Hijo perfecto

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Hinata sostenía un pequeño bulto con mejillas sonrosadas y una sonrisa cansada en el rostro; sus ojos blancos brillaban gracias a las lágrimas que salían, tímidas, de ellos. Naruto la abrazaba y miraba a aquel ser diminuto que tanto tiempo habían esperado; se limpió las lágrimas y le dio un beso en la cabeza a Hinata.

—Es perfecto... —murmuró, sin alejarse de ella. —Gracias Hinata.

Hiashi llamó a la puerta, fingiendo que acababan de llegar, Hanabi entró en cuanto Hinata les miró sonriente y se acercó a su hermana, para poder ver a su primer sobrino.

—¿Quieres cargarlo, Hanabi-chan?

La muchacha lo pensó unos momentos y luego negó, Hiashi sonrió y le froto el hombro, suavemente.

—No tengas miedo.

La menor lo volteó a ver, con gesto ligeramente ofendido.

—¡No tengo miedo! —miró a Boruto y luego desvió la mirada hacia su padre. —¿Por qué no lo carga primero usted?

Hinata miró a su padre con una sonrisa.

—Abuelo Hiashi, ¿quiere cargarlo? —preguntó Naruto, emocionado.

El aludido miró en silencio a su primogénita, luego a su primer nieto y después a Naruto.

—Lo haré más tarde —tomó su bastón y tocó el hombro de Hanabi, indicándole que debían salir.

Naruto miró a Hinata, que hizo un ligero gesto de decepción. Hanabi caminaba a lado de su padre, sin dejar de mirar detrás de su hombro a la pareja que les miraban sorprendidos y confundidos; miró de nuevo al frente y por el rabillo del ojo observó a su padre. No pasó por alto el hecho de que Naruto tomó a Hiashi por el brazo, obligándolo a detenerse. Miró a Hinata y luego a su padre, decidió que lo mejor sería dejarlos solos.

—¿Vino hasta acá solo para ver un segundo al niño? —preguntó Naruto, confundido aún.

Hiashi se mostró contrariado un momento, pero al escuchar a Naruto insistir con que tomara al niño en brazos comprendió de qué iba todo. Respiró profundo y los miró.

—¿Has cargado al niño? —preguntó, paciente.

Naruto lo soltó y lo miró, sin saber que decir. —N-No… aun no.

—Entonces aun no sabes lo que es cargar al hijo perfecto —sonrió. —Yo ya lo he hecho dos veces…

Miró a su hija, que cerró los ojos y dejó las lágrimas escurrir por sus mejillas, una sonrisa se dibujaba en sus labios. Se dirigió entonces a Naruto, le puso la mano en el hombro y se lo estrechó ligeramente.


¡Hola!

Contrario a lo que muchas personas creen, a mí siempre me pareció que Hiashi era un padre amoroso... estricto, pero amoroso. Espero les guste.

Jueves, 20 de septiembre de 2018