NARUTO SHIPPUDEN

POST SASUKE SHINDEN

MATA KONDO NA

Capítulo 1 "Amado por siempre"

Los días de paz…

Todo lo que podría pedir acerca del mundo, se encontraba en el exterior. No podía solo resignarse a aceptar el perdón, sin optar por el camino de la redención. Necesitaba verificar por si mismo de que estaba compuesto el mundo, para asegurarse que no pasaría nada por alto y sus futuras decisiones tuvieran un fundamento sólido.

No pensaba desaparecer para siempre… pero comprendía el dolor de la separación, porque era algo que de igual manera pasaba en su interior. Pero tal y como siempre lo habían planificado, sus rumbos aunque tomaran caminos distantes, siempre permanecerían unidos… entre ellos, a la aldea, a su ser como ninjas, porque no había nada más importante que aquellos vínculos indestructibles ante la adversidad.

La bandana con aquella ralladura lo acompañaría como símbolo de su unión con su mejor amigo; la mención de un combate final entre los dos, que más que tratarse de golpes y jutsus, los afrontaba a su nuevo destino, a lo que un día, lograrían llegar a ser.

Y aunque aquel pensamiento lo acompañaba todos los días… se había prometido a sí mismo no flaquear, la debilidad y la necesidad de volver a verlos, no irrumpiría en sus deseos de superación, por lo que los vínculos seguirían mantenidos, pero a través de mensajes, al muy estilo del Shinobi halcón.

Con saber que se encontraban bien, era más que suficiente, hasta que estuviera listo para devolver todo el amor que se le brindó, velaría por Konoha desde las sombras, tal y como alguna vez lo hizo su hermano. Itachi quien le había brindado la oportunidad de volver a nacer, al no dejarlo caer jamás, aunque eso significara su propia muerte y dejar todo en manos de Naruto.

Además de aquella promesa que ahora tomaría como suya. Las palabras que enlazaban al futuro con un solo toque de sus dedos.

Mata kondo na… –El reflejo rosa de los cabellos volando al viento acudió a su memoria.

Sasuke, que se había detenido a tomar almuerzo bajo la sombra de un árbol, se lamió el dedo índice al saborear la última bola de arroz de la bandeja y tras mirar su mano por unos segundos, suspiró, para levantar su mirada al cielo.

–Seguro que sí… –sonrió. La esperanza de sentirse esperado, albergaba en su interior una sensación de optimismo y tranquilidad que desde hace tiempo no tenía. A pesar de estar pendiente y presente en la lejanía de los acontecimientos de la aldea, era verdad que también tenía ganas de volver… y tras todos los movimientos ocurridos con la lucha contra la última sobreviviente del Clan Chinoike, no había nada que quisiera demostrar más que el mundo de igualdad y brillo podía verdaderamente lograrse, porque gracias a ella lo había comprendido, había sido amado toda su vida… y ahora esa tu turno de devolver.

Cual se hiciera costumbre, recibir mensajes al finalizar su comida, notó enseguida como un ave de tinta, se acercaba a gran velocidad, por lo que extendió un pergamino vacío para recibir el mensaje que le traía.

Lo tomó con su mano y su ceño se frunció al enterarse, miró en todas direcciones, tratando de ubicarse en las coordenadas que aquel manto decía y tras apoyar su sandalia en el piso con gran ímpetu, corrió lo más rápido que pudo.

Hasta que terminó parado en la cima de un pino enorme, sobresaliente entre los demás del bosque, para localizar desde ahí, lo que se le notificó.

El campamento del Feudal estaba a varios Kilómetros de donde él partió a su encuentro, localizando entre ellos a la ninja médico que tan bien conocía.

–Sakura…

Saltó desde lo alto, apoyándose entre ramas, a lo largo de su caída.

¡Ioo Sasuke! Te informo que Sakura-chan está por la zona donde te encuentras-ttebayo, fue reclutada como parte del equipo de médicos del país del fuego que escoltarán al Feudal por el recorrido entre las aldeas. Tal parece que el viejo ya está en las últimas… o eso creo. Por favor, búscala y contacta con ella, no permitieron que ningún ninja de la aldea la acompañara, pero no pienso mandarla sola… tú sabes.

