Advertencias: lenguaje obsceno. SPOILER. Si no has leído el manga, te sugiero que esperes a que termine el anime.

Aclaraciones: Los personajes de Banana Fish no me pertenecen, pertenecen a Akimi Yoshida

Summary:

"No soy capaz de criarlo, no podría" Él solo mirar el estado actual de Jim le daba entender a Eiji que aquello era verdad "Pero es su padre" Contestó Eiji suavemente sin tocar la mesa, manteniendo las manos sobre sus rodillas "¿Lo harás o no? No necesito más problemas" Eiji simplemente no podía creer lo que le pedía, mientras miraba al pequeño Jade mirar las caricaturas de las 4:05pm.

One shot

Una parte de ti para mí

Debería sentirse como en casa, Nueva York era el sueño de muchas personas en el mundo, millones de oportunidades corrían en el año para los ciudadanos, incluso para los extranjeros como él, siempre y cuando tenga un sustento. ¿A él? Al parecer le sobraba, pero nunca lo dejó notar.

Sentía la garganta un poco seca mientras se encargaba de que la sesión de fotos tuviera la satisfacción tanto para él para quienes iba dirigida. Sing decía que hiciera el trabajo que hiciera, siempre lograba superar las expectativas de los demás, eso le soltó una pequeña risa, él siempre lograba sacarle sonrisas.

—Eiji ¿Puedes ayudarme?—Aquella pregunta era muy constante todos los días, y él nunca la negaba.

—Un momento—Contestó sonriendo. La vida continuaba para él, incluso para Sing, Akira, Ibe san, Max etc. A veces lloraba en las noches, en silencio, o simplemente no dormía, desde la última charla con Sing, había desatado algunas emociones que creyó que había dormido, pero se equivocó. Al contrario las sentía más vivas y presentes que nunca.

—Las fotos están siendo un éxito—Aquellos comentarios también eran normales, considerando que conseguía sesiones de fotos con deportistas reconocidos en el mundo por las olimpiadas o algún acontecimiento importante, para él era un placer el solo fotografiar a personas que les apasionaba su labor.

El día de hoy Buddy fue a acompañarlo, no ocasionaba gran problema, siempre estaba durmiendo o comiendo, con un poco de suerte jugaba con algunos de las personas que trabajaban en el mismo lugar.

— ¡Eiji!—La voz de Michael llamó su atención. Sonrió acercándose a él, disfrutaba mirar crecer al pequeño Michael quien claro ya no era tan pequeño, se preguntaba algunas veces, si él recordaba tanto como él a…

—Dime—Dijo estudiando que ese día había decidido peinar sus cabellos hacia atrás, lo comprendía, hacia un poco de calor, y la refrigeración apenas estaban dándole un servicio para que en unas horas trabajara correctamente.

— ¿Dónde puedo poner estos panales? No puedo encontrar un ángulo exacto—Una vez el pánico por hacer las cosas bien o mal lo invadía. Pero podían resolverlo, le faltaba mucho por aprender sin embargo le gustaba mucho su compañía.

—Desde que pusiste la foto de Ash la gente está más intrigada de saber el origen de la foto—Comentó de un momento a otro. Eiji quedó en absoluto silencio dándole la espalda, por un momento se desconectó del mundo y de la realidad.

En efecto lo que decía Michael era bastante cierto, la foto de Ash además de horas de decidir cuál sería la indicada para colocar, pensó que la elegida había sido la adecuada, su verdadera esencia, como él hubiera querido vivir de ser posible una vida sin menos complicaciones, sin menos sangre y por supuesto sin menos armas.

—Esa era la idea—Contestó Eiji mirándolo por encima del hombro sonriendo. Había miles de preguntas sin contestar acerca de la foto, en lo personal, él tampoco quería contestarlas.

—La verdad la gente me pregunta mucho—Se rascó la cabeza.

— ¿Qué les has dicho?—Preguntó acariciando a Buddy quien había despertado y buscaba su cariño. Michael puso sus manos detrás de su cabeza.

—No mucho, solo que era una persona muy brillante e inteligente—Su mirada no se fijaba en la suya.

—Una descripción bastante corta—Rio un poco, se acomodó sus lentes.

—Michael deja a Eiji trabajar—La voz de Sing lo hizo mirarlo, él hablaba últimamente mucho de Akira, eso lo hacía feliz de alguna manera.

—Si señor—Michael bromeó un poco mientras se retiraba jugando con la pata de Buddy quien lo seguía animosamente.

—De nuevo no desayunaste—Dijo seriamente Sing con una mano en su cintura, pasó su mano por su frente hasta su nuca.

