Capitulo XXII
Quebrados, un final feliz.
—¿Crees que funcione? —La suave voz de Camus se escucha en el pequeño cuarto del hospital.
—Sí.
Milo había trazado un plan casi perfecto para su encuentro con su suegro y su querida esposa. Brendan estaba escondido y Camus se había sentado en la cama junto a Milo, temblando ligeramente, mientras Ian jugaba, corriendo de un lado al otro. Luego de la sorpresa de ver a Milo caminar, a pesar de no estar completamente repuesto, el muchacho había puesto toda su esperanza en ese momento. Poco a poco los recuerdos habían empezado a aparecer gracias a Brendan y Camus, quienes revivieron con él aspectos del pasado. Milo decía que tenía que saber toda la verdad antes de encarar a Hakurei nuevamente, la primera no había sido del todo amable para él.
"Si dejas a mi hija, te juro Milo, que haré que te arrepientas toda tu vida. No podrás conseguir empleo en ningún buffet de abogados y tu vida quedará completamente manchada ¡dalo por hecho!"
Esas fueron las palabras que el viejo Hakurei le manifestó a un indefenso Milo, cuando este luego de haber visto las imágenes de su celular, le planteó un divorcio amigable al padre de su mujer. Ahora estaba decidido más que nunca, tenía varias cartas a su favor, y si no resultaba, entonces tendría que usar el arma secreta, esperaba no tener que hacerlo.
Pasaba las 12 del mediodía y el almuerzo no llegó, pero si la sorpresa de la visita de Hakurei que fue puntual. Venía con su traje oscuro de terciopelo negro, su mirada —que parecía amigable pero seria al mismo tiempo— y un maletín de cuero negro bastante pesado.
Milo tragó de su propia saliva y respiró profundamente, tomando de la mano a Camus. Detrás del viejo hombre, se encontraba Ivonne, la mujer y esposa de Milo, furiosa al ver a Camus allí.
—¿Qué hace ESTE aquí? —preguntó, resaltando la palabra este con énfasis.
—"Este" es el novio de Milo —explicó Camus—. Y mi nombre es Camus Antares.
—¡Papá! Dijiste que solamente estaría Milo.
—Pensé que estaría solamente Milo —comentó sorprendido, pero no dijo nada más, sus oscuros secretos no habían saliendo a la luz por la presencia solamente de ese muchacho pelirrojo.
—Bueno Hakurei, quiero hacer todo lo necesario para separarme de Ivonne lo antes posible —indicó Milo y miró a Camus—. Quiero casarme con Camus.
—¿Qué? ¡No te lo voy a permitir! ¡CERDO! —gritó la chica, fúrica, pero Hakurei lo detuvo.
—Creo que ya hablamos sobre ello anteriormente, no entiendo tu actitud —dijo el hombre mirando seriamente a Milo.
—Quiero separarme porque ella me ha mentido, usted también me ha mentido ¡todos aquí lo han hecho! Lo sé todo, sé que yo me había fugado de esta ciudad para irme con Camus, el chico al que realmente amo. Y su hija fue quien me perseguía tirándome pesadas rocas por lo que tuve que hacer una maniobra que me hizo tener este maldito accidente —la chica palideció, mientras Milo habló con seriedad.
—¿Como sabes eso? —preguntó Ivonne, Hakurei la calló nuevamente.
—Lo sé porque lo recordé —gruñó Milo—. Si no me deja separarme de ella, diré en todos los medios que su hija es una homicida, que intentó matarme a mí...y a Camus...y que dado ese maldito accidente, Camus tuvo que practicarse un aborto, o mejor dicho se lo tuvieron que practicar —los ojos del pelirrojo comenzaban a nublarse, Milo le tomó más fuerte la mano—. No puede tener más hijos gracias a esta mierda de accidente.
—¡No tienes ninguna prueba de ello! —gritó Hakurei, enojado. Milo sonrió tristemente.
—Seguramente mientras yo estaba aquí internado quemaron todas las pruebas ¿verdad? Incluso ella cambió su color y corte no de casualidad, fue para que no la reconocieran en los videos de las carreteras —sentenció Milo, la chica comenzó a llorar de la frustración mientras su padre la contenía.
—No te voy a permitir que trates a mi bebé como una asesina, voy a arruinar tu carrera Milo, no tienes ninguna prueba en nuestra contra.
—Que mal que no quisiste arreglar, tendré que usar mi arma secreta... —miró hacia el armario—. Sal, Brendan.
La cara de Hakurei palidece, al igual que la de Ivonne cuando sale Brendan del armario con una mirada de pocos amigos. Camus detiene su llanto, sabía que gracias a su hermano tenía la oportunidad de ganarle este revés a la familia De Altar. Hakurei traga de su propia saliva y por primera vez lo ve dudoso y con temor, Brendan le inspiraba temor por todo lo que él le había hecho.
