¿Qué era todo esto?

Las sensaciones tan vividas que estaban recorriendo su cuerpo ¿No se habían marchitado ya con los años? Podía sentirlo, la fuerza en su mayor momento, cuando llego a su punto culmine de poderío.

Tatsumi levanto el brazo izquierdo enguantado, podía sentirlo, aun estaba allí la fuerza del dragón, se sentía como si fuera nueva, como si el tiempo hubiera dado marcha atrás.

Abrió los ojos de sobre manera.

La bestia que vence a la muerte y responde según los deseos internos.

Debía ser una broma, la furia empezó a salir de su rostro mientras que apretaba con fuerza su mano izquierda, todo esto debería ser una maldita broma. Se podía ser inmortal hasta cierto punto, pero esto no era lo que calculo.

Cayó de rodillas.

Uno.

Dos.

Respira.

Uno.

Dos.

Cerró los ojos con lentitud mientras que se dignaba a escuchar los alrededores, el viento le silbaba ¿Debía pasar por más tortura?

Lugar.

El campo de flores cubriendo cientos de miles de metros de extensión al menos eso podía ver a simple vista, cierto…Sus ojos volvieron a ser agudos. Metió la mano dentro de su abrigo mientras que buscaba algo en su bolsillo del pecho, sujetando al de cuero lo saco, el estuche fue abierto a penas salió del bolsillo mostrando sus gafas, no le funcionaban ahora.

La vista borrosa solo le dio a entender el aumento que estos debían tener para estar donde estuvo. Llevando una mano en su cabello castaño maldijo el no saber qué hacer, no tenía ni idea de lo que sucedía, o al menos no era algo que quisiera aceptar si es que tuviera una idea.

Abrió los ojos nuevamente al escuchar pasos, pasos que no eran de civiles, el estaba al tanto de todo lo que podía llegar a significar, dependería de su suerte de quien se tratase, quizá de esa manera pudiera volver al imperio junto con Esdeath.

¿Quién era?

Rápidamente llevo una mano en su rostro al sentir algo que no estaba acostumbrado a sentir desde hacia tanto tiempo.

Dolor.

La vista se le puso borrosa ¿Era el segundo reclamo del tiempo? ¿Volvía al ver como estaba burlando el destino una vez más?

— ¿Seguro que escuchaste algo? —la voz fue repentina como si la hubieran metido directo en su cabeza ¿Todo era tan doloroso de percibir? Le dolía más no podía desmayarse, debía movilizarse de una vez.

Poniendo un pie en la tierra como apoyo y con una rodilla contra el suelo intento pararse, le dolía todo, maldijo en voz baja mientras que llevaba una mano frente a su rostro, intento cerrarla, más no pudo, estaba débil, como nunca ¿Dónde había ido el sentimiento de superioridad y de poderío que siempre estaba presente en cada momento de su ser?

Los pasos por fin resonaban cerca, la yerba siendo pisada era incluso molesto en este punto, mantuvo su cabeza gacha mientras que esperaba que llegasen los que fuesen que deberían llegar, el esperaría, estaba débil como humano no como la bestia que era.

El choque de las suelas de metal le estaba desesperando ¿Por qué eran tan lentos? Tatsumi juraba que había pasado otros mil años antes de que las pisadas se detuvieran en su frente.

Estaba jadeando del cansancio, más poco a poco el aliento se iba recuperando.

— ¿Un noble? —la primera voz resonó mientras que Tatsumi levantaba con pesar su cabeza, las gafas colgadas en el puente de su nariz sin obstruir la vista denotaban una escena bastante vergonzosa, pero no era algo que le importase en aquel momento. A simple vista solo parecía alguien en sus recién entrados treinta que apenas podía mantenerse de pie. Incluso con su constitución física, pudo Tatsumi pudo ver como el guardia que se le acerco suspiro al verlo.

— ¿Dónde estoy? —Tatsumi intento hablar lo más calmadamente posible mientras que veía como los guardias se miraban fijamente antes de hablar.

— En las afueras de la capital—fue una simple respuesta con un tono muy respetuoso.

¿Le reconocieron? ¿Estaba de vuelta a su momento? ¿No murió solo salto a otro lugar?

— ¿Dónde está Esdeath? —la voz del hombre para los guaridas sonó demasiado desesperada.

¿Era este algún noble loco que intento cortejarla y termino como estaba o era alguien con suficientes agallas para venir a intentarlo?

— Se encuentra en el palacio, creo, La General Esdeath salió esta mañana, no sé si volvió o no— termino uno de los soldados mientras miraba la expresión de pesar del hombre.

— Ya veo…General entonces—sonó demasiado cansado Tatsumi estaba consciente de aquello, no quería saltar conclusiones pero de igual manera era lo que necesitaba hacer de todas formas.