—Lo lamento, traje un emparedado de pollo con tomate y queso—No era porque no quisiera comer, simplemente no le daba el tiempo, sin embargo sabía que debía alimentarse bien.

—Por suerte para ti, te propongo que nos escapemos a comer unos deliciosos tacos en ese restaurante mexicano recién inaugurado, sé que querías que te llevara—Dijo Sing levantando el pulgar a una dirección guiñándole el ojo sonriendo, le gustaba su sonrisa.

—La idea me agrada—Sonrió, la verdad tenía mucha hambre.

Después de liberar su cuerpo de algunas herramientas de trabajo, Sing y él estaban sentados estudiando los nombres extraños de los tacos. Para Eiji era todo un descubrimiento, además de delicioso.

—Quiero probar el guacamole—Dijo Sing interesado meditando una vez más las ordenes.

—Prefiero las tostadas y un refresco—Dijo con una amable sonrisa dándole el menú al mesero quien no borraba su sonrisa desde que llegó a sentarse con Sing, que no se había percatado aun.

—Tráigame algo que se le ponga guacamole—Dijo Sing sin saber que ponía en una situación complicada al pobre mesero.

—Disculpe pero me sería más fácil si me pidiera lo que quisiera probar, de esa manera estaría satisfecho después del servicio—Parecía que estaba puesto en una decisión de vida o muerte. Quizás sufría de estrés.

—Tráigale unos tacos de carne de res—La mirada del mesero volvió a la normalidad anotando dándoles su momento.

—Eiji…quería que me sorprendieran—Dijo cruzando sus brazos sonriendo.

—Era una tortura esa Sing.

—Siempre pensando en los demás, me pregunto si eso era lo que Ash amaba de ti—Ash continuaba siendo un tema bastante sensible y delicado. Eiji no comprendía el comentario, o eso quería creer. Apretó sus manos debajo de la mesa.

— ¿Te molestó mi comentario? Lo siento—Dijo abriendo un poco más los ojos, sabía que no fue su intención.

—No, claro que no—Dijo con una sonrisa. Le gustó lo que escuchó sin embargo no era tan fácil de aceptar, y no estaba seguro si Ash lo amaba como él lo amó.

— ¿Dudas de lo que sentía por ti?—Sing aprovechó el tema, quería ayudar a Eiji, quería que volviera a ser quien era, y que el hablar de Ash fuera un buen recuerdo.

—No me decía muchas cosas—Susurro mirando el mantel verde y rojo.

—Eso crees tú, no había con nadie más que se abriera como lo hacía contigo—Le dijo seriamente.

—Eso me hace sentir mejor—Trataba de convencerse todos los días, que posiblemente hubiera podido sanar el dolor de Ash, pero ahora que ha muerto ¿Quién podrá sanarlo? Había ido a un lugar donde no era posible seguirlo, donde quizás estaba mejor sin él, encontrando la paz que él no pudo darle.

— ¿Estás seguro de eso?—Sing lo conocía mejor que nadie.

—Un poco—Decidieron dejar la charla para otro momento, no era algo que se debía hablar antes de comer, se quedarían con hambre.

Había estado pensando en tomarse algunos días, eso lo tenía pensado desde que Akira regreso a su casa, posiblemente con Buddy y Sing, aunque no estaba seguro si Sing va a tener tiempo, pero Sing estaría feliz de unas pequeñas vacaciones. Quizás Nueva Zelanda, donde filmaron el señor de los anillos, o algo parecido, quería un poco de naturaleza en su vida.

Una vez en casa, dejar que Buddy jugara con el suelo, feliz de estar en casa, también le gustaría tirarse al suelo, no se quedó con las ganas, se sentó en el suelo moviendo el rostro de Buddy riendo con las manos; mientras Buddy lamia y mordía suavemente los dedos que pudiera atrapar en ese momento.

— ¿Quién quiere su hueso?—Sonriendo, sus lentes se movieron un poco. Entonces Buddy no tardó en alzar sus orejas peludas.

— ¿Buddy?—Le preguntó. Entonces escucho que el sonido de la televisión estaba al alcance de sus oídos, lo cual era extraño, él nunca dejaba los aparatos domésticos encendidos, por obvias razones. La voz de Bob Esponja era bastante conocida, pero quien no era conocido era ese niño pequeño pegado al televisor con las piernas entrelazadas riendo con la caricatura, su cabello rubio lo hizo marearse y sujetarse del umbral de la entrada.

El pequeño niño se giró sorprendiéndose incluso más que él.

Sus ojos verdes fue lo último que miró antes de caer en la inconsciencia.

Eiji…—El rostro de Ash estaba muy cerca de él. Con aquella sonrisa que siempre porto con orgullo y calidez.

