Día 1 || Huellas
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Los personajes de Naruto NO me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.
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Los días tristes de mi pasado, parecen un momento muy lejano, se siente como si hubiesen pasado muchos años desde que viví con el dolor en mi ser, muchos mas de los que he podido vivir, pero mi amada, eso es lo que tu causas en mí.
He visto atardeceres oscuros y amaneceres distantes, pero desde que a mí vida llegaste, pareciera que todo es bello, hermoso, brillante, colorido como un arco iris, único como lo es uno doble. Tu pequeña mano que se aferra a la mía, me recuerda lo hermosa que es la vida, lo bello que es vivir, despertar cada mañana, lo fácil que es sonreír cuando estoy junto a ti.
Hemos pasado un par de años juntos, pero pareciera que te conozco de mucho mas, de otro tiempo, de otras vidas, como dos almas destinas mas allá del espacio, en cualquier planeta, en cualquier mínima existencia, porque fui hecho a tu medida, justo como tu a la mía.
Ver tu sonrisa por las mañanas, mi hermosa Hinata, siempre me trae calma, sin importar cuán duro sea el camino, cuan fuerte haya caído o cuanto haya sufrido, a tu lado mi bella dama, todo es efímero.
Aun siento los fuegos artificiales mi pecho de haber escuchado de tus labios un "acepto", aun puedo sentir el temblor de mi cuerpo por el nerviosismos, aun me embriaga la felicidad de saberte mi esposa y yo tu marido, sin importar que días hayan pasado desde aquél momento, yo aun lo siento en mi pecho, como si viviera una y otra vez el momento.
Caminando de tu mano, se que todo está bien, que nada puede lastimarme por que tu amor puede sanarme, tu mirada elevarme y una sola de tus sonrisas, puede renovar mi poder, hacerme invencible y no dejarme perder.
Gracias Hinata por estar conmigo, tomar mi mano, cuidarme y amarme, gracias por esperar tanto tiempo por mí, por no dejarme ir, gracias por salvarme cuando nadie mas lo hizo, gracias por dejarme amarte tanto como te amo, por guiarme por la extensa playa que es la vida con tus pequeñas huellas acompañando por siempre las mías.
«Te amo, Hina»