se escondían unos profundos iris negros. Vestía una camisa blanca y una falda tubo oscura que le llegaba a las rodillas.
Cerró la puerta tras de sí, provocando un sonido suave y caminó hacia una silla, alejada de la cama.
— Buenas noches, Todoroki-san. — Escuchó que le decía con un tono gentil. Shoto la miró de reojo.
— Buenas noches. Yaoyorozu. — Llegó al asiento elegido y se sentó pesadamente. Echando su torso hacia delante, apoyó sus codos sobre sus rodillas, dejando caer sus manos en medio de sus piernas. — Siento mucho que estés involucrada en esto. — Le dijo, realmente lamentándolo. Hubo una pausa tensa y el joven levantó la cabeza para observarla, ella tenía la mirada pegada en la alfombra.
— Está bien. — Respondió finalmente, una sonrisa nerviosa en sus labios. — Tampoco es culpa suya. Sé que el arreglo fue entre su padre y mi… prometido… — Lo último le salió con algo de dolor y Shoto no pudo evitar sentirse mal al notarlo. Su "prometido" había sido quien sugirió el intercambio.
— Por favor, no me trates de "usted" — Le pidió, echándose hacia atrás en la silla dando un suspiro. — Ya es bastante incómodo como para que nos hablemos así. — Ella asintió y el silencio volvió a rodearlos en un ambiente tenso.
El paso de los minutos hacía que el aire se sintiera más pesado y los movimientos lentos y suaves de cada uno, producían sonidos en el vacío que los alertaban a ambos. Shoto miró a su alrededor y encontró que contra una la de las paredes de la inmensa habitación, había una pequeña barra con distintas copas y bebidas. Se acercó allí, atrayendo la atención de su acompañante.
— ¿Quieres beber algo? — Le preguntó, mientras se servía una medida de Whisky.
— Solo si es sin alcohol. — Respondió ella, sin moverse de su lugar.
Shoto abrió una de las puertas debajo de las bebidas encontrando una heladera pequeña.
— Hay agua y gaseosas.
— Agua estará bien.
Le sirvió en un vaso largo y se acercó con ambos hacia ella. A la cama.
Yaoyorozu tomó el agua y bebió un sorbo corto. Su mirada lejos de él, enfocada en el suelo.
Shoto se incomodaba al verla tan nerviosa, pero no sabía qué decir para hacerla sentir mejor. No solía tener mucho contacto con la gente, era malo para relacionarse con las personas y realmente nunca le había interesado interactuar demasiado con otros. Pero en el caso de la mujer que tenía en frente, por algún motivo, era distinto…
— Con mi prometida fue muy similar a esto… — Le dijo, sentándose a su lado, tomando su copa con ambas manos, fijando sus ojos bicolores en el líquido ámbar de su bebida. — Mi padre la eligió por mí. No me preguntó si me gustaba… ni tampoco le importa si nos queremos…
— ¿La quieres? — Preguntó ella. Shoto la miró de costado, preguntándose por qué le interesaba saber eso. Se encogió de hombros, suponiendo que solo era parte de la conversación.
— No. — Momo bajó su mirada a sus manos. Él pudo notar que se había relajado un poco.
— En mi caso es muy parecido. — Le dijo, en un tono suave. — Estamos comprometidos desde que éramos niños.
— ¿Un matrimonio arreglado? — Ella asintió con la cabeza. — ¿Lo quieres? — Le preguntó, luego de una pausa, imitando la pregunta que ella le hizo. Yaoyorozu levantó la mirada y lo observó fijamente. Shoto sintió que se perdía en sus ojos oscuros.
— No. — Bebió otro sorbo de agua, esta vez más largo. — Él tampoco me quiere. — Continuó. — Y cuando propuso esto… — La sintió temblar a su lado. Él bebió otro sorbo, inseguro de cómo consolarla.
— En parte es culpa mía. — Confesó luego de una pausa, atrayendo su atención nuevamente. Podía sentir sus ojos sobre él. — Cuando me preguntaron que opinaba de tí… no tendría que haberles dicho… — Ella inclinó la cabeza a un lado. Shoto frunció el ceño, sintiendo la culpa invadir su pecho. Un calor abrasador se extendió por su rostro, sabía que debía tener las mejillas totalmente rojas. — Les dije que… — Se aclaró la garganta incómodo y de pronto se sintió pequeño junto a ella. — … eres hermosa. — Dejó salir el aire que no sabía había retenido, confesarle aquello no le hizo sentir mejor como esperaba.