Ash….—Su voz se arrastró, traía la misma ropa que traía puesta la última vez que lo vio con vida, no, más bien, la última vez que escucho su voz, despidiéndose de él.

Qué alto estás—Dijo en un tono de broma y sincera.

Tú no has cambiado nada…—Notó que su cabeza estaba en las piernas de Ash.

¿Cómo voy a cambiar? —Sonó tan Ash Lynx.

Cierto, lo siento—Se sonrojo un poco. Una vez que las manos de Ash le quitaron los anteojos se sintió diferente.

Aquí tengo a mi Eiji—Su sonrisa lo hacía marearse de nuevo incluso en sueños.

Te extraño…—Susurro.

¿Por qué? Aquí estoy.

No es cierto…—Era tan cruel, tan calmado y lleno de paz.

Aquí…—Le toco suavemente el pecho con su mano tocando su piel, Eiji lo sintió tan real.

La mano de Eiji se colocó sobre la de él, no quería soltarlo, quería quedarse ahí, para siempre. Como cuando llevaron un momento de tranquilidad en sus vidas, comiendo comidas que ambos amaban, para conocerse. Recordaba un perfecto verano en su cabeza, no sabía si había un sueño o solo el perfecto día que el armó en su cabeza, si fuera así, ¿Ash lo hubiera soñado igual al de él? ¿O más diferente?

Nuestras almas están conectadas, para siempre—Sonrió.

Para siempre…—Susurro Eiji.

Una pequeña mano golpeaba sus mejillas curiosamente. Aquellos ojos verdes inocentes fue lo que lo hicieron regresar a la realidad, además estaba en el sofá, ¿Cómo había llegado ahí? ¿Acaso el pequeño polizón tenía la fuerza de Superman? La camiseta amarilla con una figura de calabaza de Halloween había llamado su atención.

—Oye, pequeño, ¿Cómo has entrado?—Se acarició la cabeza sin mostrarse molesto. El pequeño apretó sus manitas como si le hubieran regañado. Eiji se preocupó pero cuando iba a tocar su cabeza, su sorpresa fue aún más grande mirar a Jim Callenreese, tenía en su mano una botella de cerveza fría, quizás no había cambiado como debería, la última vez que lo vio le habían disparado y ya no supo más de él, a decir verdad, lo había olvidado totalmente.

—No comiences a llorar Jade—Dijo secamente Jim, esa cerveza debía haberla comprado él, porque en su casa nadie bebía. Eiji miro a quien llamaron Jade, entonces recordó el segundo nombre de Ash.

—L-lo s-siento…—Sorbió las lágrimas como si fuera algo común y normal. Se limpió su pequeña nariz roja con su bracito.

—Jim…cuanto tiempo—No sabía que más decir. Estaba demasiado sorprendido, pero una parte de él le alegro saber que seguía vivo, quizás querría visitar la tumba de Ash.

Jim no respondió, solo bebió otro largo trago. Mientras se paseaba por el apartamento, analizándolo.

— ¿Ash vivía aquí?—Preguntó con un tono de voz agrio y seco.

Eiji se sorprendió por la pregunta.

—No—Susurro rascándose su mejilla con su dedo. Notó a Jade que ya no prestaba atención a ninguno de los dos si no al televisor.

Jim solo se sentó sin previa invitación en una silla mirando a Jade como si no tuviera opción.

— ¿Quiere beber algo más? Tengo refresco—Dijo levantándose acomodándose los anteojos.

—Si no tienes algo de alcohol no me interesa—Sus modales no habían cambiado nada tampoco. Eiji no iba a tolerar eso en su casa.

— ¿Cómo ha entrado? ¿Cómo supo dónde encontrarme?—Preguntó cruzando sus brazos, no le tenía miedo, nunca le tuvo, tenía muchas preguntas.

—No fue difícil rastrearte—Dijo solamente.

— ¿Rastrearme?—

—Una computadora, internet y algunas fotos en la web es lo único que necesite—Dijo solamente. Entonces Eiji comprendió que el IQ de 180 de Ash quizás era genético.

—Eso es ilegal…—Solo pudo decir.

— ¿Lo que hacías con Ash no lo era?—Preguntó sin paciencia. Eiji no supo que decir en ese momento.

—Eran otras cuestiones—Se dirigió a darle un poco de flan que sacó de un pequeño paquete del refrigerador del mandando del día de ayer a Jade. Se agachó a su altura acariciando su cabeza, Jade se sonrojó adorablemente tomando el flan entre sus pequeñas manos y sujetando una cuchara.

—G-gracias—Dijo tímidamente.

—Espero que te guste—Le ayudó a abrirlo y su atención fue una vez más hacia Jim, no podía evitar preguntarse tantas cosas.