Uno de los soldados miro la parte trasera del abrigo largo del hombre que parecía que se le iba la vida, noto el símbolo al instante, una imperialista, no solo un noble, sino alguien del círculo interno de los altos mandos, alguien que preferiría masacrar a todo antes de dañar la corona real. El hombre trago en seco, el dragón durmiente en el escudo blanco y rojo era una mala señal siempre.

— ¿Pueden guiarme a la capital? —la memoria del presente y pasado iban entre sí en la mente de Tatsumi, le dolía la cabeza como para pensar en qué hacer era como poner un disco rayado, lo veía venia y se iba, repitiendo el ciclo hasta el cansancio.

Haciendo un gesto con la mano, uno de los soldados quiso darle a entender el mensaje de manera discreta, al momento de visualizar el símbolo comprendió la situación, no se negaron, después de todo era solo llevarlo hasta la entrada de la capital.

Ambos intentaron pasar un brazo sobre cada hombro para cargar al hombre, la idea había quedado mal allí, habían sentido como si varias toneladas hubieran sido cargadas de golpe en su cuerpo, apretaron los dientes antes de bajar lentamente al hombre, aquella persona les dio una mirada curiosa mientras que le crecía una sonrisa.

Dando un fuerte golpe contra el suelo Tatsumi apretó los dientes mientras que la mayoría de las flores salían volando o eran aplastadas, no era algo que quisiera hacer, la vista que había tenido era la misma que el jardín que había conservado por milenios.

Cierto.

Comprendió donde estaba, si la suposición era correcta, entonces de todos los lugares se encontraba en el claro de flores que alguna vez adorno su jardín personal.

Se dio la vuelta viendo a los hombre retrocediendo lentamente, Tatsumi no podía juzgarlos, incluso para estos…años, el símbolo imperialista en su espalda no era algo que se usaba a la ligera.

Disimulando que se agachaba, para tomar algo detrás suyo, lo saco, la parte inferior de la lanza que lo atravesaba todo, la lanza que pertenecía a Incursio, o al menos la mitad inferior, a la vista era solo un bastón, aquello fue cuando los guardias que se adelantaron unos pasos, no debían de saber nada, y no había motivo por el cual deberían saber algo.

Seguro a la vista de los presentes, Tatsumi pudo formular en su cabeza como lo estaban viendo; Un noble del imperio que no gozaba de buena salud que viene en busca de la General para cierto motivo. El castaño sonrió un poco al notar ver a la peli celeste en sus pensamientos. No era la primera Esdeath que cuido y no sería la última. Quiso reírse en voz alta al momento de pensar en cómo sería aquello de la maldición de Esdeath, siempre sola, siempre pobre y siempre amenazada, pero siempre fuerte. Al menos eso hasta que el la encuentre.

Nunca encontró a los…miembros ¿Cómo se llamaba la organización que luchaba contra el imperio en este tiempo?

No

Aun debía confirmar que era el año y lugar, si bien las ropas coincidían en todo los aspectos, al menos de parte de los guardias, no podía decir si era aquello lo que aseguraba, después de todo, había pedido que aquella vestimenta antigua se volviera genérica para los uniformados hacia tanto tiempo.

Tatsumi cerró los ojos mientras que sintió la brisa golpear su rostro, no era la insensibilidad que se había acostumbrado desde hacia tiempo. Se sentía vivo.

Abrió uno de sus ojos mientras que veía a través del aumento de los lentes que tenia, dio otro suspiro mientras que notaba la cantidad de capas que tenía, era cierto, ahora se encontraba débil, pero había algo que si podía notar.

Su cuerpo era joven una vez más, de cuando alcanzo el culmine de su desarrollo, de toda su fuerza, sus oídos no estaban mal, sus sentidos tampoco, nada estaba mal, todo volvió a como era en su mejor momento, cuando volvió a poder estar en forma humana.

Pero a pesar de aquello.

Se sentía vacio.

Debía descansar.

Ella lo esperaría hasta ese momento.

— ¿No me buscaras? — una voz distinta a la de Esdeath sonó como un martillo en la mente de Tatsumi,

Cayó de rodillas mientras que intentaba respirar una vez más, el bastón que estaba usando se quedo clavado a su lado mientras que pudo escuchar como las voces de los guardias se acercaban.

¿No importamos?

Otra voz

Tatsumi apretó su mano contra su cabeza, le empezó a doler, conocía esas voces, las conocía de donde ¿Dónde?

Asesinar por la justicia.

Se quedo en seco.

Sus ojos se abrieron mientras que veía enfrente de él nuevamente.

¿Quién era la mujer de cabello negro y ojos rojos que lo miraba con tanta pena y decepción?