— Gracias. — La oyó responder en un hilo de voz muy bajo. No parecía sentirse halagada, más bien, notó que volvía a temblar levemente.
— Lo siento. No quise incomodarte. Pensé que… sería bueno ser honesto con esta situación.
— Te lo agradezco. — Respondió ella.
— Pero no te preocupes. — Volteó en su lugar, para quedar enfrentados. Yaoyorozu lo miró curiosa. — No haremos nada. No voy a tocarte. — Sus palabras directas salieron de sus labios con seguridad. Momo sonrió levemente.
— Si tu no quieres, estará bien.
— No se trata de eso. No quiero incomodarte más.
— Entonces… ¿Si quieres?
La pregunta lo tomó por sorpresa, ¿Quería?
No sabía cómo responderle… Sus ojos la recorrieron discretamente, mientras descendían al acolchado que cubría la cama. No había mentido antes, para él era hermosa. Imposible no sentirse atraído hacia ella. Pero Shoto no era alguien que se dejara llevar por frivolidades, su prometida también era muy bella físicamente, pero a él no le importaba, ¿Por Qué sería diferente con Yaoyorozu?
La delicada mano de ella se acercó a las suyas que aún sostenían el vaso de whisky, sus dedos delgados cubriendo lo propios en una caricia delicada. Levantó la mirada para encontrar sus ojos, ella le dedicaba una sonrisa cálida y amable.
Hacía mucho tiempo que no lo tocaba una caricia sincera… cerró los ojos y se permitió por un instante, sentir que alguien le brindaba afecto genuino. La oyó moverse a su lado, acercándose a él.
— Yo sí quiero, Shoto… — Escuchó que le susurraba al oído. Su cuerpo se tensionó al sentir su aliento rozar su cuello y la piel se le erizó al ser consciente de la cercanía. Tragó saliva nervioso y lentamente volvió a abrir los ojos para encontrarse con su rostro casi pegado al suyo. Sintió que su garganta se secaba, al tiempo que un fuego intenso se extendió dentro de su cuerpo.
— Yaoyorozu… yo…
Ella buscó sus labios y él lo permitió, dejando que lo besara tiernamente. Fue un contacto tímido, donde solo chocaron sus bocas, presionandose levemente. Momo comenzó a mover sus labios, acariciando los suyos con suavidad, invitándolo a profundizar el beso. Él dejó escapar un gemido desde su garganta y aceptó que la lengua de ella explorara dentro de su boca.
Las manos femeninas que sostenían las propias, se movieron hacia su rostro tomándolo desde la mandíbula, sus dedos largos y delicados trazando un camino hacia su cabello, hundiéndose en sus hebras plata y escarlata. Shoto arrojó el vaso a un lado, ignorando el sonido del objeto golpeando el suelo alfombrado y llevó ambas manos a la cadera de ella, acercándola a su cuerpo. Las manos de él ascendieron por su espalda, marcado el contorno de su figura, mientras los dedos de ella abandonaban su cabello y se aferraban a sus hombros anchos, al tiempo que sus piernas lo rodeaban por la cintura hasta que ella quedó encima de él arrodillada sobre el colchón de la cama.
Ese beso tímido del inicio se había transformado en uno mucho más intenso, frenético. Shoto sentía la necesidad de saborearla, grabar en sus sentidos cada una de las sensaciones que le ofrecía Yaoyorozu. Sus manos buscaban el contacto con su piel, arrancando la camisa del interior de la falda, abriéndola brutamente haciéndole perder los botones del frente.
Se tomó un instante para observarla detenidamente, mientras sus brazos la rodeaban por la cintura. Sus hombros desnudos, su cuello, su rostro sonrojado que lo miraba con los ojos brillosos. Había algo en ellos, algo que Shoto no supo identificar. Momo acarició los mechones bicolores de su flequillo con suavidad y sus dedos comenzaron a marcar el contorno de su frente, sus mejillas y su mandíbula hasta llegar a su mentón, obligándolo a levantarlo para plantar otro beso suave y tierno.