—Después de 5 años, la perra madre de Ash regresó por donde vino—Dijo agriamente dándole explicaciones que él no le pidió a voz alta.

— ¿La mamá de Ash?—Miro a Jade.

— ¿Sorprendido? La muy puta se enteró que Jennifer había muerto y que yo había recibido un disparo que posiblemente me iba a terminar matando—Ya casi no había cerveza en su botella.

Eiji lo miraba tomando asiento una vez más en el sofá.

—Concluyó que después de 5 años la casa y el negocio estarían más que abandonados, suficientes para venir a invadir y ganarse la vida como la puta que era—Decía sin piedad el referirse de ese modo de la madre de sus hijos. Por lo menos dos de ellos.

— ¿Pero entonces…?—Su mirada se fijó en Jade.

—Soy un hombre mocoso, tengo mis necesidades y ella no tenía a donde ir, su otro hombre la cambio por alguien más joven y hermosa, tome mi propia venganza cada día que pasábamos juntos igual ella no se iba aunque tuvo muchas oportunidades, puta hoy, puta para siempre—Eiji frunció un poco el ceño.

—Deje de decir esa palabra—Dijo Eiji tratando de no molestarse.

— ¿Puta? ¿Nunca has cogido mocoso?—Dijo en un tono despreciativo. Eiji no pudo evitar sonrojarse pero no solo de pena si no de molestia.

—No puede expresarse de esa manera enfrente de su hijo—Dijo Eiji señalando a Jade quien no tenía la atención de nadie.

—Ya ha escuchado cosas peores—Dijo terminándose la cerveza. Eiji no lo dudaba.

—Aun así, no me ha dicho que hace aquí con Jade ¿Dónde está su mamá?—Le preguntó.

—Murió hace un mes, cáncer de mama—No parecía afectarle en lo absoluto. Eiji se sobresaltó, eso era horrible.

—Lo lamento—Susurro suavemente bajando la mirada.

—Como si me importara mocoso—Dijo solamente y fue a revisar el refrigerador sin permiso, Eiji tampoco lo detuvo, sabía que no iba a encontrar nada de su interés, pero se había equivocado, había olvidado que Sing le trajo una botella de vino blanco para las carnes que prepararan para el almuerzo o la cena. Jim no tardo en comenzar a beber largos tragos. Podía comprar otra.

Eiji miro detenidamente la espalda de Jade quien movía su cuerpo al compás de la música que sonaba ahora de la caricatura héroes en pijamas. ¿Ash era así de tierno? ¿Habrá sido así de inocente y puro? Apostaba todo a que sí.

—Cuando Jade nació parecía que estaba viviendo la pesadilla de nuevo—Dijo seriamente Jim mirando de reojo a su hijo.

—Él no tiene la culpa de nada—Contestó Eiji mirando a Jim.

—Eso no me interesa, no vine aquí a saber de quién es la culpa o no.

—Ahora tiene una parte de Ash a la que puede cuidar, puede hacer las cosas bien esta vez—Eiji trataba de alentarlo mirándolo fijamente.

—No me interesa eso tampoco, ¿Tu amabas a Ash no?—Eiji se sonrojó y se sorprendió al mismo tiempo.

—Jim eso no es…

—Mire ese día como se miraban, como tú lo mirabas, como Ash te miraba, como si fueras una damisela en peligro que él quisiera tomar entre sus brazos y robarse para siempre, y luego cogerla para toda su estúpida vida, no soy estúpido—La bebida apenas lo dejaba hablar. Eiji no podía creer las palabras que podía usar en una larga oración.

—Era un buen amigo mío—Susurro suavemente, Buddy ya estaba al lado de Jade con su cabeza en sus pequeñas piernas, Jade ya no prestaba atención a su televisor si no a acariciar la cabeza de Buddy con alegría parecía ser la primera vez que estaba cerca de una mascota.

Jim rio con burla cruel.

—No me hagas reír, en fin, yo me largo—Se levantó caminando hacia la puerta un poco mareado.

—Espera…Jade—Lo llamó pero Jim lo interrumpió.

—No, él se queda aquí contigo—Dijo sin vacilar, Eiji abrió bruscamente sus ojos, sin poder creer lo que oía.

—No bromee, es su hijo—Dijo Eiji sin salir de la impresión, suerte que Jade no estaba atento a la discusión futura.

— ¿Quieres tenerlo? ¿Quieres cuidarlo no? Nunca pasaré por él, tenlo—Dijo seriamente.

—Por dios, ¡Usted es su padre!—Alzó un poco la voz pero recibió un fuerte empujón hacia la mesa de la cocina quedando sentado en una de las sillas, algo que alertó a Jade, lo único que hizo el infante fue ocultarse debajo de la misma mesa detrás de la silla de Eiji.