PD

Cuando la encuentres… vuelvan a casa… ambos...

–Tanta explicación que diste Naruto… pero gracias por la información… –habló para sí mismo, al estar parado de cabeza, apoyando sus pies con chakra a la rama de un árbol. El suelo estaba plagado de trampas antininja. –¿Acaso somos osos?… –sonrió por la incongruencia de las armas en el suelo.

Fue entonces cuando la vio.

El destino… conspirando una vez más… sin duda.

Venía cargando una cubeta de madera, acercándose al río, para tomar el líquido y volver.

Estaba por mencionar su nombre en voz alta, pero se detuvo al ver llegar a otra mujer.

–¡¿Karin?! –No pudo controlar su asombro, al verlas juntas, las dos al escuchar su voz, miraron hacia atrás robotizadas.

–¿Lo… escuchaste… verdad?… –Preguntó la peliroja.

–Sí… –dejó la lentitud de movimientos para olvidarse del balde y levantarse, viendo como el ninja dejaba el árbol y prácticamente aparecía parado frente a ella.

–¿Sasuke-kun?… –lo miró con los ojos muy abiertos.

–¿Estás bien?… –le mostró el pergamino. –Naruto mandó esta nota… vengo a cuidarte.

–¡¿Qué?! –Se sonrojó al escucharlo.

"De nada Sakura-chan" –Se imaginó a su amigo, haciendo el signo de amor y paz.

–Bueno… ¿Y a mí? –entró a la conversación la Uzumaki.

–No tenía idea… –respondió serio, provocando la decepción en los hombros que se hundieron.

–Bueno… –Lo señaló con el dedo índice. –Cuando sea la hora de la comida, vendré a buscarte y comeré frente a ti, aunque estés muerto de hambre.

Sasuke al escucharla, ladeó una mueca en sus labios y la vio tomar el balde con agua, para volver, por el camino que llegó.

–Sasuke-kun… nos pidieron que viniéramos solas… y Naruto lo sabía… –Miró a ambas direcciones esperando no haber sido vistos.

–Lo sé, pero preferí venir a ver… –se cercioró que su espada estuviera bien acomodada y se disponía a marcharse, cuando fue detenido por un pequeño grito, que calló al instante.

–¡Pero!

El ojo negro y alguna vez frío, volteó despacio hacia ella. –¿Qué sucede?

–¿Podemos…? –Se apoderó de todo su valor. –¿Vernos más tarde? Cuando las actividades hayan terminado.

–Yo estaré por aquí… es mi misión.

–Misión… –bajó la mirada, pero sonrió. Era verdad ¿Por qué otro motivo estaría él ahí?

–Te veré más tarde… –Prácticamente desapareció de su vista, dejando una estela de viento.

Los latidos dentro del pecho de la Haruno, se aceleraron desde el momento que lo tuvo frente a sí y ahora que lo sabía en los alrededores, se sentía… feliz.

Tomó su propio balde con agua y regresó a las carpas.

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.

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Esa noche, caminó hasta alejarse lo suficiente del campamento del Feudal, encontrándose con el basto campo a sus pies, preguntándose si realmente la promesa de verse esa noche se cumpliría.

–Los ninjas deben seguir al pie de la letra sus misiones… –Interrumpió el silencio, aquella voz que tanto le gustaba, por lo que volteó al árbol del que provenía.

–Y así lo hago, este es el momento del día en que toca mi descanso. –Respondió con una sonrisa, al verlo aterrizar frente a ella.

–¿Tú descanso? ¿No preferirías dormir?

La Haruno negó con la cabeza ante su pregunta. –Es raro verte… ¿Cómo pretendes que fuera a irme a la cama, sabiendo que estás aquí?

–¿Tanto te importa? –preguntó tratando de comprender sus palabras.

–Sasuke-kun… –suspiró. –Me importa demasiado… –sonrió. –Al punto de… – apretó los puños. –Decirte que… cuando acabe esta misión… voy a viajar por el mundo contigo…

El ojo negro, se entrecerró al escucharla.

