El reloj marcaba las cuatro y cuarto de la mañana cuando Lance decidió salir al patio en busca de Keith. Vio su figura delgada en la madrugada invernal, muy diferente a aquella persona deprimida y enojada en el estacionamiento vacío. Ahora, la serenidad flotaba en su aire como el humo del cigarrillo que tenía entre los dedos.
Cuando Keith notó su presencia, apagó el cigarrillo contra la pared y lo invitó con la mirada a acompañarlo.
―¿Vuelves a tu casa o te quedas a dormir aquí? ―Preguntó Lance, como para decir algo, como una excusa para hablarse en vez de permitir que el silencio, siempre cómodo, los envolviera.
―Me quedo.
Pero nunca contaba con Keith para hacer una conversación. Siempre tosco, cortante, pero contrariadamente cálido. La dualidad lo atraía y el conflicto le encendía tanto el cuerpo como el alma y corazón.
Keith era todas esas cosas que le gustaban, pero que se negaba a aceptar en una persona. Era el grito que le nace del pecho al subirse a la montaña rusa más picante y era una tarde aburrida de domingo bajo el sol. Lance suspiró con frustración y se dejó caer sobre el otro.
―¿Qué estás haciendo? ―increpó él, evitando que se cayera con las manos, pero obligado a sostenerlo con el pecho para que no se cayera al suelo.
―Pensando.
―¿Puedes pensar sobre tus pies? ―contestó entre molesto e indignado.
Lance le disparó una sonrisa y acomodó su nuca en el hombro de Keith. Lo vio mirar hacia todas partes, confundido y desorientado.
―No me preguntaste sobre qué estoy pensando.
A pesar de que Keith terminó abrazándolo por detrás para evitar la caída, parecía sumamente fastidiado por su comportamiento.
―Si no lo pregunté es porque no me interesa. Si vas a joder, vuelve a la casa.
―Pregúntame en qué estoy pensando ―insistió de manera infantil.
Lance había tomado una rotunda decisión.
―No.
Keith lo balanceó hacia un lado y lo soltó.
Lance trastabilló y cayó de rodillas, pero se reincorporó en un instante en una pirueta confusa y un tanto ridícula. Le frunció el ceño, preparado para insultarlo, consiguiendo una sonrisita socarrona en respuesta.
―Hey, Lance ―se burló―. ¿En qué estabas pensando?
―En ti, imbécil.
No pueden culpar a Lance por no intentar que fuera más romántico. Tampoco podría culpar a Keith por no aguantarlo. Era imposible que se llevaran bien durante un rato constante, y ahí estaba Lance McClain: confesándose.
Se acercó al estupefacto Keith y lo tomó del rostro. Quería decir lo que debió decir hace mucho tiempo, pero la posición era más para besarse. Entonces lo besó. Con culpa de tragarse las palabras de nuevo. Lento como quemaba su amor y enojo por sí mismo.
Hasta ahora. Hasta hoy. Hasta ya mismo. Hasta ahorita.
Cuando se separaron, Lance farfulló un "deberíamossernovios" patético e inentendible, falto de aire y de gracia. Inspiró aire, miró la luna y se preguntó por qué hacía todo mal.
―¿Qué? ―inquirió.
Atento, curioso, calmado. Bonito. Si fuera una novela romántica apuntaría cómo la luz de la luna bañaba sus facciones y sus ojos brillaban de emoción, pero ni se acercaba. La luz que los iluminaba era la amarillenta de la casa y también se oían risas y gritos de adentro. Como Keith estaba de espaldas, sus ojos eran negros como la noche. Y a Lance le gustaban más así. Llenos de lo desconocido. Lleno de lugares para explorar. Llenos de todo lo que no podía ver aún.
―Que seas mi novio ―se repitió, firme y claro―. Es decir, si quieres. Que deberíamos. Si tú...
―Sí.
―Oh. Okay. Cool.
La sonrisita irónica y desagradable seguía en su rostro. Keith le pellizcó la nariz y susurró contra su boca:
―Eres tan lento que pensé que iría al espacio antes de que fueras sincero.
―Auuch. ¿Iría yo o irías tú? Porque definitivamente quiero ir al espacio ―contestó Lance con la voz divertida por la presión en su nariz.
Keith lo soltó y se rió. Entonces Lance sintió que tomó la mejor decisión de su vida. Y que el espacio podía esperar si podía ahogarse en sus ojos contentos y besarlo hasta aburrirse.
(Lance no pensaba que fuera capaz de aburrirse de Keith. Nunca. Jamás.)
De alguna manera, este fic se me hizo interminable. Muchas gracias por los que siguieron mi historia y por todos los que me dejaron lindos mensajitos~