—No necesito sermones de un mocoso como tú—Dijo seriamente mirándolo dándole otro trago a la botella de vino.

—No puede hablar enserio, Jade lo extrañará.

—Nunca hemos convivido como padre e hijo, siempre pagaba para que alguien más lo cuidara.

— ¿Cómo puede hacerle eso a su hijo? ¿No aprendió nada con Ash? ¿Griff?—Apretó sus puños sobre sus piernas.

— ¿Para qué? ¿Para que pase lo mismo que Ash? Si no lo cuidas tú, lo dejaré en un orfanato, ahí caerá en manos de cualquiera, pero no será más mi problema para ver cómo se transforma en una puta.

—No puede hablar enserio, usted lo quiere Jim—Trataba de creer que eso era verdad pero simplemente lo que decía Jim lo hacían ver como el peor padre del mundo.

—No necesito más problemas como este. ¿Lo harás o no?—Le dio la espalda a Eiji.

—Un hijo no es un problema.

—Entonces no tendrás ningún problema en quedarte con él—Fue lo último que dijo Jim antes de salir ahí, Eiji lo siguió unos segundos después pero así como Ash fue un maestro del escape, al parecer su padre igual, y no podía dejar a Jade solo con Buddy.

Se giró mirando a Jade que lo observaba fijamente sujetando el pelaje de Buddy. No sabía qué hacer, la situación se había salido de control, ¿Qué diría Sing? ¿Qué le habían regalado al hermano de Ash? Buena broma.

—Eiji san—Dijo con aquella adorable voz.

—Dime.

—Me agrada mucho—Dijo con una pequeña sonrisa en su rostro sonrojándose. Eiji en ese momento supo que estaba perdido, no tenía opción, al parecer Jade estaba demasiado pequeño como para comprender la situación, y como supuso, ni fue detrás de su padre como lo haría cualquier niño de su edad.

—Y tú a mí, Jade, creo que podemos comenzar a conocernos—Dijo con una pequeña sonrisa, miro a Buddy que movía animosamente su cola, al menos tenía la aprobación de su mascota. Jade alzo sus pequeños brazos hacia Eiji quien no dudo en tomarlo en brazos, un baño y una película de Disney mientras cenaban comida china sería lo ideal, ya pensaría que le diría a Sing.

—Aun no puedo creer que me pidieras de favor traer toda esta ropa y juguetes—Dijo Michael cargando una caja la cual amablemente le dieron en la tienda infantil que incluía ropa y juguetería.

—Discúlpame, de verdad la necesito—Después de que miraron el Rey león y cenaron, Jade tomó un baño y ahora dormía en su cuarto, seguramente se iba a adueñar de la cama con Buddy algo que no le molestaba.

— ¿Tienes invitados?—Preguntó Michael mirando a Eiji una vez que dejo la caja sobre la mesa.

—Es algo difícil de explicar…—Susurro con una mano en su cabeza.

— ¿Qué es difícil de explicar?—Esta vez la voz de Sing los hizo sobresaltarse a ambos, traía su elegante traje, lo hacía ver bastante guapo. No escuchó cuando entró por la puerta.

Eiji supo que sería una larga noche y explicación. Lo peor es que el vino hubiera ayudado.

Ambos miraban a Eiji sin poder creer lo que les había contado a ambos, no era algo que pasaba en la vida real, si no en las películas, no sabía cómo más explicar porque había un pequeño niño quien resultaba ser el hermano de Ash y Griff. Y que ahora viviría ahí porque su padre alcohólico no quería lidiar con él.

—Debes cuidar de él Eiji—Dijo Michael con una gran sonrisa.

Eiji miró a Michael. Luego miro a Sing. Este cruzó sus brazos seriamente.

—Por lo que he entendido, este niño no tiene a nadie más.

—Al parecer no—Eiji miró al suelo tristemente.

—No sé si esto sea buena idea—Dijo Sing sin bajar la seriedad en su voz.

— ¿Por qué no? Nadie mejor que Eiji que cuidar del pequeño Jade—Dijo Michael mirando a Sing.

—Por ahora se puede quedar—Dijo sin más ganas de seguir hablando del tema. Eiji no podía entender a veces Sing, pero sabía una cosa, quería cuidar a Jade.

—Yo no puedo creer como no quiere a su propio hijo—Dijo molesto Michael.

—Si lo quiere—Aseguró Eiji—Si no lo quisiera Michael…su nombre no sería Jade, el segundo nombre de Ash, no lo hubiera traído hasta aquí, conmigo, no quiere lidiar por el mismo dolor que estoy seguro que le dejó al enterarse de la muerte de Ash—Dijo sujetándose el pecho suavemente.