—Le diré a todos que eres un proxeneta de menores, incluso ahora mismo, varios de tus prostitutos y prostitutas están declarando contra ti, como un abusador y corruptor de menores, yo tenía dieciséis años cuando llegué a ti...vas a caer maldito, vas a caer... —gruñó el pequeño pelirrojo, Hakurei mira a Milo, cuya sonrisa de victoria era imborrable y luego a Ivonne, su hija, quien estaba más calmada.
—Haz ganado... —bufó con fastidio—. Mi hija firmará el divorcio mañana a la mañana.
—Pero...pero papá...
—Nada de peros...desapareceremos de tu vida...vamos —nuevamente el bufido se escuchó fuerte y Hakurei arrastra a su insoportable hija, quien lloraba y se quejaba, fuera del cuarto.
—Ganamos... —Milo miró a Camus—. ¡Ganamos!
—Eres libre de casarte con quien desees —Camus sonrió ante sus dichos y abrazó fuertemente a Milo, Ian, quien se había quedado todo el tiempo quieto observando, también quería abrazos y besos, se trepó a la cama para recibirlo de sus padres.
—¿Existen los finales felices?
—Sí...como en el cuento...
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—Estaba pensando —susurró Kardia mientras tomaban algo en una cafetería. Eloy se encontraba sentado en su sillita jugando con su juguete mientras de vez en cuando comía unas papitas que habían en un plato—. Ahora que Camus y Milo se casarán, Brendan está más estabilizado...tú y yo podríamos...no sé...irnos de luna de miel.
—¿Luna de miel? —preguntó sorprendido Dégel.
—¿Te molesta?
—No es qué, ahora que lo dices, jamás tuvimos una... —susurró mientras recordaba, es verdad, ellos se casaron y Camus vino muy rápido, más de lo que esperaban, y una vez con un niño pequeño ya no se podía disfrutar tanto en soledad como antes.
—¿Qué te parece?
—Estamos soñando, ¿verdad? No tenemos dinero... —indicó el muchacho menor, Kardia se rió.
—Eso es lo que tú crees, yo he ganado dinero todo este tiempo y como soy yo solo no gasto mucho, además, mi padre falleció hace unos días.
—¿Qué? —Dégel se queda de piedra ¿Sebastiane había fallecido?
—¿No te conté? Vino mi...hermana, creo...una chica muy joven y linda a hablar conmigo hace unos días. Fui a ver a papá al hospital y me re-encontré con mis hermanos. Nunca se curó de la herida de Zaphiri, se le infecto con un virus intrahospitalario y murió...lo único que me gratifica es que murió sufriendo el perverso ese.
—No me contaste nada... —Dégel aun estaba sorprendido—. ¿Y qué pasó?
—El viejo tenía su pequeña fortuna que heredó a todos sus hijos, inclusive a la hija que tuvo con Alain, mi padre, quien se presentó al funeral solo para ver que estaba bien muerto...
—¿Te encontraste con tu mamá? —Kardia asintió y no puede evitar que se le caigan lágrimas—. Oh, Kardia... —le tomó la mano.
—A partir de ahora seremos la familia que Alain siempre quiso, que los hermanos estemos juntos. Esa bestia ya está en el infierno donde debió estar siempre... —gruñó—. No sé realmente si era un pobre tipo que cuya pérdida de padres y la creciente responsabilidad le hizo mal, pero lastimó a mi madre, me lastimó a mí y a mis hermanos...y también a su nieto...
—Quebró completamente a Brendan, fueron años de terapia —suspiró.
—Pero su dinero es bueno, y quiero usarlo para algo bueno. Quiero que nos vayamos de luna de miel a Paris.
—¿Paris? ¿Mi ciudad? —se sorprendió aun más, Kardia quería invitarlo al lugar donde él había nacido.
—Quiero que vuelvas allí, en tus orígenes... —le besa la mano—. Y quiero que empecemos de nuevo ¿qué te parece?
—Kardia...desde que dejaste la bebida eres lo más hermoso que vi en mi vida, este es el Kardia del cual me enamoré —sus ojos lagrimearon de felicidad, se sentía completo ahora, como si lo hubieran reparado—. Fuiste lo mejor que me pasó, me ayudaste a vincularme con Brendan, a entender las acciones de Camus y también me ayudaste a repararme nuevamente.
—¿Te acuerdas de ese cuento que le gustaba tanto a Brendan y Camus cuando eran pequeños?
—¿Cómo me voy a olvidar? Era tan triste...