–Ya… te he dicho que eso no es posible…

–¿No quieres?… –Le colocó ambas manos en los hombros para poder verlo a los ojos, más de cerca.

–No es eso…

–¿Por qué siempre me dejas fuera? ¿Por qué dices que no es de mi incumbencia? ¿Por qué esa necesidad de alejarte?… –No pudo controlarse, todo el sufrimiento de su corazón, salió de su garganta en forma de preguntas y reclamos que el Uchiha se limitó a escuchar, pero sin poder esconder que todo aquello anidaba también dentro de su corazón, reflejado en su rostro, cuyos ojos se entrecerraban culpables con cada expresión de la Haruno.

Estaba prisionero entre sus manos, o por lo menos así lo sentía. ¿Cómo irse? ¿Cómo escudarse en su mirada fría nuevamente? Lo había pospuesto tanto… el finalmente aceptar que los sentimientos crecían desmesurados en su interior y no deseaba arriesgarse a perder o marchitar… situación que al aceptarlos… seguramente pasaría. Ella… siempre tan entregada y fuerte… había mantenido su corazón puro a lo largo de todo el tiempo… sin la capacidad de odiarle o desconfiar de él… por muy mal que hubiera actuado… compartía el mismo sentimiento que Naruto… y eso lo entendía.

Sus dos amigos… su familia… del equipo siete, jamás perdió las esperanzas de volver a verle, de encontrarse como en aquellos días… de recuperar su sonrisa hasta que lo logró.

–Perdón… –cerró ambos ojos y al inclinarse un poco, su flequillo que corrió hacia adelante.

–Sabía que dirías eso… que soy una molestia… que… –Abrió la boca lo más que pudo, tras analizar la palabra que Sasuke le dijo. Acostumbrada a recibir un "Será luego" "Eres una molestia"… –¿Por qué… te disculpas?…

–Por… lo que estabas diciendo… me di cuenta que ya es tiempo de hablarlo… porque tal parece que no me he dado a entender… y es que soy demasiado malo en estas cosas… –sus hombros se relajaron, mientras abría los ojos para ella. El Rinnegan apenas visible entre sus cabellos y aquel oscuro que la miró fijo, era sencillamente abrumador. Su mirada seria, se había ido y esa expresión de arrepentimiento que lo caracterizaba desde el final de la cuarta gran guerra ninja, la invadió de ternura.

–Sasuke-kun… –el sonrojo rosa apareció de a poco sobre su faz, que no pudo mantenerle la mirada, terminando bajándola. No estaba segura de lo que estaba por venir y no quería mostrar su rostro de decepción ante él. Ya que se conocía muy bien… era tan voluble cuando se trataba de él, que sus palabras creaban historias en su cabeza.

–No es que no quisiera que me acompañes… –la profunda voz de joven, la llamó a verlo de inmediato, el significado de aquellas palabras, no podía ser cierto ¿De qué estaba hablando?… Su ceño se frunció al tratar de comprender, pero necesitaba más información, por lo que no pretendía interrumpirlo y sin querer apretó más sus manos al inicio de los brazos del ninja.

–Sakura… aunque Kakashi y Naruto hayan alegado por mí… existen muchas personas en la aldea que no comprenden la situación… el dolor que les causé… de alguna manera u otra, sigue presente, es mi deber cargar con sus heridas… y redimir mi nombre… el nombre de mi clan… de mi hermano… –sonrió al pensar en Itachi. –Es un camino demasiado largo y escabroso… que de ninguna manera podría compartir con nadie, ya que ese sufrimiento debo cargarlo solo yo.

–Y ese es el problema… –lo soltó, dejándolo expectante. –Sasuke-kun… –cerró los ojos en un arco, para pronunciar lo que pareciera él, aún no se había dado cuenta. –Tú también… tienes derecho a ser feliz…

Su expresión de sorpresa ante lo que escuchó, le dejó muy en claro a Sakura, que había acertado con su comentario. Para él… el hecho de que le perdonaran la vida y le dejaran libre… era una recompensa suficiente y las gracias que daba al respecto eran enormes, pero jamás pensó… que más allá de la oscuridad de la que venía… un sentimiento así podría existir. Entendía de compartir sufrimiento… pero… habían más sentimientos como aquel… que podía experimentar… y que sin darse cuenta se había negado a si mismo… por el mismo dolor que perderlo causaba.