Sing observó detenidamente a Eiji.

—Es un poco difícil de creer eso.

—Por ahora yo cuidare de Jade, pero necesito ayuda…—Susurro suavemente.

—Que no esté por ahora de acuerdo no significa que no te ayudaré—Dijo Sing suspirando—Además ya está en la edad de comenzar la escuela, ¿Cuántos años tiene?

—Me dijo que tiene 4 años—Dijo Eiji, pues habían tenido una larga charla durante la cena, era muy listo para su edad, pero muy sensible.

—Si ya debe empezar el jardín de infantes—Dijo Sing con una mano sobre su mejilla—Yo me encargó de sus papeles.

La sonrisa de Eiji se hizo un poco más presente.

— ¿Enserio Sing? muchas gracias.

—Sé que me arrepentiré pero de acuerdo.

Michael estaba igual de feliz.

Jade estaba emocionado sujetando la mano de Eiji mientras observaba los grandes y enormes edificios, Buddy iba con ellos, quien no tenía problemas sin llevar la correa, aunque Jade sujetaba suavemente su pelaje con su mano libre.

—Parecen grandes montañas con muchas ventanas—Dijo sin salir de su asombro. Eiji sonrió.

— ¿Nunca habías venido a la ciudad?

—No, solo jugaba con los otros niños al béisbol, aunque no soy muy bueno en eso—Bajo la mirada avergonzado.

— ¿Te gusta mucho el béisbol?—Preguntó curiosamente.

— ¡Sí! Me gustaría ir a las grandes ligas—Dio un pequeño salto.

—Podemos buscarte clases, sé que te gustarán—Observó los ojitos de Jade brillaron de emoción.

—Muchas gracias Eiji san—Sonrojado bajando su carita. Eiji tuvo la idea de ir a un parque con Jade, Buddy dormía sobre el césped después de jugar un rato con una ardilla. Jade parecía feliz en su columpio mientras Eiji le daba suaves empujones.

— ¿Quieres un helado?

—Me gustaría mucho, me gusta la fresa—Dijo sin bajarse del columpio moviendo sus pequeños pies al aire.

—Enseguida regreso—Eijo se acercó al camión de los helados, por suerte tenían mucha variedad de la cual él era fanático, a Jade le gustaría la pequeña fresa que adornaba su helado. Su mente nunca había estado tan distraída, toda la mañana fue dedicada al pequeño nuevo miembro de la familia, desde el desayuno, caricaturas, enseñarle poco a poco a abrocharse los zapatos, su atención estaba específicamente en él.

Al voltearse no pudo evitar querer tirar los helados al suelo,pero no lo hizo, un hombre quizás argentino por su tono de voz que se escuchaba de donde estaba, se encontraba sentado al lado del columpio de Jade, mientras sujetaba la cadena acercándolo a él, hablando quizás de cosas que solo un niño podía entender. Jade por su parte le contestaba con inocencia.

Notó que le estaba señalando cierto lugar. No tardó mucho en llegar donde estaba Jade, quien inmediatamente fue hacia su helado emocionado, Eiji se agachó para dárselo y mirar con seriedad al hombre, de ser Sing, ya le hubiera pateado la cara.

— ¿Puedo ayudarlo en algo?

—Disculpe pensé que estaba perdido—Dijo parándose inmediatamente.

—Me separé de él solo 30 segundos, creo que usted está muy al pendiente de quien se pierde o no—Dijo con una sonrisa que hizo que el hombre contrario sudara en frio.

—No, no es mi problema—Fue lo último que escucho de ese hombre antes de que se fuera a pasos agigantados.

Jade sujetaba la camiseta de Eiji mientras comía su helado.

—Jade no deberías hablar con extraños—Dijo Eiji mirándolo fijamente.

— ¿Por qué no?—Lo miro. Quizás si alguien le hubiera explicado a Ash que muchos adultos no eran de confiar…

—Porque los extraños son peligrosos, cuando vuelva a pasar, asegúrate de no hablar con él, correr hacia un policía o hacia a mi inmediatamente, de igual manera yo nunca te dejare solo.

—Entendido Eiji san—No tuvo problemas en aceptar tal orden. Eiji acaricio sus cabellos sonriendo.

Había concluido ese día algo, Jade tenía la maldición de la belleza de Ash sobre él.

Sing le mostraba diferentes mochilas y loncheras a Jade, pues al menos quería asegurarse que le gustara cuándo empezará el jardín de infantes.

Jade negó con sus brazos cruzados haciendo pucheros, odiaba a los superhéroes.