—Era mi libro favorito cuando era pequeño —bajó la cabeza—. Yo también estaba roto, Dégel, muy roto...y tú me reparaste, tu amor me reparó, las ganas de volver a estar contigo, con mis hijos...y lamento tanto TODO lo que te hice...todo...
—Fue la bebida quien habló en ti e hizo esos actos viles...tu jamás lo harías.
—Jamás...vamos a Paris...y renazcamos juntos nuevamente, Dégel. Como pareja.
—¿Sabes que eres un idiota? —preguntó con una dulce sonrisa.
—Lo sé...me lo repites regularmente.
—Pero te amo como el idiota que eres —Dégel se acercó a Kardia y le besó suavemente los labios, el pequeño Eloy levantó la mirada.
—¡Mami! —Kardia y Dégel se separan para ver a Brendan justo frente a ellos, sonriente también.
—Me alegra que estén bien, vengo a llevarme a Eloy a pasear.
—Perfecto, ve con cuidado cariño —Dégel abrazó a Brendan como siempre quiso el adolescente ser abrazado, Kardia observó la imagen familiar con mucho alivio, en algún momento creyó que Dégel jamás podría amar a Brendan, pero gracias al cielo se equivocó.
—Gracias mamá, papá... —el adolescente besó la frente de su padre y se fue con su hijo mayor.
—Me alegra que la terapia esté funcionando contigo —dijo Kardia, Dégel asintió.
—Yo también me alegro.
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Brendan se encontraba sentado en una pequeña colina a unos pocos metros de la sección infantil del parque donde estaba Eloy jugando con otros niños. Su vientre se encontraba hinchado, pero aun no era lo suficiente para impedirle estirarse. La mamá de uno de los niños hacía un especie de cuidadora para el resto, con los cuales también jugaba y compartía, Brendan tenía los ojos puestos en el pequeño que llevaba el cabello hasta los hombros, rojo como el fuego. Dégel siempre le había dicho que los Verseau y los Antares eran de cabello largo, por eso tanto Kardia como él lo traían así, incluso sus padres, por lo tanto cortárselo a Eloy no era lo indicado a menos que a él le estorbase. Ian también tenía el cabello largo, pero dado que heredó posteriormente la maraña de cabellos de su padre Milo, había decidido mantenerlo corto, pero en cambio Eloy lo tenía lacio y suave.
No se dio cuenta cuando una persona se acercó a él y se quedó allí a su lado, mirando a Eloy con una sonrisa en sus labios.
—Es hermoso —dijo, lo que asustó a Brendan y volteó a verlo estupefacto, pero se relajó al saber que era Zaphiri.
—Casi me matas del susto.
—Es muy parecido a ti —Zaphiri se sentó junto a Brendan—. Incluso, se le hace esa pequeña arruga en la frente cuando está enojado.
—Has visto demasiado a mi hijo para considerarlo sano —dijo en tono de broma, Zaphiri también lo tomó así—. ¿Qué haces pasando tus primeros días de libertad en un parque infantil?
—Me crucé con Milo y Camus mientras estaba andando en mi moto, me dijeron que estabas aquí con Eloy.
—¿Le preguntaste por mi? —cuestionó girando la cabeza, Zaphiri se siente abochornado pero asiente con la cabeza.
—¿Por qué no? Yo quería saber cómo estabas.
—Bien.
—Eso fue seco.
—Bien mojado entonces —Zaphiri se quedó rígido, pero al escuchar la risa de Brendan se relajó—. Lo siento, al parecer soy patético contando chistes, así como Milo.
—Sí, él es muy malo —susurró, perdiéndose en sus palabras y nuevamente miró a Eloy—. Brendan...
—¿Hm?
—Quiero hacerme un estudio de ADN —Brendan giró su cabeza para ver a Zaphiri con sorpresa—. Ya sabes, por Eloy.
—Sí...entendí...pero... —la voz de Brendan se apagó—. ¿Si no es tu hijo? ¿Qué harás?
—Lo adoptaré... —el más joven se sorprendió aun más—. Siempre habrá tiempo para tener los otros, en realidad, mi idea es adoptarlos a ambos.
—¿Ambos?
—A Eloy y a...a... —señaló el vientre de Brendan.
—Etienne —sonrió al decir el nombre que tenía planeado para su segundo hijo, Zaphiri también lo hizo.
—Es un hermoso nombre, ¿irá bien con el apellido Sifakis? —preguntó, Brendan lo empujó un poco.
—Tonto...
—Tu nombre iría bien con mi apellido también —señaló, lo cual hizo que Brendan se sonrojara aun más.
—No digas esas cosas...
—Te lo digo en serio —susurró—. Sé que no estás preparado para el matrimonio, aun eres un niño.
—¡No soy un niño!