Luego del beso, él sintió un hormigueo en los labios, extrañando la sensación de sentirlos contra los suyos. Hundió su rostro entre los pechos de ella, sintiendo el contraste de su piel suave con la rugosa textura de la ropa interior, aspirando hondamente se permitió disfrutar de su perfume particular que expedía su cuerpo. Con su cabeza allí, podía escuchar el acelerado ritmo del corazón de ella, tan ansioso como el propio.
Ella le acariciaba la base del cuello, apoyando su mejilla sobre la cabeza de él. Podía oírla respirando profundamente, probablemente también incorporando su propio aroma.
Se aferró más a su cintura, cuando por un instante en su mente llegó el pensamiento de sentirse querido. No se conocían, esa noche habían hablado más que en todas las veces que se vieron de lejos en las reuniones de trabajo de su padre. Pero la delicadeza con la que lo trataba, la suavidad de sus caricias y la mirada que le había entregado hace solo un momento, le habían dado una sensación de felicidad que por mucho tiempo no había sentido.
Momo tuvo que contenerse, hundiendo su rostro entre los mechones de cabello blancos y rojos. Tenía mucho por decirle, por confesarle. Había soñado con un momento así con él por mucho tiempo, fantaseado y planeando cada detalle, pero en todas sus confabulaciones no pensó que podrían tener un momento tierno, que sus sentimientos hacia él podrían tomar riendas de las acciones y que Shoto podría mostrar ese atisbo de afecto que le ofrecía.
Con delicadeza lo obligó a recostarse en la cama, quedando ella encima de él. Mirándolo fijamente, comenzó a desabotonarle la camisa. Los ojos bicolor le devolvían la mirada con aire curioso. Momo se mordió el labio inferior, cuando sus manos se posaron sobre los pectorales y comenzaron a trazar un recorrido de caricias a través de su torso marcado, siguió con su mirada el trayecto de sus manos, admirando el físico de su acompañante con un tinte de lujuria, descendió por sus hombros y brazos, quitándole la camisa en el recorrido.
— No estés tan tenso. — Le dijo en un susurro muy leve. — Puedes detenerme cuando quieras.
Pero Shoto no iba a detenerla. Solo se limitó a asentir levemente, dejándola explorar su piel, que se erizaba con el contacto dulce que le brindaba. Un escalofrío placentero viajaba por su espalda, al tiempo que sus músculos comenzaban a relajarse. Cerró los ojos, enfocándose solo en las caricias que recorrían su cuerpo, su mente despojándose de pensamientos quedando solo con las sensaciones que lo atravesaban.
Sintió que le desabrochaba el pantalón. Sus músculos volvieron a tensarse al sentirse vulnerable, tragó saliva cuando ella comenzó a deslizar la prenda por su cadera y sus piernas, quedando solo en su ropa interior. Mantuvo sus brazos rígidos al costado de su cuerpo, por más que le hubiera gustado levantar sus manos para devolver las caricias, pero con sus sentidos alerta lo mantenían ansioso por lo que sea que ella planeara hacer.
Momo volvió a colocarse sobre él al deshacerse de su pantalón y de su propia falda, quedando ella también con solo su ropa interior. Podía sentir la presión entre ambas prendas íntimas y echándose hacia delante apoyó su abdomen haciendo contacto con el de él, sus pechos a solo unos centímetros del suyo. Mantuvo sus manos a los costados de la cabeza de Shoto y sonrió con ternura al verlo con sus ojos cerrados, sus cejas fruncidas en un gesto de ansiedad.
Volvió a besarlo, buscado relajarlo, queriendo llevar tranquilidad con ese contacto, pero sus propios deseos la traicionaron y el beso volvió a tomar fuego del anhelo. Lo besó con desesperación, angustia y necesidad. Su cuerpo se movió sobre él, sintiendo el roce de sus intimidades llevar el fuego de la pasión desmedida.
Él gimió, devolviendo la intensidad de sus besos, llevando una de sus manos al rostro de ella, ocupando su mejilla para asegurar sus labios, mientras la otra mano, descendía por su cintura hasta sus muslos.