El amor… para un Uchiha era tan sublime y hermoso, que al verse despojado del mismo… la locura era capaz de consumirlo.

El amor por su familia se lo había demostrado… ¿Pero qué era el amor?… ¿Cuántas clases de amor había?…

–Sakura… ¿Me amas?… –La pregunta fluyó natural entre sus labios, su avidez por las respuestas del mundo, lo habían vuelto un libro abierto.

La Sakura en el interior de la Konoichi, explotó ante su pregunta. Jamás se esperó ser preguntada de manera tan directa y con esa mirada expectante. –¿Có… cómo dices?…

–¿Eh?… –se sonrojó él mismo, al darse cuenta de lo que había dicho, a veces se quedaba tan absorto en sus pensamientos sobre la redención que deseaba encontrar las respuestas a sus necesidades y preguntas lo antes posible para formar teorías, y esta vez no era la excepción, pero no se percató en la total falta de tacto que tuvo. –Disculpa… –volvió a cerrar los ojos, al sentirse torpe.

–No seas tonto… –reunió todo su valor para acariciar con la punta de sus dedos su mejilla izquierda, mientras apartada con delicadeza sus mechones crecidos sobre el párpado, por lo que al sentir el contacto, el Uchiha abrió los ojos nuevamente, encontrándola con lágrimas batallando por ser retenidas en las comisuras de los orbes verdes.

–¿Tú también?… –sonrió al escucharla, lo que la sorprendió. –Hay tantas cosas que no termino de comprender… y en verdad me doy cuenta que soy tonto… –suspiró.

–Perdona… no debí llamarte así…

–No, está bien… Naruto me lo dice mucho y creo que tiene razón.

–Si a esas vamos… todos lo somos y Naruto también jaja… solo es cuestión de comprender las situaciones… todos hemos pasado por mucho y muy diferentes cosas… es normal que no todos pensemos igual, pero si hay algo en lo que coincidimos… es que es mejor estar juntos y la respuesta a la pregunta que me hiciste… –Desvió la mirada.

–No tienes que contestar… fue descortés de mi parte.

–No tendría por qué serlo… porque es algo que las parejas hacen –cerró los ojos y le sonrió, acariciando su mejilla con la palma entera, a lo que el último de los Uchiha, se sorprendió.

–¿Las… parejas?…

–¿No lo piensas así?… –Pareciera decepcionada al bajar su mano del rostro de porcelana del joven, pero sonrió, al no retirarse y por el contrario terminar tomándole la mano entre las dos suyas, actos que él siguió con la mirada, para terminar viendo y sintiendo el agarre.

–Siempre te lo dije… y siempre lo supiste… ¿Verdad?… Que en mí… había alguien que te amaría y te esperaría por siempre…

–¿Por qué lo dices?…

–¿Quieres escucharlo de mí?… –cerró los ojos y con esto las lágrimas se le corrieron. –Te lo he dicho muchas veces… y las mismas he recibido tu agradecimiento…

Al escucharla se mordió el labio inferior, la sensación de retener todos esos sentimientos extraños, dentro de su pecho lo agobiaba y más al verla de esa manera, triste...

–Me preocupabas muchísimo… –respondió al verse descubierto, palabras que llenaron de emoción en forma de llanto rezagado el rostro de la ninja médico, que no lo soltó. –Pero no podía meterte en mis problemas… desde siempre…

¿Qué estaba pasando con él?… quería decirle todo… todo lo que su alma expresaba en esos momentos, el dolor en su pecho que al ver las lágrimas corriendo por sus mejillas, hacía que cada vez le fuera más difícil contenerse.