—Pero me gustaría que nos casáramos algún día, esto de ver a Milo casándose con Camus y todo el jolgorio me hizo pensar...que no necesito buscar más, el amor de mi vida siempre fuiste tú.
—Viniste buscando a Camus aquella vez —le recordó.
—Era un idiota de veintiún años, déjame ser idiota en esa época... —le tomó la mano—. Ahora no soy idiota, te tengo a ti y a mis dos hijos...quiero casarme contigo.
—No sé si sea bueno.
—Déjame decidir eso yo... —Brendan sonrió, miró a Eloy—. ¿Puedo conocerlo?
—Le encantaría.
Brendan notó inmediatamente que la personalidad de Eloy y la de Zaphiri eran muy parecidas entre sí. Eloy era divertido, tenía una mirada pícara y gamberra, cosa que hasta el momento Eloy pensaba había heredado de su abuelo Kardia, pero no estaba seguro de ello. Sus ojos, sus manos, sus expresiones faciales eran muy parecidas y cada vez estaba más seguro que Zaphiri era el papá biológico de Eloy.
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5 años después.
—¡Cuéntame ese cuento, mamá! —gritó un ya jovencito Ian, que ahora tenía seis años de edad, había crecido más de lo que Camus podía comprender.
—Tráelo —susurró mientras mecía suavemente a su hija más pequeña. Ian corre hasta su cuarto para correr la silla y tomar el libro infantil que tanto le gustaba a Camus cuando era niño, se lo trajo con lentitud, no quería despertar a Kristen, quien había heredado el hermoso cabello rojo de Camus y los preciosos ojos celestes de Milo.
—¿Qué ocurre aquí? —Milo entró al cuarto de la pequeña Kristen con otro niño a upa, este se parecía más a Camus y tenía 4 años aproximadamente.
Camus se hizo varios estudios posterior al casamiento Camus y Milo intentaron agrandar la familia, los estudios habían dado positivo muy pronto y por lo tanto planearon el nacimiento de Kristen y Dennis. Ian estaba muy contento con sus hermanos, quienes lo querían muchísimo, pero a pesar que Ian y Dennis querían otro hermano más, Camus había cerrado la fábrica y les dijo que se conformaran con Kristen.
—¡Quebrados! —exclamó Dennis y pidió bajar al suelo, inmediatamente se unió a su hermano mayor para que Camus le contara el cuento.
—Dame a la bebé —Milo tomó a su hija suavemente y la besó—. Creo que tú necesitas dormir, no habrá cuento por ahora, ya tendrás tiempo de leerlo.
—Bien, ¿están listos para otra ronda de cuento? —preguntó Camus abriendo el libro—. Bien...aquí va...
La vida era muy dura, eso Camus lo sabía, pero al igual que aquel viejo libro, todo tenía un hermoso final si buscas la felicidad.
Dégel y Kardia vivían juntos en la casa de su infancia, habían tenido una excelente luna de miel y se habían decidido hacer un viaje por todo el mundo, estaban felices y descubrieron todo lo que tenían en común y amaban del otro.
Brendan, por su parte, se casó con Zaphiri cuando nació su cuarto hijo. Eloy había resultado ser hijo del mismo Zaphiri, lo que los volvió más unidos y aunque Etienne no era su bebé, el griego lo adoptó como suyo y jamás hacía diferencias, aunque ambos chicos eran muy parecido a su mamá Brendan. Luego de eso vinieron dos niños más muy seguidos uno del otro, la vida sexual de Brendan era tan intensa que actualmente se encontraba con el quinto y último en su vientre.
Aeneas y Krest vivían en un hermoso campo junto a su hijo Erin e iba a visitar a su primogénito todos los fines de semana.
Por otro lado, Albafica y Manigoldo se encontraban en una luna de miel actualmente, el amor había retornado tan fuerte que sentían la gloria eterna. Tenían tres hijas: Giannina, Bianca y Sofía...además de un niño muy parecido a Manigoldo, llamado Corban.
La vida te hace llorar, pensar que todo ha acabado y que nada te puede liberar del dolor, pero si sigues adelante, tienes fe y logras combatir todo ese trauma que alberga tu alma, podrás salir adelante y sanar tu corazón quebrado.
— Entonces los tres juguetes volvieron, esta vez con sus nuevos dueños, los hijos de sus 'niños', quien esta vez, los entregaron con un amor que aprendieron a expresar…fin
FIN
Una cosita que tal vez no quedó claro. Cuando Milo le dice a Hakurei que Camus no puede tener hijos, no significa que no puede, sino que hacen más grande la historia para agarraros de las bolas jajajaja.
Agradecimiento especial a por leer y apoyar el fic en esta plataforma. Besos y espero que lo hayas disfrutado.
Gracias por leer. Besos.