— ¿Pero entonces cuál?—La cabeza de Sing cayó sobre un cojín, la manita de Jade lo consoló.

—Creo que sería más fácil si le preguntaras que es lo que quiere—Dijo Eiji haciendo la cena, haciendo un batido de frutas y leche.

— ¿Qué te gusta Jade?—En la misma posición.

—Me gustan las calabazas—Sonrió. Todo lo contrario Ash.

— ¿Calabazas? ¿Qué clase de gustos son esos?

—Solo cómprale su mochila y lonchera de calabaza—Dijo Eiji.

Sing se rindió. Le daría sus calabazas.

Los papeles de Jade no estuvieron listos de inmediato, sin embargo el tiempo que pudiera pasar con Jade lo disfrutaba cada momento, incluso en el trabajo, se había ganado la atención de todos, sobre todo como se mantenía detrás de él como un pequeño cachorro tímido, el primer día fue el más difícil no optaba en pagar una niñera, ya que Jade estaba acostumbrado a que lo dejaran a cargo de personas que no conocía, lo que menos deseaba es que pensara que estorbaba en su vida.

—Jade mira esto—Michael pasaba gran parte del tiempo con él cuando el necesitaba enfocar su atención en el trabajo.

—Parece que se adapta bien a la situación—Dijo Sing apoyado en la pared mirando a Eiji—Jessica y Max quieren conocerlo.

—Me parece buena idea, podría ir a llevarlo, solo que no quiero llenarlo de atenciones, es muy tímido, conocer gente quizás lo asuste, solo por la razón que….

— ¿Es el hermano de Ash?

—Es mejor que pocas personas se enteren Sing—Dijo Eiji. Jade estaba rodeado de atenciones, quizás no solo por ser un niño encantadoramente amable y tímido, sino que lo veían mucho con él.

—Estoy de acuerdo, no parece que este acostumbrado a las personas.

—Lo estará, creo que será algo inevitable—Dijo Eiji con una sonrisa. Pero se encargaría que no fuera algo de qué preocuparse.

— ¿Le has hablado de Ash? ¿O de Griff?—Preguntó curiosamente Sing bebiendo un refresco de coca cola. Estaba helada, estaba de suerte.

—No ¿Y tú?

—No, no lo sé, quizás ni sabe quiénes son—Dijo solamente mirando hacia a un lado, pero su mirada también se fijó en Jade, esa camiseta naranja con cara de calabaza solo le hacía recordar viejos tiempos.

—Seguro le encantará Halloween—Eiji sonrió acercándose a Jade sujetando su mano, pues era hora de almorzar.

Jade, Sing y Eiji cenaban en la mesa, habían decidido dejar el televisor prendido por Jade, quien parecía tan sorprendido de ver cada programa infantil nuevo que quizás en su hogar no podía ver. Buddy dormía sobre el sofá cómodamente, cuando llegaba la hora de la cena constantemente se quedaba así hasta que terminaran.

—Tofu—Le dijo Eiji a Jade.

—Tofu—Exclamó alegremente comiendo usando un tenedor, pero llamó su atención que Eiji y Sing usaban palillos.

— ¿Quieres intentar?—Le preguntó Sing pasándole otros palillos de sobra, Jade no lo dudo. A ambos les hizo gracia que no lo logrará, algo que a Jade no le pareció gracioso, su puchero fue lo más tierno que vieron en todos sus años de vida.

—Lo siento Jade, ya aprenderás, no tienes que hacerlo—Dijo con una sonrisa Eiji, Jade se sonrojó pero no se rindió, para la sorpresa de ambos, lo pilló al décimo intento, ahora parecía que nada lo paraba.

—Estoy sorprendido, Ash lo hizo de la misma manera quizás—Dijo Sing sonriendo.

— ¿Ash? Papá menciono ese nombre cuando estaba peleando con mamá—Dijo Jade ladeando su cabeza hacia un lado.

Ambos prestaron su total atención a Jade.

— ¿Quién es Ash?

Eiji se levantó silenciosamente recogiendo su plato para llevarlo al fregadero. Jade lo siguió con la mirada. Al parecer era más inteligente de lo que pensaron.

—Nadie pequeña calabaza—Dijo Sing acomodándole la servilleta en su cuello para evitar que manchara su camiseta nueva.

—Pero si no es nadie, no lo mencionarían—Dijo en un tono que sonaba sorprendentemente obvio. Lo estaban subestimando.

Sing no sabía cómo contestar a eso, Eiji quizás aún no estaba listo para traer de nuevo a Ash del pasado hacia el futuro, no quería que volviera a decaer, ahora que estaba sonriendo de nuevo, quizás por Jade, pero para él eso era suficiente.