Las voces entre mezclados lo llamaban una vez más, esta vez Tatsumi llevo su mano en sus oídos mientras que cerraba los ojos, era fuerte los gritos de agonía que se marcaban ¿Quiénes eran todos ellos?

— No nos cambies—

Otra voz, esta vez una reconocible, inolvidable.

Alzo la cabeza raídamente mientras que sonreía al momento de ver quiénes eran.

Pudo verlas.

Todas.

Cada una de ellas esperándolo con una sonrisa.

Su princesa de hielo.

Estaban todas allí.

Las decenas o miles de Esdeath frente suyo. Todas sonriendo esperándolo, tendiéndole la mano esperando que la agarre para que pueda levantarse.

El las conocía a todas. Unas pequeñas manos se posaron sobre sus mejillas antes que se diera cuenta de que pasaba.

El espacio negro donde todas las Esdeath se presentaron fue cambiado por la realidad nuevamente. Allí se encontraba. La única que no pudo salvar…

— No llores Tatsumi-tan—era melodiosa, aquella pequeña voz, la conocía demasiado, la primera reencarnación de Esdeath, con la que empezó todo, la que le mostro la maldición que se dio en el mundo de vivir una vez y otra en la agonía y la soledad completa.

Ella fue la principal, la dama del show que no pudo robar el escenario. Tatsumi extendió la mano lentamente, el calor invadió aquella mano como si se quemase.

La pequeña peli azul, no parecía superar los trece años, estaba frente suyo. Vestida solo con un vestido gris roído en los bordes, apenas le llegaba hasta los muslos, apretó los dientes al ver como estaba ella.

No otra vez.

No quería verla por eso.

La culpa lo carcomía otra vez.

— No te salve—

La voz quebrada de Tatsumi sonó mientras que las flores del jardín volaban, no, no eran las flores del jardín, eran las flores del mismo lugar donde había despertado.

No se aguanto, apenas lo logro, pero con el salto que dio de rodillas logro abrazar a la pequeña peli azul. El abrazo fue dado de vuelta casi al instante.

— No fue tu culpa—

Odiaba aquellas palabras. Era su culpa completa lo que le sucedió a aquella pequeña niña, no era culpa de la pequeña que su apariencia fuera así, no era su culpa ser nombrada así. Con el abrazo pudo sentirlo. Como su cuerpo se inmolaba, tal y como había sido con aquella niña hacia tanto tiempo.

— No los detuve—

El castaño se mordió el labio, el no había hecho nada contra los que le hicieron esto, no necesitaba verla para poder saber cómo era su situación actual, no necesitaba ver para entender hasta que punto fue rota aquella niña, no, aquello era innecesario, estaba consciente de todo.

Cuando la violaron, la vendieron a los últimos esclavitas, la ejecución pública de la niña siendo violada hasta que se desmayo, atada en la plaza de la ciudad para que fuera azotada, eso hasta que le quemasen, no quedando ni los huesos.

Todo a causa.

De su apariencia.

Nadie vio a la niña inocente que le pregunto a su madre que pasaba, nadie vio a la niña inocente gritado con desesperación que le estaban rompiendo su ser, nadie vio tampoco a la pequeña que fue inmolada viva mientras que anhelaba que volvieran a los golpes y las violaciones, pero que no la matasen.

Nadie vio las lagrimas moribundas de la niña inocente ser evaporadas en por el fuego mientras que sus ojos perdían el color de todo.

Nadie vio eso.

Todos vieron a la mujer que había arrebatado todo.

Tatsumi solo vio aquella situación después de ver lo que paso, quiso vomitar.

¿Qué había hecho?

— ¿Me vas a salvar? —

Fue un tono infantil, lo volvió a sentir una vez, las cálidas o ardientes manos de la pequeña en sus mejillas.

Antes de poder dar una respuesta Tatsumi la vio a la cara.

Las cenizas se iban consumiendo en aire antes de dar una respuesta, no había rostro o cabeza, solo cenizas volando que no dejaban nada.

De la nada el cuerpo de la peli azul se convirtió nuevamente en algo que no quería que fuera.

Un recuerdo.

La primera reencarnación de Esdeath, y la que lo marco a buscarla siempre.

—No importa que—

—Lo hare—

Esta vez lo haría, estaría con la princesa de hielo, no importaba los gritos de decepción y los susurros a traición que venían desde su espalda. El no lo dejaría, no esta vez. Repetir lo que le paso a la Esdeath que vivió después de la guerra.

Eso lo harían después de lidiar con la protección del dragón que ahora era él.

No siempre los dragones secuestraban a las princesas a veces, necesitaban solo protegerlas del exterior.


¿Vale la pena seguir esta historia?

No sé, solo publique el capitulo porque tuve tiempo de hacerlo, lo disfrute pero bueno.

Darker201 fuera…