–Por favor no llores…

–Es que… –levantó el rostro hacia él y trató de sonreír, aún cuando las lágrimas no dejaban de brotar, situación que desató de nuevo aquella necesidad… protegerla era lo imperativo… siempre había sido así… aunque ahora el enemigo fuera su misma confesión. Y la única manera de calmar un corazón acongojado que conocía era esa…

Soltándose de su agarre, parecía que iba a colocarle dos dedos en la frente, despejando inmediatamente el llanto, para pasar a la sorpresa.

–Sasuke-kun… –sus ojos se abrieron grandes, al ver que aquel toque, en lugar de consumarse, pasó a apoyarse en la parte occipital de su cabeza, para juntar su frente contra la del shinobi.

La respiración le faltó. Nada más que un suspiro incrédulo, se escuchó. Jamás habían estado tan cerca uno del otro. Era imposible no dejarse llevar… ¿Cuántos años llevaba soñando con poder tocarlo? ¿Besarlo?… imposible…

Se repartieron miradas por unos momentos.

–¿Estás mejor?…

No hables… –En su interior, estaba segura de no poder soportar la situación por mucho. Él había actuado de una manera tan pura que ni siquiera había notado que su aliento sobre su rostro, solo la llamaba a querer probar sus labios.

Por un momento se sintió culpable… es verdad que el dolor la había llevado hasta él… y había jugado con ella de una manera indescriptible… pero el destino se empeñaba en juntarlos siempre… y si todos sus amigos habían podido encontrar el amor… ¿Ella también podría?...¿No?…

Sus pensamientos se reflejaban en su rostro, sin que lo pretendiera, mostrándose ante él, con aquellos ojos verdosos, teñidos de plateado ante la luna que los iluminaba, tan dulce y tan fina, con aquellos labios separados y provocadores que… inmediatamente aquel recuerdo lejano de haber besado por error a su mejor amigo, le pareció una tontería inmediata, al estar frente a la belleza de la Haruno.

Cual el impulso los abarcara a ambos al mismo tiempo, se juntaron en un beso, en el que cada uno acercaba el rostro del otro, atrayéndolo con la mano, posada sobre la mejilla del otro.

Ella de puntas, lo que la obligó a apoyar su otra mano sobre el pecho del Uchiha, mientras él se agachó de a poco para propiciar la unión, un solo beso suave e inesperado, del que se separaron sonrojados.

–Sakura… –inhaló, sorprendido de si mismo.

–Sasuke-kun… –Sabía que si ella estaba nerviosa y las piernas le temblaban, él… estaría quebrándose la cabeza sobre lo recién ocurrido. –Está bien…

–¿Estás segura?… –dejó salir un suspiro no previsto, estaba nervioso…

–...Ven –Los acontecimientos eran tan extraños… pero no iba a abandonar ahora… lo había besado… la había besado… se habían besado…

La incredulidad no desaparecía de su rostro, mientras lo guiaba al caminar, hasta el centro del claro. La luna se veía enorme delante de ambos, propiciando la frialdad del ambiente.

Se sentaron uno al lado del otro, sin despegar su mirada de la imponente blanca.

–¿Y… qué te pareció?… –¿Qué clase de pregunta era esa?, pero no se le ocurrió que más decir, para romper aquella atmósfera nerviosa que había entre los dos.

–Bueno… tus labios son muy suaves… –tocó los propios con las yemas de sus dedos, el Uchiha. –No se parece en nada a cuando besé a Naruto…

–¡¿Por qué te acuerdas de eso en un momento como este?! –Lo miró decepcionada.

–¡Es que yo! –Se cruzó de brazos. –No… no sé con qué más puedo… compararlo para explicar…

–Podríamos… volver… –La Sakura interior sudaba a chorros. –Volver… –no pudo continuar, al verlo acercarse a ella y cerrando los ojos, lo recibió en un beso más. Se habían vuelto locos con aquello… un beso había despertado una nueva afición.

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Continuará…

¡Hola! Bueno… son literalmente 10 años desde la última vez que escribí de Naruto y me parece que ya era hora de hacer esto.

Desde la canonización del SasuSaku y la puesta en escena de Sarada no he sido más feliz.

Así que este fic será un homenaje a mi pareja favorita de este gran anime.

GRACIAS POR LEER