—Hay un lugar a donde iremos mañana Jade—Dijo Eiji girándose secándose las manos con una espléndida sonrisa que delataba su alegría y dolor.

Aquello emociono a Jade, le gustaba salir con Eiji y Sing. Por su parte Sing se sintió como el día que Akira fue a ver la foto de Ash.

Sintió en ese momento que había quedado una tarea pendiente por hacer, desde hace años.

Jade no se separaba de Eiji cuando los tres llegaron al lugar, Sing lo llamaba museo de fotografías, pero más llamaba su atención la persona rubia en un bello marco. Era aún muy joven para comprender el significado de aquella foto.

—Jade, él es Ash Lynx, tu hermano—Dijo Eiji sin dejar de fijamente el perfil de Ash.

Jade no dijo nada. Se dedicaba a estudiar la imagen y al mismo tiempo escuchar a Eiji, no parecía tan confundido ni lleno de preguntas.

— ¿Mi hermano? ¿Dónde está?—Preguntó con una sonrisa. Sing apoyado en la pared se dedicaba a ser un espectador más.

—En el cielo cuidándote, él te trajo hasta mi—Le dijo sonriendo mirándolo.

— ¿Enserio? Me gusta estar con Eiji san—Dijo con una sonrisa.

—A mi igual, las historias de las aventuras de Ash Lynx son muy emocionantes, viajo a muchas partes y siempre hacia amigos a donde fuese. Una persona valiente, leal, hermosa y noble—Murmuro suavemente, no había vacilación en sus palabras, siempre lo creyó y hasta la fecha creía firmemente en él.

—Gracias Ash Nii sama, gracias por traerme con Eiji san—Habló con el cuadro sonriendo.

A Sing se le había metido algo en el ojo. Su hombro fue lo que lo solucionó.

Eiji caminaba de la mano con Jade, Jade sujetaba la mano de Sing columpiándose de ambos. Eiji dio una última mirada al cuadro sonriendo con los lentes empañados.

—Hasta luego, Ash—Susurro para sí mismo.

36 días fueron volando, tiempo suficiente para que todo el proceso escolar de Jade quedará listo, Sing había estado más nervioso que él, pero un asunto del trabajo no lo había dejado ir al primer día, lo cual lo iba a compensar recogiéndolo él a la salida, Eiji estuvo de acuerdo, sabía que Sing quería estar presente en la vida de Jade y lo estaría así como él.

Observaban a los niños despedirse de sus madre o de sus padres, notaba que no todos venían con ambos padres, quizás Jade entonces no se sentiría tan diferente. Además hace dos meses había comenzado el ciclo.

— ¿Nervioso?—Le acomodó el cuello de su uniforme escolar.

Jade negó sonrojado.

—No tienes porque, Sing estará esperándote a la salida, justo aquí, donde estoy yo—Le aseguró.

— ¿De verdad? ¿Él sabrá dónde estabas parado?—Aquello le sacó una risa a Eiji.

—Vale, perdón, aquí estará puntual.

La coordinadora del colegio salió para recibir a Eiji y a Jade, amablemente se presentó ante Jade quien educadamente regreso el saludo. Parecía que lo tenía controlado.

Jade le beso la mejilla a Eiji caminando detrás de la coordinadora, notó que Eiji no se fue de donde se despidieron, hasta que dejó de mirarlo porque la puerta se cerró.

Eiji se quedó parado al menos unos 5 minutos, sin dejar de mirar la puerta por donde Jade entró. Sintió el viento refrescar su cuerpo, sonrió mirando al cielo acomodándose sus lentes. Sentía que nuevas sensaciones y nuevas oportunidades llegar a su vida. Podía ver a Ash sonreírle como siempre lo llegó a hacer en las pocas oportunidades. Varias memorias pasaron por su cabeza, desde el momento que dejó sujetar su pistola hasta el momento que lo protegió de aquel disparo, lo mejor de todo, es que no se arrepentía de nada, no se arrepentía de haber disparado por Ash, no se arrepentía de haberlo seguido hasta los Ángeles, no se arrepentía del beso que le dio con un justo propósito, no se arrepentía de pedir varias veces no regresar a Japón, no se arrepentía haber conocido a Aslan Jade Callenreese en todo su esplendor, hasta despedirse de Ash Lynx, por ahora.

—Gracias…Ash.

Un capitulo se cerró y otro se abrió.

Agradecimientos a Angela por la idea y por su gran apoyo, eres un amor de persona.

Agradecimientos a Yineska por su gran apoyo y amistad durante estos 15 años e impulsarme a seguir escribiendo.

Agradecimientos a Kariangela te agradezco haberme enseñado a usar la pagina y sobre todo tu gran apoyo.