La fricción que generaban sus movimientos sobre él generaban aún más calor y mientras el sonido de los gemidos, las respiraciones agitadas y los besos se mezclaban en una sinfonía única para ellos, las manos de ambos buscaban con desesperación la piel del otro…
Entre el fervor del momento y las emociones mezcladas, las últimas barreras de ropa cayeron al suelo. Momo no dudó en descender sobre él, dejando que ingresara en su cuerpo, sintiendo la intensidad de tenerlo dentro de ella. Un gemido de placer emergió de ella, mientras su interior se acostumbraba a su presencia. Comenzó a moverse lentamente, saboreando cada sensación y cerró los ojos, concentrándose en la respiración agitada de Shoto y de los leves gemidos que escapaban de los labios del joven.
Las manos de él la tomaron por la cadera, guiándola en el movimiento ascendente y descendente, marcándole el ritmo que se iba a acelerando conforme sus cuerpos exigían mayor fricción.
Momo arqueó su espalda hacia atrás y un grito ahogado emergió de su interior al sentir una oleada de placer expandirse desde su zona más íntima. Sintió sus músculos ligeros mientras Shoto la dirigía con mayor vigorosidad, aferrándose a sus caderas, clavando sus uñas en la piel de ella.
Él tembló bajo ella, cuando las palpitaciones en su interior le indicaron que ambos habían llegado al clímax. El grito que compartieron, teñido de gozo, llenó el ambiente que pronto se inundó en quietud.
Todavía retumbaba en sus oídos el sonido de sus cuerpos moviéndose uno contra el otro, cuando se dejó caer sobre su pecho y contrajo sus brazos buscando la protección de Shoto que se la aseguró, envolviéndola en un abrazo.
Sabía que ese momento no duraría para siempre, pero eso no evitó que deseara que el tiempo se detuviera. Sintiéndose cuidada y protegida, Momo quería saborear esos momentos que le estaba regalando.
Pensó que no volvería a tener una oportunidad como esa. Le había costado bastante conseguir que sus planes funcionaran de la forma que lo hicieron. Que su prometido se fijara en la novia de Shoto, sugerirle un trato a Enji, pasando desapercibida por el más joven de los Todoroki para finalmente estar en esa posición.
Sintió la respiración profunda de su acompañante. Levantando la mirada confirmó que se había quedado dormido. Lo observó fijamente, admirando su expresión pacífica. Extendió su mano y apartó un mechón rojo de su frente…
— Después de todo… — Susurró levemente, sacando de su pecho aquello que le hubiera gustado confesarle esa noche. — … no te acuerdas de mi, Shoto… —
FIN
AN:
Generalmente no me gustan los AU. Son muy complicados. Pero en este caso la idea me tentó mucho…
Si hiciera un Long Fic con esto, omitiría toda la descripción de lo que hicieron y me enfocaría más en todo lo que hizo Momo por conseguir esa noche con Todoroki y que haría él después de enterarse que lo había engañado de esa forma… Pero bueno, no lo voy a escribir en el corto plazo...
Esta historia debía ser más fría que "Hielo", con la idea de dos extraños que cumplían parte en un trato, pero cuando empecé a escribirlo y pensé las motivaciones de Momo, se me fue a más tierno. Ella no puede ser fría, no en mi imaginación. Será que la tengo muy idealizada (que para ser sincera, sí la tengo totalmente idealizada)
La semana que viene debería escribir "Asfixia" y digo Debería porque No voy a hacerlo…
Sí, tenía una idea para esa semana… y más o menos tenía pensadas un par de cosas para desarrollarla, pero la verdad que el concepto no me gusta para nada. Y decidí que si no lo disfruto yo misma, ¿Cómo va a disfrutarlo otra persona? Así que le dedicaré esa semana a mis otros fics…
Gracias a todos los que me escribieron comentarios y mensajes por el capítulo anterior. Este tipo de narración es nueva para mí, así que estaba un poco nerviosa! Espero que este les haya gustado (aunque es menos descriptivo que el anterior)
Para la 4° semana dejamos descansar a Shoto y a Momo.
La Pareja será Kaminari y Jiro y el temaa: Video Erótico